Ayer 29 de agosto, a los 96 años de edad, falleció la prestigiosa poeta Cubana Carilda Olivier en su pueblo natal de Matanzas. Impresionante poetisa, defensora incansable de la feminidad, la sensualidad y el erotismo. Reconocida internacionalmente por su calurosa y caudalosa obra, con más de 40 poemarios publicados. Le fueron otorgados grandes y prestigiosos premios literarios, entre los que se encuentra el Premio Nacional de Literatura. Mujer leal a sus principios, valiente y rompedora de normas y puritanismos, en la misma medida que lo fue su expresión dulce y humana. Resulta difícil separar a la mujer de la poeta.
Fue para mí un placer descubrirla, leer y releer sus poemas. Ardua la tarea de dejar una muestra, de tan rica y extensa obra, por lo que elijo el más emblemático y por el que yo la conocí:
ME DESORDENO AMOR, ME DESORDENO
“No me importa que me critiquen. Solo soy una persona que llevo la vida con franqueza y espontaneidad. He tratado de ser autocrítica, pero nunca otra mujer." |
Siempre que nos abandona un artista de su talla, nos queda su obra: "Que suerte la nuestra", me digo para adentro: tenemos su voz, su rastro, su compañía eterna. Gracias Carilda por ese testimonio valioso de vida que como generosa herencia recibimos los que amamos y nos reconocemos en la vida, con todos sus atributos, también a los que buscamos la belleza de la verdad en la poesía. Y gracias a esa manera tuya de contárnosla: tórrida y caudalosa, brava y suave a la vez, con toda la franqueza de un alma transparente, con luz propia, noble y valiente.
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.
Guárdame el tiempo, guárdamelo...
Descansa; duerme el sueño eterno en paz mujer, poeta. Fuiste para mí la excelencia. Algo de tu espíritu habita para siempre en mí corazón.
Elena
Muestra poética de Carilda Olivier