lunes, 30 de diciembre de 2019

YO NO ODIO


Artista Egon Schiele


Acabo de leer una entrevista a la famosa actriz francesa Fanny Ardant con motivo del estreno en Francia de su última película, La Belle Epoque,  donde declara ser y amar la contradicción. Además de dejar clara constancia de lo que ama y lo que no le gusta, utiliza hasta la hartura la palabra odiar. Dice, entre otras, odiar lo políticamente correcto y el puritanismo; a sabiendas de que pueda pensar que soy una puritana, que dicho sea de paso no lo soy, me pregunto si es posible sustituir el verbo odiar por otro que venga a decir lo mismo, aunque no sea de manera literal: ¿Aborrezco? ¿Detesto? ¿Condeno? ¿Desapruebo?; a ver ayudadme: que más, que más, ¿Renuncio?, no comulgo, me molesta y un largo etcétera de verbos, sinónimos o maneras de decir que nos brinda el diccionario (imagino que el francés también). Por qué entonces no utilizar otro expresión más amable, menos ofensiva al oído.




Cómo personaje público, cuando te pronuncias ¿no deberías a la humanidad o al inmediato más próximo el compromiso de no odiar tanto?. 

Tú crees, como yo,  que la política es un juego sucio,  dices ser fiel a los tuyos y salvarlos de toda quema justa e injusta, por mucha condena de un juez que exista, que te muestras estar por encima de lo que señalas, condenas y niegas  con el dedo, que te manifiestas como una mujer libre e independiente: realmente ¿en qué crees tú?. Y sí, al final te entiendo, la entrevista da en el clavo: crees en la contradicción. No crees que cuando se cree en la familia en la amistad, como tú dices, uno no odia, cuando se cree en la inteligencia como tú reconocías creer en la del que fue tu compañero Françoise Truffaut,  tampoco se odia. ¿Por qué esa palabra tan repetidamente en tu boca Fanny? 
Se muy poco de tu vida, prácticamente nada. El hecho de que tengas un palmarés de 78 películas a tus espaldas te acredita y dice mucho de ti,  el simple hecho de ser artista también te concede un valor extra a mi mirada,  por ello te aplaudo, pero odiar Fanny, no, odiar ya odian bastante los que matan, roban y quitan la vida a los otros, además de destruir la propia. No odies tanto, no te restes belleza, tienes el privilegio de la tribuna, tu voz se escucha, por eso llega hasta mí; me encanta oír la palabra en la voz de una artista, de una mujer con coraje que no se deja someter, que se aleja de la sentencia de los juicios mediáticos, que vive y aplaude el arte de envejecer con naturalidad:  dignamente,  no me gusta tanto la que dice le gusta vivir peligrosamente, la que dice amar las contradicciones, yo también las autorizo y reconozco, pero amar lo que se dice amar, no las amo. Seas como seas y digas lo que digas la palabra odiar en tu boca ni en la de nadie no me gusta Fanny Ardant.   ¿Quieres, puedes hacer algo al respecto? Gracias.

Elena Larruy



Imagen Fanny Ardant


jueves, 26 de diciembre de 2019

UNA SONRISA PARA MARTINA

























Improviso un poema y un bizcocho,
busco unas palabras
y una vela
que devuelvan la sonrisa a Martina.

¿Estás ahí?, le pregunto en un Whatsapp
a tres pasos de casa.
¿Puedo pasar?  «dale»
 me responde en «argentino».

Me invita a un macchiato y un abrazo,
celosa la perra toma  mi falda,
me cuenta que habló con su hija en Rosario
y que no para de llorar.

Hablamos de La Navidad, de mi Blog, de Darío
de los hidrolatos y las esencias
de la vicepresidenta argentina
     de lo sola que está.

¡Tomé un enfado bravo!
mira vos que me contó Victoria...
En Febrero agarro un billete
y me presento en Rosario.

Me intereso por el tipo
que la invitó a cenar el sábado,
me muestra perfil y foto,
le digo lo que pienso: «un básico»

Me devuelve una sonrisa
y me contesta: a  mí el que me conviene
es el flaquito, el de la escalera de al lado,
el de la bici,
parece un buen tipo.

¿Sabés vos de quien  hablo?
De otro «fondo de armario» Martina.
Se peta de la risa a la cuestión que le planteo
¿no es mejor estar sola que con un ropero?.


Elena


jueves, 19 de diciembre de 2019

LA POESÍA PUEDE SALVAR AL HOMBRE





Empezaré diciendo que detrás de cada buen artículo hay un gran periodista y una más que excelente figura humana, de esas que tienen no solo calidad literaria, en este caso periodística, sino también rigor y exigencia. El artículo Poetas y Filósofos al que me refiero es el publicado por La Vanguardia el pasado 18 de este mes de Diciembre, cuyo enlace dejo más abajo. En él Lluís Foix menciona a dos grandes hombres muy viajados por todas las letras, como el expresa,  Llorenç Gomis y Carles Nadal, de los que dice podían hablar de autores de la generación del 98 como si fueron de su propia familia, hasta ese punto conocían a Unamuno y Baroja. Gomis hablaba de belleza, bondad, elegancia humana, convicciones, ¡dios, me llevo las manos a la cabeza!, ¿donde están esos hombres?. Buscaba la verdad entre las dudas, ese sí que sería un buen influencer. Los dos, cuenta, tenían un talante liberal sin fronteras ni físicas ni mentales, eran hombres libres de pensamiento, lo que unido a sus amplios conocimientos de la historia pasada y presente así como de lo que acontecía y observaban de los comportamientos humanos los convertía en grandes humanistas. La vida de esos dos hombres doctos y sabios que además leían y sentían la poesía estaba llena de todo sentido. 
Este artículo de Luis Foix que me ha llegado a través de Fernando, un familiar, al que agradezco,  es digno de reflexión, si, de pararse a dar valor y sentido a las palabras, de ver en que nos están convirtiendo y a que nos están reduciendo: contiene verdad de la buena, cada vez más escasa, de la que a mí me gusta, no de la posverdad, o mentira emotiva,  sobre la que se construye la vida ahora, donde cualquier mentira es verdad, donde todo lo público se convierte en banalidad y emotividad simplona, en el mejor de los casos, en el peor en juicios y condenas populares donde nadie se atreve a levantar la voz por miedo a ser sentenciado y quemado en la misma hoguera. Ahí lo dejo.

SI, YO TAMBIÉN DEFIENDO QUE LA POESÍA PUEDE SALVAR AL HOMBRE. Estoy a la espera de ver que influencer de valor y conocimiento levanta esa bandera para sujetarla con mi mano. 

Elena Larruy




sábado, 14 de diciembre de 2019

QUERER A LOS PADRES CUANDO SE HAN IDO

La nostalgia, como el tango, no va conmigo. No echo la mirada al pasado, me pesan las heridas, lo que no rechazo es el sentimiento del cariño recibido de mis padres. Ahora que ya no están, estamos aprendiendo a querernos más y mejor, vengo de una generación que se quiso poco, y pocos fueron los abrazos. En su momento los quise como quieren los hijos, despreocupadamente y a medias. Completo ese cariño a medida que vivo y tengo otra medida de lo que fue el amor y la atención recibida. A menudo escucho el sentimiento de arrepentimiento en hijos que se lamentan por no haberlos querido más y mejor. Yo digo que nunca es tarde, también que no somos culpables por no haber sabido querer como merecían y seguramente esperaban; esto es una escuela, siempre estamos aprendiendo y siempre estamos a tiempo de quererlos, de alguna manera están, yo así lo siento "no todos son igual de expresivos", hay que bajar el ruido y conectar con el corazón para escucharlos y poder hablar y decirles lo que no les dijimos, yo por ejemplo les digo que los siento muy cerca del corazón, y ellos me responden lo mismo. Mis padres me dieron todo lo que tenían, de la mejor manera que supieron y sabían. De ese sentimiento salió este poema.




                                                                                                A mis padres


CUENTAS PENDIENTES

Con mis padres tengo
una deuda de cariño
que pago
a plazos vencidos;
ellos ya no están
aquí conmigo.
De tanto en tanto
siento un abrazo
con acuse de recibo
en una voz
pegada a mi oído
que me dice:
deuda satisfecha,
atendida:
cambio.

Elena


martes, 10 de diciembre de 2019

LA RESIGNACIÓN DEL SABIO


Pienso como Nietzsche que el sabio cuando llega a viejo se paraliza su acción. Sus conocimientos se replican e interpretan en la sociedad siguiente, se teoriza sobre ellos, pero muere el instinto creador y la acción que los impulsó. 




Yo creo que el saber mata la fuerza del instinto, no deja lugar para la acción. La verdad es que todo conocimiento nuevo carece de un mecanismo ejercitado y de unos hábitos placenteros. Pero todo esto se produce después. Esperamos a que una nueva generación coja la cosecha, no nosotros. Esta es la resignación del sabio. Se ha vuelto más pobre y más débil, incapaz para la acción, por decirlo así, paralítico; es un vidente que se ha quedado ciego y sordo.
Tratados filosóficos
Fiedrich Nietzsche





Lo que distingue las mentes verdaderamente originales no es que sean la primeras en ver algo nuevo, sino que son capaces de ver como nuevo lo que es viejo, conocido, visto y menospreciado por todos.


jueves, 5 de diciembre de 2019

NADA TUVE, NADA QUIERO



                                                        Sesión  KARMELO C.IRRIBARREN


Despidiendo al tío Vicente

Fue durante su entierro
que se acercó un familiar,
me dio dos besos
y me enseñó una fotografía
que llevaba en su mano:
son tus abuelos:
paternos,
me aclaró.
Mentiría si dijera
que no sé lo que sentí.

Fue como cuando alguien
te ofrece algo viejo 
que perdiste hace
mucho tiempo
         y no estás seguro
de querer recuperar.

Elena


lunes, 2 de diciembre de 2019

SALVAR LOS SUEÑOS


Autor Edward Fairburn



SALVAR LOS SUEÑOS


Hoy
me desperté
adolescente,
caprichosa y rebelde,
con la extrañeza
del que vuelve a casa
después de un viaje:
nunca somos los mismos
al regreso.
No se de donde vengo.
Pido cuentas al espejo;
me equivoco de persona,
la despido y me regreso
al paraíso de mi cama
a descansar la mirada:
un mal de ojos me ataca
con recuerdos inútiles y viejos,
más intacto deja el vacío
de los sueños,
para aquellos que aún
no despertaron.

Muchas son
las cosas
que la nieve blanca de los años
nos esconde:
cuando el corazón
echa cuentas,
no le salen las letras.

Son los sueños
los que nos salvan
de la mirada gélida y adusta,
                por eso yo, los abrigo,
por eso yo los despierto.

Elena Larruy

sábado, 30 de noviembre de 2019

VIVO EN CASA DE MI GATO

Una vez tuve una gata, se llamaba Nuca, era como describe el poema, pero mucho más traviesa que no cuento, y no fue la única, varios fueron los gatos y gatas que tuvimos cuando criábamos hijos. Los gatos murieron, los hijos se hicieron mayores y fueron dejando el hogar, luego vinieron los nietos, como caídos del cielo, el mejor de los regalo. Ellos, la música y los gatos abrigan los corazones en el invierno, cuando se siente el frío y la nieve blanca cae sobre la edad.



                                                                                                  
Para Mía Huguet la gatita que ya es una gata


PARAMIAHU
mi música predilecta.

Me gusta su distinción,
sus rasgos felinos
su trato justiciero
acariciar su pelo fino,

sus andares elegantes
su manera de esperarme
y ajustarse a mi regazo,
cuando a mi costado se tumba
y ronronea: me gusta,
o cuando se pone zalamero
y remolón
y para mi hace la croqueta
y de repente brinca
a esconderse
en el primer cajón que encuentra.

Me acomodo
a su vivir independiente,
lo mismo que él hace al mío,
nunca inoportuno,
al contrario, me gusta la caricia
que me dice:

¡tú me gustas!.

A veces es engreído
ufano y altanero,
así: también lo quiero.

De su higiene y de su pelo
se ocupa con esmero,
afila sus uñas en un madero.

Algo exquisito en la comida:
come bien y poco,
si se indigesta: toma hierba
en su maceta y ayuna.

Políticamente incorrecto,
inadecuado a las visitas,
no se anda con chiquitas:
si le gustas, te acaricia con su lomo
si no, huye sin titubeos.

Cuando el radar de su cola
lo pone en guardia,
porque atisba un peligro:
arquea el lomo
huyendo a toda prisa
con los pelos en punta
y un soplido muy
pero que muy furo.

Más si de amores se trata
visita otras casas
en busca de gatas.
Maltrecho y despeinado,
a su regreso
no hay reproches ni enfado
bajo este techo,
para este amor correspondido
que cuida y protege
que acompaña y abriga
que asiste y reconforta
en la mejor medida,

que me espera cada día
al volver a casa.

¡Créeme!
¡Hazme caso!:

Deja que te adopte un gato.

Elena Larruy

miércoles, 27 de noviembre de 2019

ECOS DE HORROR Y CÁNTICOS COTIDIANOS




Este poema es un trabajo que Sara, la profesora de literatura, nos pidió en el taller de poesía al que asisto. Propuso crear una poesía a partir del poemario Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, y así lo intenté, inspirándome en otra ciudad  Bangkok, de donde acababa de regresar de unas vacaciones y había observado el mismo feroz capitalismo y la misma explotación humana que el poeta Granadino vió en Nueva York. Después de horas de intento frustrado, de ensuciarlo con datos y hojarasca de escaso valor poético, acabé abandonándolo.
En otra sesión la propuesta era construir otro poema de carácter cotidiano, en un  lenguaje coloquial inspirado en el poema Un jueves telefónico, de otro García: Montero. Este parecía más fácil, o así me lo pareció. De manera que atendiendo las propuestas y la pauta sugerente que nos acababa de dar, en el sentido de que hiciéramos que los poemas dialogaran, me puse en ello.
Y como a menudo pasa componiendo, se parte de una idea y el poema toma el mando para llevarte donde él quiere. Así fue en esta ocasión, y no solo eso sino que al final concluí que estaba matando  "dos pájaros de un tiro", aunque yo diría que a uno más que matarlo lo herí: dando así por terminados mis dos trabajos, lo que se dice "un dos por uno".


ECOS DE HORROR Y CÁNTICOS COTIDIANOS

Sobre las seis y media me despierto
con una idea fija en la cabeza
"hacer que dialoguen los  poemas",
que nos dijo Sara en la clase.

Con trazo indolente
retomo el mío, a medio hacer.
Un río aceitoso lo atraviesa;
entre sus lodos mugrientos
mis versos náufragos, en Bangkok.

Al otro lado,
en un clic de pestaña:
otra frontera, otro estado, otro tiempo.
Federico me espera en Nueva York
a orillas del Hudson, atrincherado
con sus vacas patos y corderos.

Millones de insectos sin alas
de apariencia frágil y humana
circulan con atropello
por las calles de Bangkok:
cemento y rascacielos:
"en tres de ellos cabe mi pueblo"
que diría el de Fuente Vaqueros.
Con sangre de coco y arroz
colonias de hormigas
del mismo aspecto,
malviven en Tailandia,
en una vasta explotación
implacable y desalmada.
Rama X:
el dueño del gran hato,
el reyezuelo explotador
ambicioso y malvado,
que reduce cabezas,
y "hace argamasas de adobe gris
con los cuerpos"
con las que construye fortuna
y casas.

Mientras voy y vengo,
-entre desventura y desgana-,
enhebrando estrofas
y descosiendo versos,

por una ventana emergente
asoma Arturo: El Cid de las letras.
El periodista muestra
una historia que me atrapa:
le digo que sí,
que me voy con él a su casa.

Cuenta
que estando en Sevilla
y volviendo al Hotel
de Las Teresas, de tomar unas tapas,
se cruzó con Espartaco,
que los dos se fundieron
en un gran abrazo,
que sin ser amigos,
periodista y torero
se tenían  cariño:
que es hombre bueno
el de Espartinas,
humilde, cumplidor
y de buen trato.

Hace unos años
se enroló con su cuadrilla
dos semanas,       
para hacerle un reportaje.
Juntos recorrieron kilómetros,
por pueblos, ventas y plazas.
Una noche oscura
sentados en un porche,
el matador, al oído, le contó
una nefasta tarde de corrida:
de esas que en la plaza te gritan:
¡cobarde! ¡estafador! ¡sinvergüenza!

No lograba al toro, clavar el estoque.

En la barrera, la voz angustiada
de Alejandra, su hija,  en brazos de la madre
le gritaba al padre: ¡Vámonos a casa papá!

Una cortina de agua corría por sus ojos,
al astado morlaco no veía,
y se dijo: ¡o me mata o lo mato!

¡Y fue el toro el que derramó su sangre!
para que la hija volviera a casa
con el padre.

Conmovida por la historia
que acababa de leer
y antes del adiós
me cuenta Pérez Reverte
que le ha cambiado la mirada
que hace años que no pisa un tendido:
le mando mi ovación
desde la barrera de mi casa
y mientras aplaudo
oigo extrañada una voz
que al otro lado me grita:
 ¡traidora!
            ¡vuelve a casa conmigo
y acaba ya la faena! ¡Ingrata!

y me voy, me vuelvo,
me cambio ya de tendido,

me voy con Federico
al otro lado del Hudson.

Elena


El poema acabó siendo un relato vertical, que  me dejó la satisfacción del esfuerzo y del intento. Ese es mi mérito, y no otro. 
  



Poemas de referencia:

Un poeta en Nueva York de Federico García Lorca












Caricatura de Luis García Montero



martes, 19 de noviembre de 2019

JUEGA, NO PREGUNTES



SENTIR 

SOLTAR 

SONREÍR 

DISFRUTAR

Ahora entiendo que no soy yo. Me estoy dejando llevar. Todo se mueve. Permanezco todo el tiempo en contacto con la naturaleza, escuchando sus sonidos, privilegiando el diálogo con la noche y sus estrellas, el cultivo de todo tipo de plantas, la escalada a las montañas que parecieran ser besadas por las nubes, el escuchar los sonidos de las quebradas y dibujando las vivencias campesinas con la musa poética que emerge del todo y la nada, libre de análisis, de interpretaciones mensurables desde la mente que abunda en razones alimentadas por el pensamiento, que siempre intenta justificar el conocimiento desde el intelecto. Nos han hecho creer en la individualidad, en la fragmentación de la vida. Esa es una dimensión del conocimiento que ostentan los niveles de consciencia bañados de pensamiento razonado, pero carente de la naturaleza espiritual de las corrientes de vida que danzan en este plano y que ya empiezan a redescubrirse.

La vida contemplándose a sí misma
Héctor Rodríguez Orellana



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