Uno de los síntomas de la depresión es la amabilidad, la generosidad. Ese estado permanente de preocupación por atender las necesidades del otro, revela una personalidad carente de autoestima, sometida a la aprobación continua del contrario, a la necesidad de complacerle, de no sufrir ningún rechazo.
Trabajar en la renuncia de la culpa y el remordimiento es la clave para superarlo. Entender qué experiencias nos han llevado a esa conducta. Espantar viejos fantasmas, que sin duda se instalaron en el subconsciente en etapas infantiles, cuando nuestras mentes no estaban capacitadas para el discernimiento.
No hay que tener miedo en decepcionar a los demás. No somos culpables de nada. Somos responsables, y tenemos la obligación de cultivar nuestro amor propio. Ahí sí estaremos en condiciones de ser queridos y aceptados, o quizás no aceptados y no queridos, pero aprenderemos la mas valiosa de las lecciones, la más auténtica: querernos a nosotros mismos.
Os dejo el enlace de un comic que ilustra con humor amable, una conducta habitual en las personas que padecen angustia y depresión
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| Angustia & Depresión |
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