lunes, 26 de diciembre de 2022
CUANDO ESTÁS CONTIGO NO ESTÁS TAN SOLO
viernes, 16 de diciembre de 2022
ESCRIBIR, LEER, SOBREVIVIR EN EL GRAN LABERINTO PARA COMPRENDER
Leer para comprender, para no sentirse tan solos y abandonados, para recibir respeto.
Que razón tenía Antonio Machado cuando escribió: Que difícil es no caer cuando todo cae. Qué difícil es actuar inteligentemente si la sociedad se vuelve estúpida. ¿Cómo sobrevivir tanta inteligencia a un mundo tan estúpido?, tan determinado por estructuras económicas y políticas, por medios de opinión, ideologías, modas... Controlados y subyugados por fuerzas imbatibles imponiendo sus creencias culturales que nos presentan como evidencias, de las que no tenemos ninguna información porque nada hacemos por saber más: Las Culturas Fracasadas las llama José Antonio Marina en su libro.
Es fácil entender porque ante semejante fracaso la poesía pueda ser, y es, un refugio para tantos hombres y mujeres de valor, donde escapar de la inmundicia, donde sentirse a salvo y consolados.
En mí te pierdo aparición nocturna,
viernes, 11 de noviembre de 2022
POR EL DOLOR LA FUERZA
para curar
en la carne abierta
en el dolor de todos
en esa muerte que mana
en mí y es la de todos
escribir
para ahuyentar la angustia que describe
sus círculos de cóndor
sobre la presa
aunque en el alma no
en el alma
la estimación del tiempo que concluye
y es arriba
algo más que un silencio
con ojos semiabiertos
escribir
como condescendencia y como rebeldía
sin elección
sin pausa
porque se va la luz, las fuerzas
se le acaban
y el ser se va de vuelo
en las garras de un ave
carroñera
escribir
para decir el grito
para arrancarlo
para convertirlo
para transformarlo
para desmenuzarlo
para eliminarlo
escribir el dolor
para proyectarlo
para actuar sobre él con la palabra
[ ]
escribir para guarecerse
escribir como si cerrase los ojos
para no cerrarlos
para mover la mano y seguir su curso
para sentirse viva
AÚN
para aplazar la angustia
como simulación
para guiar la mente y que no se desboque
para controlar lo controlable
escribir
como quien deja la luz encendida
y duerme de pie sobre sí mismo
para saldar las cuentas con el miedo
escribir
para reorganizar
escribir
sin hacer concesiones
escribir
como quien des-espera
para cauterizar
para tomarle las medidas al miedo
para conjurar
para morder de nuevo el anzuelo de la vida
para no claudicar
escribir
para apuntar al blanco
escribir
con palabras pequeñas
palabras cotidianas
palabras muy concretas
palabrasojo
palabras animales
palabrasbocadegato
ásperas por dentro y por fuera
suaves como “tal vez”
palabraslatigazo
como “demasiado” y “tarde”
escribir
para no mentir
para dejar de mentir
con palabras abstractas
para poder decir tan sólo lo que cuenta
decir que a las once
de la noche de hoy
mientras la luz calienta
el lado izquierdo de mi almohada
y la sábana verde se desdobla
en el espejo del armario
estoy en mí
en el lugar en que acostumbro
a encontrarme
en este aquí hecho de extraña
duración en lo mismo
repitiéndome
la carne dolorida
los huesos lastimados
los nervios, la piel
tirante, amoratada
el pelo encanecido
el grito sólo postergado
y hoy a las once
de la noche de hoy
mientras la luz calienta
el lado izquierdo de mi almohada
muere un niño
o dos o no sé cuántos
mueren y una anciana dice
sus últimas palabras
o no las dice y muere
y es otra la que habla
pero no habla, dice
apenas dice y muere
sin decir
apenas
nada
y algo se me atraganta
tal vez un alarido
largo como las once horas de esta noche
o tal vez la conciencia
que duerme encendida
como una lumbre la conciencia
de todos los que mueren
como una fogata
un espantoso incendio
que prende en las ventanas
de la ciudad y en el mar no se apaga
una conciencia absurda
una antorchahorizonte
la conciencia de todos los que saben
que se están acabando
en sus huesos de antorcha
hoy, mañana, siempre
escribir
todas las muertes son mi muerte
mi grito es el de todos
y no hay consentimiento
escribir
¿para consentir?
¡escribir para rebelarse!
no hay lugar para plegarias
no hay lugar para el sosiego
el ajuste de las almas
se hace en rebeldía
Estamos solas
y nos pertenecemos.
En nosotras está el poder
Somos un pueblo de almas
en rebeldía
¡Despertad!
Lo que escribo aquí
se traza en el aire
el dolor es la senda
el dolor es el medio
por el dolor la fuerza
que combate el dolor
y lo transforma
por el dolor deshago
mi dolor en lo ajeno
y el ajeno en el mío
escribir
para des-esperar
por todos los que están
por todos
los que fueron
los desaparecidos
escribir para cuidar
sus des
--------apariciones
para alimentarlas
para que no se enturbien
no tan pronto
no tan siempre
pronto
[ ]
escribir
[ ]
¿y no hacer literatura?
…
¡y qué mas da!:
hay demasiado dolor
en el pozo de este cuerpo
para que me resulte importante
una cuestión de este tipo.
------------Escribo
para que el agua envenenada
pueda beberse.
jueves, 3 de noviembre de 2022
MICRORRELATOS PARA PASAR EL RATO
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
El drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.
Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio. En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba. Andaban de puntillas, en zapatillas, y sólo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá.
Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija; pudo ver cómo papá, a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba algo.
La niña más pequeña corrió entonces en busca de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio:
-¡La música de papá, no te la creas...! ¡Se la inventa!
De Luis Mateo Diez, El pozo
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.
"Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
De Franz Kafka , Una pequeña fábula
¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.
De Luisa Valenzuela, Cada cosa en su lugar
Hay dramas más aterradores que otros. El de Juan, por ejemplo, que por culpa de su pésima memoria cada tanto optaba por guardar silencio y después se veía en la obligación de hablar y hablar y hablar hasta agotarse porque el silencio no podía recordar dónde lo había metido.
De Ángel García Galiano, La última cena
El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaré la bebida.
miércoles, 26 de octubre de 2022
FRAGMENTOS DE IDENTIDAD
miércoles, 24 de agosto de 2022
UN VIVIR MEJORADO
LA REFORMA
Actualizar una vida
es necesario,
como quien reforma un baño
alicata una cocina
o repara un tejado.
Mudarse a otra piel
y saciarse de olvidos,
quitar gravedad al dolor
y no echar pulsos
con el pasado
es jugar a ganar.
Éxitos y fracasos
como agua entre las manos
se escapan todos por igual.
Y qué más da
si lo vivido
fue ficción o realidad.
Nada se debe arrastrar
que nos impida
aprender y disfrutar.
Lo que cuenta
es el instante -bien vivido-
nada más.
Cuando la noche te echa de menoste escondes a llorar,
lo mejor es cambiar.
El viaje va de eso
de acostumbrarse a perder
a despedirse y a soltar,
a tirar
para adelante
sin cargas ni pesares.
El Covid deja secuelas sutiles -y otras no tanto- en personas que lo han padecido y que afectan a diferentes órganos y estados del cuerpo. Los trastornos, por un lado, nos hablan de que debemos reforzar nuestro sistema inmune con buena alimentación y complementos vitamínicos y por otro nos inducen a mejorar la condición humana, en todas sus dimensiones. Vivir o Morir, depende en gran medida de nosotros, mucho más de lo que pueda parecer.
No siempre sabemos, pero siempre debemos intentar un vivir mejorado. Yo ahora percibo en mi estado de ánimo secuelas de la enfermedad que pasé hace ocho meses. Me aconsejaba una buena amiga que cambiara mis pensamientos negativos, a lo que le respondí que no creía tenerlos, no soy persona pesimista ni destructiva, pero si admito llevar una considerable carga negativa que me pesa con la edad y que me resta felicidad, como consecuencia de todo lo vivido. Nada diferente a lo que puedan estar viviendo o les pueda pasar a otras personas.
Hay en mí muchas edades no resueltas, que han ido dejando un poso de insatisfacción y de tristeza en los diferentes cuerpos -físico, mental, emocional- en forma de residuos tóxicos, que alimentan a Arnold: el enemigo depresivo al que Manuel Vilas, le pone nombre - el autor de Ordesa y de Alegría- así llama él al personaje fantasma que le fastidia la existencia en muchos momentos de su vida. Ese "individuo temido y poderoso" le arrastra hasta su sombra y le chupa la energía para quedarse con su alegría.
Coincidimos hace unos días con mi amiga M.Dolors por teléfono, que la felicidad hay que trabajarla cada día. Las cosas no nos son dadas fáciles. Hay momentos que cuesta mucho sonreír.
De ahí este poema; de la necesidad -"siempre la necesidad"- de cambiar hábitos y conductas que mejoren la salud y los estados de ánimo. Los cambios siempre favorecen, son buenos y necesarios, despiertan la dinámica del cuerpo, nos obligan a tomar decisiones, a estar creativos, a renunciar a apegos y pensamientos tan inútiles como centrífugos, que no nos llevan a ningún parte.
jueves, 18 de agosto de 2022
DESCENSO AL UNIVERSO DE LOUISE GLUCK
Tanto para los cazadores como para las presas,
esconderse bien es una condición indispensable para sobrevivir. John Berger
CONFESIÓN
Mentiría si digo que no tengo miedo.Le temo a la enfermedad, a la humillación.
Como todo el mundo tengo mis sueños.
Pero he aprendido a esconderlos,
a cuidarme a mí misma
de la plenitud: cualquier felicidad
atrae a las Furias del Destino.
Son hermanas, salvajes.
No poseen ningún tipo de emoción,
sólo envidia.
PRIMER RECUERDO
Hace mucho me hirieron. Viví
para vengarme
de mi padre, no
por lo que fue
sino por lo que era yo:
desde el principio de los tiempos,
en la infancia, pensé
que el dolor significaba
que no era amada.
Significaba que yo amaba.
DESCENSO AL VALLE
Los años de ascensión me parecieron
difíciles, llenos de angustia.
No dudaba de mis capacidades:
cuando avanzaba hacia él,
temía el futuro, cuya forma
podía percibir. Vi
la forma de una vida humana:
por un lado, siempre hacia arriba y hacia adelante
hasta la luz; por otro lado,
hacia abajo hasta las nieblas de la incertidumbre.
Todo entusiasmo minado por el conocimiento.
La luz de la cumbre, la luz que era,
en teoría, el objetivo de la subida,
ha resultado ser patéticamente abstracta:
mi mente, en su ascensión,
se dedicó por completo a los detalles, no
a la percepción de la forma: mis ojos
nerviosos, atentos a mantener el equilibrio.
Qué dulce es mi vida ahora
en su descenso hacia el valle,
el valle no cubierto de niebla,
sino fértil y apacible.
Así que por primera vez me encuentro
capaz de mirar hacia adelante, capaz de mirar al mundo,
incluso de acercarme a él.
jueves, 11 de agosto de 2022
CARTA A MI ESPOSO
Serenidad en el caos. Autorretrato de Aurelio Huguet
Yo creo querido esposo, que tu ahora a los 70 caminas por la vida con mucha normalidad y ligereza, con el mismo propósito e intención con la que has vivido siempre. Para ti la palabra vejez no existe en tu cabeza, te esfuerzas cada día en mejorar tu estado físico y tu intelecto, en encontrarte mejor, en cuidar tu salud de manera integral. Relativizas las cosas que no te gustan, las pones a un lado, te niegas a entretenerte en lo que te resta, en las personas oscuras, en lo que no te aporta valor, no hay un espacio menos visitado por ti que los lugares banales y grises. Eres una persona a todo color, como tu pintura. No te castigas con cosas inútiles ni eres incisivo en tu manera de relacionarte. La tenacidad y la constancia son atributos de tu personalidad: un arquitecto de vida saludable. Lo mismo que quieres para ti lo promulgas en los otros, a veces de manera insistente y poco adecuada.
Tú eres para ti la primera prioridad. No permites que la tristeza enturbie tus días ni desvíe tus pasos, la dejas que pase. Ahuyentas el dolor. Eres cuidadoso en tus formas, si tú estás bien los que estamos a tu alrededor lo estarán también, así piensas. Casi nunca eres un motivo de preocupación, aunque tu salud, a veces, nos da algún que otro susto.
Reflexionas, estudias, ensayas, diseñas tu vida como quieres que sea, seleccionas los pensamientos. No admites que nadie dirija tu manera de pensar y menos tu persona: eso nunca lo llevaste bien. Cada día que comienza es para ti el inicio de algo bueno. Eres ante todo lo que queda por venir: positivo. Esa es tu actitud ante la vida.
Amas el bienestar, la salud y la familia. Proteges lo tuyo y a los tuyos sin hacer ruido. Actúas desde el silencio, es tu manera de hacer, sin dejarte ver. Ayudas de manera altruista y anónima. Es la parte más generosa que conozco de ti. Casi nadie la conoce. Eres poco o nada exhibicionista. Conservas la inocencia del niño, la manifiestas sin rubor en ocasiones, no la ocultas. No peleas por ser el primero, ni por brillar, aunque por tus conocimientos pudieras hacerlo; sabes de geografía, de historia, de arte, de deportes y de muchas ciencias mucho más que la media. Tienes curiosidad por todo lo que es el conocimiento. Te has formado en tres carreras muy distintas. Se refleja en tu pintura todo esto que cuento de ti. El color, la alegría de la vida, el estudio, el método, la exploración. Cierto que no te adorna el don de la espontaneidad, se puede ver en tus cuadros, porque tú prefieres explorar y arriesgar a conformarte en el acomodo de un estilo.
A tus 70, sigues siendo la persona íntegra que conocí con 19 años, fiel a tu manera de pensar y de vivir. Has mejorado pero poco has cambiado en tus actitudes y en tus defectos, -como el resto de humanos- que sin duda tienes. Solo apunto uno -el que menos soporto- que es cuando te desdoblas en un "cable de alta tensión", disparado como una bala, atropellas de manera centrífuga, no hay ninguna posibilidad contigo, anulas al que está a tu lado, lo aplastas, eso te pasa ante una situación imprevista que no controlas o ante otra que prevés y quieres dominar de inmediato, la falta de control te desestabiliza totalmente y eso es lo que tu haces con el que está a tu lado. Cuando eso pasa eres otro totalmente distinto, te haces odioso: sacas lo mas feo de mi.
No eres una persona almibarada, ni nada amarga, tampoco justiciera. No te gustan las críticas personales. Ni eres políticamente correcto, o más bien diría adecuado para según qué ocasiones, no te mueves con facilidad en el ámbito social, pero tampoco eso te echa atrás ni te preocupa en exceso. Tienes poca pericia, cero picardía, se te ve venir. Como un soldado romano siempre estás en guardia, aunque haya muchas situaciones que te abordan a ti por la retaguardia. Te disparas, como ya he contado, ante imprevistos, sucesos que no esperas o no tienes calculados, y por contra te relajas y ausentas en un estado pacífico y de divinidad cuando entras en ti y te aíslas en tus meditaciones diarias y en tus reflexiones.
Tu cerebro tiene tantos archivos con información almacenada que tu estudiosa cabeza se ha vuelto algo lenta a las respuestas exteriores, y eso hace que a veces te cueste reaccionar. Por otro lado eso te impide una visión intuitiva e inmediata de las cosas, que aunque mejorada y reconocida no la dejas actuar como debieras, tu mente racional, ordenada y estudiosa la frena, la tiene secuestrada como a una cenicienta su madrastra.
Te gusta tenerlo todo bajo control, de ahí tu poca espontaneidad, aunque a veces nos sorprendas con chispa, que también la tienes. Te empleas a fondo en algo que crees firmemente: la espiritualidad, tu crecimiento personal. Vivir a tu lado no da quebrantos, ni motivos de preocupación, como ya he dicho, nunca añades gravedad a los problemas, pero sí tensionas, y te manejas con torpeza cuando lo que escuchas te pilla por sorpresa y a ti te parece un conflicto o problema. A menudo no tienes ganas de atenderlo, lo pospones si incordia tu momento o tu día a día. Hay un exceso de razón lógica en tus argumentos, que con el tiempo ha ido disminuyendo y perdiendo peso, con la edad has ido entendiendo el complejo e importante valor de la intuición y la confianza y atención que esta merece.
Aprecias mucho la amistad y al amigo, y amas la buena conversación y su compañía. Cuando viajamos en coche te gusta que te lea, luego conversamos del tema, es un momento muy placentero para los dos y a ti te hace el viaje más ameno.
Vivir contigo en pareja ha significado para mi crecer, ampliar mis conocimientos, también como persona, sentirme querida, protegida y admirada por ti. Mejorar en muchos aspectos, como puede ser en la lectura, pero también ha significado renunciar a una parte de mis impulsos y mis deseos. Nada en la vida es gratuito, lo diré de otra manera, todo en la vida tiene un precio, pero a sabiendas que hay precios que uno nunca debe estar dispuesto a pagar. Creo que para ti la convivencia no ha significado tanto renuncia como oportunidad. También creo que son muchas las oportunidades nuevas que nuestra vida juntos te ha brindado cada día para seguir mejorando.
Donde estás tú está mi casa, con sus cosas buenas y no tan buenas, como es lógico y normal en todos las casas. Con la edad me he vuelto más tolerante, menos exigente, aunque también lo pongo en duda. Mis demandas han ido perdiendo intensidad, soy una mujer vikinga, luchadora, inquieta, promotora... Tenemos ritmos muy diferentes. No me gustan las rutinas, a las que me he tenido que acostumbrar contigo, intentando aceptarlas, viendo el lado positivo y bueno para mi. Siempre admitiendo y sintiendo, de manera especial, los fuertes valores que nos unían, como pilares fundamentales de nuestro hogar, no tanto familiares como de maneras de sentir, concebir y vivir la vida, en el sentido más hondo. Nos hemos hecho el uno al otro más fuertes, nos hemos dado lo mejor y juntos hemos aprendido a respetar nuestros espacios, nuestra individualidad; nuestros impulsos, no tanto, yo diría que esta es nuestra asignatura pendiente. Somos dos personas de talantes muy diferentes en cuanto a las formas, de carácter fuerte, no nos gusta que nos pisen ni que nos gobiernen, sentir que atropellan nuestro espacio y nuestra mente nos hace reaccionar de manera poco amigable. Sabemos lo que no queremos. Hemos aprendido juntos a aceptar las cosas como vienen, a sacar partido de lo menos bueno. Sabemos que las experiencias nos cambian, que cada día somos diferentes, y hemos aceptado el uno del otro lo que cada uno es y lo que cada uno ha dejado de ser.
Nuestro amor, también se ha transformado con el paso del tiempo, no tiene florituras ni envoltorios, no es espinoso ni tampoco pegajoso, no nos decimos esos "te quiero" que repiten otros, cientos de veces, como el que da los buenos días o habla de su mascota o del tiempo que hace, en el ascensor. También se que nos gustaría escucharlo más a menudo. Somos ante todo aprendices de la vida. Almas sensibles construyendo valor a cada instante. Es nuestra manera de estar bien, de contribuir con el mundo a hacerlo mejor. Gozar y aprender es nuestro lema. No envejecemos, solo nos hacemos mayores para el tiempo. Nos gusta rodearnos de mentes despiertas y positivas de cualquier edad, pero jóvenes de cabeza, de gente inteligente, de almas buenas, de otros que nacieron en nuestra generación y están despiertos y se renuevan día a día, con aquellos que tienen las puertas abiertas al conocimiento, y por supuesto las puertas del corazón.
Sentirnos amados nos da fuerza. Amar nos enriquece y da valor. Así somos, así caminamos juntos por las mismas vías, aunque a veces en distintas aceras. Así nos queremos.
Elena Larruy
domingo, 7 de agosto de 2022
EL IMPACTO DE LA GRATITUD
Louise Glück, poeta estadounidense, premio Nobel de Literatura 2020, muestra en su inconfundible voz poética lo que la realidad esconde de la pérdida, el sufrimiento y la decepción, y lo hace desde el Yo personal valiente, entrelazando su propia biografía con la observación del mundo, en un lenguaje directo de lúcida sencillez.
Leí, no hace mucho, unas declaraciones suyas donde manifestaba desarrollar gratitud a partir de los desastres personales que le ocurrían. Así creó Octubre, una de los poemas, que transcribo, de los que dice sentirse más satisfecha. Cuenta que surgió a partir de un traumatismo cervical que la tuvo en constante dolor y sufrimiento durante un largo periodo de cinco años.
Este poema se lo dedico a aquellas personas que sufren accidentes y traumatismos, en cualquier ámbito de sus vidas, -entre las que me incluyo- cuya recuperación es larga y dolorosa, en el deseo que aporte luz de comprensión, hasta tal punto que el agradecimiento pueda o llegue a ser el motivo de su recuperación.
Octubre
¿Es invierno otra vez, otra vez hace frío,
no acaba Frank de resbalarse en el hielo,
no se curó, no se sembró la simiente de primavera
no terminó la noche,
no anegó acaso el hielo al derretirse
los estrechos desagües,
no fue mi cuerpo
rescatado, no estaba a salvo,
no se formó la cicatriz, invisible,
sobre la herida?
Terror y frío,
¿no acabaron hace poco,
no está ya el jardín roturado y sembrado?
Recuerdo la sensación de la tierra, densa y roja,
en surcos bien derechos ¿no se sembró la simiente,
no trepó la parra por la pared del sur?
No oigo tu voz
por el viento que chilla y silba sobre la tierra desnuda.
Ya no me importa
cómo suene.
¿Cuándo fui silenciada, cuándo describir ese sonido
pareció por primera vez inútil?
Cómo suena no cambia lo que es.
¿No terminó la noche, no estaba a salvo
la tierra cuando fue sembrada
no plantamos nosotros la semilla?
La tierra, ¿no nos necesitaba?
Las parras, ¿se recogió su fruto?
2.
Verano tras el fin del verano,
bálsamo tras la violencia:
no me hace bien
que se me trate bien ahora;
la violencia me transformó.
El alba. Las colinas resplandecen,
ocre y fuego, hasta el campo resplandece.
Sé lo que veo: un sol que podría
ser el sol de agosto y que devuelve
todo lo que ha sido arrebatado.
¿Oyes esta voz? Es la voz de mi mente.
No puedes tocar mi cuerpo ahora.
Se transformó una vez, se endureció,
no le pidas que vuelva a responder.
Un día como un día de verano.
Una calma extraordinaria. Las largas sombras de los arces
casi color malva en la grava del camino.
Y por la tarde calor. La noche como noche de verano.
No me hace bien. La violencia me ha transformado.
Mi cuerpo se ha enfriado como los campos desnudos.
Ahora sólo está mi mente, cauta y precavida,
sintiendo que la están poniendo a prueba.
El sol vuelve a salir, como en verano,
generoso, bálsamo tras la violencia.
Bálsamo tras la mudanza de las hojas, tras la siega
y el arado.
Dime que esto es el futuro,
no te creeré.
Dime que estoy viva,
no te creeré.
martes, 19 de julio de 2022
POEMA PARA LUCIA
Poema en recuerdo de los diez días de verano que pasé en a Coruña en casa de Lucia, rodeada de sus cosas y de sus libros. Ella mientras, estaba en la mía, en nuestra casa de Sitges. Hace apenas nada que nos conocimos por un Chat asociado, fue por aquellas causalidades, que la vida te pone delante personas y cosas que estás buscando y necesitas, las que manejan su vida y la entienden como tu lo haces, con las que comunicarse es fácil y gratificante.
Como todo lo que es importante y bueno, no permanece, se hace líquido y se escapa como el agua entre las manos, pronto se desvanece la experiencia vivida y pronto pasará a la página del olvido, no así en la piel, en la que habrá dejado una marca indeleble a modo de caricia y una sonrisa en nuestra historia particular y en nuestro rostro.
Este poema inspirado en otro de K.Irribarren, es para ti Lucia, que se que me entiendes, no solo porque es tu oficio, si no porque esa semilla que traías al nacer creció como la mía, en medio de mucha oscuridad. Y por eso damos gracias.
POEMA PARA LUCIA
Te sientas en la terraza
en la mañana temprano,
con una taza de café en tu mano,
o quizás atardeciendo
te sirvas una cerveza tostada
fresca y espumosa.
A pocos metros de ti
unos pájaros revolotean y cantan
en lo alto de un pino,
niños y niñas juegan en la piscina
se tiran agua, chapotean
ríen, se pelean...
te llevas a la boca un saladito,
con la otra mano acaricias a chiqui
el, paciente, te escucha sinérgico y atento,
todo lo tuyo le interesa.
Le gustas.
Degustas, ensalivas,
respiras profundamente;
el placer está servido,
la lectura,
la compañía, cómplice locura la tuya
con la de Rosa Montero
"El Peligro de estar cuerda":
yo, tampoco lo quiero.
Apuesto por el error,
aunque a veces suicida,
es más auténtico,
más valiente.
Yo te leo a ti Lucia
te percibo íntegra, humana y entera,
no a cachitos,
me identifico con "la niña interior"
de la que tanto sabes y nos cuentas
y, entre medias
leo poesía
de otra alma desgajada
como la mía:
Karmelo Irribarren
otra voz disonante
por sincera, nada cuerda.
Aprovecha este momento
de transformación increíble Lucia,
todo en ti florece,
pronto será tiempo de recogida.
Cierra los ojos,
piensa:
"esto es lo más parecido a la felicidad"
luego cuando los abras
y veas un hombre sucio y descuidado,
frente a tu casa,
hurgando en las basuras
con un palo,
apresúrate a retirar deprisa
el contenedor de tu vista.
Elena Larruy