La Navidad presiona
en mi plexo.
Un grueso nudo lo atraviesa.
Faltan pocas horas
para la función.
Ya se encendieron las luces,
toca ser feliz, comer pavo,
el foie del malogrado pato
los turrones y el cava,
adornar el árbol, decir tonterías,
sonreír a la familia,
acordarse de los que ya no están,
intercambiar palmadas y abrazos,
recibir regalos,
y halagos.
Siempre habrá alguien nuevo
en la mesa, al que agasajar,
y ausencias naturales.
Las familias ya no son lo que eran,
dicen los más viejos,
ni nosotros somos los mismos
apostilla la nueva cara
que se sienta a tu lado.
El pariente que estaba el año pasado ya no está
ocupará un lugar, quizá, en otra mesa,
nuevas caras vendrán.
Pese a la alegría,
con amor confitado
El pariente que estaba el año pasado ya no está
ocupará un lugar, quizá, en otra mesa,
nuevas caras vendrán.
Pese a la alegría,
con amor confitado
no tengo paz estos días
.
Vacío está mi corazón,
como lleno mi plato,
sin otro apetito
que comerte a ti a bocados
cachito a cachito,
vida mía:
cuando me buscas
en la mesa y me señalas
y te pides mi falda:
entonces, solo entonces
empieza
la Navidad.
Elena
Vacío está mi corazón,
como lleno mi plato,
sin otro apetito
que comerte a ti a bocados
cachito a cachito,
vida mía:
cuando me buscas
en la mesa y me señalas
y te pides mi falda:
entonces, solo entonces
empieza
la Navidad.
Elena
