El éxito más que entenderlo como un fin es para mi el desarrollo constante de un trabajo personal bien hecho, que se construye desde nuestro centro con un propósito claro y firme. Para que este trabajo sea exitoso es fundamental quererse y creer en uno mismo sin necesidad del aplauso externo.
Tiene más que ver con un estilo de vida integral y equilibrada que con los tentadores modelos que sobre el éxito nos proponen desde afuera y que basan el triunfo en la obtención de bienes materiales y posicionamiento social, y lo hacen compitiendo, casi nunca colaborando.
Si bien no existe nada malo en lo anterior, si es necesario reflexionar sobre cual es nuestra conveniencia y nuestro propósito; definir que es para nosotros el éxito y sobre todo como queremos conseguirlo, para quizás llegar a la determinación que las claves tienen una dimensión más profunda de lo que pensamos o nos hacen creer.
Valorar de donde partimos es un buen principio, si lo hacemos con sinceridad seguramente tendremos muchos mas motivos de agradecimiento que de descontento.
Disfrutar cada momento con lo que hacemos es esencial y se logra estando más centrado en ser que en hacer. Vigilando los pensamientos, son la base fundamental de nuestros logros. Debe haber también una clara sintonia entre nuestro estado interior y nuestro comportamiento exterior. Competir con nosotros mismos es otra de las claves: superarnos día a día, para obtener la mejor versión de nosotros mismos. Apuntando tan alto como nuestros sueños nos permitan: si te atreves a soñar en grande, grandes serán tus resultados.
Si basas tu experiencia en la alegría y el propósito y lo haces con fe en ti mismo y tenacidad, tienes el éxito asegurado.
Elena
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