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miércoles, 23 de marzo de 2016

DECLARACIÓN DE AMOR DE JESÚS A MERCEDES

Cuando se lleva compartiendo una una larga vida con otra persona, con la complejidad de los sentimientos participando de todas y cada una de las experiencias, creciendo juntos, también con la dificultad añadida de una enfermedad grave instalada en uno de los cuerpo -padecida en diferente medida y grado por ambos- Cuando el corazón siente ternura y gratitud y es capaz de expresarlo, y la cabeza juicio y cordura, así se cuenta ese amor: sin postureos, ni estribillos falsos, valiente, auténtico, generoso, humilde, sincero, contenido, desnudo. . .

Margot Homan



Esta es una hermosa carta de amor, también de gratitud y respeto no solo a Mercedes, si no también a la mujer, y sobre todo a la vida en pareja: esa experiencia de luces y sombras, de comunión y desacuerdos, de acompañamiento y soledades. 
Elena 


La vida no ha sido fácil y el amor tampoco lo es. La vida nos pone a prueba ese amor. Espero haber superado esa prueba de la manera en que tú mereces. Lo complicado de la vida es que puede ser qué aquello que te pone a prueba y aquello que te salva va unido y la huida del problema puede suponer, sin tú esperarlo, la caída en un pozo futuro en el que puedes terminar ahogado. El amor es tan complejo que llevado a su máxima expresión pone sobre la mesa las múltiples caras de uno mismo. Soy consciente de que eso he sido yo, el árbol al que te arrimas para evitar la lluvia y aquel que puede atraer el rayo, el abrazo que te da confianza y aquel que a veces te infunde temor, la mirada que te ama y la que parece odiarte. Es tanto lo que hemos vivido juntos, tantas las pruebas a las que nos ha sometido la vida y seré siempre tan inexperto en esa vida, serán tantos mis errores, tantas las equivocaciones que cometeré, seré tantas veces el extraño que desconoces, aquel que acumula en su interior tanto pedregal, aquel tan difícil de comprender.



Te quiero sin saber quererte del todo, ¿seré siempre un novato que en su ignorancia hace daño? Saber amar es el gran examen que nos encontramos en la vida y son tantos los gestos que su aprobado exige, es tanta mi torpeza, son tantos los motivos por los que la vida viene a imponerte la petición de perdón, que no sé si verdaderamente puedo hacer honor a la utilización de esa palabra y verterla aquí sin llegar a plantearme tantas preguntas que exigirían respuestas. El amor no es una avenida luminosa sino un camino también plagado de sombras y en ellas sigo siendo un niño que desconoce hacia dónde marchar, que se descubre tropezando y arrastrando consigo a las personas que le rodean y quieren. No puede uno levantarse como si nada hubiera ocurrido y dejar que el tiempo sin más cicatrice las heridas. Sé que ha de formar parte de ese amor humillar la cabeza alguna vez y reconocer los errores y derramar lágrimas y dejarse coger de la mano para que te orienten en el camino y te puedas sentir protegido. Te quiero como no puede ser de otra manera, formas parte de mi, sin ti no tendría la mayor proporción de lo bueno que yo pueda tener; tú me has abierto puertas y me has empujado para que las atraviese, eres la ligazón que has logrado que ayer y hoy, a pesar de mí, me rodeen seres queridos y que has creado el ambiente necesario para que yo pueda cortar los nudos gordianos que he podido encontrar en el camino.



Te quiero incluso cuando te odio, cuando siento arrancar de mi pecho de forma cruenta algo que me pertenece es en ese momento también cuando experimento la necesidad de abalanzarme sobre ti para protegerte. Qué daño puedo desearte, mi bien, si yo ya soy tú, si tú ya te has consolidado en mi instalándote en todos mis rincones, ya sean más claros o más oscuros, por el simple hecho de ser míos otorgándome por ello la seguridad que necesito y de la que dices carecer. Tanto te has desprendido de ti para dármelo, tanto has reducido tu mundo para acrecentar el mío que quizás no seas consciente de tu grandeza, mi pequeña y gran compañera. Son mis sonrisas también las tuyas porque tú me las haces surgir, son mis sueños los que tú has echado a volar aventándolos con ello para dejar volar la paja que a veces nubla mi pensamiento. Te quiero y en ese querer establezco mi principal proyecto de vida, hoy que mis miembros se detienen pero tú les das aliento para que vivan, hoy que me amenaza el desierto en donde tú estableces oasis para que yo pueda respirar; te quiero cuando la noche parece llegar porque tú te empeñas en generarme siempre nuevos amaneceres. 

El autor de la declaración es Jesús Mora y este es su Blog que yo sigo


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