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lunes, 26 de diciembre de 2022

CUANDO ESTÁS CONTIGO NO ESTÁS TAN SOLO



Estos días de Navidad, donde todo el mundo parece tener la piel más sensible, se oye mucho hablar de la soledad, de los cientos y miles de personas a partir de los sesenta y cinco años que pasarán los días de Navidad en su única compañía. Cada año se repite la misma historia, la misma canción; humo, gases lacrimógenos en off con sus atrezzos, abuelitos tiernos, confites explotando, muchas luces navideñas, alegrías etílicas de lotería, comer turrón en compañía mientras tocamos la zambomba y la pandereta para hacer más humana y solidaria la soledad.


Nada nuevo en el horizonte televisado que no sean los mundiales de fútbol 2022 de Catar, acaparando estos días todas las miradas con la información en portada más rabiosa. "Messi el niño Jesús", el nuevo mesías. Mareas de pantallas blancas y azules que nos entretienen, que llenan nuestros corazones vaciados, cual cáscara sin fruto en océano a la deriva. En el trasfondo de todo esa alegría/locura desmedida, rozando el delirio, se esconde la soledad, como epidemia silenciosa que coloniza, que va tomando cuerpos para instalar tristezas, para apagar todas las luces.




Se escucha decir que la pandemia agravó el problema, que son demasiadas las personas que reconocen sentirse solas.

En sociedades aparentemente abundantes y sociales, como la nuestra, cada vez es mayor el número de personas que la sufren. ¿No será que nuestra sociedad no es tan abundante ni tan sociable?

La soledad es tan silenciosa como lo es un suicida; se inicia con un malestar que se convierte en trastorno íntimo que nadie percibe, hasta llegar a ser una amenaza de alto riesgo.




En países como Francia y Alemania ya se abordó el tema años atrás, ante cifras que arrojaban datos muy alarmantes de personas, de todas las edades,  que decían sentir la soledad, y ante el elevado números de suicidios. El asunto obligó al gobierno a impulsar el Ministerio de la Soledad. La primera vez que lo escuché me pareció un disparate que alguien se le ocurriera crear un ministerio con ese nombre. Hoy no me lo parece. Las cifras son escalofriantes: en Japón en el 2020 se registraron casi 22.000 suicidios. Un estudio publicado por la OMS señalaba a Gran Bretaña como el país con mayor número de personas que sufrían de soledad. Ese mismo estudio afirmaba que más de 9.000.000 de británicos la padecían, y más de 200.000 personas decían pasar largos periodos de tiempo sin hablar con nadie -más de un mes-. Hay muchas más cifras al respecto todas muy preocupantes.




Cierto es que el tema creciente de la depresión y de la soledad que dice sufrir la gente es como para contar con un ministerio propio. La gente se siente sola, tremendamente sola y no tanto por un vivir independiente como por la incomunicación de ese vivir. Sorprende en una sociedad moderna, activa y trepidante como la nuestra, con grandes medios tecnológicos, escuchar el lamento de la falta de comunicación, del abandono, de la incomprensión, de la necesidad de ternura que todos tenemos. Nadie habla de la soledad con la naturalidad que lo hace de su azúcar o colesterol, de su tensión arterial o su falta de hierro. Nadie dice abiertamente "sufro de soledad".




No estar en nadie es estar solo.
Nadie vendrá a salvarnos que no seamos nosotros mismos. Cuando aprendemos a querernos bien, queremos mejor; es cuando nos sentimos más queridos y acompañados. Esa es la forma, no esperar que ningún gobierno venga a salvarnos de lo que para ellos sería otra manera de mercantilizar, de obtener beneficios de un problema. Cierto es que podría ayudar, pero no lo hacen, lo vemos cada día.

Acabo con una frase, a modo de metáfora que hace referencia a la vida en pareja. En este caso lo aplico a ti y a tu soledad, a mi y la mía, a ti que como yo tantas veces te has sentido solo, huérfano de padre y de madre, a todos los que en algún momento sufrís de soledad:

UN MATRIMONIO DEBE TENER UNA TAPIA ALREDEDOR, COMO EL JARDÍN. DENTRO DE LA TAPIA, TODO ESTÁ A SALVO. HA DE SER ASÍ, PARA QUE LA FRUTA CREZCA..."

"El matrimonio eres tú y tu soledad: cada cual con la suya. La fruta es el resultado de los pensamientos, de las acciones que dan el fruto en forma de alimento para la buena vida."



Te deseo una feliz Navidad en tu compañía.
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