M.Teresa Leon |
Suele decirse de ciertos poetas que son raros, señalando su extrema originalidad. Pero me atrevo a pensar que los auténticos raros son los que pertenecen a las mayorías mudas y silenciosas, que jamás se ajustan a la supuesta moneda corriente, es decir, a los códigos de circulación social santificados como potables, como decentes, como maduros, y duramente atrincherados para evitar cualquier fisura, para evitara movimientos que impliquen transformación, cambio. Se abre la puerta a esta rareza sólo cuando supone que va a rendir plusvalía, cuando puede convertirse en dinero. Entonces simultáneamente se la congela, se paraliza su poder disruptivo, es la tragedia de casi todas las vanguardias. Por eso creo que el arte que más habla es el que va detrás de la gente, no adelante. Todas las grandes revueltas, ásperas, tormentosas y con hondura lírica o paródica, las lleva a cabo esta mayoría silenciosa, rara, y peligrosa para los que se arrogan el poder de controlarla, expresando necesidad, rompiendo el corsé asfixiante de lo establecido.
Anotaciones del libro La pequeña voz del mundo de la poeta Diana Bellesi
NACE EL POETA CON LA MANO HERIDA
Un poema de Teresa Gracia
Nace el poeta con la mano herida
porque a ras de la palma le han cortado
el cordón en los dedos enredado
con que a su madre musa estuvo unida.
Pero se mueve en el papel caída
dejando siempre por el mismo lado
en filial obediencia a un dictado
la señal de que va perdiendo vida.
Sólo un brazo en el cuerpo la protege
y se la lleva al alma, cuna y tumba
donde entrará también cuando sucumba
el puño que en los versos entreteje
golpes contra el barrote de la pluma
que a la pena mayor, la cárcel suma.
Nace el poeta con la mano herida
porque a ras de la palma le han cortado
el cordón en los dedos enredado
con que a su madre musa estuvo unida.
Pero se mueve en el papel caída
dejando siempre por el mismo lado
en filial obediencia a un dictado
la señal de que va perdiendo vida.
Sólo un brazo en el cuerpo la protege
y se la lleva al alma, cuna y tumba
donde entrará también cuando sucumba
el puño que en los versos entreteje
golpes contra el barrote de la pluma
que a la pena mayor, la cárcel suma.