LÁGRIMAS EN LA DUCHA
Todas las lágrimas tienen un propósito de fuga, que a veces el corazón ni sabe. ¡Llevan tanta prisa!
Sudan las axilas, las manos, el ombligo: lágrimas de cocodrilo.
Cleopatra llora a Osiris, Román a Julieta, la Jaquelin al Onasis: increíbles sus lágrimas.
Un juez no llora mientras dicta sentencia justa. ¿Donde se ha visto? En un juzgado.
Agua que no has de beber, rompe el cántaro y no vayas más a la fuente.
Emociones deshidratadas: para darles de beber a-parte. No pasa nada.
A quien mal canta, se le espanta con un manguerazo -con agua de llorar.
Todas las lágrimas en caída libre, no hay quien las pare ni las gobierne.
Para mí las lágrimas son más saladas que amargas. Es una cuestión de gusto... ¿o de disgusto?
Enmudece el corazón, la nube de mis ojos descarga.
Los hay de la opinión que para encontrar un dios que te eleve has de correr primero una cortina de agua. Puestos a elevarse la mayoría prefieren un ascensor... y otras cosas.
¿Porque no creer en el llanto de las plañideras cuando dan a luz?
Quien mal anda, se cae más veces y le salpica el charco en la cara. Lágrimas embarradas.
De todas las lágrimas, las más dolorosas son las que se lloran para adentro. También las que se derraman en la ducha.
Otras son falsas, buscan la caridad con astucia tramposa, responden a un programa de pericia mendiga. Los hay que pican.
Las lágrimas están cargadas de buena poesía. Las hay dulces y amargas, como las almendras.
Nunca ponemos alas a las lágrimas. Es de extrañar. Pocas cosas liberan tanto.
Los hay que antes de salir de casa se insultan, se instruyen y ordenan -por su bien-, se estiran y sacan pecho, los hay que entonan la voz, se asustan, se repasan… Los que salen llorados son los que tienen el terreno más ganado.
Visto lo visto aún tenemos por delante mucho por lo que llorar. No malgastemos las lágrimas.
El llanto afloja la mirada, la deja limpia y trasparente.
Las lágrimas artificiales son como las tomas falsas. Hay quien las compra por caridad.
No creo en las lágrimas de sangre. El dolor no es rojo.
Las lágrimas aclaran la voz, matizan los colores intensos del drama, lo suavizan.
Elena Larruy