Micro cuentos de terror (malva2)
(propuesta de trabajo taller literatura Laie)
(nadie me advirtió)
Apenas puedo moverme. Hace mucho frío. Se me congelan los huesos. La piel se me acartona. Sellada tengo la boca: de haberlo sabido, hubiera preferido la incineración.
Los dibujos del armario en la penumbra del cuarto le hacían ver ogros y monstruos. Paralizado en su miedo no podía dormir. Temblaba de terror y los llamaba a todos cuando escuchaba el chirrido de la puerta y una mano tenebrosa tras ella que la abría... una noche más.
(me
tienes harto de sopa)
Cenar sola nunca me gustó. Es lo que llevo peor de tu ausencia. Por eso te sigo poniendo el plato cada noche en la mesa, y la sopa desaparece poco a poco.
(¡¡¡Ayyy
esa copita de más!!!)
El estrecho brazo que rodeaba su cintura y el calor del aliento pegado a su nuca la tranquilizaban de sus terrores nocturnos. Hasta que se dio cuenta que dormía sola.
Adán era más de proteínas y despreció la manzana.
Se
la comió a ella. Mientras la engullida
Eva
le
gritaba
que
en la manzana también había.
Se lo tragó un desierto yendo a por dulces y tabaco. Lo dieron por desaparecido. Años más tarde una tormenta de arena lo devolvió a su casa en Jerez, con un paquete de Ducados y unos dátiles en la mano, pero ella ya tenía marido… y un estanco.