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miércoles, 31 de mayo de 2023

SON RISAS MIL SOBREVIVIENDO





Hoy me gustaría contar algo gracioso de esas cosas inesperadas que a veces nos pasan y nos hacen reír todo el día. Me acuerdo ahora de los andaluces de Cádiz, siempre con su buen humor y sus chirigotas, siempre con un chascarrillo en la boca, ellos sí saben reír a todas horas,  ellos siempre cuentan cosas graciosas y anécdotas divertidas, se podría decir que es una actitud de chispa continua que le echan a la vida, como un pulso para que esta les mantenga en ese estado de humor permanente.
Yo soy más de sonreír, reír no se me da bien, ni tengo una risa fotogénica, pero reír a mandíbula abierta, cuando eso me pasa, es de las cosas que mejor me sientan.  Aquí por donde yo vivo, nos reímos poco, en serio.  
Yo ahora, a mi edad,  procuro estar en modo sonrisa,  a veces con una almendra amarga en la boca, como la de estos días con la resaca de marea azul que han dejado las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo. Esta semana los filibusteros políticos de turno celebran su triunfo. La política están todas enfermas y fracasadas. Son la anti sonrisa. 
Y porque quiero sobrevivir a ese fracaso y no quiero que se me avinagre la cara, saco los pies del jardín donde me he metido sin querer y me voy  al Parque Nacional del Timanfaya en Lanzarote, a contaros una anécdota graciosa que nos pasó hace unos años cuando volvíamos al hotel con mi marido. Nos dirigíamos hacia el norte en el coche y nos perdimos por un pueblecito del que no recuerdo el nombre, queríamos salir a estirar las piernas y paramos el motor para preguntar a un hombre, que pasaba justo en ese momento por allí, para preguntarle qué se podía ver de interés en ese lugar, a lo que el hombre, que debería tener entre cuarenta y cincuenta años, con mucha sorna contestó: "por aquí lo más interesante de ver es mi mujer, y ahora mismo está trabajando" explotamos de la risa los dos a mandíbula abierta con la ocurrente salida del lugareño y la sorna con la que pronunció la frase, estuvimos así toda la tarde, se nos caían las lágrimas, no podíamos parar de reír. 
Hay pocas cosas tan auténticas y favorecedoras como la risa, cuando es espontánea. La sonrisa sin embargo tiene muchas facetas, y no siempre buenas: las hay amables, de postureo, falsas, cordiales, de cordero degollado, de bienvenida, de disimulo, políticas, desganadas, beatas, burlonas, sonrisas de camello, dulces, pegajosas, educadas, edulcoradas, malévolas, amorosas, sensuales, insinuantes, interesadas, ácidas, hipócritas, verticales, sonrisas a granel, a peso, multiusos, de ciruela pasa.  SON RISAS MIL sobreviviendo. 
La auténtica, la que no tiene doble cara, es LA SONRISA INTERIOR, la que ponemos cuando nadie nos mira:  no dejes que nada ni nadie te la amargue. 
 
 


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