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martes, 25 de junio de 2019

CUANTO MÁS PEQUEÑO EL CORAZÓN, MÁS ODIO ALBERGA







El odio, un poema de Wisława Szymborska

Contemplad, que activo sigue siendo,
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con qué ligereza afronta los grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar.

No es como otros sentimientos.
Es más viejo y más joven que ellos al mismo tiempo.
Él mismo crea las razones,
que lo despiertan a la vida.
Si se queda dormido no es nunca el suyo un sueño eterno.
El insomnio no le quita fuerza, antes se la da.

Con religión o sin ella,
lo importante es arrodillarse en la salida.
Con patria o sin ella,
lo importante es lanzarse a correr.
Para empezar no está mal eso de la justicia.
Después ya corre solo.
¡Odio! ¡Odio!
Su rostro lo desfigura una mueca
de éxtasis amoroso.

¡Ay, estos otros sentimientos,
enclenques e indolentes!
¿Desde cuando la fraternidad 

puede contar con las multitudes?
¿Alguna vez la compasión
ha llegado la primera a la meta?
¿Cuántos admiradores arrastra tras de si la incertidumbre?
Arrastra sólo el odio, que sabe lo suyo.

Lúcido, inteligente, muy trabajador.
Hace falta decir cuantas canciones ha compuesto.
Cuántas páginas de la historia ha numerado.
Cuántas alfombras de gente ha extendido.
en cuántas plazas, en cuántos estadios.

No nos engañemos:
sabe crear belleza.
Son espléndidos sus resplandores en la oscuridad de la noche.
Estupendas las humaredas de sus explosiones de destellos rosados.
Difícil negar a unas ruinas su pathos
y el vulgar humor
de unas columnas vigorosamente erectas entre ellas.

Es  maestro del contraste
entre el estrépito y el silencio,
entre la roja sangre y la blanca nieve.
Y ante todo, jamás le aburre
el tema de un torturador impecable
sobre su victima mancillada.

Listo en todo momento, para nuevos quehaceres.
Si tiene que esperar, espera.
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene el ojo certero del francotirador
y él, sólo él, mira al futuro
confiado.

Traducción de David Carrion Sánchez



A propósito del odio



Cuanto más pequeño es el corazón más odio alberga. Victor Hugo

Cuídate de que nadie te odie con razón. Marco Poncio Catón

Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor. Jacinto Benavente

Cuando nuestro odio es demasiado profundo nos colocamos por debajo de aquellos a quienes odiamos. François de la Rochefoucauld

El odio es un borracho al fondo de una taberna que constantemente renueva su sed con la bebida. Charles Baudelaire

Basta que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera. Jean Paul Sartre

No honres con tu odio a quien no podrías odiar con tu amor. Friedrich Hebbel

Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen a alguien que está dentro de nosotros. Hermann Hesse

Yo estaba dispuesto a amar al mundo, pero nadie me entendía, así que aprendí a odiar. M. Lermontov

Si las masas pueden amar sin saber porqué, también pueden odiar sin mayor fundamento. Willian Shakespeare





El odio lleva a las tragedias, el alma necesita venganza para satisfacer sus ansias, sus deseos más bajos. El odio es la otra cara del amor, forma parte de la dualidad natural y humana de la vida. Amor y odio pertenecen a una misma naturaleza, solo que se encuentran en extremos opuestos, lo mismo que el frío y el calor: los distancia su grado. A la pregunta qué clase de amor es el de las personas que no odian: se podría pensar que pequeño, templado... Me respondo que satisfecho pero también incompleto; odia el que ama, ama el que primero ha sido amado y lo hace en el mismo grado y medida. Si el amor fuera tan perfecto y elevado estaría integrado en una única unidad, no existiría el odio. Mientras recorremos ese largo camino imaginemos un mundo perfecto, donde los extremos se tocan y unen sus polos equilibrando fuerzas y templanzas... ¡imaginemos! Vamos, vamos. 
                                                                                                    Elena



viernes, 26 de abril de 2019

UN GATO EN UN PISO VACÍO

Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque, ¿qué puede hacer un gato
en un piso vacío?

Trepar por las paredes.
Restregarse contra los muebles.






Parece que nada ha cambiado,
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.

Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son esos.

La mano deja pescado en el plato;
tampoco es la que lo ponía.

Hay algo que no empieza
a la hora de siempre.

Algo no sucede
como debería.

Alguien estaba aquí, estaba siempre,
y de repente se fue
y se empeña en no estar.

Se ha buscado ya en los armarios,
se han recorrido los estantes.
Se ha comprobado bajo la alfombra.
Incluso se ha roto la prohibición
de esparcir papeles.

¿Qué más se puede hacer?

Dormir y esperar.

Ya verá, cuando regrese,
ya verá, cuando aparezca.

Se enterará de que no son maneras
de tratar a un gato.

Se irá hacia él
como quien no quiere la cosa,
despacito,
con las patas muy ofendidas.

Y nada de brincos ni maullidos al principio.




Un gato en un piso vacío es el título de este conocido poema de Wislawa Szymborska que evidencia lo que es la poesía de esta gran poeta Polaca: curiosa, ingeniosa, observadora inteligente, irónica... Su más sabido interés por el conocimiento la llevó a leer lo mismo antropología y ciencia que libros de jardinería o de animales. Era una gran observadora, de ahí que escribiera sobre todos los temas, porque todo le interesaba, menos lo referido al erotismos, del que decía no encontrar ninguna lectura que le hiciera justicia, y no se refería al amor. Descubrió a Rilke y es a través de él que empezó su fascinación por la poesía, pese a todo decía leer poca. Wislawa jugaba con las palabras, hacía de la poesía un juego. Partía de la curiosidad que se interroga y duda; duda que la lleva siempre a buscar posibilidades y respuestas con las que se seguir interrogando y jugando, y lo hace de manera única. No hay en su poesía rabia, ni rasgadura, ni dolor. Esto opinaba sobre ella:

"Todos los poemas nacen del amor, incluso aquéllos que transmiten el mal, tienen en el fondo una forma de amor hacia el mundo. Estoy totalmente convencida... Y si no es así, lo siento por esos poetas"


 Publicó su primer poema Busco la Palabra el 14 de marzo de 1945 en Dziennik Krakowski (Diario de Cracovia)  con apenas 22 años 



Quiero definirlos en una sola palabra:
¿Cómo son?
Tomo las palabras corrientes, robo de
los diccionarios,
mido, peso e investigo.
Ninguna
responde
La más valiente – cobarde,
La más desdeñosa – aún santa
La más cruel – demasiado
misericordiosa,
La más odiosa - poco porfiada.
Esta palabra debe ser como un volcán,
que pegue, arrastre y derribe,
como la temerosa ira de Dios,
como el hervor del odio.
Quiero que ésta una sola palabra
esté impregnada de sangre,
que como los muros del calabozo
encierre en sí cada tumba colectiva.
Que describa precisa y claramente
quienes eran - todo lo que pasó.
Porque lo que oigo,
lo que se escribe,
resulta poco,
siempre poco.
Nuestra habla es endeble,
sus sonidos de pronto - pobres.
Con empeño busco ideas,
busco esta palabra -
y no la encuentro.
No la encuentro.


Cómo todo gran poeta su voz se hizo singular. Antes de que la academia sueca le concediera en 1996 el premio Nobel de Literatura su país ya la había laureado y honrado. Una mujer inteligente, capaz, que creo curiosidad, expectación y sorpresa. Sin duda un gran referente para la literatura universal. Sembró "la duda" como herramienta de búsqueda, para que los que detrás veníamos nos moviéramos en ese temblor que la creatividad necesita: "no se avanza sin un no se". De mirada original sobre las pequeñas cosas, sobre asuntos que nunca nadie antes había tratado en poesía. Cuentan que en Polonia los niños aprenden a memorizar con la poesía del gato, quiero pensar que buscan sensibilizarlos con este género literario que tan buenos poetas ha dado su país. La poesía es cultura, y la cultura es conocimiento y comprensión. No todo lo que se sabe se comprende, y en este sentido creo que la poesía sigue siendo la gran desconocida, la más incomprendida. Hay grandes lectores de todos los géneros, pero solo una minoría llegan a ella.






Y porque de gatos va esta entrada, de ironía y de pasar el rato, ahí os dejo mi poema del que fue mi gato. Os podría contar muchas fechorías y genialidades de Lucky y nunca acabar, pero mejor lo ahorraré. Fue un gato afortunado, al que sobreviví en este caso. Las mascotas siempre dejan buenos recuerdos de los que poder hablar, a diferencia de otros, estos nunca hacen daño y siempre dibujan una sonrisa agradable en la cara. Como decían las palabras de la poeta, a pesar de las muchas trastadas y gordas que Lucky nos llegó a hacer a lo largo de doce años, su recuerdo y las historias que de él contamos en familia siempre nacen del cariño.   


VIVO EN CASA DE  MI GATO

Me gusta su distinción,
sus rasgos felinos
su trato justiciero
acariciar su pelo fino,


sus andares elegantes
su mirada fiera,
su manera de esperarme

y ajustarse a mi regazo,
cuando se tumba a mi costado
y ronronea: me gusta,
o cuando se pone zalamero
y remolón  hace la croqueta,
y brinca de repente para esconderse
en el primer cajón que encuentra.

Me acomodo a su vivir independiente,
lo mismo que él hace conmigo,
nunca inoportuno, invade mi espacio
.
Cuando se muestra engreído y ufano
también me gusta.


De su higiene y de su pelo
se ocupa con esmero,
afila sus uñas en un madero.
Aunque algo caprichoso,
nada exige cuando come,
si se indispone:

se dirige a su maceta
y come la hierba
que en orden lo pone.

Políticamente incorrecto,
inadecuado a las visitas,
no se anda con chiquitas:
si le gustas te acaricia,
si no, huye sin titubeos.

Cuando el radar de su cola,

-siempre en guardia-
atisba un peligro,
pelos y chepa pierden compostura
y con un soplido furo 
a la amenaza
desaparece de la vista.

Más si de amores se trata
los tejados vecinos visita
para encontrar una gata.
Al regreso, maltrecho y despeinado,
no hay reproches ni enfado
bajo este techo, 

para este amor correspondido
que cuida y acompaña
que protege y abriga,
que asiste y reconforta
que te aguarda cada día,

tras la puerta, al llegar a casa.

Así es nuestro hogar,
así su casa.

Hazme caso:
¡deja que te adopte un gato!


Elena Larruy




martes, 19 de febrero de 2019

LA DUDA DEL POETA




La inspiración no es privilegio exclusivo de los poetas ni de los artistas en general. Hay, hubo, habrá siempre un número de personas en quienes de vez en cuando se despierta. A este grupo pertenecen los que escogen su trabajo y los cumplen con amor e imaginación. Hay médicos así, hay maestros, hay también jardineros y centenares de oficios más. Su trabajo puede ser una aventura sin fin, a condición de que sepan encontrar en él nuevos desafíos cada vez. Sin importar los esfuerzos y fracasos, su inquietud no desfallece. De cada problema resuelto surge un enjambre de nuevas preguntas. La inspiración, cualquier cosa que sea, nace de un perpetuo "no lo sé''.
Fragmento del discurso de aceptación del Novel de Literatura concedido en 1969  por la academia sueca a la poeta Wislawa Szymborska



Desciende la noche,
el alma del poeta se emancipa,
como una puerta se abre,
sale hacia fuera
a encontrar su brillo.

Una bóveda celeste
con infinitos ojos titilantes
la vigilan,
iluminan su temor repentino,
mostrándole el camino.

¡Es oficio de poeta

sacar una paloma
de un ladrillo! piensa la luna,
quien también la mira.

Ante tan basto universo,
el alma se asusta

y rauda, huye como un conejo,
a esconderse a su cado.

¿Y si te caes, con tanta prisa?
-alerta el miedo a su dueña-


¡Ni tu alma ni tu lleváis arnés!

Ni alas tiene la gata,
y siempre cae a cuatro patas,
-se escucha irónica, una voz Polaca-

No hay valor sin riesgo,
ni posibilidad sin duda,
ni palabra sin regla
en ningún comienzo.
El temblor es necesario.
Duda, sobre la blanca hoja desnuda.
Que la duda te lleve lejos,
por la estrecha y acerada cuerda
del precipicio,
donde todas las hojas tiemblan.

La poesía, como la vida,
tiembla bajo los pies.
Siempre tiembla.

No se avanza sin un "no se"


Elena Larruy

jueves, 6 de septiembre de 2018

EL ODIO


“Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas…”



Marc Chagall



Un poema de Wislawa Szymborska



EL ODIO


Contemplad que activo sigue siendo,
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con que ligereza afronta grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar.

No es como otros sentimientos.
Es más viejo y más joven que ellos al mismo tiempo.
Él mismo crea razones,
que lo despiertan a la vida.
Si se queda dormido, no es nunca el suyo un sueño eterno.
El insomnio no le quita fuerza, antes se la da.

Con religión o sin ella,
lo importante es arrodillarse en la salida.
Con patria o sin ella,
lo importante es lanzarse a correr.
Para empezar no está mal eso de la justicia.
Después ya corre solo.
¿Odio! ¡Odio!
 Su rostro lo desfigura una mueca
de éxtasis amoroso.

¡Ay estos otros sentimientos,
enclenques e indolentes!

¿Dese cuando la fraternidad
puede contar con las multitudes?
¿Alguna vez la compasión
ha llegado primera a la meta?
¿Cuantos admiradores arrastra tras de sí la incertidumbre?
Arrastra sólo el odio, que sabe lo suyo.

Lúcido, muy inteligente, muy trabajador.
¿Hace falta decir cuantas canciones ha compuesto?
Cuantas páginas de la historia ha numerado.
Cuantas alfombras de gente ha extendido
en cuantas plazas, en cuantos estadios.

No nos engañemos:
sabe crear belleza.
Son espléndidos sus resplandores en la oscuridad de la noche.
Estupendas las humaredas de sus explosiones de destellos rosados.
Difícil negar a unas ruinas su Pathos
y el vulgar humor
de unas columnas vigorosamente erectas entre ellas.

Es maestro del contraste
entre el estrépito y el silencio,
entre la roja sangre y la blanca nieve.
Y ante todo, jamás le aburre
el tema de un torturador impecable
sobre su víctima mancillada.

Listo en todo momento para nuevos quehaceres.
Si tiene que esperar, espera. 
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene el ojo certero del francotirador
y él, solo él, mira al futuro
confiado. 




"En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes"

lunes, 27 de noviembre de 2017

EL SILENCIO DE LAS PLANTAS

E L   S I L E N C I O   D E  L A S   P L A N T A S



Imagen Elena Larruy


Sé lo que es hoja, pétalo, espiga, piña, tallo
y lo que os pasa a vosotras en abril y en diciembre.

Aunque mi curiosidad no es correspondida,
me inclino especialmente sobre algunas
y hacia otras levanto la cabeza.

Tengo nombres para vosotras:
arce, carde, narciso, brezo,
enebro, muérdago, nomeolvides
y vosotras no tenéis ninguna para mi.

Hacemos el viaje juntas.
Y durante los viajes se conversa ¿o no?
se intercambian opiniones al menos sobre el tiempo
o sobre las estaciones que pasan volando.

Temas no faltan, porque nos unen muchas cosas.
La misma estrella nos tiene a su alcance.
Proyectamos sombras según las mismas leyes.
Intentamos saber cosas cada una a su manera
y en lo que no sabemos también hay semejanza.

Lo aclararé como pueda, preguntadme y ya está;
qué es eso de ver con los ojos,
para qué me late el corazón
o por qué mi cuerpo no echa raíces.

Pero cómo contestar a preguntas nunca hechas,
si además se es alguien
para vosotras tan nadie.

Wislawa Szymborska


Imagen Elena Larruy

domingo, 19 de marzo de 2017

MORIR LO IMPRESCINDIBLE






AUTOTOMÍA


La holoturia se divide en dos ante el peligro:
suelta un yo a la voracidad del mundo, 
con el otro huye. 

En el acto se bifurca en fatalidad y salvación, 
en multa y premio, en lo que fue y lo que será. 

En mitad de su cuerpo se abre un abismo
con bordes al acto convertidos en dos desconocidos. 

En un borde, la muerte; en el otro, la vida. 
Aquí, desesperación; allá, aliento. 

Si hay balanza, no se desnivelan los platillos.

Si hay justicia, ¡hela aquí! 

Morir lo imprescindible, sin pasarse de la raya. 
Y, del resto salvado, rebrotar lo necesario. 

También nosotros sabemos dividirnos, es verdad. 
Pero sólo en cuerpo y en susurro que se quiebra. 
En cuerpo y en poesía. 

La garganta a un lado; al otro, la risa, 
ligera y al pronto sofocada. 

Aquí, oprimido, el corazón; allá non omnis moriar,
sólo tres palabras, tres plumas al vuelo. 

El abismo no nos escinde. 
El abismo nos rodea.


Wislawa Szymborska



Aclaración sobre el significado de autotomía

Fenómeno consistente en la amputación espontánea de alguna parte del cuerpo de ciertos animales, realizada como mecanismo de defensa, a la que siempre sigue la regeneración:
un ejemplo de autotomía se da en ciertos reptiles como las lagartijas, que pueden desprenderse de la cola ante la amenaza de un depredador.

lunes, 24 de octubre de 2016

MORIR A MEDIAS



ESTATUA GRIEGA


Con la ayuda de la gente y otros elementos
el tiempo ha hecho con ella un buen trabajo.
Primero eliminó la nariz, después los genitales.
Luego los dedos de las manos y los pies,
con el paso de los años los brazos, uno tras otro,
el muslo derecho y el muslo izquierdo,
los hombros, las caderas, la cabeza y las nalgas,
y lo ya caído lo ha hecho pedazos,
escombros, residuos, arena.

Cuando así muere alguien vivo,
brota mucha sangre tras cada golpe.

Las estatuas de mármol, sin embargo, mueren blancamente
y no siempre del todo.

De ésta que hablamos ha quedado el torso
y está como contenido en el esfuerzo de la respiración,
porque ahora debe
atraer
hacia sí
toda la gravedad y la gracia
del resto perdido.

Y eso lo consigue,
eso aún lo consigue,
sigue y deslumbra,
deslumbra y perdura.

El tiempo también merece una mención elogiosa,
porque ha hecho una pausa
y algo dejó para después.


Wislawa Szymborska

viernes, 27 de mayo de 2016

ESCULTURA EN PECHO

CONCURSO DE BELLEZA MASCULINA


          Tenso entró del mentón al talón,           
bajo oleosa constelación.

Sólo será seleccionado
quien como soga esté trenzado.



Del pescuezo un oso terrible
agarra (mas no hay tal osazo)
y tres jaguares invisibles
derriba de tres puñetazos.

Maestro de en jarras y a gachas
"bravo" le aclaman y él se inclina
con panza de veinticinco fachas
tras oportuna vitamina.


Wislawa Szymborska
Traducción de Xaverio Ballester

jueves, 26 de mayo de 2016

ELOGIO DE MI HERMANA

Mi hermana no escribe versos
y dudo que empiece de repente a escribir versos.
Lo sacó de mi madre que no escribía versos,
y de mi padre que tampoco escribía versos.
Bajo el techo de mi hermana me siento segura:
el marido de mi hermana por nada escribiría versos.

Barbara Perrin

Y aunque esto suene a obra de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se dedica a escribir versos.

En los cajones de mi hermana no hay viejos versos,
ni recién escritos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a comer
sé que no es con la intención de leerme sus versos.
Sus sopas son exquisitas sin predeterminación
y el café no se derrama sobre sus manuscritos.

En muchas familias nadie escribe versos,
Pero si lo hacen, es raro que sea sólo una persona.
A veces la poesía fluye en cascadas de generaciones,
lo que crea peligrosos remolinos en sus mutuos sentimientos.

Mi hermana cultiva una buena prosa hablada,
y toda su escritura son postales de sus vacaciones
con textos que prometen lo mismo cada año
que cuando vuelva
me contará todo,
todo,
todo.

Wislawa Szymborska

martes, 10 de mayo de 2016

PREFIERO LO RIDÍCULO DE ESCRIBIR POEMAS

POSIBILIDADES

Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del Warta.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.

Dorothy Hodgkin portrait de Maggi Hambling

Prefiero tener a la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Prefiero hablar de otra cosa con los médicos.
Prefiero las viejas ilustraciones a rayas.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
Prefiero en el amor los aniversarios no exactos
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras tampoco mencionadas.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo insectil al estelar.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que el ser tiene su razón.

Wislawa  Szymborska
Versión de Gerardo Beltrán

viernes, 29 de abril de 2016

ME GUSTA LA POESIA

"Lo reconozco, ciertas palabras me crean problemas. Por ejemplo los estados llamados ‘sentimientos’ no consigo hasta ahora explicarlos de forma exacta" "El alma  'palabra acertijo'  es otra de ellas" Concluyo -de momento- que era una niebla.

Nadie como Wislawa Zsymborska recorría la palabra con tanta exactitud, hasta encontrarle su lugar preciso. Los que tradujeron su magnífica y cautivadora obra,  envuelta de irónica y ternura  cuentan que que no fue tarea fácil. Aquí os dejo la muestra de dos  de esos poemas, delicados, precisos y gustosos de ser leído. 


        '                                                                        A ALGUNOS LES GUSTA LA POESÍA


Angela Moulton
A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas.


Les gusta,
como también les gusta la sopa de fideos,
como les gustan los cumplidos y el color azul,
como les gusta la vieja bufanda,
como les gusta salirse con la suya,
como les gusta acariciar al perro.


La poesía,
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
Y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos.



Wislawa Szymborska (Kornik, Polonia, 1923-2012)
de Fin y principio, 1993
Traducción de Gerardo Beltrán, David A. Carrión y Abel A. Murcia.

   



Nada dos veces

Nada ocurre dos veces
y nunca ocurrirá.
Nacimos sin experiencia,
moriremos sin rutina.

Aunque fuéramos los alumnos
más torpes en la escuela del mundo,
nunca más repasaremos
ningún verano o invierno.

Ningún día se repite,
no hay dos noches iguales,
dos besos que dieran lo mismo,
dos miradas en los mismos ojos.

Ayer alguien pronunciaba
tu nombre en mi presencia,
como si de repente cayera
una rosa por la ventana abierta.


Hoy, cuando estamos juntos,
vuelvo la cara hacia el muro.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Es flor? ¿O tal vez piedra?

¿Y por qué tú, mala hora,
te enredas en un miedo inútil?
Eres, pues estás pasando,
pasarás —es bello esto.

Sonrientes, abrazados,
intentemos encontrarnos,
aunque seamos distintos
como dos gotas de agua.

sábado, 23 de abril de 2016

VIDA AL INSTANTE

Vida al instante.

Función sin ensayo.

Cuerpo sin prueba.

Cabeza sin reflexión.
                                                                                  




Ignoro el papel que hago.

Sólo sé que es mío, no intercambiable.


De qué va la obra,

debo adivinarlo sobre el escenario.


Malamente preparada  para el honor de la vida,

soporto a duras penas el compás impuesto de la acción.
Improviso aunque aborrezco la improvisación.
Tropiezo a cada paso con el desconocimiento de causa.
Mi modo de vivir huele a aldea.
Mis instintos son de aprendiz.
La vergüenza, al excusarme, tanto más me humilla.
Siento las circunstancias atenuantes como crueles.


Palabras y gestos irrevocables,

estrellas no contadas,
el carácter, como un abrigo abrochado, en marcha,
he aquí el penoso fruto de este apremio.


¡Si al menos pudiera un miércoles ensayar primero

o al menos un jueves repetir una vez más!
Pero ya llega el viernes con un guión desconocido.


¿Acaso está bien? -pregunto

(con voz ronca, pues ni me han dejado aclararla tras los bastidores).


Es vano pensar que no es más que un examen somero

hecho en un lugar provisorio. No.
Me hallo entre los decorados y veo cuán sólidos son.
Me choca la precisión de cualquier atrezzo.
El equipo giratorio funciona desde hace largo rato.
Las nebulosas más lejanas ya han sido encendidas.
Ah, no me cabe duda de que esto es el estreno.
Y lo que haga.
se tornará siempre en lo que hice. 


Wislawa Szymborska





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