MI CIUDAD Y YO
Me gusta mi ciudad en verano
en su hora más blanca
con las luces de la noche apagadas
y el silencio de sus calles vacías,
ajustarme a su paisaje, volátil
como una niebla,
sin apenas ser vista
imaginar castillos en el aire
y elevarme hasta encontrar
y elevarme hasta encontrar
un refugio donde no ser vista
y escuchar el trino de un pájaro
-me encantaría-
pero en mi ciudad
apenas hay parques
pero en mi ciudad
apenas hay parques
ni escondites
ni trinos de pájaros
ni árboles con nidos.
En mi jardín urbano
de plátanos y asfalto
hay silencios interiores
atravesando vías
entre ruidos de tráfico
semáforos haciendo guiños
arrullos de palomas
taxis negros y amarillos
ambulancias con urgencias
trabajadores que se dirigen al metro
con prisas.
Rios de gente extranjera
en pantalón corto, que pasean y sacan fotos,
callejean sonrientes y felices
entre paseos, avenidas y templos
y comen tapas y paellas, y bravas
en terrazas con fachadas modernistas.
En mi ciudad
hay días de verano
que me gusta camuflarme
en una gorra con visera
y gafas negras
atravesar el barrio de Gracia
como si yo misma
fuera una de ella.
Me gusta sentirme extranjera
sin salir de casa
llegar por los atajos
a ningún lugar concreto
sin agobio ni prisas,
con la mirada primera
y aparecer en Las Ramblas
sin saber cómo he llegado.
Sentarme como hacen ellos
en una terraza
de La Plaza Real -pongamos por caso-
pedir una caña
y un par de tapas.
y un par de tapas.
Suspendida como la gárgola
en el saliente de una cornisa
con su sonrisa pétrea
y mirar el fluir de la gente
mientras un pensamiento deshelado
atraviesa la corriente.
Estar en mi,
un día cualquiera
no ser esta, ni la otra
no ser nada:
desarmada
en mi ciudad, Barcelona
liviana
enamorada.
Como siempre, a solas.
Elena Larruy

Muy linda !
ResponderEliminarGracias
EliminarBonita descripción !
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