Autor Thomas P. Peschak |
“Dependemos de la naturaleza no sólo para nuestra supervivencia física. También necesitamos a la naturaleza para que nos enseñe el camino a casa, el camino de salida de la prisión de nuestras mentes. Nos hemos perdido en el hacer, en el pensar, en el recordar, en el anticipar: estamos perdidos en un complejo laberinto, en un mundo de problemas. Hemos olvidado lo que las rocas, las plantas y los animales todavía saben. Nos hemos olvidado de ser: de ser nosotros mismos, de estar en silencio, de estar donde está la vida: Aquí y Ahora”.Eckhart Tolle El silencio Habla 2003
Todo ser vivo tiene a su alrededor un campo de energía electromagnético a través del cual percibe más allá de sus cinco sentidos. La base científica demuestra que cada célula del organismo tiene una carga eléctrica de entre 70 y 90 milivoltios en estado de salud. Cada célula, como cada uno de nuestros órganos y sistemas, generan un gran campo electromagnético (CEM) que se extiende y actúa a nuestro alrededor cumpliendo determinadas funciones y generando importantes influencias en nuestro cuerpo. Este campo de energía conocido comúnmente como el aura tiene un radio de acción y una intensidad medible. Sus ondas de longitud y frecuencia emiten y trasmiten información de manera sutil sobre nuestro estado físico, psicológico y emocional, a la vez que interactúan con el exterior y las personas que lo rodean. A través de las vibraciones de baja, media o alta frecuencia, se puede obtener información.
Se dice que una persona tiene salud energética cuando se mueve y adapta con facilidad en las tres frecuencias. Eso le permite percibir y trasmitir más allá de los cinco sentidos. Sin embargo, cuando se encierra en una escala de frecuencia se vuelve rígida, apareciendo alteraciones que derivan a niveles que se perciben claramente en el cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. Cuando hay perturbaciones en el CEM, los procesos psicofísicos se alteran. Estas alteraciones cerebrales de tipo eléctrico ─que pueden venir del interior─ como cuando sentimos miedo o tristeza, desestabilizan al campo electromagnético; si esta situación es pasajera pronto se normalizará, pero si el estado es permanente se vuelve crónico, y el CEM queda "dañado". Cuando las alteraciones vienen del exterior, recibimos energías que influyen en nuestro estado anímico y de percepción, de manera que pueden cambiar nuestra disposición física y psicológica. Todos en diferente grado estamos interactuando en los otros, influenciando, afectando sus campos electromagnéticos.
Ahora que ya sabemos que nuestro cuerpo físico -y todos los otros cuerpos- están rodeados por un gran campo electromagnético que recibe y emite ondas, entenderemos, sin entrar en detalle de su complejidad, lo importante que es implicar a cada una de las partes en lograr el equilibrio para una mayor salud física y mental.
Tenemos el conocimiento, somos conscientes de la importancia que es mantener esa energía vital limpia y de calidad. Ahora solo nos falta practicar y entrenar esa capacidad para alcanzar vivir en mayores estados de armonía y de bienestar.
La meditación es una práctica que nos ayuda a conseguir el equilibrio deseado. A la meditación se llega por el silencio. Los estados de silencio nos permiten modificar los campos dañados, que actúan sobre los órganos y sistemas del cuerpo físico y de los cuerpos emocionales. En el silencio no hay fantasía, ni interpretación, ni juicio. La meditación es una experiencia de vaciado y de silencio; en la meditación no hay resistencia ni ruido ─no debe haberlo. Pueden aparecer imágenes, ideas, formas y pensamientos diversos que dejaremos fluir sin identificarnos, ni hacer interpretaciones, como cuando estamos con los ojos abiertos y nada miramos: ese sería el ejemplo. Solo dejamos que todo suceda, que transcurra sin oposición ni interrupciones.
La experiencia sensible no es casual: significa algo. ¿Pero qué? Todos tenemos una interpretación básica de las sensaciones. Bloqueo, tensión o constricción sugieren dificultad. Ligereza, facilidad y fluidez apuntan a un buen funcionamiento. Esto no siempre es así, pero sirve de orientación. Cuando mediante la práctica de la meditación logramos sostener las sensaciones, la no resistencia desde la aceptación, el silencio se pronuncia de manera inconfundible, hace que surjan las percepciones, las intuiciones y la claridad mental. Las respuestas y señales que llegan a través del oráculo del silencio siempre son certeras, ese es el poder que nos otorga la meditación.
Elena Larruy
HAIKUS
Hay pocas cosas
tan ensordecedoras
como el silencio
Lo peor del eco
es que dice las mismas
barbaridades
Mario Benedetti
La mente quieta
se llena de energía,
observa y crea.
La mente inquieta
piensa, controla y corre;
exhausta queda.
Aurelio Huguet
Soy tan partidario de la disciplina del silencio que podría hablar horas enteras sobre ella.
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.