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jueves, 3 de septiembre de 2020

LECTURA NO OBLIGATORIA

La poeta de mirada traviesa y sonrisa descreída, la poeta para los lectores que recelan de la poesía y desconfían de las verdades profundas, para los que no acostumbran a leer poesía... para ellos estos poemas. 


Wislawa Szymborsca premio Novel Literatura 1996


La lectura no debe ser obligatoria. "La lectura debe ser una forma de felicidad" Jorge Luis Borges


Fin y principio 

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.
       
Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.
       
Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.
       
Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.
       
A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.
       
Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.
       
Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.
       
Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.
       
En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.


El número Pi

Digno de admiración el número pi
tres punto uno cuatro uno.
Todas sus demás cifras también son iniciales,
cinco nueve dos porque nunca se termina.
No se deja abarcar seis cinco tres cinco con la mirada,
ocho nueve con un cálculo,
siete nueve con la imaginación
o incluso tres dos tres ocho con una broma es decir una comparación
cuatro seis con nada
dos seis cuatro tres en el mundo.
La serpiente más larga de la tierra se interrumpe después de algunos metros.
Lo mismo pasa, aunque un poco después, con las serpientes de los cuentos.
El cortejo de cifras de que se forma pi
no se detiene en el borde de la página,
es capaz de continuar por la mesa, por el aire,
la pared, una hoja, un nido, las nubes, y así hasta el cielo,
y por toda esa expansión e insondabilidad celestiales.
¡Ay qué corta, ratonescamente corta es la trenza del cometa!
¡Qué débil el rayo de la estrella, que en cualquier espacio se curva!
Y aquí dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono tu talla de camisa
año mil novecientos setenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco centavos
centímetros de cadera dos dedos código charada,
en la que a dónde irá veloz y fatigada
y se ruega mantener la calma
y también la tierra pasará, pasará el cielo,
pero no el número pi, eso ni hablar,
seguirá con un buen cinco,
con un ocho de primera,
con un siete no final,
apurando, ay, apurando a la holgazana eternidad
para que continúe.



Adolescente

¿Yo, adolescente?
Si de repente, aquí, ahora, se plantara ante mí,
¿tendría que saludarla como a una persona próxima,
a pesar de que es para mí extraña y lejana?
¿Soltar una lágrima, besarla en la frente
por el mero hecho
de que tenemos la misma fecha de nacimiento?
Hay tantas diferencias entre nosotros
que probablemene sólo los huesos son los mismos,
la bóveda del cráneo, las cuencas de los ojos.
Porque ya sus ojos son como un poco más grandes,
sus pestañas más largas, su estatura mayor
y todo el cuerpo recubierto de una piel
ceñida y tersa, sin defectos.
Nos unen, es cierto, familiares y conocidos
pero casi todos están vivos en su mundo,
y en el mío prácticamente nadie
de ese círculo común.
Somos tan diferentes,
pensamos y decimos cosas tan distintas.
Ella sabe poco,
pero con una obstinación digna de mejores causas.



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