Y sin embargo,
esta ciudad es mía, pertenece a mi vida
como un puerto a sus barcos.
Luis García Montero
de alejamiento, de extravío,
de estar lejos de casa.
Cuando yo nací
los niños venían de París.
Se equivocó la cigüeña
al atravesar la frontera
y me dejó en otra casa:
una ciudad pequeña
con rio, una estación,
un castillo en ruinas,
-como un presagio-
y niebla,
mucha niebla.
Diecisiete años de espesura,
de húmeda travesía
hasta encontrar la mía:
Barcelona, una ciudad sin mi:
diecisiete años.
Un deseo sostenido
una idea desatada
una maleta con sueños,
en mi mano coordenadas,
un destino innegociable,
una mujer enamorada
de una ciudad incompleta,
de una estación de llegada.
Hay amores que nos funden,
sueños que nos alcanzan,
lugares que nos desnudan
un castillo en ruinas,
-como un presagio-
y niebla,
mucha niebla.
Diecisiete años de espesura,
de húmeda travesía
hasta encontrar la mía:
Barcelona, una ciudad sin mi:
diecisiete años.
Un deseo sostenido
una idea desatada
una maleta con sueños,
en mi mano coordenadas,
un destino innegociable,
una mujer enamorada
de una ciudad incompleta,
de una estación de llegada.
Hay amores que nos funden,
sueños que nos alcanzan,
lugares que nos desnudan
y sacan de nosotros brillo.
Recuerdos que no enmohecen,
que atesora la memoria.
Estaciones Norte de llegada
con nuestro nombre escrito.
Elena Larruy
Estaciones Norte de llegada
con nuestro nombre escrito.
Elena Larruy