Celebro la reflexión del audio que me enviaste hace unos días cuando ibas a tu Master de los viernes querida amiga. Quise contestarte en el mismo momento y no pude; lo hago ahora así. Espero que no te importe. Te diré para empezar que aplaudo tu decisión de alejarte de aquello que no te conviene, si de verdad es así.
Cuando yo te decía, la última vez que nos vimos, la necesidad del silencio, no me refería a mi persona, me refería en general a la necesidad que tenemos todos los seres humanos de mejorar nuestras vidas mediante el silencio; el mismo silencio del que tú me hablas ahora que decides distanciarte y cortar con determinados círculos en redes sociales, con personajes que no te convienen ni aportan valor, nada fresco y renovador a tu inteligencia despierta, activa y reflexiva. Lo decías de alguna manera: allí donde pones tu atención, en eso te conviertes. Siempre es así, pudiendo elegir ¿por que estar con los dormidos, los lerdos, los insulsos, con los insultantes colectivos de redes que empobrecen la conciencia y aborregan el instinto?, a los que tampoco tenemos nada que ofrecer, porque nada quieren.
Los grupos, adocenados, se comportan como no debieran, no son cooperativistas ni tienden a la unión, siguen patrones de pensamiento de doctrinas y consignas impuestas, no invitan a la reflexión ni a la escucha, finalmente no nos llevan a ninguna parte. Por el contrario el trabajo personal y el compromiso para con uno mismo es el trabajo y el compromiso con el resto, esa es nuestra aportación de valor a la sociedad. La experiencia me dice que es así, que se hace desde el aval silencioso de la observación, el estudio y la reflexión. Un mundo más cuerdo requiere solvencia y solidez de ideas y argumentos. Me importa la alegría, me importa el bienestar de la humanidad, me importan valores a la baja que no cotizan en los mercados bursátiles.
Nuestro esfuerzo por querer convencer a los otros es inútil, con tanto ruido y vocerío. Tanta banalidad, tanta necedad mercantilizada de imberbes e influencers puesta en escena para no parar la máquina de hacer dinero de los que manejan la información y las riquezas, los hilos de un capitalismo tan consentido como corrupto. Pero cierto es que de todo podemos aprender, aunque solo sea para saber dónde no poner la atención ni la mirada, donde no perder nuestro preciado tiempo.
Nos equivocamos cuando corremos a contar al otro lo cierto de aquello que acabamos de descubrir, en lo errados que están sus determinados posicionamientos. Nadie convence a nadie. Influyen las conductas y los ejemplos. Convence la experiencia. Nos decantan las razones que vienen de gente con manos limpias, nos seduce la bondad, la inteligencia, los actos amorosos: eso debería bastarnos.
Tenemos excesiva información, tanta que nos enturbia y embrutece, que nos provoca ansiedad, porque así se encargan algunos -los de siempre- de que sea. Lo sabemos. Sabemos cerca de quien queremos estar, quien nos dice la verdad, quien nos miente, quien no nos conviene. Sabemos cómo nos manipulan como humanidad. Todas esas razones me llevan a defender el acierto del trabajo personal individual bien hecho.
Cuando la información es excesiva y atronadora, como es ahora, se distorsionan las señales de lo auténtico, de lo adecuado y conveniente y nos lleva a actuar como pollos descabezados unas veces, otras como un rebaño sumiso. Lo vemos y vivimos cada día.
Tu Raquel eres una privilegiada en cuanto a tus capacidades: absorbes la información con mucha avidez, eres rápida, enérgica, despierta y muy curiosa, enseguida sacas conclusiones que te cuestionas. Te gustaría que enseguida se dieran los cambios necesarios, no entiendes que no sea así, pero también sabes que hay intereses poderosos que lo impiden, que nos atan las manos, que nos ciegan la vista. No dejes que toda esa basura que nos rodea te distraiga ni te desvíe de tu camino.
Tu sola llegas a la conclusión, aunque me lo digas con otras palabras, de la necesidad de retirarte hacia otra luz. Esa luz que nos ilumina y nos encuentra cuando la estamos buscando, cuando nos retiramos en la quietud y la meditación. Cuando pedimos, cada uno a su Dios particular, que queremos ser tocados por su inteligencia y su bondad, que queremos su influencia, por el bien de todos nosotros. A ese silencio me refería; al silencio que pone en orden nuestras vidas, las mejora y las hace más fáciles.
Aunque nosotros, por fortuna, no vivamos el drama terrorífico de una invasión rusa, como el pueblo de ucrania, llevemos en nuestra alma silencio y acogida. Algo bueno crecerá seguro. Ellos llevan girasoles en sus bolsillos.
Mi más afectuoso abrazo Raquel
A la mente que está quieta, el universo entero se rinde. Frases de Lao Tse
La vida es una serie de cambios naturales y espontáneos. No te resistas a ellos, eso solo crea dolor. Deja que la realidad sea realidad. Deja que las cosas fluyan naturalmente hacia adelante de la manera que quieran.
Aquel que puede conquistar a los enemigos es fuerte. Aquel que se ha conquistado a sí mismo es poderoso.
El agua es suave y dócil. Pero mina y corroe lo duro. En el vencimiento de lo duro, ella no tiene iguales. Lo suave y lo tierno vencen a lo duro y lo grosero.
La violencia, aunque bien intencionada, siempre rebota sobre uno mismo.
El que camina a grandes zancadas no irá muy lejos.
Si eres flexible, te mantendrás recto.
Quien interfiere en asuntos ajenos y encima habla demasiado se vuelve insoportable para los demás.
En el centro de tu ser tienes la respuesta; sabes quién eres y sabes lo que quieres.
El conocimiento es un tesoro, pero la práctica es la clave para ello.
Deja de pensar, y termina con tus problemas.
Cuando te des cuenta de que lo que haces a otro, te lo haces a ti, habrás entendido una gran verdad.
Toda acción provoca reacciones.
La amabilidad en palabras crea confianza. La amabilidad en el pensamiento crea profundidad. La bondad de dar crea amor.
El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil.
Que tu cuerpo y tu alma vital estén unidos en un abrazo sin separación.
Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe. El que está satisfecho con su parte es rico.
La naturaleza no se apura, sin embargo todo lo logra
La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.
Lo blando vence a lo duro; y el débil al fuerte.
Para conducir la gente, camina detrás de ellos. Y el respeto conlleva el bienestar. El bienestar contribuye al proceso creativo.
El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
El silencio es una fuente de gran fortaleza.
Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.
Dominar a otros es fortaleza. Dominarse de sí mismo es el verdadero poder.
Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie.
Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.
No hay mayor peligro que subestimar a tu oponente.
Aquel que conoce a las personas es razonable. Aquel que se conoce a sí mismo es iluminado.
El que mucho promete rara vez cumple su palabra.
¡No busques exhibirte! La persona sabia que ha conocido su esencia superior no se entrega al narcisismo ni se enaltece.
Cuanto más lejos se va, menos se sabe.
Haz las cosas difíciles mientras son fáciles y haz las grandes cosas mientras son pequeñas. Una jornada de mil millas debe comenzar con un sólo paso.
El amor es de todas las pasiones la más fuerte, ya que ataca al mismo tiempo la cabeza, el corazón y los sentidos.
Los caminos pueden ser guías, pero no senderos trazados.
Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.
Sólo zarpas y espinos nacen en el lugar donde acampan los ejércitos. No te quejes de sufrir, que así aprendes a socorrer.
Grandes actos se componen de pequeñas obras.
El sabio siempre gana, porque no compite.
Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.
El que sabe que suficiente es suficiente siempre tendrá suficiente. Saber que no se sabe, eso es humildad.
Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad.
El mejor luchador nunca se enfada.
Ser profundamente amado por alguien te da fortaleza, mientras que amar profundamente a alguien te da coraje.
Si no cambias la dirección, puedes terminar donde has comenzado. Una hormiga en marcha hace más que un buey durmiendo.
El hombre sabio no acumula.
Cuanto más da a los otros, más obtiene él mismo. El sabio no enseña con palabras, sino con actos.
El que sabe no habla, el que habla no sabe.
No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás. Un buen caminante no deja huellas.
Cuando dejo de ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. La manera de hacer es ser.
He aquí mis tres tesoros. Guárdalos bien. El primero es la piedad; el segundo, la frugalidad; el tercero, la negativa a ser la primera de todas las cosas bajo el cielo.
Cuando estás contento con ser simplemente tú mismo y no te comparas o compites, todo el mundo te respetará.
Alégrate con lo que tienes; regocíjate de cómo son las cosas. Cuando te des cuenta de que no falta nada, el mundo entero te pertenece.
Debido a un gran amor, uno es valiente.
Gobierna mejor quien gobierna menos.
Quien pretende el dominio del mundo y mejorar éste, se encamina al fracaso.
El mundo es tan sagrado y vasto que no puede ser dominado. Quien lo domina lo empeora, quien lo tiene lo pierde.
Si practicas la equidad, aunque mueras no perecerás.
Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.
Un hombre con coraje exterior se atreve a morir; un hombre con coraje interior se atreve a vivir.
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