martes, 19 de noviembre de 2019

JUEGA, NO PREGUNTES



SENTIR 

SOLTAR 

SONREÍR 

DISFRUTAR

Ahora entiendo que no soy yo. Me estoy dejando llevar. Todo se mueve. Permanezco todo el tiempo en contacto con la naturaleza, escuchando sus sonidos, privilegiando el diálogo con la noche y sus estrellas, el cultivo de todo tipo de plantas, la escalada a las montañas que parecieran ser besadas por las nubes, el escuchar los sonidos de las quebradas y dibujando las vivencias campesinas con la musa poética que emerge del todo y la nada, libre de análisis, de interpretaciones mensurables desde la mente que abunda en razones alimentadas por el pensamiento, que siempre intenta justificar el conocimiento desde el intelecto. Nos han hecho creer en la individualidad, en la fragmentación de la vida. Esa es una dimensión del conocimiento que ostentan los niveles de consciencia bañados de pensamiento razonado, pero carente de la naturaleza espiritual de las corrientes de vida que danzan en este plano y que ya empiezan a redescubrirse.

La vida contemplándose a sí misma
Héctor Rodríguez Orellana



3 comentarios:

  1. Que hermoso poder hilvanar palabras y sentimientos para hacer nacer una hermosa poesía. Gracias

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  2. Realmente son hermosas las palabras de este texto, y vuestra sensibilidad Adriana y Rosa, hilvanando sentimientos conmigo. Gracias a las dos.

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