La vida es una larga lección de humildad. James M. Barrie
sábado, 6 de febrero de 2021
VENTANAS Y MIRADAS
miércoles, 3 de febrero de 2021
LA PALABRA
LA PALABRA
Cuando la palabra enferma
en la garganta
helada la voz se estrecha.
Recuerdo la de mi padre, prisionera aun de guerra, cuando en las tardes de invierno me recogía del colegio y me subía en su vespa: ¡respira por la nariz y cierra la boca! hija -me decía- y yo esperaba ese momento de dicha cocodrilo para abrirla con todas mis fuerzas, hasta llegar a casa. El resultado buscado era inminente: unas feroces anginas me dejaban en cama una semana. Esa circunstancia, era para mi mucho más soportable que el dolor de mi callada. Siete años tenía. Todo lo lloré en ese momento, mas ahora me pregunto que hacer con estos restos.
Educada por el credo religioso de los sesenta, me negué a ser la pecadora adoctrinada que pretendían que fuera. No me creí el cuento de los infiernos. Tenía serías sospechas de mi inocencia. Lo que sí era cierto fue ¡aquel vivir de permanente castigo!. El cielo no estaba tan lejos y probé suerte, pero también tenía defectos -no era tan benévolo como decían- cada dos por tres te estallaba minas en la cara.No eran mortales pero te dejaban sin habla.Siempre hablaban los mismos.
Las contradicciones y yo nos hicimos amigas. Me acostumbré a ellas. No estaba tan sola. Desojando los días del calendario me tocó el crisantemo: una voz "guadiana" que salía de mis entrañas me guiaba y yo la seguía. No pronuncie palabra, estaba sin voz. La que más me dolía era la que no me daban. Me enseñaron otras voces que no eran la mía. La propia se perdió por los confines de las simas de un pasado en blanco y sombra. Nunca eché de menos esa parte de la infancia en el colegio. Sigo creyendo en los cuentos -que yo me cuento- y en mi padre.
Así es como se construye una mujer a medias, a medio camino de todo, a medio gas, a medias tintas: aquí y ahora, dándole a la misma cuerda. Intentando desenredarme de ella.
Mari era muchas cosas: todas pequeñas. A los nueve años ya era pobre: sin palabras. Se sentía a veces como el gusano cien pies que se enrolla sobre sus patas, esos que se estiran y se encogen cuando los tocas: esos. Le salvó no saberlo y siguió para adelante, levantando la cabeza como sí le enseñaron sus padres.
A veces soy yo.
A veces otra
la turbia voz que se arma
y se desarma
confundida.
Temblorosos castillos de naipes
son las palabras.
En el clamor de un desamparo
se desmoronan
para arraigarse en otro aliento
después de los deshielos
tengo la certeza
que la voz se aclara
y la palabra
se hace más fuerte.
Elena Larruy
lunes, 18 de enero de 2021
SONETO DEL PUCHERO
martes, 12 de enero de 2021
Llevarse
llevarse bien con los espárragos en lata
con el apio
con los polvorones navideños
con el run run de mis caderas
con los programas de la secadora
con Julio Cortázar
con esas cosas que no se dicen
y solo se piensan
con los años
de más los por demás
y los que me quedan
llevarse bien con las piedras
-no hay otra-
y con los rotos de cada día
que pego con saliva
para que no se me escape el vivir
llevarse bien con el tapa ojeras
el eyeliner
con la ceja esa insumisa
con el caldera
con ese color difunto
que te devuelve a la tierra
llevarse bien con el perdón
como virgencita en capilla
repartiendo bendiciones
de casa en casa
quererse bien por las torpezas
y la palabra chica -el todo a cien de la vida-.
Llevarse.
martes, 5 de enero de 2021
MEMORIAS DEL CORAZÓN
MEMORIAS DEL CORAZÓN
Corría la primavera
por Balmes con Travesera.
Yo también corría
huyendo del invierno
En el pecho una banda
llevaba mi nombre escrito,
de mi padre el apellido
con su orgullo impreso.
Una historia reciente
con sus enseres de hielo
-cetro, llaves, credenciales, tarjetas-
se deshacía.
Nadie asistió a ese entierro.
Aquella mañana sin nombre
una brida maliciosa
y se ocupó del resto:
me derribó con violencia
para en dos partirme el brazo,
Doliente mi causa
y humillada mi suerte
y nos dejó en la mesa de rayos
del hospital más cercano.
Un asistente enfermero
nos recibió con desprecio
-como si yo no estuviera presente-
y envolvió mi brazo derecho
El alma asustada
salio afuera,
se negó a entrar en detalles:
aquel asunto "pacato"
no iba con ella.
"En mi cabeza un canon de voces desafinaba"
entre pensamientos crispados
y hogueras encendidas
La primavera siguió con su agenda,
a lo suyo.
hasta destapar mi brazo.
¡pan y besos pedía!
Lo asistió el otro brazo
cuidadoso y entregado
redobló la guardia
lo trató con cariño,
nada le echó en cara,
lo ajustó contra mi pecho
con ternura de madre
para darle abrigo.
Lo acunó con ternura
Le hizo saber que no era huérfano.
Y fue en ese momento de ea ea y arrullo
que yo escuché las gracias más sinceras
que jamás antes había escuchado:
las que mi brazo derecho
a mi otro brazo.
Elena Larruy
martes, 29 de diciembre de 2020
VIVIR ME GUSTA
Soy feliz por estas manos que
escriben,
que pasan páginas,
que sirven al amor.
Cambiante
como una veleta,
como un paisaje en marcha
voy y vengo
por los caminos del mundo
con un brasero encendido
bajo mi pecho.
Como todo humano
estoy hecha
de retazos y de costuras,
de abrazos que me acunaron,
de tristezas que humedecen
y desconchan las paredes
de este Edén humano
inhóspito
que habito.
Pese a todo desaliento,
se hacer compost
con los deshechos
y cultivo el amor.
vivir
me gusta
en esta intemperie,
ya me acostumbré
ahora que se quién soy:
corazón de ballena
ala de abeja, brizna,
escombro,
semilla, fruto, soplo
cúmulo nimbo
agua
arena...
Soy.
sábado, 26 de diciembre de 2020
VERSIÓN CANSADA DE LA NAVIDAD
VERSIÓN CANSADA DE LA NAVIDAD
un grueso nudo lo atraviesa.
Las familias divididas y rotas
a pedazos se cosen estos días
en torno a la mesa:
Faltan pocas horas
para la función.
Ya se encendieron las luces,
toca ser feliz,
comer pavo,
polvorones y turrones,
encender el árbol,
sonreír a la familia,
acordarse de los que ya no están,
Intercambiar palmadas, regalos y halagos.
Deshacer y atar lazos.
¡Las familias ya no son lo que eran!
dicen los más viejos.
Ni nosotros somos los mismos,
apostilla uno, con la boca llena,
desde el fondo de la mesa.
El que cenaba a tu lado
ocupará un sitio, quizás, en otra mesa
en su lugar otra cara nueva sonreirá.
Pese a la alegría confitada
de estos días
no tengo paz
en este obligado momento.
Vacío está mi corazón
pero lleno mi plato,
sin otro apetito
que comerte a ti
cachito a cachito
y tenerte entre mis piernas
para empezar por tu moflete
y acabar en tu oreja;
cuando con la mirada me buscas
y te pides mi falda
para quererme.
Como un perro atento
esperando que me llames
por mi nombre.
Se me abre el apetito de quererte
fun fun fun
Elena Larruy
domingo, 20 de diciembre de 2020
EL ETERNO INSATISFECHO
viernes, 11 de diciembre de 2020
LILA, LA QUITA PENAS
vive Lila, puerta con puerta.
brinca, salta, me envuelve
Toma mi falda
La «quita penas»
para Adriana,
hace un par de años
y un rellano, que atravieso cada día
pero ella no atiende a razones
la compañera leal
No hay llamada al orden
que contenga a la perrita,
que aquiete su entusiasmo,
muy seria, la dejo de hablar un rato.
como no le hago caso
como el que dice: ¡ya es tiempo, vamos!
piropos corrientes
martes, 1 de diciembre de 2020
MATERIA ECLÉCTICA
Te mando mi cariño Alena. Mujeres como tú le hacen falta a este mundo, recuérdalo cuando te sientas triste, herida, enferma en esta camisa estrecha que nos obligan a llevar, que tanto nos reduce y debilita. Este poema va dedicado a ti. Me siento orgullosa de mujeres como tú.
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Úrsula K.Legin, Escritora |
Soy feliz por estas manos
que escriben, que pasan páginas
que sirven al amor.
Infinita y cambiante,
como un paisaje en marcha,
voy y vengo por los caminos del mundo
con una hoguera encendida en el pecho.
Como tú, estoy hecha
de retazos y de costuras,
de amor, que sabe a albaricoque
madurado en el árbol:
de él la flor que hila,
la rama que al aire teje
el drama del pétalo herido
en la hierba.
A pesar del frío,
de la humedad de los tristes,
del desconche en las paredes
con meada de perro,
del debate político, del tráfico,
de la pesada hormigonera que arrastro,
vivir me gusta
en esta intemperie.
Corazón de ballena
ala de abeja, brizna, escombro,
semilla, fruto, soplo
cúmulo nimbo.
Poeta, sí
poeta.
Elena Larruy