Escultura TOBBE MALM |
Un poema recordando a las madres muertas que siguen vivas en nuestros corazones. Nadie quiere como quieren las madres, ningún hijo está completo sin su madre. Lo dice el poeta Jorge Villalobos
A mi madre, ahí tan madre.
Ahí tan muerta.
Te quiero.
Si pudiera olvidarte,
pronunciar las cenizas de tu nombre y no arderme;
hoy, que aún esta lágrima se escribe con tu lágrima,
no me queda otro oficio que andar tropezando con tu ausencia,
y olvidar si es la piedra o el camino.
Y mírame, volviendo a la rutina,
al tedio del estudio, a esta monotonía indiferente,
y al engaño de quien busca en un verso lo mismo que en la vida:
pero entonces me faltas,
como la sangre al corazón herido, o la voz al poema.
Así se fue haciendo el niño en hombre,
conforme a la verdad en tu recuerdo:
lo único eterno es nuestra inexistencia,
la eternidad del polvo.
Un hijo sin su madre no es un hijo.