Cuando miro en las fotos y te veo siempre sonreir, pienso para dentro: mayor debió ser su gozo "Lo más difícil es, pues, sobrevivir con escamas de vidrio en las entrañas" escribías, porque treinta años sufriendo una esclerosis múltiple son muchos años, y pese a todo tú seguías sonriendo, con esa amabilidad que cuentan que tenías, comprometido siempre por lo que creías justo. Me gustan tus versos más tristes, cuando murió tu primera esposa y te recogiste en tu duelo, dos años para hablarnos de tu pena, de vuestras vidas en pareja, de las cosas sencillas que os hacían felices. Querido Miquel, no hay casa donde no se guarde un poema tuyo en un recordatorio "Parlem de tu, però no pas amb pena..." porque estás en casi todas las despedidas. No hay poesías que iguale en belleza tus adioses, por eso hoy te busco, te busco para despedir y cerrar el año 2016, con un merecido reconocimiento a tu memoria, poeta grande. Tú sí eres poesía, sentimiento íntimo, tierra, sueño, compromiso, lealtad, verdad y, eterna sonrisa. Que mejor manera de decir adiós que con tus versos. Esta tierra que también es ahora la mía, te admira y recuerda con cariño y lealtad, con el mismo cariño y lealtad que tu le diste, por eso estás en los adioses, en las escuelas, en las más de ochenta calles que llevan tu nombre Miquel Martí i Pol. Tus versos se han recitado hasta en el parlamento. Como olvidar el recuerdo de quién no ha muerto; tu poesía sencilla, llena de sabiduría y sentimiento, auténtica, vive en cada uno de nosotros.
Bendito tú seas por siempre, poeta.
He heredado la esperanza
He heredado la esperanza de los abuelos
y la paciencia de los padres.
Y de los dos, las palabras
de la cuales ahora me sirvo
para hablaros.
Me han dicho que el nacimiento me da derechos
inviolables.
Pero yo soy miedoso y siempre me siento
un poco alicorto y solitario.
Vivo en un pueblo pequeño,
en un país pequeño
y, sin embargo, quiero que quede bien claro
que esto que escribo lo escribo para todo el mundo,
y que para mí es como si el mundo entero
girase en torno al eje de mis poemas.
Deambulo a solas por las calles en silencio
y cada atardecer escucho el canto de las sirenas
desde la azotea de mi casa.
Tu soledad
En tanto puedas, pues, no malbarates
tu soledad dedicándola a una absurda
búsqueda de la nada ni te persigas
tozudamente por corredores oscuros,
atemorizado por la luz de los preceptos.
Sal a pleno sol y fíjate
en cosas duras. Piensa
que el juego desmesurado de las palabras
no te servirá de nada si no lo apoyas
sobre aquello que te envuelve. Hay las piedras
y los árboles y la gente y tantas cosas
que puedes tocar con las manos! Que no te des cuenta
algún día, con espanto, que los años te pasan
y te mueves sólo entorno de tu sombra.
Ahora te pienso
Ahora te pienso ―!tan lejos!―
y te invento una pose
expectante para que me llenes
este vacío de la tarde.
Cada palabra es un mundo
con ríos y mares y pueblos,
o un cristal quebradizo,
o una habitación en silencio.
¡Que lento es el paso del tiempo!
Que pesada la vieja
soledad y que próximos
tus ojos, cuando te invento
una pose expectante
para que me llenes la tarde.
Ahora que todo vuelve: el silencio y la espera,
las palabras que hemos guardado en lugar seguro
todo este julio de viento y nostalgia.
Ahora que todo vuelve: la tibieza del cuerpo
aquietado y dócil bajo las manos amantes
y aquel perderse en las tardes tranquilas,
bosque adentro, por el tapiz crujiente de hojas de pino,
¿no es su valor este esfuerzo cálido y el quererse
con certeza a solas, la dura
voluntad de permanecer, presente ausente a la vez,
sin pensar que el tiempo es un vacío sin límites?
Mujer: nada me cuesta decir tu nombre,
aunque estés lejos. Lo escribo en las piedras y el agua,
en la sombra acogedora de los árboles a la vera del río
y en el comedor de casa. Sé que oirás
mis palabras, porque llevas en las manos
el signo de un tiempo nuevo, y has crecido en la esperanza
de que alguien lo aceptara sin hacerte preguntas.
Miquel Marti i Pol