Que nos parezca falsa
toda verdad
que no traiga consigo
al menos una alegría.
Nietzsche
“A pesar del invierno, la niebla, los coches, el ruido, el frío, los debates, el catarro, las tareas pendientes, las horas que se escapan, la gente que se odia, la campaña navideña, los árboles desnudos, las fachadas sucias, los taxistas que pitan, la señora enferma con la que acabo de cruzarme, la chinita triste que atiende el bar hacia el que me dirijo, los dedos casi helados sujetando el cigarro, avanzo por la calle como si llevase un brasero dentro del abrigo. No sé qué haría sin mi corazón. Vivir me gusta. Perdonen la alegría”.
Recogí este bello fragmento de Olga Bernad, del Blog de +Carmen Pinedo del que siempre tengo cosas que aprender, que habla del corazón y de su alegría, de como esa actitud parece molestar a ciertas personas. Me acuerdo de una antigua amiga, profesora de sociología, que nos explicaba que ella entre clase y clase cantaba, y siempre sonreía, y cómo ciertos compañeros del instituto le reprobaban esa manera de ejercer su profesión.
Creo que a muchas amigas les gustará leerlo, pienso especialmente en una, en su alegría anfitriona, acogedora y cantarina a la que nos gusta tener siempre cerca. Cuando era pequeña aunque tuvo motivos para dejar de sonreír, no dejó de hacerlo, la enseñaron a hacer feliz a los otros, y bien que lo consiguió, solo que se olvidó un poquito de ella. Pero ahí estamos nosotras, sus amigas, para recordarla, y hablarle de sus habilidades y destrezas, que a mi entender, sin ser esto un cumplido, son excelentes, como lo es su noble corazón.
Cuando leía estas palabras, tan bien expresadas por la autora, pensé en la alegría de esta amiga, y la imaginé diciendo: "Perdonen ustedes esta alegría mía, no puedo con ella" y aun a sabiendas de sus tristezas y de su duelo, sigue haciendo felices a todos y todas que estamos cerca. Yo creo estar siempre en deuda contigo Pepa. Esto va por ti, es mi manera de quererte y agradecer esa alegría que siempre llevas puesta y me regalas, y porque siempre: siempre triunfo con tus recetas.
elena