Mostrando entradas con la etiqueta Jaime Sabines. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jaime Sabines. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de febrero de 2017

PAISAJES FRONTERIZOS


Sueñan las palabras
 que despiertan,

al océano de tu pecho.
A la orilla de tu mano
al alba
 nacen versos.

Elena Larruy


Florence Coll





ANCLANDO SUEÑOS


Romualdas Balinskas



Queríamos crecer
como la hierba
y estuvimos huyendo muchos años
sin tierra, sin raíces.
Navegamos en islas, inviernos y castillos.
Volamos sobre puentes y molinos de viento.
Recorrimos las hojas de panteones antiguos,
los urinarios públicos y los barrios judíos.
La nieve hizo de nuestras huellas
un camino hacia pueblos bebedores de vino.
Hicimos el amor en catacumbas,
en trenes sin fronteras, monasterios, arroyos.
Cada lugar se volvía un puerto extraño
para zarpar al amanecer.
Ahora que hemos anclado nuestros sueños,
contamos las imágenes pasadas
para sentir otra vez que estamos vivos.

Marisa Trejo Sirvent
 a José Luis Ruiz Abreu



Raluca Deca


Razón del Sueño

No es el modo casual con que caminas,
ni el dibujo inexacto de tu mano:
es tu ruda tristeza mal vestida
quien se pone de acuerdo con los astros.

Cansado de nacer para los ángeles,
tienes todo el dolor de la ceniza.
Alarma cotidiana de mi sangre,
pasajero rebelde de esta herida:
sucedes por adentro de mi carne
y dueles en el centro de mi misma.

Carilda Oliver Labra




... recuerdo tu sonrisa, cierro los ojos, y la sostengo en mi sueño


Xi Pan





Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los ojos, conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer y no poder

José Saramago


Antonio Fillol




Juventud nunca vivida quien te volviera a soñar.
Antonio Machado

Christian Coigny






Antonio Lopez




E L S U E Ñ O

Máscara tibia de otra más helada
sobre tu cara cae y si te borra
naces para un paisaje de neblina
en que tus muertos crecen, la flor corre.
Allí el mito despliega sus arañas;
y enflora la sospecha; y se deshace
la cólera de ayer y el iris luce;
y alguien que ya no es más besa tu boca;
Que un no ser, que es un más ser, doblado,
prendido estás aquí y estás ausente
por praderas de magias y de olvido.
¿Qué alentador sagaz, tras el reposo,
creó este renacer de la mañana
que es juventud del día volvedora?

Alfonsina Storni




Dee Neckerson



Sueños


No te dejes.
No permitas que tus pasos propaguen el veneno,
vestido de venganza
compungida.

Si supieras
cuán pleitesía rindes al cuchillo
contemplando la herida tanto rato,
extraviándote en ella
cual aurora, donde aprender pudiste qué es lo bello.

Ahórrale a la tierra cualquier daño
vertido por despecho.
Ya tiene suficiente con aquellos
que anticipan la muerte:
los hijos naturales de fusiles
empuñados en orden obsecuente,
la camada común de la pobreza,
los dolores de Juicio sin testigos,
los sueños de pateras rodeadas de agua
de cuantos desconocen
cómo se siente un hombre
cuando llega a su casa cada día.

Los males de los que fuiste objeto
quémalos,
y esparce las cenizas,
de modo que tu herida
sea nube,
no el espejo de un cielo
condenado al reproche
al que no das descanso
-piénsalo-,
con tu antorcha encendida
alumbrando perfidias
rebosantes de pus.

Aparta de tu vista los oscuros pesares
que duelen a destiempo.
Ya no les perteneces.
Aun si fuera mentira que amanece de nuevo,
hay sueños que sostienen la
belleza del mundo.
Suéñalos.

M.Jesus Mingot





Pablo Picasso




VOY A DORMIR 


Dientes de flores, cofia de rocío, 
manos de hierbas, tú, nodriza fina, 
tenme prestas las sábanas terrosas 
y el edredón de musgos escardados. 
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. 
Ponme una lámpara a la cabecera; 
una constelación, la que te guste; 
todas son buenas: bájala un poquito. 
Déjame sola: oyes romper los brotes... 
te acuna un pie celeste desde arriba 
y un pájaro te traza unos compases 
para que olvides... Gracias. Ah, un encargo: 
si él llama nuevamente por teléfono 
le dices que no insista, que he salido... 

ALFONINA STORNI



“Indivisible centro de vida temblorosa,
dime,
cuántos mares habitan en tu seno,
y cuántos resucitan cuando tú desfalleces.”

M.Jesus Mingot
Fragmento del poema Lluvia



Pablo Picasso





Ojalá te encuentre por aquí, en alguna calle del sueño. Es una alegría ésta  de aprisionarte con mis párpados al dormir.


Jaime Sabines


Daniel Huenedgardt


Más paisajes de poesía y sueños aquí

lunes, 14 de noviembre de 2016

LA DESPEDIDA DEL PADRE

ALGO SOBRE LA MUERTE DEL MAYOR SABINES


Morir es retirarse,
hacerse a un lado,
ocultarse un momento,
estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado

y estar en todas partes en secreto.



    Papá por treinta o por cuarenta años,


amigo de mi vida todo el tiempo,



protector de mi miedo, brazo mío,


palabra clara, corazón resuelto,


te has muerto cuando menos falta hacías,

cuando más falta me haces, padre, abuelo,

hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,

pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.


Te has muerto y me has matado un poco.





 en un sitio, de algún modo.


Algo le falta al mundo, y tú te has puesto

a empobrecerlo más, y a hacer a solas

tus gentes tristes y tu Dios contento.

Jaime Sabines


Gracias, a poetas como Jaime Sabines que nos ayudan a encontrar en la poesía el alimento íntimo que el  alma en su soledad necesita.

El poema -completo- me deja sin palabras, no hay calificativos que lo describan sin enturbiarlo. Os dejo su enlace


domingo, 24 de enero de 2016

DESEÁNDOTE A TODAS HORAS





Me he tomado también tu taza de café.

Ya casi no tengo azúcar, pero me acordé
que a ti te gusta amargo. Sabe muy feo, 
como esta soledad.

Como este estar deseándote a todas horas.

Jaime Sabines




jueves, 21 de enero de 2016

TE QUISE A TU HORA










Magnifico poema que parece inspirado en una historia real, tierno y triste a la vez. Todos conocemos una tía Chofi,  una de esas mujeres  sencillas que entregaron su vida a satisfacer la de los otros -fácilmente- como resultado de su propia soledad. Mujeres que  no tuvieron descendencia o que teniéndola vivieron el final de sus vidas demasiado solas o  mal acompañadas,  personas que sin duda merecen ser laureadas y recordadas con el cariño y la nostalgia de los próximos. Así es como nos lo trasmite este poeta mexicano al que acabo de conocer Jaime Sabines , y que me parece extraordinario.





TIA CHOFI


Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi,

pero esa tarde me fui al cine e hice el amor. 

Yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta 

con tus setenta años de virgen definitiva, 
tendida sobre un catre, estúpidamente muerta. 
Hiciste bien en morirte, tía Chofi, 
porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso, 
porque desde que murió abuelita, a quien te consagraste, 
ya no tenías qué hacer y a leguas se miraba 
que querías morirte y te aguantabas. 
¡Hiciste bien! 
Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos, 
porque te quise a tu hora, en el lugar preciso, 
y harto sé lo que fuiste, tan corriente, tan simple, 
pero me he puesto a llorar como una niña porque te moriste. 
¡Te siento tan desamparada, 
tan sola, sin nadie que te ayude a pasar la esquina, 
sin quien te dé un pan! 
Me aflige pensar que estás bajo la tierra 
tan fría de Berriozábal, 
sola, sola, terriblemente sola, 
como para morirse llorando. 
Ya sé que es tonto eso, que estás muerta, 
que más vale callar, 
¿pero qué quieres que haga 
si me conmueves más que el presentimiento de tu muerte? 

Ah, jorobada, tía Chofi, 
me gustaría que cantaras 
o que contaras el cuento de tus enamorados. 
Los campesinos que te enterraron sólo tenían 
tragos y cigarros, 
y yo no tengo más. 
Ha de haberse hecho el cielo ahora con tu muerte, 
y un Dios justo y benigno ha de haberte escogido. 
Nunca ha sido tan real eso en lo que tu creíste. 
Tan miserable fuiste que te pasaste dando tu vida 
a todos. Pedías para dar, desvalida. 
Y no tenías el gesto agrio de las solteronas 
porque tu virginidad fue como una preñez de muchos hijos. 
En el medio justo de dos o tres ideas que llenaron tu vida 
te repetías incansablemente 
y eras la misma cosa siempre. 
Fácil, como las flores del campo 
con que las vecinas regaron tu ataúd, 
nunca has estado tan bien como en ese abandono de la muerte. 

Sofía, virgen, antigua, consagrada, 
debieron enterrarte de blanco 
en tus nupcias definitivas. 
Tú que no conociste caricia de hombre 
y que desjaste que llegaran a tu rostro arrugas antes que besos, 
tú, casta, limpia, sellada, 
debiste llevar azahares tu último día. 
Exijo que los ángeles te tomen 
y te conduzcan a la morada de los limpios. 
Sofía virgen, vaso transparente, cáliz, 
que la muerte recoja tu cabeza blandamente 
y que cierre tus ojos con cuidados de madre 
mientras entona cantos interminables. 
Vas a ser olvidada de todos 
como los lirios del campo, 
como las estrellas solitarias; 
pero en las mañanas, en la respiración del buey, 
en el temblor de las plantas, 
en la mansedumbre de los arroyos, 
en la nostalgia de las ciudades, 
serás como la niebla intocable, hálito de Dios que despierta. 

Sofía virgen, desposada en un cementerio de provincia, 
con una cruz pequeña sobre tu tierra, 
estás bien allí, bajo los pájaros del monte, 
y bajo la yerba, que te hace una cortina para mirar al mundo.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...