MEMORIAS DEL CORAZÓN
(el agradecimiento)
Corría la primavera
por Balmes con Travesera.
Yo también corría
huyendo del invierno
Corría la primavera
por Balmes con Travesera.
Yo también corría
huyendo del invierno
por las mismas vías.
En el pecho una banda
llevaba mi nombre escrito,
de mi padre el apellido
con su orgullo impreso.
Una historia reciente
con sus enseres de hielo
-cetro, llaves, credenciales, tarjetas-
se deshacía.
Nadie asistió a ese entierro.
Aquella mañana sin nombre
una brida maliciosa
En el pecho una banda
llevaba mi nombre escrito,
de mi padre el apellido
con su orgullo impreso.
Una historia reciente
con sus enseres de hielo
-cetro, llaves, credenciales, tarjetas-
se deshacía.
Nadie asistió a ese entierro.
Aquella mañana sin nombre
una brida maliciosa
salió a mi encuentro
y se ocupó del resto:
me derribó con violencia
para en dos partirme el brazo,
y se ocupó del resto:
me derribó con violencia
para en dos partirme el brazo,
el de mando.
Doliente mi causa
y humillada mi suerte
y nos dejó en la mesa de rayos
del hospital más cercano.
Un asistente enfermero
nos recibió con desprecio
-como si yo no estuviera presente-
y envolvió mi brazo derecho
Doliente mi causa
y humillada mi suerte
con urgencia compasiva y humana
nos recogió el otro brazo
y nos dejó en la mesa de rayos
del hospital más cercano.
Un asistente enfermero
nos recibió con desprecio
-como si yo no estuviera presente-
y envolvió mi brazo derecho
entre silencios y mortajas.
El alma asustada
salio afuera,
se negó a entrar en detalles:
aquel asunto "pacato"
no iba con ella.
"En mi cabeza un canon de voces desafinaba"
entre pensamientos crispados
y hogueras encendidas
El alma asustada
salio afuera,
se negó a entrar en detalles:
aquel asunto "pacato"
no iba con ella.
"En mi cabeza un canon de voces desafinaba"
entre pensamientos crispados
y hogueras encendidas
que nada alumbraban.
La primavera siguió con su agenda,
a lo suyo.
¡pan y besos pedía!
Lo asistió el otro brazo
cuidadoso y entregado
redobló la guardia
lo trató con cariño,
nada le echó en cara,
lo ajustó contra mi pecho
con ternura de madre
para darle abrigo.
Lo acunó con ternura
Le hizo saber que no era huérfano.
Y fue en ese momento de ea ea y arrullo
que yo escuché las gracias más sinceras
que jamás antes había escuchado:
las que mi brazo derecho
La primavera siguió con su agenda,
a lo suyo.
Tres semanas y un día pasaron
hasta destapar mi brazo.
hasta destapar mi brazo.
Cuando eso pasó
¡pan y besos pedía!
Lo asistió el otro brazo
cuidadoso y entregado
redobló la guardia
lo trató con cariño,
nada le echó en cara,
lo ajustó contra mi pecho
con ternura de madre
para darle abrigo.
Lo acunó con ternura
Le hizo saber que no era huérfano.
Y fue en ese momento de ea ea y arrullo
que yo escuché las gracias más sinceras
que jamás antes había escuchado:
las que mi brazo derecho
le dio
a mi otro brazo.
Elena Larruy
a mi otro brazo.
Elena Larruy