miércoles, 15 de junio de 2016

CAJÓN DE HAIKUS DE AURELIO HUGUET






Cae al suelo,

como la flor herida,

la luz del día.



Suenan las flautas

del vendaval que aúlla

entre las cañas.

La mente inquieta

piensa, controla y corre;

exhausta queda.

La lengua bífida

no dice dos mentiras,

miente al cuadrado.

En sinfonía:

marrones, verdes y ocres,

notas de Otoño.
Atardecer,

brasa crepuscular

en el poniente.
Azul marino,

color de Costa Brava,

y el verde pino.
Ciertos políticos

mienten cuando respiran

o no respiran.
Tiempo y espacio,

en la visión del alma,

espejo falso.
La mente quieta

se llena de energía,

observa y crea.

¿Por qué será

que unida a la ignorancia

va la arrogancia?

En la vereda

álamos tiritando,

viento de otoño.

Me rindo al sueño,

sensación placentera,

sopor de siesta.

Tiempo es espacio

como el espacio es tiempo,

dijo el reloj.
Aunque me esfuerzo

no dice miau mi perro.

¡Qué desespero!
Blanco velero

surca, en viento invisible,

el mar azul.
Gorjeo de agua,

en cantarina fuente,

solaz deleite.
La vida en cuanto

te abandonas a  ella,

se te revela.
Mi ser se expande,

bóveda de silencio,

paz y sosiego.

Tic, tac,  dice el

reloj y el corazón:

amor, amor.
Tras la tormenta,

el cielo queda limpio,

recién lavado.

Mi gato Lucky

es mi mejor pareja,

nunca se queja.

Eres semilla,

proyecto de futuro,

chispa de vida.
Las olas rompen

en espumas de plata

sobre la arena.

Reclama el loro

su chocolate rico

a puro grito.

El trigo verde,

dormido y frío, espera...

la Primavera.

Vuelve de nuevo

todo lo que dejamos

sin resolver.
Sábanas blancas

arropan las montañas

en el invierno.

Coliflor de agua

en el huerto del cielo:

Cúmulo-Nimbo.


Con su blancura

ilumina la noche,

faro de Luna.

Se adorna el cuerpo

con floreadas telas

la Primavera.



Aurelio Huguet



martes, 14 de junio de 2016

CODO A CODO CON LA BELLEZA


EL SILENCIO DE LAS FLORES Y SU EXTRAORDINARIA BELLEZA,  CAPTADAS POR MI CÁMARA Y MI PACIENTE IMPACIENCIA POR INMORTALIZARLAS EN BONITAS INSTANTÁNEAS
ESPERO QUE OS GUSTEN 




























 




































































viernes, 10 de junio de 2016

TENER UN JARDÍN ES DEJARSE TENER POR ÉL



He construido un jardín para dialogar
allí, codo a codo en la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón.





Tener un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno movimiento de
 partida. Flores, semillas y
plantas mueren para siempre o se renuevan.


Diana Bellesi



He construido un jardín...

He construido un jardín como quien hace
los gestos correctos en el lugar errado.
Errado, no de error, sino de lugar otro,
como hablar con el reflejo del espejo
y no con quien se mira en él.
He construido un jardín para dialogar
allí, codo a codo en la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón.
Deja el equipaje repetía, ahora que tu cuerpo
atisba las dos orillas, no hay nada, más
que los gestos precisos
dejarse ir para cuidarlo
y ser, el jardín.
Atesora lo que pierdes, decía, esta muerte
hablando en perfecto y distanciado castellano.
Lo que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía
que te allega, a la orilla lejana de la muerte.

Ahora la lengua puede desatarse para hablar.
Ella que nunca pudo el escalpelo del horror
provista de herramientas para hacer, maravilloso
de ominoso. Sólo digerible al ojo el terror
si la belleza lo sostiene. Mira el agujero
ciego: los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en el espejo frente al cual, la operatoria carece
de sentido.

Tener un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno movimiento de partida. Flores, semillas y
plantas mueren para siempre o se renuevan. Hay
poda y hay momentos, en el ocaso dulce de una
tarde de verano, para verlo excediéndose de sí,
mientras la sombra de su caída anuncia
en el macizo fulgor de marzo, o en el dormir
sin sueño del sujeto cuando muere, mientras
la especie que lo contiene no cesa de forjarse.
El jardín exige, a su jardinera verlo morir.
Demanda su mano que recorte y modifique
la tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo la noche helada. El jardín mata
y pide ser muerto para ser jardín. Pero hacer
gestos correctos en el lugar errado,
disuelve la ecuación, descubre páramo.
Amor reclamado en diferencia como
cielo azul oscuro contra la pena. Gota
regia de la tormenta en cuyo abrazo llegas
a la orilla más lejana. I wish you
were here amor, pero sos, jardinera y no
jardín. Desenterraste mi corazón de tu cantero.
Diana Bellessi























jueves, 9 de junio de 2016

EL ENCUENTRO CON LA POESÍA

Descubro cada día con asombro y fascinación los numerosos  lenguajes de la poesía. La encuentro y me encuentra en tantos y tantos actos de mi vida cotidiana que me siento feliz y agradecida por este maravilloso hallazgo.


Dee Nickerson

Agradezco poder expresar a través de la poesía -género literario a mi entender desvalorizado- lo que el corazón me duele,  o la soledad que llevo contabilizada, las palabras que nunca dije, o  las que me gustaría escuchar y aun espero, mis conversaciones con las peonias esperando la primavera o el elegante caminar de mi gato. . . Las  desesperanzas, mis duelos, si me quiere o no la margarita cuando la deshojo, lo que en voz velada pienso, las voces de las que  me hago eco: con las que aprendo y comparto, esperar en los obligados silencios. De todo puedo hablar con la poesía, puedo contar enmudecida lo que me paraliza la belleza,   decir  que amo en terreno acotado, que entre acto y acto  sufro de miedos, que escucho  el bombeo de otros latidos y que cuando los siento me sobran razones propias y ajenas,  que me gusta la poesía de Sabina, la que canta, la que denuncia, la que delira, la de la voz resquebrajada. . .

Finalmente cuando contemplo hermosas imágenes como estas que os dejo también experimento el palpitar y la belleza de la poesía, y con ella me recreo y paseo por todos los paisajes de la verdad y la belleza.   




POESÍA AUDIOVISUAL
  
Gregori Colbert

  

miércoles, 8 de junio de 2016

LA EXPRESIÓN DEL SILENCIO

Helene Schjerfbeck



Mi padre solía decir:
"La personas superiores jamás hacen visitas largas;
no hay que enseñarles la tumba de Longfellow,
ni las flores de cristal en Harvard.

Autosuficientes como el gato
(que se lleva la presa a su rincón,
con el rabo fláccido del ratón colgándole de la boca como un cordón de zapato),
a veces disfrutan de la soledad,
ya que se pueden quedar sin habla
al oír palabras que les hayan encantado.

El sentimiento más profundo se expresa, siempre, en silencio;
no en el silencio, sino con discreción".
Tampoco dejaba de ser sincero cuando decía: "Haz de mi casa tu posada".
Las posadas no son domicilios.

Marianne Moore

domingo, 5 de junio de 2016

CUÉNTAMELO OTRA VEZ



Escultora-Pascale Archambault

Cuéntamelo otra vez: es tan hermoso

que no me canso nunca de escucharlo.

Repíteme otra vez que la pareja

del cuento fue feliz hasta la muerte,

que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera

se le ocurrió engañarla. Y no te olvides

de que, a pesar del tiempo y los problemas,

se seguían besando cada noche.

Cuéntamelo mil veces, por favor:

es la historia más bella que conozco.

Amalia Bautista
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