sábado, 26 de octubre de 2024

POESíA ERÓTICA PARA UNA TARDE DE SÁBADO





Las lluvias de Octubre mojan las calles con fuerza y humedecen tristezas. Como queriendo penetrar la soledad y la nostalgia de los apagados del mundo. Hoy es sábado, veintiséis de Octubre, cae una intensa lluvia donde me encuentro. La tormenta eléctrica es muy fuerte, ilumina los cielos, poco antes del amanecer. Al poco se hace de día, miro por la ventana y no hay un alma. Todas están al refugio. No hay sospechas de ningún rayo de luz. Ningún indicio de color. Los toldos de las terrazas  se habrán de recoger, cuando dejen de llorar. Dejar que que entre la luz y el calor que necesitan los cuerpos, ahora que se acerca el invierno. Mientras tanto podemos jugar a embriagarnos de vida, debajo de las sábanas, un sábado de otoño como el de hoy, gris ceniza y lluvioso. Jugar al juego del amor. El día es propicio; se presta. Además todas las horas, de todas las tardes, de todos los sábados, de todos los otoños, están hechas para darse al placer, al sexo, a la lujuria de un pensamiento que se desborda y quiere morir desecho en la orilla de otro cuerpo. Acariciando sus comisuras y lindes, sus zonas prohibidas. Deslizándose por vertientes pendientes, oquedades y precipicios. Con ternura y suavidad del iniciado, primero, con firmeza tensa de amante experimentado, después. Susurrar al oído palabras clave que abren puertas y cavidades. Misterios indescriptibles. Hay que estar dispuestos a morir en el asedio con su arma de fuego apuntando al cielo. Darlo todo para su deseo y el tuyo. 
No hay mayor placer, que disfrutar del amor con tu pareja, o en su ausencia, con lo que más a mano tengas. Todo está permitido para alcanzar la dicha en un cielo que no discrimina.
Amar y gozar, entregarse al placer sin límites. Dar todos los besos que nos guardamos, los que no dimos. Volar. Derramarme en ti, contigo, o en tu ausencia remota: conmigo. Ese es el plan amor. Vente conmigo. 




SÓLO TU MISMA EN EL ÁCTO 

Extendida, carnosa, húmeda.
Un temblor sin lapso. Sin equívoco. Torbellino en torno de la flor de blando terciopelo, acorazonada, que nace del clima
de tus piernas como un grito nocturno. Flor que se liba.
Sombra de flor. En la sinfonía ciega de las corrientes lozana forma de mis manos sin ojos. Cuerno remoto de los rendimientos.
Llego navegando ondulaciones desesperadas. Soy dichoso.
¿Cuál es el color de esta fruición desencadenada, cómo llamarla, qué dios nos ha entregado esta conjunción? Me iré, Venus,
me iré, pero antes quiero apurar la copa. Ahogar los límites mollares, sofocar los cerrojos albeantes, vencer la sombra leda
de la desnudez, sacrificar el sonrojo numerado.
No me marcharé hasta que esta vegetal confusión de ondas no se haya cumplido. En tanto mi animal lamedor no esté sosegado.
Amo los blandos linderos de inefable tinte, ondulantes en la selva enana y espléndidamente libre que sobresale de tu cuerpo
como mil vocecillas frutales, el letífico aroma, el muelle calor, el ansioso tremar. Toda tú adunada por mareas geométricas
a mi piel. Toda presión, jadeo, huida, retorno, blancor, demencia. Nadadora. Extensión que amamanta mi vicio. Sombra
del láudano bajo mi pesado tiempo.
No partiré sin llevar una hora feliz en la corola, giradora, vencida y celante de los ojos que como al sol te reciben.

Poesía de Rafael Cadenas



ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO.

Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.

Me desordeno, amor, me desordeno
(…) Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.

Poesía de Carilda Olivier




EN LA DOLIENTE SOLEDAD DEL DOMINGO

Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sabanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.
Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.
Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.
Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.
Llueve copiosamente
sobre mi cara
y solo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.

Poesía de Gioconda Belli



EL DESAYUNO

Me gustas cuando dices tonterías,

Cuando metes la pata, cuando mientes,

Cuando te vas de compras con tu madre

Y llego tarde al cine por tu culpa.

Me gustas más cuando es mi cumpleaños

Y me cubres de besos y de tartas,

O cuando eres feliz y se te nota,

O cuando eres genial con una frase

Que lo resume todo, o cuando ríes

(Tu risa es una ducha en el infierno),

O cuando me perdonas un olvido.

Pero aún me gustas más, tanto que casi

No puedo resistir lo que me gustas,

Cuando, llena de vida, te despiertas

Y lo primero que haces es decirme:

«Tengo un hambre feroz esta mañana.

Voy a empezar contigo el desayuno».

Poesía de Luis Alberto de Cuenca




Y DE POSTRE

De entre las frutas sabrosas
que a los postres nos esperan
en la mesa del deleite

melocotones
plátanos
fresas
peras.

Descartadas las manzanas,
de entre todas
yo prefiero
ese momento salvaje de

león come a gacela.

Poesía de Elena Larruy



8 comentarios:

  1. Guauuuu Elena! Que erotismo! Digno de ti Diosa Afrodita.....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no llego ni a gatita, demasiada vida a mis espaldas. Hoy me ha preguntado mi prima Conchi si yo era más leona o gacela. Le he respondido que yo soy ...

      Eliminar
  2. Me has sorprendido muy positivamente

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y lo que te queda Marian!!!. Gracias por tu comentario. Un abrazo

      Eliminar

  3. En estos días que aparecen desapacible apetece quedarse en la cama al lado de la persona querida y retozar. Darse un abrazo y continuar un rato más dentro de las sábanas.
    Tu exposición de la situación me ha parecido muy bonita y los versos son aquellos que se prestan a leerlos con una sola mano, eso si, dependiendo de la edad. Jajaja.
    Gracias por tu escrito y gracias por ser como eres.
    Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  4. Creo que hay que atreverse a hablar de sexo y sexualidad, de erotismo y seducción a cualquier edad. El placer es bueno, tener deseo y atracción por la otra persona es hermoso, y como todo en la vida, está para disfrutarlo y usarlo, cada uno a su manera. Nos hace la vida más gustosa y tiene la ventaja añadida que no necesita un manual de instrucciones. Todo son ventajas. Te abrazo José Ángel. Gracias

    ResponderEliminar
  5. Elena diosa i poetisa, como no podria ser de otra manera!. Eros, Afrodita? Los dos en una misma. Bonita manera de amanecer un sabado lluvioso, reconociendo tu propia preséncia y solitud completa , escogida y compartida contigo misma, gozosa y sensual.
    Cada momento es único y disfrutarlo como mejor nos parezca es siempre una muy buena opción.
    Somos completas y únicas , el gozo y la sensualidad forman parte de nuestro ser húmano y terrenal.
    Un abrazo grande amiga.

    ResponderEliminar
  6. Carmen, mujer inteligente y valiente como pocas. Admiro y celebro de ti como encaras la vida. Es un regalo poder compartir una parte de la mía contigo. Nos alumbra el mismo faro. Gracias querida Carmen.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...