Poesía para tiempos de terror, de inmolaciones, de muertes inocentes, de espanto y horror, de bombas racimo. Poesía también de esperanza para los supervivientes inocentes, victimas de la ambición y el odio, cubiertos por el frío manto de la desolación. A ellos que como nosotros: los espectadores del horror, solo esperamos mirar al cielo y ver caer el vuelo pacífico y delicado de las mariposas. Señal que ha llegado la primavera ¡Tiempo de Vida! Elb
En el aire estaba
impreciso, tenue, el poema.
Imprecisa también
llegó la mariposa nocturna,
ni hermosa ni agorera,
a perderse entre biombos de papeles.
La deshilada, débil cinta de palabras
se disipó con ellas.
¿Volverán ambas?
Quizás, en un momento de la noche,
cuando ya no quiera escribir
algo más agorero acaso
que esa escondida mariposa
que evita la luz,
como las Dichas.
Ida Vitale
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