miércoles, 4 de julio de 2018

PALABRAS QUE CURAN


Todo el mundo guarda en su memoria palabras que alguna vez le hicieron daño,  también que le alagaron, nos cuenta esta joven poeta Jerezana.  Las palabras no se las lleva el viento, la palabra tiene una fuerza terapéutica muy importante no solo sobre los demás, también sobre nosotros mismos. La salud y el bienestar no es solo algo físico, cuerpo y alma pertenecen a un mismo cuerpo integral del ser humano y de su dignidad. Concedamos valor, atendamos a la palabra.
Hay quien ha dicho de la poesía que es la palabra más terapéutica. 


Autora Helena Almeida




Aleluya del verbo

Vivir es un presente inacabado
un suave sinsentido consintiendo.
El recuerdo del fuego cuando el fuego
ya no es tizón ni brasa ni rescoldo.
Saber que existe una segunda fecha
y no concebir más que la primera.

El origen importa sobre todo:
la nube, la semilla
el manantial, el nido, los cimientos
volver a procurar
recién abrirse
acrecentarse en las encrucijadas
tratar de reanudar
decir, decirse
ensayar las palabras, reflejarse en su inmediata luz,
realidad encarnada una vez dichas.

La muerte se conjura pronunciando
así, cantando nombres:
Santiago
Elena
Julia
Estefanía
repitiendo los nombres contra el cieno
Nieves
Carmen
Gregorio
Laureano.

Di tu nombre en voz alta.
Con fuerza, con valor, sin fingimiento.
Llámate, nómbrate.
Antes de que el otoño te lo impida.
Antes de que la vida cicatrice.
Raquel Lancera




jueves, 28 de junio de 2018

EL EJEMPLO DEL AMOR

Cuentan de este niño japonés que cuando tenía once años  le ofreció a su profesora de música una partitura cuya compleja estructura musical era imposible pudiera venir de su cabeza. Ese prodigio tenía de extraño no tanto la temprana edad como la enfermedad de hidrocefalia severa que padecía desde su nacimiento, el autismo que desarrolló como consecuencia de ese daño cerebral y las intervenciones a la que fue sometido nada más nacer. Los médicos advirtieron a sus padres que su niño estaba destinado a ser un vegetal y que la mejor decisión era que lo dejaran morir. El padre Kenzaburo Oe, premio nobel de literatura en 1994 y la madre Yukari Itami se apoyaron mutuamente y decidieron sacar adelante a ese hijo.


Antes de seguir leyendo recomiendo dar al play para escuchar su música y dar sentido a esta historia.



El niño padecía una aguda discapacidad, apenas hablaba, tenía problemas de desarrollo y psicomotricidad, trastornos epilépticos, no desarrollaba, su visión era limitada. A la edad de seis años apenas articulaba unas pocas palabras.
Un día sus padres observaron como le llamaba la atención el canto de un pájaro al que intentaba imitar, le compraron cintas de pájaros para que las escuchara y fue así que aprendió a distinguir sus diferentes sonidos. Se abrió una puerta de esperanza que más tarde le daría voz a sus sentimientos.
Muchos fueron los momentos de desesperanza y desánimo de estos padres, pero nunca dejaron de luchar por su hijo. Cuentan que aprendieron valiosas enseñanzas de Hikari y que el dolor les hizo comprender muchas cosas, dando un sentido a sus vidas. Ese pesar gradualmente se convirtió en un gran regalo. Una gran parte de la obra literaria del padre estuvo inspirada en su hijo,  al que intentaba poner voz a través de su escritura. La madre amante de la música fue la que le había buscado una profesora que le enseñó solfeo y fue a través de ese conocimiento que Hikari pudo expresarse.
Hoy Hikari Oe cuenta cincuenta y cinco años, y los tiene gracias al amor y la perseverancia de sus padres que obraron con tesón y generosidad, sin otras consecuencias que las que cabe esperar de un ejemplo como el de estos padres.  

Elena


Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es,  pero trátalo como puede llegar a ser y se convertirá en lo que está llamado a ser.  Goethe






 


martes, 26 de junio de 2018

EN LAS BANDERAS OTROS PAISAJES



Artista Simón Bull



Acabo de leer la entrevista que el periodista Jesús Fernandez Úbeda le ha hecho al dibujante y humorista gráfico Andrés Rábago -El Roto-  donde decía entre otras cosas "Ni voy detrás de una bandera ni quiero que nadie vaya detrás de mí" Viene a cuento pensar en el término seguidores, tan de moda en las redes sociales. Seguidores en gran medida de naderías, modas y tendencias impuestas por la dictadura influencer del momento. 
Las banderas nos representan, hondean llevando un mensaje en forma de pertenencia o de idea, tienen seguidores. Definen un territorio de clase, de condición, de pensamiento que las hace diferenciarse de las otras. En la de tres colores como la bandera republicana se puede interpretar un simbolismo, me decía mi amigo Vladimir, la aceptación y la convivencia, en el sentido de diálogo y entendimiento. En la bandera de la comunidad GAY -LGTB-  la lectura de los seis colores viene a representar  la convivencia de la pluralidad y la diversidad, y así en cada una de ellas  podría explicarse los atributos que la definen o se le otorgan.
Las banderas como los lazos son símbolos de identidad, representan a comunidades y a ideales. No siempre  nos representan, yo puedo ser española, pero puede no gustarme los atributos que se asignan a esa bandera, que en teoría me representa: patriotismo, sentimiento de orgullo de nación, españolismo etcétera, como tampoco tendría que identificarme con la letra que algunos le han puesto a su himno. Ese símbolo de orgullo que es para muchos la bandera, hablo en general,  invita a la diferenciación, promueve ideales y sentimientos populistas, ondea viejas consignas en tiempos nuevos y acostumbra a utilizarse para agitar y oponer -No soy como tú, soy diferente, tengo más valor, más clase que tú.
Es en este sentido que no me gustan los trozos de tela coloreados representando a derechas, izquierdas, comunistas, republicanos o del color político que sean. Hoy ya no sirve hablar en términos de comunismo, marxismo, derecha o izquierda.  Hoy hemos de hablar con propiedad en términos de decencia, honestidad, progreso y humanidad, esos son los valores que deberían ser  aireados, no otros.
¿Para qué quiero una república si un dictador con bigote  puede ser elegido  presidente de la misma?  ¿Porque vamos a pensar que los socialistas que gobiernan ahora o los que están pensando en salir elegidos lo van a hacer mejor que los que nos han gobernado los últimos años? si las reglas del juego político son las mismas de siempre, y los tiempos y los ciudadanos y sus circunstancias otras, nada cambiará, todo seguirá igual, por lo tanto no quiero símbolos ni consignas del pasado de dudoso valor que no se planteen nuevas estructuras de orden político y social.  
Pero hoy como ayer tampoco lo haremos posible,  porque los que hemos vivido esos treinta años adultos de los que  Schopenhaguer dice que uno actúa con lucidez y conocimiento hasta llegar a saber, pero entonces se hace  viejo, los que vienen detrás,  creen que saben más y lo harán mejor y volveremos todos a empezar de nuevo con los que están aprendiendo.  Ellos son ahora los que marcarán las consignas, cambiaran las normas de convivencia, las leyes, los acuerdos, los pactos y las políticas, todo a corto plazo, lo que dura una legislatura, para su satisfacción, el tiempo necesario para asegurarse una buena hacienda y unas cuantas medallas. Pero cuidado, antes muchos de los que agitan banderas patrióticas les habrán ayudado muy probablemente a que así sea. La historia y los errores se repiten por que en la base no se cambia nada sustancial. Las clases dirigentes así lo acuerdan, su fundamento principal es el dinero y el poder para conseguir sus fines.
De carne y hueso han de ser las banderas. Hombres y mujeres limpios, que representen las condiciones de una conciencia progresista de futuro, de servicio y honestidad.  

 Elena






jueves, 21 de junio de 2018

LA VERDAD EN NUESTRO ROSTRO





Enciendo el ordenador después de muchos días sin hacerlo y me encuentro con un poema de Félix Grande, fallecido hace cuatro años, me intereso por su personalidad y lo busco. Inicio mi viaje, lo escucho en un vídeo donde se explica lento, muy lento. Agradezco la lentitud de sus palabras que me permiten pensar y observar sus gestos. Empieza la exposición hablando de como debería ser la hoja de presentación de un conferenciante invitado cómo él: "se acostumbra a hablar de la relación de sus victorias y aciertos, sus premios literarios, las ediciones de sus libros, etcétera, dice, creo que no es del todo cierto, continua, la experiencia de mi edad me hace dudar de lo que parecía cierto y no lo era. Creo que el verdadero curriculum vitae sería entregar una página en la que estuvieran enumeradas las derrotas: nuestro verdadero rostro lo dibuja mejor. La enumeración de nuestros fracasos, de nuestras tinieblas, de nuestra oscuridad, de las noches sin dormir (...) porque que otra presentación mejor que la del rostro recoge todo eso, acaba diciendo". En el verdadero curriculum vitae no debería faltar aquella noche que nos pasamos pensando cómo nos habían humillado y no supimos responder a aquella humillación, aquella vez que alguien nos amaba y dejó de amarnos, o peor que nosotros dejamos de amar a alguien que nos amaba, aquella tentativa que no se pudo cumplir, todo aquello que nos confesamos a solas y de madrugada.
Paro el vídeo y reflexiono sobre las palabras que acabo de escuchar y sí, me parecen del todo acertadas. Las huellas impresas en nuestro rostro, las señales de las que habla el poeta Extremeño las aprecio en mi cara y en la cara de los otros, que son mi espejo. Esa es la verdad más elocuente de nuestra identidad, la que nos presenta ante los otros con la autenticidad que los méritos académicos y las victorias obtenidas no cuentan. 

Os dejo aquí un excelente texto de Félix Grande que habla de como el gran Antonio Machado dibujó nuestro rostro.

                                                                                                  Elena

martes, 19 de junio de 2018

EN LA MANO POESÍA

Cuando era pequeña recuerdo la mano de mi padre sujetando orgulloso la mía. Ahora que solo es un recuerdo y llevo en ellas poesía, ahora que me hago mayor, me pregunto: ¿cuándo crezca la implacable vejez en este cuerpo, qué mano la acompañará? ¿habré resuelto mis perdones, mis silencios de libro abandonado, mis impulsos justicieros? ¿Seguirá mi compañero al otro lado de la cama agarrado a mi cintura, o al pasar la mano por ella solo acariciaré el tacto frío de la sábana? Y cuando así sea y todo desvanezca, ¿se me habrá muerto la poesía? 





Un poema de Felix Grande


Para envejecer juntos

Para envejecer juntos nos cogemos las manos,

yo miro tu sonrisa, tú miras mi tristeza;

irán saliendo arrugas en mi alma y tu cabeza

y canas sobre nuestros espíritus humanos;

idéntica vigilia caerá en nuestras historias:

ver al tiempo ir cerrando una a una las ventanas,

me sonreirás lo mismo que todas las mañanas

y será como un ramo de flores mortuorias;

tú eres ese recuerdo que he de tener un día,

yo soy esa nostalgia que poblará tu frente

cuando ya sea un anciano, amada, anciana mía;

pienso en ese futuro tranquilo y arrugado

como en dos viejos libros que ya no lee la gente,

con tanto como habrán, en silencio, aguardado.




martes, 22 de mayo de 2018

MADUREZ TARDIA





Pertenecemos a un todo difícilmente concebible, disgregados por los confines de un universo de dudoso padre. Negamos nuestra orfandad, creemos que pertenecemos a alguien porque una mano mece nuestra cuna, un tejado nos cobija, unos brazos nos protegen, en el mejor de los casos, pero otra realidad se impone al viajero adulto cuando le crece la conciencia y las alas lo alejan de su cuna, cuando eleva el vuelo y descubre que no está solo, que hay otros huérfanos recorriendo mundos. Nuestra destino es el camino: crecer como crece la hoja, la rama que la sostiene, la flor y su fruto encadenando la vida. Eso somos, eso y un pedacito del Todo con una inteligencia que nos viene dada, como instrumento de superación para un proyecto superior que va creciendo con nuestras acciones y que siempre se aleja. Obreros en la viña, que dice el poeta.




Tarde, ya en el umbral de mis noventa años

se abrió una puerta en mí y entré

en la claridad de la mañana.

Sentía cómo se alejaban de mí, como naves,

una tras otra, mis existencias anteriores con sus congojas.

Aparecían, otorgados a mi buril,

países, ciudades, jardines, bahías, para que los describiera

mejor que antaño.

No vivía separado de la gente, el pesar y la piedad

nos unieron y dije: olvidamos que todos somos

hijos del Rey.

Porque venimos de allí donde aún no hay

división entre el Sí y el No, no hay división entre el es, el será

y el ha sido.

Somos infelices porque hacemos uso de menos de

una centésima parte del don que habíamos recibido para nuestro

largo viaje.

Momentos de ayer y de hace siglos: un corte de espada,

un maquillaje de pestañas delante de un espejo de metal

bruñido, un disparo mortal de mosquete, una colisión

de una carabela con un arrecife, se mezclan en nosotros y esperan su

cumplimiento.

Siempre he sabido que seré obrero en la viña,

al igual que todos mis contemporáneos,

conscientes de ello, o inconscientes.

Czeslaw Milosz

martes, 15 de mayo de 2018

AUTORRETRATO






Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los
tres elementos.
El cuarto no tiene nombre.
Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos
tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender
a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo
captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos.
Me gusta dar largos paseos por las calles de París
y mirar a mis prójimos, animados por la envidia,
la ira o el deseo; observar la moneda de plata
que pasa de mano en mano y lentamente pierde
su forma redonda (se borra el perfil del emperador).
A mi lado crecen árboles que no expresan nada,
salvo su verde perfección indiferente.
Aves negras caminan por los campos
siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas.
Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo.
Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy,
y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas
se difuminan como nubes con el buen tiempo.
A veces me dicen algo los cuadros en los museos
y la ironía se esfuma de repente.
Me encanta contemplar el rostro de mi mujer.
Cada semana, el domingo, llamo a mi padre.
Cada dos semanas me reúno con mis amigos,
de esta forma seguimos siendo fieles.
Mi país se liberó de un mal. Quisiera
que le siguiera aún otra liberación.
¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé.
No soy hijo de la mar,
como escribió sobre sí mismo Antonio Machado,
sino del aire, la menta y el violonchelo,
y no todos los caminos del alto mundo
se cruzan con los senderos de la vida que, de momento,
a mí me pertenece.

Autorretrato
un poema de Adam Zagajewski
Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017

lunes, 14 de mayo de 2018

ESCUCHAR CON LA MIRADA Y CON EL GESTO

Ernest Hemingway
Decía un crítico de cine que escuché recientemente, la importancia que tiene para los actores saber escuchar en escena. Contaba el enfado de muchos de ellos  cuando las cámaras no les enfocaban actuando y sí lo hacían al que estaba escuchando. Y es que escuchar, escuchar bien, es muchas veces más importante que hablar, especialmente cuando el que habla no está comunicando lo que se espera. La cámara pone la atención en el actor que le ofrece lo mejor, esto era lo que venía a decir el experto crítico. Puso el ejemplo de Enrique San Francisco como uno de los actores españoles que mejor sabía escuchar en escena. Otro actor que yo he visto escuchar magníficamente, es Javier Cámara en el personaje de amigo del protagonista -Ricardo Darín- en el film Truman; una actuación excelente que le mereció un Goya. Recomiendo no perderse esta gran película, que habla de autenticidad, amistad y lealtad. Que gustazo de película y que excelente buen hacer de todo el reparto, no en vano se premió con cinco Goyas.
Saber escuchar es más que una actitud, es también una aptitud. No todo el mundo tiene esa cualidad comunicativa. No es mejor el jefe que manda y habla mucho, sino aquel que comunica de manera concisa con eficacia y el que mejor escucha a sus empleados.
Hay muchas maneras de escuchar atendiendo. Creemos que es el oído  el que ha de estar más atento y sin embargo no es así, porque no es lo mismo escuchar que oír. Cuando escuchamos con mayor atención lo hacemos con la vista y con el cuerpo, todo él interviene en la comunicación. Por qué de eso se trata exactamente la atenta escucha: comunicación. Algo de lo que andamos muy escasos.

Elena



Trailer de Truman




jueves, 10 de mayo de 2018

SIEMPRE CONMIGO





Y aprendí a quererme mucho más, para mucho más quererte, y para contarme que lo importante es ser uno mismo en cualquier parte.






miércoles, 9 de mayo de 2018

SABEN LAS FLORES


Imagen de una Gazanía Elena Larruy



Saben las flores
geometría y calculo,
secretos de fórmulas ancestrales
que solo la belleza desnuda
de una mirada
desprovista de todo juicio
evalúa la inteligencia
que les viene dada.

Se crece la flor en su rama,
solo para mí se hace bella,
y al calor de sus notas
derrama el perfume
de sus alas presas.

Justo es lo que se espera de ella.

Elena Larruy




Imagen Elena Larruy




No es solamente en la semilla o en la flor, sino en la planta entera, tallo, hojas, pétalos y raíces, donde se descubre, si quiere uno inclinarse un instante, las numerosas huellas de una inteligencia renaciendo y muriendo en las primaveras de los parterres, jardines y macetas. Pocos lenguajes tan elocuentes y bellos como el sigilo de la flor abriendo y muriendo. 




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