lunes, 3 de febrero de 2020

DESCRIPCIÓN DE LA MENTIRA



Este fragmento pertenece a uno de los libros más impactantes de la poesía española de finales de los setenta, Descripción de la mentira, de Antonio Gamoneda.





El óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición.
El olvido entró en mi lengua y no tuve otra conducta que el olvido,

y no acepté otro valor que la imposibilidad.

Como un barco calcificado en un país del que se ha retirado el mar,

escuché la rendición de mis huesos depositándose en el descanso;

escuché la huida de los insectos y la retracción de la sombra al ingresar en lo que quedaba de mí;

escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en mi espíritu,

y no pude resistir la perfección del silencio.

No creo en las invocaciones pero las invocaciones creen en mí:

han venido otra vez como líquenes inevitables.

La fermentación del verano se introduce en mi corazón y mis manos se deslizan cansadas en la lentitud.

Vienen rostros sin proyectar sombra ni hacer crujir la sencillez del aire;

sin osamenta ni tránsito, como si consistieran únicamente en el contenido de mis ojos, en la unidad de mis palabras, en el espesor de mis oídos.

Son obedientes y yo siento su reunión como una salud que se refugia en la oscuridad.

Es una amistad dentro de mí mismo;

es un estambre urdido por manos que son suaves en el interior de los días.

Ahora es verano y me proveo de alquitranes y espinas y lápices iniciados,

y las sentencias suben hacia las cánulas de mis oídos.

He salido de la habitación obstinada.

Puedo hallar leche en frutos abandonados y escuchar llanto en un hospital vacío.

La prosperidad de mi lengua se revela en cuanto fue olvidado durante mucho tiempo y sin embargo visitado por las aguas.

Éste es un año de cansancio. Verdaderamente es un año muy viejo.

Éste es el año de la necesidad.

Durante quinientas semanas he estado ausente de mis designios,

depositado en nódulos y silencioso hasta la maldición.

Mientras tanto la tortura ha pactado con las palabras.

Ahora un rostro sonríe y su sonrisa se deposita sobre mis labios,

y la advertencia de su música explica todas las pérdidas y me acompaña.

Habla de mí como una vibración de pájaros que hubiesen desaparecido y retornasen;

habla de mí con labios que todavía responden a la dulzura de unos párpados.


miércoles, 29 de enero de 2020

COMO A TI TE GUSTA

Este poema dedicado a mi amiga Rosa es un tributo a la amistad, a la de ahora y a la de siempre. A todas aquellas amigas que un día fueron importantes, incluso a las que sin serlo desaparecieron y nos marcaron otros caminos. A las nuevas que nos encontraron o se dejaron encontrar y que hoy también tenemos el placer de disfrutar. Gracias a todas por los momentos extraordinarios que vivimos juntas riendo, compartiendo tristezas y apoyándonos y por todas aquellas historias que nos quedan por vivir. Recuerdo con especial cariño a alguna de ellas con las que ya no mantengo relación pero a las que sigo queriendo y echando de menos.  Hoy cumple años una de mis amigas más entrañable,  mi querida amiga Rosa, un alma noble, una mujer sin tiempo y sin edad, una de esas mujeres que sabe querer porque se quiere así misma y porque sabe vivir en el presente como nadie: despierta y con alegría,  disfrutando cada momento, sin apegos ni edulcorantes,  agradeciendo siempre a la vida y a sus amigos. Yo tengo el placer de compartir muchos de esos  momentos con ella, me siento afortunada de quererla y sentirme querida por ella, de tener alguien con quien hablar y escuchar, por extraño que parezca, hablar de otra cosa que no sean banalidades se ha  convertido en una extraña rareza humana. !¡¡¡Que suerte la mía amiga Rosa!!!  


Nos conocimos pasados los treinta
pero siempre tuvimos la sensación
que nuestra amistad venía de lejos


 COMO A TI TE GUSTA

Encontré estas copas
y pensé en ti,
tienen tu color,
tú transparencia
y tú brillo.

Encontré esta vela,
que también contiene tu llama.

Como el azar encuentra lo suyo

encontré este molde corazón
que lleva tu sello,
y me dije:
le haré un bizcocho,
perfumaré con jengibre y canela
la harina, como a ti te gusta,                                        
fundiré chocolate del ochenta
y lo vestiré de fiesta.

Encontré este sobre

y el corazón me dijo: 
pon en él la vela
y un poema sin azúcar                      
que celebre la vida
y la edad sin tiempo,
como a ti te gusta.

Encontré este verso
sin techo, 
y lo robé para ti:
"eres mi lugar de acogida preferido".

Y por eso te bendigo
y te celebro por igual -clinc-.

Por ti brindo -clinc-.

Elena Larruy






viernes, 24 de enero de 2020

EN VOZ BAJA

Anudarse la corbata  es ponerse cada día el rostro que no toca



Poesía de Carlos Nadal Gaya
En voz baja



Anudarse la corbata
tiene sus riesgos.
Parecer por ejemplo,
no un correcto ejecutivo,
sino un viejo en abandono
que ni se sabe ausente.
Ser uno de tantos en la calle,
visto por mucha gente
sin merecer su mirada.

Anudarse la corbata
es ponerse cada día
el rostro que no toca,
darse el nombre con
el que no te bautizaron.
Hacerlo con voz y mano ajenas
y ni siquiera verlo.



Hemos de esforzarnos
cada instante para ser
pensables, presentables
como si el hecho de estar
visibles no fuera suficiente.

Fugaz, la imagen
nos hace y nos deshace.
Un otro agazapado,
sin lugar desde donde
hacerlo, nos mira
con ojo frío y neutro.




Instalarse a gusto en la vida,
sentir como me hace suya,
segura y lenta, en
retorno suave a las manos
prometidas, al respirar pautado,
a los labios de origen.

Habituarme al vivir,
a su cadencia, a la manera
que tiene de permanecer e irse.
Habituarme a la vida,
que se me haga costumbre,
paisaje y compañía compartidos.
Vida para hacerme en ella,
para hermanarme conmigo
y el entorno.

Despuçes cerrar los párpados
y entrar en la cámara oscura
donde la vida y yo dejamos
de ser nombrables.



Dad una máscara a hombre y os dirá la verdad.
Oscar Wilde

lunes, 20 de enero de 2020

TÚ, MI CASA






TÚ, MI CASA


Me invitaste a bailar en Febrero,
eran fiestas de San Blas.
Subí a tu pueblo a encontrarte;
de entre muchos te elegí,
tù, no viniste a buscarme.

De haber llevado traje de luces
no me habrías gustado,
como tampoco me atrajo,
tu pelo leonado
ni tu americana de pana.

Me distraje en tu cabeza,
en la onda expansiva de su alcance.
Dabas el perfil: de frente y de costado,
y me puse para ti interesante:
leona, financiera, frambuesa, chocolate.

En una de esas vueltas
al volante de mis curvas veinteañeras
me dijiste: sube, te llevo a casa,
y juntos nos fuimos
al paraíso, en un seiscientos.

Nos costó llegar,
un viejo motor agonizante
nos tiraba a cada paso
por empinadas vueltas de montaña,
a cuatro grados bajo cero,
y a cien kilómetros de casa.

Aquella noche aciaga,
salvando obstáculos y vallas,
una estampida de caballos
atravesó mi pecho,
y fue en ese instante ecuestre
que supe,

que ibas a ser mi casa
y yo... tu gata.

Elena Larruy




lunes, 13 de enero de 2020

DIVAGANDO POR LA RED


DIVAGAR POR LA RED ME PRODUCE BIENESTAR PSICOLÓGICO


Busco a Carmen Posadas en la revista digital XLSemanal que sigo, me interesa un relato suyo que leí donde hablaba de sus dos horribles defectos -aprendo con ello- no de sus imperfecciones, quiero decir, si no de su manera de contarlo y de su experiencia. Me cuestiono los míos, dudo sobre si son confesables, me quedo divagando mientras la mirada más abajo se queda y clica en otro título de la misma "Un relato de grandeza y Odio", repaso antes su cara y constato la timidez de la que ella misma habla. El relato en cuestión recoge la visión del hispanista francés Bernard Vincent, cito texto: "la leyenda negra insistió mucho en los procesos de la inquisición y en la suerte reservada a los indios de América" también en el cómo y cuándo se fabrican los tópicos románticos más arraigados, de los que dice tienen las sombras muy alargadas y pone el claro ejemplo de la visión que desde fuera se tiene de España con el flamenco, los toros y las sevillanas; no, no es mi tema, pero acabo la lectura, ya he contado que es un ejercicio de observación y aprendizaje autodidacta. A continuación y a pie de página tropiezo con la frugalidad de un sandwich, receta del famoso cocinero Martín Berasategui, por el que no tengo especial simpatía, por un asunto familiar, pero me interesa su bocata de jamón ibérico y mozzarella, me llama la atención la pasta verde con la que está untado el pan de molde, así que meto la nariz en la receta y  voy directamente a la vinagreta, porque de eso se trata de una mezcla con nada menos que doce ingredientes, doce, ganas me da de retirarme pero me quedo enganchada en el perifollo, del que no se nada, y me digo: si lleva alcaparras, perejil, y cebollino entre otras ¿Qué necesidad hay del perifollo?, que viene a ser otro perejil, en fin demasiada complicación para un tentempié, pero me quedo con la idea, me gusta la cocina y los pequeños detalles que mejoran su presentación y la diferencian, mientras esto pienso voy desplazando el mouse hacia abajo y me encuentro con la foto de Serena Willians, la tenista con su flamante esposo, no logro ver la fecha de la publicación, si se casó hoy o anteayer, las entradas de estas revistas tienen la fea costumbre de no datarlos; el reportaje cuenta un cotilleo, que no se casa por dinero, que la brillante deportista cuenta y amasa una gran fortuna. Como va de deportistas aparece Conchita Martínez, otra tenista, para más detalle, de Monzón mi pueblo.  Esta no amasa fortuna, dice tener lo suficiente para poder vivir, si quisiera, sin dedicarse a lo que le gusta, el mundo del tenis. Conozco a sus padres, de los que habla ampliamente, me interesa saber todo lo que cuenta, pues aunque ella no lo sabe nos criamos en diferente tiempo pero en el mismo espacio, su padre y el mío trabajaban en la misma empresa y las dos empezamos de pequeñas jugando en la misma pista de tenis, que veíamos desde la ventana de la cocina de nuestras casas,  en la que ella forjó su sueño y sin ser el mío también jugué como aficionada al tenis. Me ha gustado recordar sus muchos logros deportivos, entre los que se encuentra el prestigioso torneo de Wimbledon que ganó en el año 1994 y que tuve la fortuna de disfrutar. Cuando dejó la competición, de manera voluntaria, se dedicó a entrenar a otras tenistas, cosa que aun hace, a dirigir torneos, clubes y eventos tenísticos, creo su propio club y llegó a ser la capitana de las selecciones españolas masculina y femenina de tenis. Desde muy pequeña tuvo el sueño de llegar a conquistar esas pistas, y ya lo creo que lo consiguió. 
Un día más me percato de esta manera mía, nada particular,  de distraerme por la red como el que sale de casa de paseo y va tomando calles según le va apeteciendo a su capricho, como a salto de rana. Cuando esto ocurre tengo dos maneras de salir, casi siempre opto por la segunda, la marcha atrás, o sea no tomo el atajo de salida directo sino que vuelvo por las páginas que visité, de manera que repaso y me quedo muchas veces, no todas, con un recorte, una imagen, una frase o un momento a conservar. Y de nuevo aparecen los mismos personajes, otros nuevos que paso de largo, el sandwich del cocinero hasta llegar de vuelta a Carmen Posadas que me recuerda la motivación inicial que me llevó a preguntarme por dos de mis principales defectos, y no sé por dónde empezar; la excesiva  divagación quizá, por venir a cuento, aunque piense lo mismo que piensa la periodista, que son los defectos los que le ayudan a buscar fortalezas. Miro la hora, una alarma me avisa desde la cocina que es hora de abandonar el paseo, el arroz de la paella me espera y se pasa, y mis defectos no, ellos siempre tienen y tienden a la espera. Así que si os parece otro día os los cuento. 

                                                                    Elena Larruy 

viernes, 10 de enero de 2020

LA RESPUESTA DE UN ESPEJO VICTORIANO

HUMOR POÉTICO

Ilustradora Maggie Taylor



LA RESPUESTA
(de un espejo Victoriano ¿que cabe esperar?)

Que extraño mirar el mío
cuando me asomo al espejo:
se produce un desafío.

Una intrusa con cara de pocos amigos
aparece al frente, me mira, la miro
me observa sin clemencia.

Con gesto de desprecio
respondo a su mirada fiera
severa y sentenciosa:
Yo, no soy tú, le digo,
¡que soy otra!
¿De donde has salido
con esa pinta de antigua
y esa cara de boba?

¡Hasta luego M.Carmen!
y me marcho ligerita,
como la chica de treinta y cinco:
justo los años que tengo.

        ¡Ahí te quedas tú solita!
¡Suéltate el pelo! ¡Pestañea!
¡Sacúdete la naftalina!
¡Pierde unos kilitos!
y, ¡regresa al baúl
de donde has salido!.

Le doy la espalda, engreída,
y a la vuelta de la esquina
cuando creo que nadie me mira,
día y hora pido al peluquero
... y al oculista.

Una voz en GPS
saliendo de un globo sonda
sigue mi rastro,
me persigue,
no consigo despistarla ¡Dios!

¡y no me dice la idiota!:
            En el psiquiatra
Elena, también gradúan la vista.

Elena



jueves, 2 de enero de 2020

CERRANDO EL AÑO




CERRANDO EL AÑO
(Tarde de fiesta en Las Arenas)


En la esquina de Plaza España con Cruz Cubierta

un joven latino toca una guitarra,


música festiva se abre paso

entre viandantes y turistas.

A su frente unas fuentes y un palacio,


a la derecha mi casa;

sobre la escena urbana

un cielo azul claro,

hasta la barrera.

Camino hacia Las Arenas, 


ultimando unas compras,

no hay avisos ni carteles

sobre el tendido,

hoy no es tarde de corrida,

ningún sacrificio en el ruedo,

avanzan las saetas 

con la única amenaza

de acabar con el año. 

Brillos de fiesta, alegría y bullicio,

de rojo encendido

se viste la gente 

para encontrar el nuevo año.

En la terraza de un burladero

me saluda un vecino,

toma pan, jamón y unas cañas

charlamos de la gente 

de las luces de la plaza.

¡Se me olvidan las uvas!,

vuelvo a por ellas,

buen rollo en el super,

encuentro a otro amigo

me invita a un nespresso

hablamos de los hijos,

del mil hojas de foie con mango

en mi mesa,  de que este año

tomará las uvas en otra mesa.

Los buenos deseos chispean,

burbujea la tarde,

mientras las campanas

entrenan alegres sus cuartos.

Cenar con la familia

reír,  besar, abrir regalos,

jugar con mis nietas,

en mi falda la más pequeña.

Por la ventana se descuelga venus,

la luna la festeja

y en ese instante de gloria

siento que soy feliz hasta el último tendido,

suenan los avisos, visito la capilla,

me encomiendo,


esto de ser feliz trae consecuencias.


Elena  Larruy

lunes, 30 de diciembre de 2019

YO NO ODIO


Artista Egon Schiele


Acabo de leer una entrevista a la famosa actriz francesa Fanny Ardant con motivo del estreno en Francia de su última película, La Belle Epoque,  donde declara ser y amar la contradicción. Además de dejar clara constancia de lo que ama y lo que no le gusta, utiliza hasta la hartura la palabra odiar. Dice, entre otras, odiar lo políticamente correcto y el puritanismo; a sabiendas de que pueda pensar que soy una puritana, que dicho sea de paso no lo soy, me pregunto si es posible sustituir el verbo odiar por otro que venga a decir lo mismo, aunque no sea de manera literal: ¿Aborrezco? ¿Detesto? ¿Condeno? ¿Desapruebo?; a ver ayudadme: que más, que más, ¿Renuncio?, no comulgo, me molesta y un largo etcétera de verbos, sinónimos o maneras de decir que nos brinda el diccionario (imagino que el francés también). Por qué entonces no utilizar otro expresión más amable, menos ofensiva al oído.




Cómo personaje público, cuando te pronuncias ¿no deberías a la humanidad o al inmediato más próximo el compromiso de no odiar tanto?. 

Tú crees, como yo,  que la política es un juego sucio,  dices ser fiel a los tuyos y salvarlos de toda quema justa e injusta, por mucha condena de un juez que exista, que te muestras estar por encima de lo que señalas, condenas y niegas  con el dedo, que te manifiestas como una mujer libre e independiente: realmente ¿en qué crees tú?. Y sí, al final te entiendo, la entrevista da en el clavo: crees en la contradicción. No crees que cuando se cree en la familia en la amistad, como tú dices, uno no odia, cuando se cree en la inteligencia como tú reconocías creer en la del que fue tu compañero Françoise Truffaut,  tampoco se odia. ¿Por qué esa palabra tan repetidamente en tu boca Fanny? 
Se muy poco de tu vida, prácticamente nada. El hecho de que tengas un palmarés de 78 películas a tus espaldas te acredita y dice mucho de ti,  el simple hecho de ser artista también te concede un valor extra a mi mirada,  por ello te aplaudo, pero odiar Fanny, no, odiar ya odian bastante los que matan, roban y quitan la vida a los otros, además de destruir la propia. No odies tanto, no te restes belleza, tienes el privilegio de la tribuna, tu voz se escucha, por eso llega hasta mí; me encanta oír la palabra en la voz de una artista, de una mujer con coraje que no se deja someter, que se aleja de la sentencia de los juicios mediáticos, que vive y aplaude el arte de envejecer con naturalidad:  dignamente,  no me gusta tanto la que dice le gusta vivir peligrosamente, la que dice amar las contradicciones, yo también las autorizo y reconozco, pero amar lo que se dice amar, no las amo. Seas como seas y digas lo que digas la palabra odiar en tu boca ni en la de nadie no me gusta Fanny Ardant.   ¿Quieres, puedes hacer algo al respecto? Gracias.

Elena Larruy



Imagen Fanny Ardant


jueves, 26 de diciembre de 2019

UNA SONRISA PARA MARTINA

























Improviso un poema y un bizcocho,
busco unas palabras
y una vela
que devuelvan la sonrisa a Martina.

¿Estás ahí?, le pregunto en un Whatsapp
a tres pasos de casa.
¿Puedo pasar?  «dale»
 me responde en «argentino».

Me invita a un macchiato y un abrazo,
celosa la perra toma  mi falda,
me cuenta que habló con su hija en Rosario
y que no para de llorar.

Hablamos de La Navidad, de mi Blog, de Darío
de los hidrolatos y las esencias
de la vicepresidenta argentina
     de lo sola que está.

¡Tomé un enfado bravo!
mira vos que me contó Victoria...
En Febrero agarro un billete
y me presento en Rosario.

Me intereso por el tipo
que la invitó a cenar el sábado,
me muestra perfil y foto,
le digo lo que pienso: «un básico»

Me devuelve una sonrisa
y me contesta: a  mí el que me conviene
es el flaquito, el de la escalera de al lado,
el de la bici,
parece un buen tipo.

¿Sabés vos de quien  hablo?
De otro «fondo de armario» Martina.
Se peta de la risa a la cuestión que le planteo
¿no es mejor estar sola que con un ropero?.


Elena


jueves, 19 de diciembre de 2019

LA POESÍA PUEDE SALVAR AL HOMBRE





Empezaré diciendo que detrás de cada buen artículo hay un gran periodista y una más que excelente figura humana, de esas que tienen no solo calidad literaria, en este caso periodística, sino también rigor y exigencia. El artículo Poetas y Filósofos al que me refiero es el publicado por La Vanguardia el pasado 18 de este mes de Diciembre, cuyo enlace dejo más abajo. En él Lluís Foix menciona a dos grandes hombres muy viajados por todas las letras, como el expresa,  Llorenç Gomis y Carles Nadal, de los que dice podían hablar de autores de la generación del 98 como si fueron de su propia familia, hasta ese punto conocían a Unamuno y Baroja. Gomis hablaba de belleza, bondad, elegancia humana, convicciones, ¡dios, me llevo las manos a la cabeza!, ¿donde están esos hombres?. Buscaba la verdad entre las dudas, ese sí que sería un buen influencer. Los dos, cuenta, tenían un talante liberal sin fronteras ni físicas ni mentales, eran hombres libres de pensamiento, lo que unido a sus amplios conocimientos de la historia pasada y presente así como de lo que acontecía y observaban de los comportamientos humanos los convertía en grandes humanistas. La vida de esos dos hombres doctos y sabios que además leían y sentían la poesía estaba llena de todo sentido. 
Este artículo de Luis Foix que me ha llegado a través de Fernando, un familiar, al que agradezco,  es digno de reflexión, si, de pararse a dar valor y sentido a las palabras, de ver en que nos están convirtiendo y a que nos están reduciendo: contiene verdad de la buena, cada vez más escasa, de la que a mí me gusta, no de la posverdad, o mentira emotiva,  sobre la que se construye la vida ahora, donde cualquier mentira es verdad, donde todo lo público se convierte en banalidad y emotividad simplona, en el mejor de los casos, en el peor en juicios y condenas populares donde nadie se atreve a levantar la voz por miedo a ser sentenciado y quemado en la misma hoguera. Ahí lo dejo.

SI, YO TAMBIÉN DEFIENDO QUE LA POESÍA PUEDE SALVAR AL HOMBRE. Estoy a la espera de ver que influencer de valor y conocimiento levanta esa bandera para sujetarla con mi mano. 

Elena Larruy




sábado, 14 de diciembre de 2019

QUERER A LOS PADRES CUANDO SE HAN IDO

La nostalgia, como el tango, no va conmigo. No echo la mirada al pasado, me pesan las heridas, lo que no rechazo es el sentimiento del cariño recibido de mis padres. Ahora que ya no están, estamos aprendiendo a querernos más y mejor, vengo de una generación que se quiso poco, y pocos fueron los abrazos. En su momento los quise como quieren los hijos, despreocupadamente y a medias. Completo ese cariño a medida que vivo y tengo otra medida de lo que fue el amor y la atención recibida. A menudo escucho el sentimiento de arrepentimiento en hijos que se lamentan por no haberlos querido más y mejor. Yo digo que nunca es tarde, también que no somos culpables por no haber sabido querer como merecían y seguramente esperaban; esto es una escuela, siempre estamos aprendiendo y siempre estamos a tiempo de quererlos, de alguna manera están, yo así lo siento "no todos son igual de expresivos", hay que bajar el ruido y conectar con el corazón para escucharlos y poder hablar y decirles lo que no les dijimos, yo por ejemplo les digo que los siento muy cerca del corazón, y ellos me responden lo mismo. Mis padres me dieron todo lo que tenían, de la mejor manera que supieron y sabían. De ese sentimiento salió este poema.




                                                                                                A mis padres


CUENTAS PENDIENTES

Con mis padres tengo
una deuda de cariño
que pago
a plazos vencidos;
ellos ya no están
aquí conmigo.
De tanto en tanto
siento un abrazo
con acuse de recibo
en una voz
pegada a mi oído
que me dice:
deuda satisfecha,
atendida:
cambio.

Elena


martes, 10 de diciembre de 2019

LA RESIGNACIÓN DEL SABIO


Pienso como Nietzsche que el sabio cuando llega a viejo se paraliza su acción. Sus conocimientos se replican e interpretan en la sociedad siguiente, se teoriza sobre ellos, pero muere el instinto creador y la acción que los impulsó. 




Yo creo que el saber mata la fuerza del instinto, no deja lugar para la acción. La verdad es que todo conocimiento nuevo carece de un mecanismo ejercitado y de unos hábitos placenteros. Pero todo esto se produce después. Esperamos a que una nueva generación coja la cosecha, no nosotros. Esta es la resignación del sabio. Se ha vuelto más pobre y más débil, incapaz para la acción, por decirlo así, paralítico; es un vidente que se ha quedado ciego y sordo.
Tratados filosóficos
Fiedrich Nietzsche





Lo que distingue las mentes verdaderamente originales no es que sean la primeras en ver algo nuevo, sino que son capaces de ver como nuevo lo que es viejo, conocido, visto y menospreciado por todos.


jueves, 5 de diciembre de 2019

NADA TUVE, NADA QUIERO



                                                        Sesión  KARMELO C.IRRIBARREN


Despidiendo al tío Vicente

Fue durante su entierro
que se acercó un familiar,
me dio dos besos
y me enseñó una fotografía
que llevaba en su mano:
son tus abuelos:
paternos,
me aclaró.
Mentiría si dijera
que no sé lo que sentí.

Fue como cuando alguien
te ofrece algo viejo 
que perdiste hace
mucho tiempo
         y no estás seguro
de querer recuperar.

Elena


lunes, 2 de diciembre de 2019

SALVAR LOS SUEÑOS


Autor Edward Fairburn



SALVAR LOS SUEÑOS


Hoy
me desperté
adolescente,
caprichosa y rebelde,
con la extrañeza
del que vuelve a casa
después de un viaje:
nunca somos los mismos
al regreso.
No se de donde vengo.
Pido cuentas al espejo;
me equivoco de persona,
la despido y me regreso
al paraíso de mi cama
a descansar la mirada:
un mal de ojos me ataca
con recuerdos inútiles y viejos,
más intacto deja el vacío
de los sueños,
para aquellos que aún
no despertaron.

Muchas son
las cosas
que la nieve blanca de los años
nos esconde:
cuando el corazón
echa cuentas,
no le salen las letras.

Son los sueños
los que nos salvan
de la mirada gélida y adusta,
                por eso yo, los abrigo,
por eso yo los despierto.

Elena Larruy

sábado, 30 de noviembre de 2019

VIVO EN CASA DE MI GATO

Una vez tuve una gata, se llamaba Nuca, era como describe el poema, pero mucho más traviesa que no cuento, y no fue la única, varios fueron los gatos y gatas que tuvimos cuando criábamos hijos. Los gatos murieron, los hijos se hicieron mayores y fueron dejando el hogar, luego vinieron los nietos, como caídos del cielo, el mejor de los regalo. Ellos, la música y los gatos abrigan los corazones en el invierno, cuando se siente el frío y la nieve blanca cae sobre la edad.



                                                                                                  
Para Mía Huguet la gatita que ya es una gata


PARAMIAHU
mi música predilecta.

Me gusta su distinción,
sus rasgos felinos
su trato justiciero
acariciar su pelo fino,

sus andares elegantes
su manera de esperarme
y ajustarse a mi regazo,
cuando a mi costado se tumba
y ronronea: me gusta,
o cuando se pone zalamero
y remolón
y para mi hace la croqueta
y de repente brinca
a esconderse
en el primer cajón que encuentra.

Me acomodo
a su vivir independiente,
lo mismo que él hace al mío,
nunca inoportuno,
al contrario, me gusta la caricia
que me dice:

¡tú me gustas!.

A veces es engreído
ufano y altanero,
así: también lo quiero.

De su higiene y de su pelo
se ocupa con esmero,
afila sus uñas en un madero.

Algo exquisito en la comida:
come bien y poco,
si se indigesta: toma hierba
en su maceta y ayuna.

Políticamente incorrecto,
inadecuado a las visitas,
no se anda con chiquitas:
si le gustas, te acaricia con su lomo
si no, huye sin titubeos.

Cuando el radar de su cola
lo pone en guardia,
porque atisba un peligro:
arquea el lomo
huyendo a toda prisa
con los pelos en punta
y un soplido muy
pero que muy furo.

Más si de amores se trata
visita otras casas
en busca de gatas.
Maltrecho y despeinado,
a su regreso
no hay reproches ni enfado
bajo este techo,
para este amor correspondido
que cuida y protege
que acompaña y abriga
que asiste y reconforta
en la mejor medida,

que me espera cada día
al volver a casa.

¡Créeme!
¡Hazme caso!:

Deja que te adopte un gato.

Elena Larruy

miércoles, 27 de noviembre de 2019

ECOS DE HORROR Y CÁNTICOS COTIDIANOS




Este poema es un trabajo que Sara, la profesora de literatura, nos pidió en el taller de poesía al que asisto. Propuso crear una poesía a partir del poemario Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, y así lo intenté, inspirándome en otra ciudad  Bangkok, de donde acababa de regresar de unas vacaciones y había observado el mismo feroz capitalismo y la misma explotación humana que el poeta Granadino vió en Nueva York. Después de horas de intento frustrado, de ensuciarlo con datos y hojarasca de escaso valor poético, acabé abandonándolo.
En otra sesión la propuesta era construir otro poema de carácter cotidiano, en un  lenguaje coloquial inspirado en el poema Un jueves telefónico, de otro García: Montero. Este parecía más fácil, o así me lo pareció. De manera que atendiendo las propuestas y la pauta sugerente que nos acababa de dar, en el sentido de que hiciéramos que los poemas dialogaran, me puse en ello.
Y como a menudo pasa componiendo, se parte de una idea y el poema toma el mando para llevarte donde él quiere. Así fue en esta ocasión, y no solo eso sino que al final concluí que estaba matando  "dos pájaros de un tiro", aunque yo diría que a uno más que matarlo lo herí: dando así por terminados mis dos trabajos, lo que se dice "un dos por uno".


ECOS DE HORROR Y CÁNTICOS COTIDIANOS

Sobre las seis y media me despierto
con una idea fija en la cabeza
"hacer que dialoguen los  poemas",
que nos dijo Sara en la clase.

Con trazo indolente
retomo el mío, a medio hacer.
Un río aceitoso lo atraviesa;
entre sus lodos mugrientos
mis versos náufragos, en Bangkok.

Al otro lado,
en un clic de pestaña:
otra frontera, otro estado, otro tiempo.
Federico me espera en Nueva York
a orillas del Hudson, atrincherado
con sus vacas patos y corderos.

Millones de insectos sin alas
de apariencia frágil y humana
circulan con atropello
por las calles de Bangkok:
cemento y rascacielos:
"en tres de ellos cabe mi pueblo"
que diría el de Fuente Vaqueros.
Con sangre de coco y arroz
colonias de hormigas
del mismo aspecto,
malviven en Tailandia,
en una vasta explotación
implacable y desalmada.
Rama X:
el dueño del gran hato,
el reyezuelo explotador
ambicioso y malvado,
que reduce cabezas,
y "hace argamasas de adobe gris
con los cuerpos"
con las que construye fortuna
y casas.

Mientras voy y vengo,
-entre desventura y desgana-,
enhebrando estrofas
y descosiendo versos,

por una ventana emergente
asoma Arturo: El Cid de las letras.
El periodista muestra
una historia que me atrapa:
le digo que sí,
que me voy con él a su casa.

Cuenta
que estando en Sevilla
y volviendo al Hotel
de Las Teresas, de tomar unas tapas,
se cruzó con Espartaco,
que los dos se fundieron
en un gran abrazo,
que sin ser amigos,
periodista y torero
se tenían  cariño:
que es hombre bueno
el de Espartinas,
humilde, cumplidor
y de buen trato.

Hace unos años
se enroló con su cuadrilla
dos semanas,       
para hacerle un reportaje.
Juntos recorrieron kilómetros,
por pueblos, ventas y plazas.
Una noche oscura
sentados en un porche,
el matador, al oído, le contó
una nefasta tarde de corrida:
de esas que en la plaza te gritan:
¡cobarde! ¡estafador! ¡sinvergüenza!

No lograba al toro, clavar el estoque.

En la barrera, la voz angustiada
de Alejandra, su hija,  en brazos de la madre
le gritaba al padre: ¡Vámonos a casa papá!

Una cortina de agua corría por sus ojos,
al astado morlaco no veía,
y se dijo: ¡o me mata o lo mato!

¡Y fue el toro el que derramó su sangre!
para que la hija volviera a casa
con el padre.

Conmovida por la historia
que acababa de leer
y antes del adiós
me cuenta Pérez Reverte
que le ha cambiado la mirada
que hace años que no pisa un tendido:
le mando mi ovación
desde la barrera de mi casa
y mientras aplaudo
oigo extrañada una voz
que al otro lado me grita:
 ¡traidora!
            ¡vuelve a casa conmigo
y acaba ya la faena! ¡Ingrata!

y me voy, me vuelvo,
me cambio ya de tendido,

me voy con Federico
al otro lado del Hudson.

Elena


El poema acabó siendo un relato vertical, que  me dejó la satisfacción del esfuerzo y del intento. Ese es mi mérito, y no otro. 
  



Poemas de referencia:

Un poeta en Nueva York de Federico García Lorca












Caricatura de Luis García Montero



martes, 19 de noviembre de 2019

JUEGA, NO PREGUNTES



SENTIR 

SOLTAR 

SONREÍR 

DISFRUTAR

Ahora entiendo que no soy yo. Me estoy dejando llevar. Todo se mueve. Permanezco todo el tiempo en contacto con la naturaleza, escuchando sus sonidos, privilegiando el diálogo con la noche y sus estrellas, el cultivo de todo tipo de plantas, la escalada a las montañas que parecieran ser besadas por las nubes, el escuchar los sonidos de las quebradas y dibujando las vivencias campesinas con la musa poética que emerge del todo y la nada, libre de análisis, de interpretaciones mensurables desde la mente que abunda en razones alimentadas por el pensamiento, que siempre intenta justificar el conocimiento desde el intelecto. Nos han hecho creer en la individualidad, en la fragmentación de la vida. Esa es una dimensión del conocimiento que ostentan los niveles de consciencia bañados de pensamiento razonado, pero carente de la naturaleza espiritual de las corrientes de vida que danzan en este plano y que ya empiezan a redescubrirse.

La vida contemplándose a sí misma
Héctor Rodríguez Orellana



miércoles, 13 de noviembre de 2019

CÓMO LEER POESÍA




Claves para la lectura de Poesía: CÓMO LEER POESÍA

Leer poesía es dar un salto a una realidad más sugestiva y más noble, con infinitas posibilidades. En casi todas las frases que cruzamos a diario hay palabras de más, en los poemas solo han de estar las estrictamente necesarias. Una premisa importantes a una buena  lectura de poesía es hacerlo  en voz alta. En poesía el sonido es importante. Si lo que queremos es conocer el poema,   ha de leerse  varias veces con atención, saber qué quiere trasmitir el autor. Leer Despacio es otra condición,  palabra por palabra, bien vocalizada,  respetando todos y cada uno de los signos de puntuación. Acelerando cuando lo que se dice es menos importante, y ralentizando cuando sí lo es. Lo más reseñable se dice lento. En poesía el que escucha procesa de maneras diferentes, ha de ver la imagen si es visual, escucharla con claridad si es auditivo y sentirla si su percepción es más sensitiva o kinestésica. Se ha de leer sin prisas.

El Tono en la comunicación hace que la lectura sea persuasiva y convincente; su vibración depende de si las cuerdas vocales  son cortas o largas, las cortas tienen mayor vibración y su tono es agudo, mientras que el tono de las largas es graven. Hay toda una gama vocal de tonos para ajustar la intención de la palabra o frase que se expresa. La entonación es  una regla primordial en la lectura.
El Timbre es la suma del sonido que sale de las cuerdas bocales y de la caja de resonancia. Boca nariz, fosas nasales: de su disposición y tamaño dependerá que el timbre cambie su sonido. Para obtener un buen resultado  se ha de abrir bien la boca.

La Intensidad es el volumen, y depende de nuestra respiración. Es la fuerza con que lanzamos el aire desde el diafragma  hacia las cuerdas vocales. Existen sencillos ejercicios de respiración y disposición que enseñan a adecuar y preparar la voz antes de la lectura.

Leer en voz alta, como ya he dicho,  es recomendable: engrandece el poema, incluso dramatizar, sin que eso signifique gritar ni exagerar. Las palabras tienen sentido y sonido; muchas veces no entendemos el sentido de un verso y es la musicalidad lo que despierta nuestro interés; el canto multiplica su fuerza lírica.
Os animo a leer buena poesía, a que lo hagáis en voz alta, a que disfrutéis de ella.

Elena


viernes, 8 de noviembre de 2019

LA MIRADA POÉTICA



La poesía es mucho más que un género literario. Se debe diferenciar entre poesía y poemas. Poesía es una forma de mirar el mundo; leemos poesía en las caras, en la naturaleza, en los objetos, en la música, en un cuadro. El poema puede ser o no valioso; la poesía y su valor creativo lo es siempre, porque nos lleva a una visión del mundo mucho más enriquecedora y expansiva.

En más de una ocasión ha llegado a mis oídos aquello de que la poesía no aporta nada a la sociedad ni al mundo, que las personas que viven con visión poética están fuera de la realidad, entendida como aquello que se puede tocar y medir, y que se sitúa  en el plano lineal de espacio tiempo. Sin embargo hay realidades mucho más extensas y profundas, campos de realidad desconocidos por la gran mayoría y por lo tanto no  explorados que enseñan al hombre conocimiento de si, que lo ayudan a evolucionar.

La visión poética es esencial en todo ejercicio de creatividad, es una vía de trascendencia que conecta al hombre con la fuente del ser -con la esencia- por un lado, y por otro, en su relación con lo que muchos entienden como "el mundo real", lo enriquece, le otorga luz y brillo con una interpretación más profunda que aumenta su valor.

¿Hay poesía en las matemáticas?: rotundamente sí. En las estructuras fractales hay auténticas formas y ritmos con contenido poético; en las formaciones geológicas hay poesía. En todo pensamiento científico siempre está presente un componente poético, no lo olvidemos. La poesía es una manera de mirar; afirmo que hay nata montada en el cielo: sí, y coliflores de agua creciendo en su huerto: también... no solo nubes panzudas cargadas de agua de lluvia.

Existe un sinfín de formas de entender la vida, de ver caminos donde otros no los ven. Deberíamos explorar más a fondo aquellos que nos proporcionan vías pacíficas y auténticas de evolución.

Elena


Otra forma de mirar el mundo por Gracia Iglesias


martes, 29 de octubre de 2019

NO QUIERO


Retrato de Dora Maar-Picasso

En memoria de la poeta ANGELA FIGUERA AYMERICH y su poema No Quiero


La comprensión es una calle de doble sentido.
 Eleanor Roosevelt


No quiero
que haya miedo en las calles,
que se incendien ni  bañen de sangre
que dueños tengan los países
que las razones no sean plurales.

No quiero
que la tierra se cuartee
que el dinero gobierne este patio
que el que más tenga, mande
que monte un negocio de clones:
que los programe.

No quiero
memorias enmohecidas
no quiero siglas serviles
no quiero  consignas de arrastre
no quiero barcos sin vela
no quiero vela sin luz, sur sin norte
vida sin arte.

No quiero
que al suicida no se le abrace
no quiero un niño sin padres
no quiero al que no desaprende
no quiero al hombre ignorante.

No quiero vivir sin belleza

No quiero el dominio de nadie.

Elena



domingo, 20 de octubre de 2019

HACER DE LA NECESIDAD VIRTUD

 
Artista Christoher David White

    El deterioro en la vejez es irreversible, el cuerpo tiene cada vez mayor dificultad para actuar,  lo que lleva al adulto a retirarse, a apartarse de la sociedad, a mirar al mundo con menos interés, incluso con desdén, y no solo le aleja su debilidad, también el propio mundo lo margina. Son varias las características  que aparecen con el envejecimiento, una de ellas es el miedo: miedo a enfermar, a caerse, a constiparse, a que le falte el dinero, miedo al abandono, a quedarse solo. Otra característica es la falta de curiosidad y la indiferencia con las cosas que le rodean. Se encierra más en sí mismo y se entrega con mayor frecuencia a rutinas y  hábitos viejos con los que sentirse seguro. Renuncia a lo nuevo,  porque lo nuevo le produce inseguridad, desazón y desconcierto. Cuentan que Kant era un hombre muy meticuloso, terriblemente disciplinado y predecible, hasta el punto de convertirse en un gran maniático, que hacía de su disciplina una religión. Cuando se renuncia al interés del descubrimiento y del cambio, se corre el peligro de convertirse en alguien así.
    La posibilidad de seguir aprendiendo, no solo intelectualmente sino también internamente, es necesaria. Muchos son los que en ese declive se refugian en creencias de tipo religioso, necesitan sentir que hay algo superior que da sentido a sus vidas y los protege. Otros crean dependencias, necesitan la seguridad del grupo y buscan el refugio de la familia, cosa por otro lado natural. Una característica de la que poco se habla y menos se estudia es el dolor, el sentimiento de vacío y soledad que sufren los más mayores. Cuando se llega a esta etapa de silencio forzoso, de obligada retirada,  hemos de aprender -y nunca dejar de hacerlo- a percibir y mirar con actitud positiva.  Sentir de manera que más nos favorezca, para que como el buen vino, con los años,  no nos avinagremos y seamos gratificados con el sentimiento de que hemos sido los conductores de nuestra vida,  y lo queremos seguir siendo hasta el final de nuestra vida: vencidos sí, que decía  Cicerón, pero nunca destruidos

    Reinterpretar las ideas y las creencias, ser creativos.  Establecer nuevos hábitos de conducta modifica nuestra biología y nos ayuda a sacar más y mejor partido a la vejez. Meditar, si nunca lo has intentado, es hora de hacerlo: beneficia la salud emocional y por lo tanto nuestro sistema nervioso, lo dota de paz y coherencia.
Hacer de la necesidad virtud, que decía Simone de Beauboir, en una actitud de valor y constancia. Vivir al final de la vida como un desafío: ese es el lema.

                                                                          Elena Larruy




martes, 15 de octubre de 2019

SER LA DUEÑA DE UN TIEMPO QUE SE ACABA


El valor del hombre para no ser destruido,
puede ser vencido pero no derrotado.
Cicerón




SER LA DUEÑA DE UN TIEMPO QUE SE ACABA

Atravesar el crepúsculo
con sueños desarmados,                                     
reconocer el error
y enmendarlo,
levantar la cabeza,
ver crecer la luna
y mientras pasa
                     colorear recuerdos.

Recoger la mirada,
disfrutar de la música,
de la buena letra
de las manos que la acompasan.
Alterar el orden de las horas,
ser la dueña de un tiempo
que se acaba.
Dar al  corazón tribuna,
quitarle hierro y espesura:
avivar su tempo.

No existir a medias,
en memorias de condenas
y de ausencias, de dictados
que gobiernan la conciencia,
de duelos ya llorados,
y versos cansados
de rimar tristezas.

Cuanto más se del mundo,
cuanto más del hombre
y la razón que lo ordena,
mayor es mi arresto.
La verdad en mi boca
se hace pequeña;
un feroz desencanto crece
y en la garganta deja
el sabor amargo de un fermento.

"Apenas siento el corazón"
ni el cauce que hacia el tuyo
lleve el mio. Seré vencida, sí,
más nunca derrotada,
en las horas de la edad que pasa,
de un tiempo que se aleja
sin nada mio.


Elena Larruy


jueves, 10 de octubre de 2019

UN VIVIR EMBOTELLADO



Hace pocos días hablando con una nieta que vive en Suiza, me explicaba algo relacionado con sus estudios que me llamó la atención. A la observación que le hacía sobre la importancia de subrayar los textos a la hora de estudiar para retener y memorizar contenidos, me decía que su profesora les hacía formar frases con la materia subrayada con el fin de concretar, concentrar y retener lo relevante y esencial de la lección. En ese momento leía yo máximas escritas por Eduard Punset, relacionadas con el humanismo y el crecimiento del hombre; una de esas frases, importantes, con las que reflexionar decía: En materias de amor y desamor somos como recién nacidos toda la vida: cierto es, o si no, así lo pienso Otra venía a decir: Repetimos el pasado por no saber imaginar el futuro, y también es cierta, cometemos siempre los mismos errores porque nos falta imaginación y también valentía, y la tercera y última decía así, (y lo decía alguien que había dedicado parte de su vida precisamente a la política): La política es la peor invención humana.


Pues bien, a colación de la conversación con Mia, ese es su nombre,  y de la lección importante que me estaba enseñando, pensé hacer ese mismo ejercicio con las tres sentencias de Punset que estaba leyendo, y quedó la siguiente frase que aquí dejo, y que bien resume la ineficacia del hombre por resolver asuntos de vital importancia para su buen desarrollo:

SI VAS A COMETER ERRORES, ASEGÚRATE QUE SEAN NUEVOS. Si no hay error, no hay acierto. 



Y por último dejaré escrito otro aforismo de Federico García Lorca que acabo de encontrar y que me parece sabio y certero: La única cosa que la vida me ha enseñado es que la mayoría de las personas pasan sus vidas embotelladas dentro de sus casas haciendo las cosas que odian. Habla precisamente de esa incapacidad que tenemos los humanos para cambiar el mundo, de romper esquemas, de arriesgar y equivocarnos. Repetimos y repetimos, en un sin vivir, siempre las mismas cosas. Transitamos por los mismos caminos, tropezamos en las mismas piedras...Eso no nos lleva muy lejos y nos deja un sabor acre en la garganta unas veces y otras profundas cicatrices o morimos de hastío y aburrimiento. Ni el amor nos encuentra ni lo encontramos, y además somos gobernados por ineptos, malvados o dormidos que nos privan de libertad y conocimientos, dejamos de ser los dueños, los conductores de nuestras vidas. Algo así como muestra la imagen del pez en su pecera, rodando y rodando con cara de incógnita que nunca se despeja, en la misma pecera toda la vida. Uffffff...

Elena
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