El valor del hombre para no ser destruido,
puede ser vencido pero no derrotado.
Cicerón
Atravesar el crepúsculo
con sueños desarmados,
reconocer el error
y enmendarlo,
levantar la cabeza,
ver crecer la luna
y mientras pasa
colorear recuerdos.
Recoger la mirada,
disfrutar de la música,
de la buena letra
de las manos que la acompasan.
Alterar el orden de las horas,
ser la dueña de un tiempo
que se acaba.
Dar al corazón tribuna,
quitarle hierro y espesura:
avivar su tempo.
No existir a medias,
en memorias de condenas
y de ausencias, de dictados
que gobiernan la conciencia,
avivar su tempo.
No existir a medias,
en memorias de condenas
y de ausencias, de dictados
que gobiernan la conciencia,
de duelos ya llorados,
y versos cansados
y versos cansados
de rimar tristezas.
Cuanto más se del mundo,
cuanto más del hombre
y la razón que lo ordena,
mayor es mi arresto.
La verdad en mi boca
se hace pequeña;
un feroz desencanto crece
y en la garganta deja
el sabor amargo de un fermento.
"Apenas siento el corazón"
ni el cauce que hacia el tuyo
lleve el mio. Seré vencida, sí,
más nunca derrotada,
en las horas de la edad que pasa,
de un tiempo que se aleja
sin nada mio.
Elena Larruy
Cuanto más se del mundo,
cuanto más del hombre
y la razón que lo ordena,
mayor es mi arresto.
La verdad en mi boca
se hace pequeña;
un feroz desencanto crece
y en la garganta deja
el sabor amargo de un fermento.
"Apenas siento el corazón"
ni el cauce que hacia el tuyo
lleve el mio. Seré vencida, sí,
más nunca derrotada,
en las horas de la edad que pasa,
de un tiempo que se aleja
sin nada mio.
Elena Larruy