Artista Christoher David White |
La posibilidad de seguir aprendiendo, no solo intelectualmente sino también internamente, es necesaria. Muchos son los que en ese declive se refugian en creencias de tipo religioso, necesitan sentir que hay algo superior que da sentido a sus vidas y los protege. Otros crean dependencias, necesitan la seguridad del grupo y buscan el refugio de la familia, cosa por otro lado natural. Una característica de la que poco se habla y menos se estudia es el dolor, el sentimiento de vacío y soledad que sufren los más mayores. Cuando se llega a esta etapa de silencio forzoso, de obligada retirada, hemos de aprender -y nunca dejar de hacerlo- a percibir y mirar con actitud positiva. Sentir de manera que más nos favorezca, para que como el buen vino, con los años, no nos avinagremos y seamos gratificados con el sentimiento de que hemos sido los conductores de nuestra vida, y lo queremos seguir siendo hasta el final de nuestra vida: vencidos sí, que decía Cicerón, pero nunca destruidos.
Reinterpretar las ideas y las creencias, ser creativos. Establecer nuevos hábitos de conducta modifica nuestra biología y nos ayuda a sacar más y mejor partido a la vejez. Meditar, si nunca lo has intentado, es hora de hacerlo: beneficia la salud emocional y por lo tanto nuestro sistema nervioso, lo dota de paz y coherencia.
Hacer de la necesidad virtud, que decía Simone de Beauboir, en una actitud de valor y constancia. Vivir al final de la vida como un desafío: ese es el lema.
Hacer de la necesidad virtud, que decía Simone de Beauboir, en una actitud de valor y constancia. Vivir al final de la vida como un desafío: ese es el lema.
Elena Larruy