sábado, 5 de septiembre de 2015

LA SIRENA DE MARC CHAGALL




Yo casi siempre estoy afuera,
como fuera de mí.
Vivo entre nubes blancas viajeras, -a veces-
y otras,  acomodada bajo el ala de una cigüeña:
¡me gusta su olor a  vida recién estrenada!

Una vez tuve un padre,
ahora soy huérfana.
Nací de sus sueños,
de su magia,
de entre sus manos
¡me echó a volar!: con sus pinceles,
como ángel salido de un océano.

No conozco mi nombre,
no tengo alas,
ni piernas,
ni casa que habitar,
pero sí una gran cola de plumas y escamas
que en las noches vuela sobre la bahía,
¡por eso siempre estoy afuera!
¡tan afuera!

No esperes encontrar más techo protector que el ala de tu cigüeña: me dijo la luna.
Yo soy tu madre: la redonda, la llena
la que custodia tu sonrisa
la que te alumbra en la noche para que no te pierdas.
Cuando yo no estoy, te dejo a cargo de las estrellas.
¡en ningún  otro hogar se te  espera!

Oye luna fecunda… antes de irte,
¿sabes por qué mi padre me pintó sirena y no colibrí?
¿por ser hija de un sueño quizás?...
¿sabes cómo me llamo?

Y ese ramo de rosas y azucenas que puso en mis manos…
¿era para ti?  ¿o para el colibrí que no fui?

El rojo volcán de tu pelo,
lo pinto de tierra y fuego,
de aire cubrió tu vuelo desnudo,
de plata océano,  y olas de espuma te dibujó  sirena.
Te concibió para habitar en mil universos
por eso no te hizo estatua,
por eso no tienes piernas, ni casa, ni dueño.
¡Por eso vives afuera!
Porqué una eternidad antes ya viviste adentro.

Por siempre serás su amada sirena: la nuestra
Ah!
Y tú nombre… como el mío: es Bella.

Elena Larruy

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