Como diente de león
que al aire cede
el lugar que ocupa.
Como pétalo escarlata
que abandona su flor
sin herida.
Como hojas de menta
enhebradas
en verde rama marchita,
Elena Larruy
Una, a estas alturas de carrera ha aprendido que "el dinero es el puto amo del mundo". Que la enfermedad y la pobreza son necesarias para sostener el imperio basura donde vivimos. ¡Esto es una escuela, un instituto, una universidad... no una granja bovina!. Que las certezas son cuestionables, que la verdad se hace pequeña y líquida en nuestras manos,. Somos temporales, estamos siempre de paso; seres cambiantes, como un paisaje en marcha que se renueva en cada estación, por eso nunca acabamos de conocernos ni estamos encantados de hacerlo, porque nunca somos los mismos que ayer, salvo aquellos que viven como muertos en los sótanos de sus vidas. Cada experiencia nos transforma.
Una, estas alturas de programa sabe que en el presente todo es posible, funciona, acciona una manera de vivir a voluntad, podemos cambiar memorias dolorosas, podemos proyectar futuros, diseñar destinos, "ser nosotros los putos amos". Porque somos energía en acción, porque tenemos voluntad, amor, determinación: es cierto, lo tengo testado.
Una, a estas alturas de viaje ha aprendido que no todo es malo: funciona la naturaleza, el gran templo humano donde ir a orar, a encontrarse con uno mismo y con Dios. Funcionan los semáforos, los horarios comerciales, el bisturí del cirujano, la radiestesia, los buenos sentimientos, el placer de la mesa y la alegría. funcionan. Siempre tenemos mil cosas que agradecer y celebrar, aunque aprender nos cueste dolor. Dice el escritor de Barbastro Manuel Vilas en Ordesa -extraordinario y laureado libro- que a la alegría se llega por el dolor. Siempre hay algo que aprender, alguien en quien confiar, muy especialmente si no lo dice la la tele.
Una, a estas alturas de vida y ya en mi viaje de vuelta puedo afirmar que el amor es la fuerza más poderosa que existe, el amor sin azúcares añadidos ni aditivos. Ajustarse a su forma, estar en las cosas de manera natural, no forzada, sin debates ni juicios. Sin nada que lo cuestione ni lo ensucie, solo estar en su presencia de una manera pura. Su caudal de vida es fértil, transoceánico, purificante, hace posible el despertar y el cambio evolutivo que tanto necesita la humanidad. Eso sí que ya lo sabía desde que estaba en el vientre de mi madre.
Elena Larruy
Laia, una niña tranquila y educada, hacía unos días que había discutido con la líder del grupo y esta aprovechó su ausencia para malmeter y contar mentiras y patrañas a las otras niñas; para aislarla, ponerla en contra y así llevar al grupo a su terreno. Laia se encontró de un día para otro, sola y decepcionada por el abandono injusto de sus amigas, ya que todo lo que pudo oír de ellas eran mentiras y falsedades, ella no solo era una buena amiga sino también una buena compañera de las que hasta entonces habían sido durante más de cuatro años su grupo. Cuando se acercó a pedir explicaciones a la que hasta entonces había sido la más cercana, ésta no quiso dárselas, evidenciando el temor a la represalia por parte de la líder.
Un niño que sufre el desprecio, el insulto, golpes brutales de todo tipo de otros menores, debería ser salvaguardado y protegido de la misma manera y con la misma firmeza que lo hace la ley ante el desamparo, de la misma manera que los asiste con sentencias firmes e inapelables en sus derechos fundamentales, como menores que son.
Un niño maltratado o abandonado por su grupo, mediante la burla o el desprecio, sufre graves secuelas psicológicas que condicionan y dañan su personalidad. Estos niños pierden autoestima, se hacen pequeñitos, no desarrollan sus capacidades. Desvalorizados y abandonados en la intemperie más absoluta por los suyos, por los que ellos consideran sus referentes más importantes, sus amigos más íntimos, sufren pérdidas irrecuperables.
La crueldad, incluso la brutalidad de estos comportamientos por jóvenes que ejercen ese tipo de violencia debería erradicarse desde el minuto uno, no solo por las víctimas que lo padecen y sufren sino también por ellos mismos, pues más pronto que tarde ellos serán los receptores de esa violencia; la vida los castigará en la misma medida, de diferentes formas. Esa es a ley de la correspondencia. Toda la maldad ejercida caerá sobre sus espaldas.
Me resulta incomprensible y doloroso que haya un niño sufriendo cualquier tipo de maldad. Protegemos al tirano, al violento, al que en apariencia parece más fuerte, por miedo a las consecuencias, a los que nos pueda caer y dejamos a las víctimas en el más absoluto desamparo.
Eso no es la vida, por mucho que puedan decir que se trata de la cruda realidad. Así no se educa. La auténtica y primordial realidad que debemos atender en estos momentos de la vida de un menor es saber que se está formando su personalidad; a estos niños se les debe estima, acogida, no rechazo: y no lo estamos haciendo. Cómo queremos que estos jóvenes sean gente sana, nos sirvan y sean útiles a una sociedad de la que todos formamos parte, como les vamos a exigir que den lo mejor de sí mismos si los estamos alimentando de odio, desconfianza, de estrategias defensivas de maldad, en el mejor de los casos. Las consecuencias de estos hechos lamentablemente y en muchos casos les lleva al peor de los desenlaces.
Las familias sufren por sus hijos, sufren de impotencia, enferman, y ¿las instituciones educativas no pueden poner freno a este drama humano?
Los niños que de alguna manera expresan maldad han de ser tratados y escuchados aparte. Esa maldad no es gratuita, ha de ser tratada como un trastorno de la personalidad, por buenos psicólogos y profesionales, que les ayuden a valorarse, que reflexionen con ellos. El maltratador también sufre y sufren sus familiares, ellos también son o han sido víctimas de alguna manera en algún momento de sus vidas. Una gran mayoría provienen de familias con carencias y desórdenes de todo tipo, con escasez de medios y poca formación. Necesitan víctimas propicias para volcar sus inseguridades y temores; son también víctimas del desamor, de la falta de atención, del abandono. Se defienden a su manera, intimidando al grupo con su conducta, ejerciendo su influencia y los reclutan para proteger su seguridad. Tenemos la obligación y el deber de escuchar a los niños y entenderlos.
Los educadores han de actuar con determinación, de manera ejemplarizante, cuando se cometen este tipo de actos, y tomar decisiones valientes.
Basta ya de bullying. Basta ya de sufrimiento y angustia de nuestros menores. Basta ya de no saber protegerlos. Devolvámosles la confianza, principalmente desde la escuela, por supuesto desde las familias -no todas tienen los medios ni las capacidades para poder hacerlo-. No todos los niños tienen padres y educadores que les enseñen valores, que les enseñen respeto y confianza, que los amparen y valoren. Por desgracia hay muchos hijos de familias rotas, desestructuradas y con falta de medios, de ahí mi insistencia en señalar a las instituciones educativas como los principales promotores y responsables de llevar a cabo esta tarea tan primordial.
La educación es la base de todo, incluso de la salud. Se puede enseñar a un niño resistencia y lucha, trabajar la voluntad, cuando persigue logros y metas, pero no a resistir en el dolor y la tristeza, eso siempre explota y lo hace de la peor de las maneras.
Elena Larruy
Sucedió en el 2020 a mediados de Octubre. Dos amigas y yo íbamos a pasar unos días a Palacios de la Sierra, un pueblecito de Burgos, invitadas por una de ellas: Carmen. Llevábamos preparando el viaje desde el verano, teníamos muchos deseos de salir de la ciudad, tocar tierra, ver cielo, conocer nuevos paisajes. Todo estaba preparado, listas las maletas y las ganas. Nuria recogería a Carmen con el coche en un punto estratégico de la ciudad, luego me recogería a mi, le venía de paso para tomar la Gran Vía dirección Lérida-Zaragoza. Haríamos una parada en Soria para comer algo y descansar, probaríamos los torreznos, típicos de Soria y estiraríamos las piernas por la Alameda de Cervantes donde tomaríamos un café para más tarde continuar con el viaje un par de horas más, hasta llegar a Palacios. Calculamos sería entre cinco y seis de la tarde. Javi, un amigo de Carmen nos tendría calentita la casa, a petición de nuestra amiga. Pero sucedió lo que temíamos y no queríamos que sucediera. A menos de cuarenta y ocho horas de nuestra marcha, el Piqueras en una frase escueta nos pinchó los tres globos anunciando que confinaban Burgos -capital y provincia-. Así que no quedó más remedio que deshacer las maletas y las ganas: todas, y esperar a que llegara la primavera y se fuera el maldito bicho.
EL VIAJE FRUSTRADO
Ropa de abrigo
calcetines de lana
pijama de franela
ropa interior nueva.
En Burgos las temperaturas son muy bajas
me recuerda la amiga.
No te preocupes si algo te dejas,
en la casa hay de todo,
no lleves secador
ni toallas
ni nada de baño,
tampoco comida,
llevo caldo para la cena
compraremos cecina y morcilla
en la tienda de Ana
todo está estupendo.
Coge buen calzado
con pantalones de montaña
eso sí es obligado
para pasear por la sierra
y visitar la necrópolis del cerro
-tiene su interés-
además de hermosas vistas.
Pasaremos por el cementerio
a llevar flores a Juan,
y al bajar, visitaremos
"el roble centenario"
al monumento más noble de Palacios.
Poco antes de comer
tomaremos unas cañas en la terraza de Ana,
en su tienda de la plaza,
compraremos infusiones, tomates y rosquillas
-todo ecológico- de la mejor calidad.
Coge jersey de cuello alto
camisetas
neceser con las pastillas,
la tarjeta de asistencia -por si acaso-
Que poquito nos queda querida:
¡y qué ganas tengo!
muchos han sido los meses de encierro.
¡A la mierda el viaje y las maletas!
Acaba de anunciar el Piqueras
que confinan Burgos
desde mañana a las ocho,
que no podemos entrar
los que venimos de afuera,
que nos quedemos en casa,
que no se admiten turistas
ni viajeros, ni gente de paso,
que tiempo habrá
de conocer La Catedral, El Espolón y La Cartuja,
el Monasterio de las Huelgas,
los paseos por el río Arlanza,
el caminar por los pinares
o el casco viejo de Burgos.
Castillo, conventos, y cartujas
todo estará en el mismo sitio
en primavera. Solo cabe esperar,
confiar que se vaya este bicho.
Que el que quiera rezar
que rece
pero que lo haga en su casa.
Que cada cual -en la suya-
se monte la fiesta en la terraza,
se sirva un par de cañas
con un pincho de morcilla
-comprado en el Bon Área-
y le eche ingenio y unas risas,
que para pecar
con un asado de lechazo
no hace falta irse tan lejos.
Ventajas tendrá
no tener que confesarse
aunque de buena mano se
que en Burgos dan indulgencias
a pronto pago,
se dice que el perdón
va incluido en la cuenta del asado.
"Valor añadido es":
¡Se me hace la boca agua!
¡Me consuelo!
Me deshago por dentro!
¡Mejor... no lo pienso!
me voy tan pronto pueda
escapar de este encierro
¡me voy para Palacios!
Tengo asuntos pendientes:
varios.
Elena
La primavera llegó siete meses más tarde -el Covid19 nos dió un respiro- y por fin hicimos el deseado viaje. Recorrimos todos los lugares descritos y otros parajes preciosos de la naturaleza Castellana-Leonesa, porque Burgos es una extensa alfombra verde coronada por un cielo de nubes blancas espectaculares e intensas, caprichosas y viajeras que en los atardeceres por el ocaso se vuelven rojas y naranjas: no podía dejar de mirarlas. Toda la provincia fue fácil de recorrer. La catedral -visita obligada- una auténtica joya gótica. Los paseos por las tiendas del casco antiguo entre calles peatonales también son muy agradables. Y qué decir del lechazo a la leña con sus patatitas panaderas y su copa de Rivera... genuino "placer de dioses" que no puede viajero alguno dejar de probar.
Prefieren las aguas cálidas como las del Caribe. Se las puede encontrar repartidas por todos los océanos del mundo, nunca en aguas heladas.
Tienen una gran capacidad migratoria. Las hembras preñadas pueden recorrer largas distancias hasta 12.000 km. para desovar y anidar sus huevos en la misma playa donde ellas nacieron. Los científicos que las han estudiado dicen de ellas que tienen una gran capacidad de orientación. ¿Pero como lo hacen? Son muy sensibles a los campos magnéticos de la tierra, por ellos se orientan.
Solo las hembras tocan tierra para depositar sus huevos, los machos permanecen siempre en el agua.
Una de las curiosidades respecto al sexo de sus crías viene determinado por la temperatura. Si los huevos maduran en temperaturas altas saldrán más hembras, mientras que si lo hacen en aguas frías eclosionan más machos.
Pasados 60 días las tortuguitas sumergidas en la arena ascienden, pero no asoman la cabeza hasta que se oculta el sol, para no ser vistas por los depredadores. Corren hasta el agua para salvar sus vidas. Pese a todo esfuerzo solo una de cada 1000 llegará a ser adulta.
Aunque en español se las llama tortugas bobas, su comportamiento denota un nivel evolutivo desarrollado, lo que viene a decir que no son tan bobas: en absoluto. Cuando las pequeñas crías alcanzan las aguas, para sobrevivir, se refugian en el sargazo el alga parda que al mismo tiempo que las oculta y las protege, las alimenta.
NAVIDADES 2021
Ayer
me levanté con una sonrisa boba de tortuga.
Por la noche recibí noticias de Juana
con un poema.
Me acabo de comer un huevo
con deleite famélico de náufrago.
Ha remitido la fiebre. Ya no toso.
Todos los indicios son buenos
parece que el okupa se va de mi casa
pero taaaaaan lentaaaaaaamente
que antes desfallezco.
Es veinticinco
pero no es Navidad en mi escalera:
el silencio es de mármol
no hay risas de niños
ni algarabías festivas
propias de estas fechas
ni un triste olor a langostino
se cuela por ningún sitio.
La Soledad de Gabriel me confunde
Me apaga la mía.
Abandono la lectura abrumada.
Cien años son muchos...
No puedo con esta callada
que insiste y persiste en San Esteban.
¡Malditas paredes sin puertas!
Maldito el Covid, que penetra
que posee a los cuerpos
sin permisos ni licencias.
¡Angustia de cuarentena!
Me acerco a la ventana
a estirar la mirada
con mi tristeza a cuestas
un cielo azul con rayas blancas
gotea, sobre inocentes cabezas.
Nada es lo que parece -nos decimos-
nada
como lo cuentan...
no hay en qué creer.
Pese a toda amenaza
creo que hice bien en salir de la cama
quitarme el pijama
meterme en la ducha
dar por buenos los abrazos
que llegaron por la red,
los "te quiero recibidos"
de allegados y amigos.
Yo también los reparti
-a modo de aguinaldo-
por la misma línea:
claro.
Entre la noche y el día
voy y vengo deshojando la duda
-margaritas no tengo-
Me gusta mirar al cielo
en la hora que la Luna festeja a Venus,
creo en las señales del amor.
También creo
que el corona se irá de mi cuerpo
como se van las nieves de invierno.
Del espacio ocupado
se borrarán memorias y recuerdos.
¿Cómo si no empezar de nuevo?.
Así de agotada
he llegado yo al día uno de enero
del año nuevo,
como una ola oceánica
que entrega su derrota en la arena
donde desovan
las tortugas bobas.
Elena Larruy
Estos últimos años me he dado cuenta de que, a la vez que va disminuyendo mi capacidad de aprendizaje, hace su aparición, como contrapunto, otra capacidad que ha acabado por ser la más importante: la de utilizar al límite, en la exploración de los nuevos territorios intelectuales y sentimentales, todo lo que he aprendido a lo largo de la vida. De esta manera puede alcanzarse a si mismo la lucidez necesaria para comprender el miedo. Pero la nueva capacidad depende de cómo ha sido el desarrollo personal hasta entonces. No hay manera de evitar una cierta irreversibilidad de la situación. Es lo que hace que la última etapa pueda ser la más profunda, pero también la más banal, de la vida de una persona.
El miedo es falta de amor: un pozo que tratamos de llenar inútilmente con las cosas más variadas, en una acción directa, sin sutilezas, que no se acaba nunca, porque el pozo siempre está igual de vacío y oscuro. Cuando no se entiende el miedo, no se puede intentar nada más que esta acción sin matices, que es la del egoísmo. Entonces el amor quizá no está lejos pero es difícil. Hay que volver al tiempo antes del pozo, saber cómo y cuándo comenzó a cavarse. A mi edad esto es algo que resulta ineludible. A la sustitución del miedo por la lucidez, la llamo dignidad. Entonces es cuando resulta que el amor no estaba lejos, ni era difícil.
La palabra "dignidad" viene del latín dignus, "merecedor", y este significado evoluciona hacia los más complejos de "merecedor de respeto" y, más aún, el de "respeto por si mismo", que es el significado que me interesa. Esta dignidad que es respeto por uno mismos conduce al amor, el cual se adentra a la vez por la inteligencia, el sentimiento y la sensualidad, que sucede dentro de cada uno y que solo tiene que ver circunstancialmente con las actividades públicas de dedicación a los más necesitados, acciones que pertenecen siempre, de una manera explícita o implícita, al territorio de la política.
Amar es lo bastante complejo como para necesitar de todas las herramientas y maestrías que pusimos a punto en la época del aprendizaje. No he encontrado mejor manera de amar a los demás que el ejercicio de la poesía, una vez como lector y otras como poeta -he dicho en muchas ocasiones que para mi las dos opciones son lo mismo-, y poniendo, tanto en la composición como en la interpretación de un poema, la misma honestidad que procuro practicar en cualquier aspecto de la vida civil y de la vida íntima. Pienso que este planteamiento es posible porque la poesía tiene la intensidad de la verdad. Lo que un poeta es, eso serán sus poemas: y no hay nadie más difícil de engañar que los buenos lectores de poesía. Al fin y al cabo una persona culta es la que sabe distinguir entre Montaigne y un libro de autoayuda. No hay ni un solo buen poema en el que su autor no se haya involucrado de alguna manera hasta el fondo. Esto es lo que lo convierte en un acto de amor. "Somebody loves is all" -Alguien nos ama a todos-, como dice el gran verso final del poema "Filling Station", de Elizabeth Bishop.
En medio de todo esto, la poesía que más sigue interesándome se mueve en un territorio que yo llamaría sensato, evitando, en su relación con el misterio, los dos extremos en los que la falacia de la originalidad siempre intenta arrinconarla. Por un lado está la devaluación del misterio que ha convertido ya a una parte de las artes plásticas y de la música contemporáneas en algo ajeno al riesgo y a la emoción y, por tanto, a la verdad. El otro extremo consiste en enfatizarlo de una manera exagerada, es decir, ignorar que hasta el misterio, o más que nada el misterio, debe ser tratado con sensatez. Que se conozca el sentido o la explicación de algo, no implica que sea aceptable cualquier explicación por descabellada que sea. La poesía, a pesar de su exactitud y concisión, no puede ser nunca un atajo.
Mi tiempo ha huido y me ha dejado solo en otro tiempo, pero mi soledad es una soledad de lujo. Me hace pensar en el exilio final de Maquiavelo en el mundo rural de su infancia, en aquellas tabernas donde como explica en sus memorias, sólo hablaba con los rudos e incultos campesinos. Pero por la noche ponía una gran mesa con los mejores y más finos manteles, vajillas y cristalerías -que había traído de Florencia- y cenaba y conversaba con los sabios de la Antigüedad.
Por lo que a mi respecta, en este otro exilio que es, por su propia naturaleza, la etapa final de la vida, siento que soy yo mi propio interlocutor. Ya no se está a tiempo de improvisar. He de haber hablado ya con los que han sido mis propios sabios para que, en muchas ocasiones a través de mis poemas, pueda reencontrarme conmigo mismo en el territorio de la dignidad. La dignidad de no asustarme de mi destino.
Joan Margarit Verano de 2010
Brócolí Romanescu
exquisito fractal
en verde espiral dorada.
Aúrea pitagórica
en forma sagrada.
Consumas tu acto
en gesta creadora.
Poesía de las formas.
GeometrÍa inspirada
en conCiencia pura.
E. Larruy
El poeta es el ser humano general: todo aquello que conmueve el corazón de un hombre y que la naturaleza humana, en cualquier situación, hace brotar de sí misma, aquello que habita y late en el pecho de un ser humano, así como también toda la naturaleza restante, todo eso constituye su tema y su material. De ahí que el poeta le cante igual de bien a la lujuria como la mística, que pueda ser tanto Anacreón como Ángelus Silesius, que escriba tanto tragedias como comedias, que representa tanto su convicción sublime como ordinaria, según su humor y sus gustos: cada poeta encauzará, no obstante, su individualidad conforme aquello que le agrade y que, por tanto, mejor comprende. Por esta razón nadie debe ordenar al poeta que sea noble y sublime, moral, devoto, cristiano o esto o lo otro de más allá y, menos aún debe reprocharle que no sea esto o lo otro. Él es el espejo de la humanidad y aporta a ésta, aquello que siente y realiza.
Arthur Schopenhauer