miércoles, 12 de abril de 2017

SIN IDEAL NI ESPERANZA DESDE LA BUHARDILLA DE PESSOA



























No soy nada

Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.




Ventanas de mi cuarto,
De mi cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe
quién es
(Y si supiesen, ¿qué sabrían?),
Dais al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,
A una calle inaccesible a todos los pensamientos,
Real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
Con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,
Con la muerte que mancha de humedad las paredes y hace
blancos los cabellos de los hombres,
Con el Destino que conduce la carroza de todo por el camino de
nada.
Estoy hoy vencido, como si supiese la verdad.
Estoy hoy lúcido, como si estuviese por morir,
Y no tuviese más hermandad con las cosas
Que la de una despedida, tornándose esta casa a este lado de la
calle
La hilera de vagones de un tren, y el silbido de una partida
Dentro de mi cabeza,
Y una sacudida de mis nervios y un chirriar de huesos al arrancar.
Estoy hoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó.
Estoy hoy dividido entre la lealtad que debo
A la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
Y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fallé en todo.
Como no hice ningún propósito, tal vez todo fuese nada.
El aprendizaje que me dieron,
Descendí por la ventana trasera de la casa.
Fui al campo con grandes propósitos.
Pero allí sólo encontré yerbas y árboles,
Y cuando había gente era igual a la otra.
Me retiro de la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de
pensar?
¿Qué sé yo lo que seré, yo, que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa!
¡Y hay tantos que piensan ser la misma cosa que no puede haber
tantos!
¿Genio? En este momento
Cien mil cerebros se piensan en sueños genios como yo,
Y la historia no señalará, ¿quién sabe? ni a uno,
No habrá sino un muladar para tantas futuras conquistas.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay tantos locos deschavetados con
tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cierto o menos cierto?
No, ni en mí…
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
No están en esta hora genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas—
Sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas—,
Y quién sabe si realizables,
¿Nunca verán la luz del sol real ni hallaran oídos de nadie?
El mundo es de quien nace para conquistarlo
Y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga
razón.
He soñado más que Napoleón.
He abrazado contra el pecho hipotético más humanidades que
Cristo.
Hice filosofías en secreto que ningún Kant escribió.
Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,
Aunque no viva en ella;
Seré siempre el que no nació para esto,
Seré siempre sólo el que tenía cualidades;
Seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie
de una pared sin puerta,
Y cantó la cantiga del Infinito en un gallinero,
Y escuchó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Que me derrame la Naturaleza sobre la cabeza ardiente
Su sol, su lluvia, el viento que me despeina,
Y lo demás que venga si viene o que tenga que venir, o que no
venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
Conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama;
Pero nos despertamos y él es opaco,
Nos levantamos y es ajeno,
Salimos de casa y es la tierra entera,
Más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, niña;
¡Come chocolates!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que la de los
chocolates.
Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, niña sucia, come!
¡Si pudiera yo comer chocolates con la misma verdad con que tú
los comes!
Pero yo pienso y, al quitarles el papel plateado, que es de estaño,
Arrojo todo al suelo, como tiré la vida.)
Pero queda al menos de la amargura de lo que nunca seré
La caligrafía rápida de estos versos,
Pórtico hendido hacia lo Imposible.
Pero al menos dedico a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
Noble al menos por el gesto amplio con que arrojo
La ropa sucia que soy, sin motivo, para el decurso de las cosas,
Y me quedo en casa sin camisa.
(Tú que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
O diosa griega, concebida como estatua con vida,
O patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
O princesa de trovadores, gentilísima y colorida,
O marquesa del siglo dieciocho, escotada y distante,
O cocotte célebre del tiempo de nuestros padres,
O no sé qué moderno —no concibo bien qué—,
Todo eso, sea lo que fuera, lo que sea, si puede inspirar ¡qué
inspire!
Mi corazón es un balde vacío.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco
Me invoco a mí mismo y nada encuentro.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan.
Veo los entes vivos vestidos que se cruzan,
Veo los perros que también existen,
Y todo esto me pesa como una condena al destierro,
Y todo esto es extranjero, como todo.)
Viví, estudié, amé y hasta creí,
Y hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
En cada uno miro los andrajos y las llagas y la mentira,
Y pienso: tal vez nunca hayas vivido ni estudiado ni amado ni
creído
(Porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer
nada de eso);
Tal vez hayas existido apenas, como un lagarto a quien cortan
la cola
Y que es cola más acá del lagarto que se retuerce.
Hice de mí lo que no supe,
Y lo que pude hacer de mí no lo hice.
Vestí un disfraz equivocado.
Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí, y me
perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
Estaba pegada a la cara.
Cuando la arrojé y me vi en el espejo,
Ya había envejecido.
Estaba borracho, y no sabía vestir el disfraz que no me había
quitado.
Arrojé la mascara y dormí en el vestidor
Como un perro tolerado por la gerencia
Por ser inofensivo
Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
quién pudiera encontrarte como cosas que yo hice,
Y no quedarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente,
Pisoteando la conciencia de estar existiendo,
Como un tapete con el que tropieza un borracho
O la esterilla que los gitanos roban y no vale nada.
Pero el Dueño de la Tabaquería se asomó a la puerta y se quedó
en ella.
Lo miro con la incomodidad de la cabeza torcida
Y con la incomodidad de una alma que mal entiende.
Él morirá y yo moriré.
Él dejará el letrero, yo dejaré versos.
Y un día morirá el letrero y también mis versos.
Después morirá la calle donde estuvo el letrero,
Y la lengua en que fueron escritos los versos.
Morirá después el planeta girante en que todo esto sucedió.
En otros satélites de otros sistemas cualquier cosa como nosotros
Continuará haciendo cosas como versos y viviendo debajo de las
cosas como letreros,
Siempre una cosa frente a otra,
Siempre una cosa tan inútil como la otra.
Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
Siempre el misterio del fondo tan cierto como el sueño del
misterio de la superficie,
Siempre ésta o aquella cosa o ni una ni la otra cosa.
Pero un hombre entró en la Tabaquería (¿a comprar tabaco?),
Y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,
Y voy a intentar escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
Y saboreo en el cigarro la liberación de todos los pensamientos.
Sigo el humo como mi camino,
Y gozo, en un momento sensitivo y adecuado,
La liberación de todas las especulaciones
Y la conciencia de que la metafísica es la consecuencia de una
indisposición.
Después me reclino en la silla
Y sigo fumando.
Seguiré fumando hasta que el Destino me lo permita.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
Tal vez sería feliz.)
Visto esto, me levanto de la silla. Me acerco a la ventana.
El hombre salió de la Tabaquería (¿guarda el cambio en el bolsillo
del pantalón?).
Ah, lo conozco: es Esteves sin metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería llegó a la puerta.)
Como por un instinto divino, Esteves se volvió y me vio.
Hizo una señal de adiós, le grité ¡Adiós, Esteves!, y el universo
Se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza, y el Dueño de la
Tabaquería sonrió.

Fernando Pessoa

martes, 28 de marzo de 2017

METAPOESÍA DEL YO CONTEMPLANDO LA NADA

Artista Arturs Akopjans



yo que desafino entre líneas ensimismada en la nube del cerro que abrigo sueños de escarcha y pinto esperanzas turquesa yo que acompaso soledades con sonatas de Bach Jazz y poesía mi dulce amiga  y yo que siempre me ando buscando y que cuando me encuentro ya no soy la misma  yo que me despacho y atiendo con sorpresa y amable sentimiento y yo que no aguanto la estupidez ajena y la propia me la cuestiono para disculpar la exigencia  yo  que sin dudarlo disparo a bocajarro sobre los lerdos ni me  propongo antes apuntar ni quiero solo tomo notas precisas y me ajusto al silencio cuando observo actuar la inteligencia se me acabó la paciencia y el tiempo que en otros tiempos dediqué a los idiotas punto  yo que por mimetismo me rechazo en la misma medida que me celebro que llevo máscara en la mano y yo que un día fui puerto y hoy isla ensanchando de destino cancelado ya me crecieron las alas y con ellas amo y vuelo hasta ti  yo la que te quiere hasta la luna y su regreso y te lo canta bajito en tu descanso a la orilla de tu pecho mi pequeña Sira con tu cuerpo de koala agarrado al mio entre mareas subiendo y bajando corazón con corazón latido con latido en mi cuerpo navío surcando tu amoroso sueño y ya de vuelta en la casa cocino sueños con riesgo que nadie gusta probar yo que sin ser árbol di  a la vida frutos mis raíces no tienen suelo ni son fronterizas  son aéreas como mis sueños y yo que detesto las huidas que no sean para escapar del suelo que no consiento la mezquindad del perverso que con trampas se erige en amo y gobierna esclavizando y empobreciendo yo amiga de epitafios de irreverencias de ventanas anchas con vistas a futuros sin mercadeos y de puertas cerradas a pasados presentes en nuestra mirada y en nuestros actos yo que me importa más un pepino que las insignias las consignas las marcas registradas los trapos sucios los modelos impostados de la belleza que gran estafa y los combates verbales del bla bla bla de los expertos en nada  con lenguas y bocas resueltas y entrenadas en la mentira y la trampa son tantos los ejemplos de bobos disfrazados de gente honrada y seria de buches llenos y  egos inflados yo que no acepto las doctrinas para ovejas con su rumiar de rezos vacuos si supieran cuan sagrada me parecen las piedras con las que hablo y me abrazo y yo que río para dentro y levito de gozo leyendo versos de buenos poemas y respiro su belleza me descubre me reinventa amo todas sus hechuras cómo puedo yo proteger la poesía  ponerla a salvo en el lugar merecido tanta sabiduría despreciada confundida y yo que de la ignorancia sé todo lo que se ha de saber y de lo que no sé y saben los otros aprendo me inspiro  y mal compongo como hago ahora con este poema al que le sobran palabras yo que tan lejos estoy de ser casi perfecta otros alimentan  esa falta para tenerme a su servicio por eso nos piensan y nos dictan conductas y pensamientos por eso tengo siempre a la duda en guardia la que me cuestiona la que mide la que pesa y pondera y resuelve  yo ecléctica rara mendiga de conocimientos de palabras que me den brillo calor color orgullosa con acierto y desatino por ambas caras vestida y desnuda y nada posesiva que me enredo y me aclaro me crezco y me encojo como un gusano miedoso  en su ovillo yo alma indignada que clama el rayo de un cielo que ajuste cuentas con los tiranos yo que en la noche recibo atenta el sabio consejo que la almohada apunta a mi oreja  y que he necesitado muchas disciplinas de la ciencia y de la medicina para contar con cadencia repetidamente uno dos tres uno dos tres cuatro cinco seis que no me gustan las  restas que no mejoran los tiempos ni las distancias a las metas de horizontes que valen alegrías y no las penas que nos cuentan los que llevan las cuentas que sentido tiene la vida pues si en el transcurrir de este acaudalado río no fluimos con gracia y ligereza  yo que atrás dejé los edificios muertos las mentiras que los próximos me contaron sin ellos mismos saberlo y creí  sobre las que construí edificios de cartón piedra con jardines esperando primaveras yo manca que imaginé personas que me tendieran manos personas que siguieran mis pasos yo coja entendí por fin que nadie que no sea yo vendrá a buscarme para salvarme yo que en ese recorrido dejé alientos y respiros que ahora necesito y no tengo y sobre todo ahora que soy mujer niña lo que más aprecio la inocencia como recuperar esa mirada tantas preguntas para tan pocas respuestas y yo que ni por encargo soy paciente porque nada espero ya solo ser calma y paz y  que otros brazos arropen los mios cuando agotados nada sostengan y que la voz linterna siempre me acompañe  yo principio que en la encrucijada de la sombra  me convierto en estatua griega desmembrada porque soy como el gerundio siempre esperanzando aguardando que una nueva pierna me crezca y echar a correr por el camino que espera mis pasos con cualquier pretexto punto y suspiro

Elena Larruy




Texto inspirado en un poema de Berta Garcia Faet  poema sobre mirar el cielo de noche y pensar muchas cosas





martes, 21 de marzo de 2017

TE VOY A CONTAR


La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono.

Fotografía Evgeni Kolesnik
TODA LA VERDAD SOBRE LA POESÍA

Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aisla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación, compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no dirigido. Hija del azar; fruto del cálculo. Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas; creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la idea. Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia,  coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música, símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza, moral, ejemplo, revelación, danza, diálogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de los escogidos, palabra del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria, colectiva y personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay quien afirma que no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana!

Octavio Paz
El arco y la lira













domingo, 19 de marzo de 2017

MORIR LO IMPRESCINDIBLE






AUTOTOMÍA


La holoturia se divide en dos ante el peligro:
suelta un yo a la voracidad del mundo, 
con el otro huye. 

En el acto se bifurca en fatalidad y salvación, 
en multa y premio, en lo que fue y lo que será. 

En mitad de su cuerpo se abre un abismo
con bordes al acto convertidos en dos desconocidos. 

En un borde, la muerte; en el otro, la vida. 
Aquí, desesperación; allá, aliento. 

Si hay balanza, no se desnivelan los platillos.

Si hay justicia, ¡hela aquí! 

Morir lo imprescindible, sin pasarse de la raya. 
Y, del resto salvado, rebrotar lo necesario. 

También nosotros sabemos dividirnos, es verdad. 
Pero sólo en cuerpo y en susurro que se quiebra. 
En cuerpo y en poesía. 

La garganta a un lado; al otro, la risa, 
ligera y al pronto sofocada. 

Aquí, oprimido, el corazón; allá non omnis moriar,
sólo tres palabras, tres plumas al vuelo. 

El abismo no nos escinde. 
El abismo nos rodea.


Wislawa Szymborska



Aclaración sobre el significado de autotomía

Fenómeno consistente en la amputación espontánea de alguna parte del cuerpo de ciertos animales, realizada como mecanismo de defensa, a la que siempre sigue la regeneración:
un ejemplo de autotomía se da en ciertos reptiles como las lagartijas, que pueden desprenderse de la cola ante la amenaza de un depredador.

miércoles, 15 de marzo de 2017

PREPÁRAME PARA EL AMOR


Fotografía de Mariam Sitchinava


Deconstrúyeme


Yo
(con mi libertina actitud hacia realidad)
Soy casi perfecta.

Sueños dorados vanguardistas,
Identidad desmantelada,
Victoria de una complicación inútil,
Una niña que se convierte en lavadora,
El cuerpo cortado,
Esparcido por el desierto-

Esto es por cuanto luchamos,
Este es el reino,
Que prevaleció sobre el fascismo,
Soy vuestra victoria,
Gracias.

No necesito atención,
No pido amor,
Somos justos y honestos con el universo,
No se me debe ningún favor.

Yo soy la perfección inventada,
Yo soy la infinidad de perfecciones inventadas,
Que precisan infinito cuidado,
Yo soy, lo que soy
Yo soy, lo que sé
Yo soy, lo que he luchado
Yo soy, lo que quiero dejar atrás
Yo soy, lo que vislumbro
Yo soy, lo que se me ha asignado
Yo soy, lo que pasó desapercibido

Deconstrúyeme,
Es lo más íntimo que puedo pedir
Deconstrúyeme,
Sácame de la Literatura

Y prepárame para el amor.

Katja Perat




miércoles, 8 de marzo de 2017

VALEDORAS Y VALIENTES

Una mujer que no abriga sueños se expone a morir de frio. 


Blanca Guifarro

Tamara Lempicka

He elegido este poema de Giconda Belli, para celebrar el día de la mujer, por ser una clara representante de los valores femeninos. Difícil elección, la lista de merecedoras sería como el número Pi, infinito. Todas: públicas y anónimas, mujeres del mundo, guerreras, sabias, compasivas, amorosas, amigas... merecen respeto, aprobación y cariño. 

Femenina y singular, en medida exacta delicadamente masculina, precisa y agraciada, con voz coral, valiente por encima de todo y de todos, tierna, guerrera, apasionada, reivindicativa, completa.... y por si fuera poco: Poeta.  Tan llena está, que sacia.
                                                                                                       Elena


Consejos para la mujer fuerte



Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.

Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.

Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.

No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodealo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.

Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el óxido mortal de todos los naufragios.

Ampara, pero ampárate primero
guarda las distancias
constrúyete. Cuidate

Atesora tu poder

Defiéndelo

Hazlo por ti

Te lo pido en nombre de todas nosotras.

Gioconda Belli





martes, 7 de marzo de 2017

QUE HACER CON ESA MIRADA

La poesía me ayuda a entender quien soy. Me ayuda a entender el mundo que me rodea, pero sobre todo lo que la poesía me ha enseñado es el hecho de que tengo que abrazar el misterio con el fin de ser completamente humano.
Yusef Komuntakaa



No necesito palabras, solo escucha mi canto desesperado y que me bese tu mirada ... 




Javier Limón y Concha Buika


La poesía siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que lo descubre un verdadero poeta.

Oliverio Girondo

lunes, 6 de marzo de 2017

APRENDER A NADAR LLORANDO


Llorar, nadar entre lágrimas y salvarse a tiempo: rescatar a Scott. Llorar por las esquinas y en sus giros cambiar el gesto,  deshacerse de la  tristeza los lunes y soltarla en alcantarillas. Vaciar ... llorarle  a todo con insistencia y fiereza, como catarata y tormenta, entre pedazos rotos, donde nadie os presienta, tras las puertas de los despachos, bajo la manta de tu cama donde vives los ratos que no cuentan. Llorar: hazlo y llora como lo hace el enamorado, varado a la espera de su rescate o como  niño encurtido encarcelado  en  entraña, o si lo prefieres como puerto abandonado que nada espera.
Asiste a un curso de formación para nada callar y llorarlo todo a tiempo. Llora por todas las avenidas del dolor y también llora por gozo y agradecimiento y cuando llegues al mar y esté todo llorado, y todo esté dicho, entonces ponte a salvo.
Elena

   



Llorar a lágrima viva


Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!


Oliverio Girono



Girondo fue junto con Huidobro uno de los más tempranos vanguardistas de suramérica, vital, nocturno y urbano trascendió siempre en su literatura una especie de ternura desnuda, una capacidad que sin duda debió envidiar su amigo Pablo Neruda, que le dedicó un poema póstumo que termina, como no podía ser de otra manera con una lágrima:  “De todos los muertos que amé / eres el único viviente. // No me dedico a las cenizas: te sigo nombrando y creyendo / en tu razón extravagante / cerca de aquí, lejos de aquí, / entre una esquina y una ola / adentro de un día redondo / en un planeta desangrado, / o en el origen de una lágrima”.

Martín Redondo


Poema póstumo de Pablo Neruda a Oliverio





Oliverio Girondo


Pero debajo de la alfombra

y más allá del pavimento

entre dos inmóviles olas

un hombre ha sido separado

y debo bajar y mirar
hasta saber de quién se trata.
Que no lo toque nadie aún:
es una lámina, una línea:
una flor guardada en un libro:
una osamenta transparente.

El Oliverio intacto entonces
se reconstituye en mis ojos
con la certeza del cristal,
pero cuanto adelante o calle,
cuanto recoja del silencio,
lo que me cunda en la memoria,
lo que me regale la muerte,
sólo será un pobre vestigio,
una silueta de papel.

Porque el que canto y rememoro
brillaba de vida insurrecta
y compartí su fogonazo,
su ir y venir y revolver,
la burla y la sabiduría,
y codo a codo amanecimos
rompiendo los vidrios del cielo,
subiendo las escalinatas
de palacios desmoronados,
tomando trenes que no existen,
reverberando de salud
en el alba de los lecheros.

Yo era el navegante silvestre
(y se me notaba en la ropa
la oscuridad del archipiélago)
cuando pasó y sobrepasó
las multitudes Oliverio,
sobresaliendo en las aduanas,
solícito en las travesías
(con el plastrón desordenado
en la otoñal investidura),
o cerveceando en la humareda
o espectro de Valparaíso.

En mi telaraña infantil
sucede Oliverio Girondo.

Yo era un mueble de las montañas.

Él, un caballero evidente.
Barbín, barbián, hermano claro,
hermano oscuro, hermano frío,
relampagueando en el ayer
preparabas la luz intrépida,
la invención de los alhelíes,
las sílabas fabulosas
de tu elegante laberinto
y así tu locura de santo
es ornato de la exigencia,
como si hubieras dibujado
con una tijera celeste
en la ventana tu retrato
para que lo vean después
con exactitud las gaviotas.

Yo, soy el cronista abrumado
por lo que puede suceder
y lo que debo predecir
(sin contar lo que me pasó,
ni lo que a mí me pasaron),
y en este canto pasa¡ero
a Oliverio Girondo canto,
a su insolencia: matutina.

Se trata del inolvidable.

De su indeleble puntería:
cuando borró la catedral
y con su risa de corcel
clausuró el turismo de Europa,
reveló el pánico del queso
frente a la francesa golosa
y dirigió al Guadalquivir
el disparo que merecía—

Oh primordial desenfadado!
Hacia tanta falta aquí
tu iconoclasta desenfreno!

Reinaba aún Sully Prud'homme
con su redingote de lilas
y su bonhomía espantosa.
Hacía falta un argentino
que con las escuelas del tango
rompiera todos los espejos
incluyendo aquel abanico
que fue trizado por un búcaro.

Porque yo, pariente futuro
de la itálica piedra clara
o de Quevedo permante
o del nacional Aragón,
yo no quiero que espere nadie
la moneda falsa de Europa,
nosotros los pobres américos,
los dilatados en el viento,
los de metales más profundos,
los millonarios de guitarras,
no debemos poner el plato,
no mendiguemos la existencia.

Me gusta Oliverio por eso:
no se fue a vivir a otra parte
y murió junto a su caballo.
Me gustó la razón intrínseca
de su delirio necesario
y el matambre de la amistad
que no termina todavía:
amigo, vamos a encontrarnos
tal vez debajo de la alfombra
o sobre las letras del río
o en el termómetro obelisco
(o en la dirección delicada
del susurro y de la zozobra)
o en las raíces reunidas
bajo la luna de Figari.

Oh energúmeno de la miel,
patriota del espantapájaros,
celebraré, celebré, celebro
lo que cada día serás
y lo Oliverio que serías
compartiendo tu alma conmigo
si la muerte hubiera olvidado
subir una noche, y por qué?
buscando un número, y por qué?
por qué por la calle Suipacha?

De todos los muertos que amé
eres el único viviente.

No me dedico a las cenizas,
te sigo nombrando y creyendo
en tu razón extravagante!
cerca de aquí, lejos de aquí,
entre una esquina y una ola
adentro de un día redondo,
en un planeta desangrado
o en el origen de una lágrima.

miércoles, 1 de marzo de 2017

EL CRISTAL


Frondosa, firme, elevada como un bosque de hayas en el Otoño, untuosa como una deliciosa taza de chocolate negro a tiempo, tierna como el abrazo el regazo de esa abuela que imaginé, sentadas las dos en el porche de mis sueños: así es la poesía de Diana Bellesi.
                                                                                                                                                    Elena



Fageda d´en Jorda Olot


...cuando aquí es agosto allá es febrero



El CRISTAL


Con sereno equilibrio se va febrero
cada quien y toda la naturaleza

suspendida bajo el sol como si fuera
un capullo que reverbera en la tibieza

fresca y calma cuando se opaca la luz
y cae la noche mientras los últimos

colibríes atraviesan el follaje
agradecido de los árboles, y ellos

descansan por un momento, así mi alma
y el alma de las cosas saben de esa

melancolía, la mano amiga y cierta
de la belleza, tan entera y tan frágil

como la luna que nace en el cielo
de occidente al volverla visible al sol

en retirada y algo asciende y algo baja,
por ejemplo la dulzura de febrero

que uno a uno los vecinos halagan
con decidida vehemencia para hacerlo

todavía más hermosos reconociendo
su generosa partida que parece

decir: se va la vida y por eso la ven
radiante mis pequeños, ahora bébanla.

Diana Bellesi 

Argentina-1946

lunes, 27 de febrero de 2017

VENCIDA



Magdalena Lamri




Se parece el ocaso al morir de un poeta.

¡Gravedad de los años y los sueños vividos!
Mis horas de derrota las saboreo en paz:
es amiga la noche piadosa del vencido.

No alcanzaron mis versos esa excelencia plácida.
Lo he aceptado: nadie los leerá jamás.
Me han quedado la luna y el íntimo silencio,
los lirios y -ante todo- la mujer que he amado.

He conocido al menos el esplendor sin límite
del dolor, de la línea, del olor y el perfume...
Mi vida habré vivido igual que se recita
un poema: con arte con lentitud y ternura.

René Vivien







jueves, 23 de febrero de 2017

CON LUZ PROPIA





La madurez es aquella edad en la que uno ya no se deja engañar por sí mismo.


Las mentes pequeñas tienen pequeñas preocupaciones, las grandes mentes no tienen tiempo para preocupaciones.


El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad.


Haz siempre lo que temas hacer.


No vayas donde te lleve el camino. Ve donde no hay ninguno y deja un rastro.


Cultivar el hábito de ser agradecido por todo lo bueno que te viene, y dar gracias continuamente. Y porque todas las cosas han contribuido a tu avance, debes incluir todas las cosas en tu gratitud.



No importa cuan larga sea la vida sino cuan profunda.


El hombre debería aprender a mantenerse ecuánime. Con el fuego de la ira a sus inferiores los hace superiores a sí mismo.


Para la mayoría de los hombres la experiencia es como la luz de popa de un barco que ilumina sólo el camino que queda a la espalda.


Lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices.


No me dejes caer en el vulgar error que soy perseguido cada vez que alguien me contradice.


En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.


Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de que no lo seas, es el mayor de los logros.


Todo hombre es una divinidad disfrazada, un dios haciéndose el tonto.


Todo libro que ha sido echado a la hoguera ilumina el mundo.


El esplendor de la amistad no radica en una mano extendida, en la bondad de una sonrisa o en el placer de una compañía, sino en la inspiración del espíritu al descubrir que alguien cree en nosotros y está dispuesto a brindarnos su confianza.


El conocimiento es el antídoto contra el miedo.


La característica del auténtico heroísmo es la persistencia. Todos los hombres tienen impulsos erráticos, momentos puntuales de generosidad. Pero cuando has decidido ser grande, cumple contigo mismo y no trates de reconciliarte con el mundo. El heroico no puede ser común, ni el común heroico.


El hombre es un pedazo de universo hecho vida.

A los hombres les encanta maravillarse. Esto es la semilla de la ciencia.


Aquello que habita en el pasado y aquello que habita en el futuro es solo una pequeña cosa comparado con aquello que habita en nosotros.


Termine cada día y olvídelo. Usted hizo todo lo que pudo, equivocaciones o torpezas pudieron cometerse. ¡Olvídelas enseguida! mañana será un nuevo día y usted tiene que empezarlo lleno de vigor y serenidad.


La única manera de hacer un amigo es serlo.


Nada grande se ha realizado nunca sin entusiasmo.


Más podemos conocer de una persona por lo que ella dice de los demás que por lo que los demás dicen de ella.


Medite al atardecer mirando las estrellas y acariciando a su perro es un remedio infalible.


Gravaté esto en tu corazón, cada día comienza en nosotros un año nuevo, una nueva vida.


Todo escritor es un explorador, cada paso lo adentra en territorio desconocido.


Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.


Las buenas formas están hechas de sacrificios insignificantes.


La única persona que estás destinado a convertirte es la persona que decides ser.


Por cada minuto que estás enojado pierdas sesenta segundos de felicidad.


Los años enseñan muchas cosas que los días nunca supieron.


Caracter firme es aquel que puede continuar sin éxitos.



  El éxito

Reír mucho y a menudo, ganarse el respeto de las personas inteligentes y el aprecio de los niños; merecer el elogio de los críticos sinceros y mostrarse tolerantes con las traiciones de los falsos amigos; saber apreciar la belleza y hallar lo mejor en el prójimo; dejar un mundo algo mejor, bien sea por medio de un hijo sano, de un rincón de jardín o de una condición social redimida; saber que al  menos un vida ha alentado más libremente gracias a la nuestra; eso es haber triunfado.

Ralph W.Emerson

miércoles, 22 de febrero de 2017

ELIJO SER NADIE


EPOPEYA DE LA NEGACIÓN





No quiero murmurar nostalgia,
repetir desolación, 
lamer el vano sortilegio de un lenguaje.
No quiero estos fastuosos resúmenes:
un vacío que llamamos vida
y que puede ser dificultad o cobardía
o vergüenza de ser nada, 
la lenta profanación de ser solamente, 
acumular minúsculas traiciones, 
inútil movilidad.
Alguien canta falsos estíos
o un mundo sonriente que no existe,
porque hay que fingir un altísimo solo, 
desconocer una triste marea y su naufragio.
Alguien cambia mentira por amor
y todo es la fábula de una puñalada
o desaparición total.
La realidad describe sonrientes fotografías:
un himno infatigable a los jefes de la destrucción.




No quiero murmurar hojas,
repetir antiguos paisajes o sentimientos perdidos,
no quiero aceptar vagas reverencias o sumisiones,
mezquinas ganancias,
un mundo aferrado a la vejez, al miedo, al trueque.
Elijo ser nadie,
ser pobremente yo,
disiparme en verdad,
aunque el precio sea volverme
y no contemplar un hervor que me mira y me
conquista,
aunque el precio sea esta soledad,
esta soledad.


Betina Edelberg




martes, 21 de febrero de 2017

ALUMBRANDO CAMINOS Gil de Biedma

Renunciar a dejar huella, a ceder tu bocado, a soltar el caballo que ya no puedes montar; cuestionarte el valor de los aplausos... callar la boca y los sentimientos, ¿y qué más? ...    




Kwangho Shin




   NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma



En memoria y recuerdo de Gil de Biedma en el 25 aniversario de su fallecimiento. Este enlace nos acerca al conocimiento de su persona y su obra intemporal. Entrar

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