martes, 19 de julio de 2022

POEMA PARA LUCIA




Poema en recuerdo de los diez días de verano que pasé en a Coruña en casa de Lucia, rodeada de sus cosas y de sus libros. Ella mientras, estaba en la mía, en nuestra casa de Sitges. Hace apenas nada que nos conocimos por un Chat asociado, fue por aquellas causalidades, que la vida te pone delante personas y cosas que estás buscando y necesitas, las que manejan su vida y la entienden como tu lo haces, con las que comunicarse es fácil y gratificante.

Como todo lo que es importante y bueno, no permanece, se  hace líquido y se escapa como el agua entre las manos,  pronto se desvanece la experiencia vivida  y pronto pasará a la página del olvido, no así en la piel, en la que habrá dejado una marca indeleble a modo de caricia y una sonrisa en nuestra historia particular y en nuestro rostro. 

Este poema inspirado en otro de K.Irribarren, es para ti Lucia, que se que me entiendes, no solo porque es tu oficio,  si no porque esa semilla que traías al nacer creció como la mía, en medio de mucha oscuridad. Y por eso damos gracias. 


POEMA PARA LUCIA

Te sientas en la terraza

en la mañana temprano,                                          

con una taza de café en tu mano,

o  quizás atardeciendo

te sirvas una cerveza tostada

fresca y espumosa.


A pocos metros de ti

unos pájaros revolotean y cantan

en lo alto de un pino,

niños y niñas juegan en la piscina

se tiran agua, chapotean

ríen, se pelean...

te llevas a la boca un saladito,

con la otra mano acaricias a chiqui

el, paciente, te escucha sinérgico y atento,

todo lo tuyo le interesa.

Le gustas.

Degustas, ensalivas,

respiras profundamente;

el placer está servido,

la lectura, 

la compañía, cómplice locura la tuya

con la de Rosa Montero

"El Peligro de estar cuerda":

yo, tampoco lo quiero.

Apuesto por el error,

aunque a veces suicida,

es más auténtico,

más valiente. 


Yo te leo a ti Lucia

te percibo íntegra, humana y entera,

no a cachitos,

me identifico con "la niña interior"

de la que tanto sabes y nos cuentas

y, entre medias

leo poesía

de otra alma desgajada

como la mía:

Karmelo Irribarren

otra voz disonante

por sincera, nada cuerda.


Aprovecha este momento

de transformación increíble Lucia,

todo en ti florece,

pronto será tiempo de recogida.

 

Cierra los ojos,

piensa:

"esto es lo más parecido a la felicidad"

luego cuando los abras

y veas un hombre sucio y descuidado,

frente a tu casa,

hurgando en las basuras

con un palo,

apresúrate a retirar deprisa

el contenedor de tu vista.


Elena Larruy


sábado, 11 de junio de 2022

LA FORJA DE UNA SONRISA




No todo el mundo nace con una sonrisa en la cara, como fue mi caso. Me esforcé en darlo todo sin ese atributo, para que las puertas se me abrieran más fácilmente y la vida fuera más condescendiente conmigo. Tanto me esforcé que acabé sonriendo cuarenta años, de ocho a tres de la tarde, empleada en un Banco del paseo de Gracia. El hecho forzado de mi ornamentada sonrisa al final tuvo su recompensa: me dio voluntad y carácter.  
Me enseñó que no es que me faltara la sonrisa en aquellos tiempos,  es que la auténtica, la genuina,  la tenía girada y sonreía para adentro. Con esa luz no tan contaminada iluminaba mi existencia. 
Los años, con su visión de larga distancia, nos dan conocimientos útiles y, respuestas definitivas. A la edad adulta que yo tengo ahora, sé con seguridad cómo se forja la sonrisa en la cara. Sé que hay varias de ellas, unas son naturales otras automáticas, otras forzadas. Me viene a la memoria grandes sonrisas como la de Blanca Fernández Ochoa, la de Verónica Forqué o la de Ivón Reyes a la que recientemente escuché decir, que su sonrisa era fingida, que el hecho espontáneo de su sonrisa lo había heredado de su padre, pero que la mayoría de veces tras esa sonrisa, se escondía otra: la Ivón temerosa e insegura. Su sonrisa era fingida, un escudo protector.
La sonrisa cuando no es de cortesía, muchas veces, no es más que una pose, un mecanismo de conveniencia defensivo, para mostrarnos más seguros ante los otros, para ocultar nuestros verdaderos sentimientos... También la seriedad puede ser otro mecanismo de defensa. Nada es lo que parece, una vez más.


LA FORJA DE UNA SONRISA

No fue fácil quererme 
por mi dulzura
ni mi voz párvula.
La chispa de mi gracia
no brilló en cielo abierto.
Ningún maestro
puso precio a mi talento.
Mi sonrisa fraguó
en enrejada forja
de silencios.

Tampoco yo quise
a cualquier precio,
ni ajusté a mi pecho
dolorido
abrazos huecos
Ni até más lazos 
que los justos.

Por fortuna fui amada
y quise sin voluntad
con la misma fortuna.

Me hice mayor
antes que niña
crecí deprisa
para ocuparme de ella
ea ea ea 
no estás sola
mi pequeña
le decía y le cantaba nanas
y la enseñaba a escuchar
otras voces en ella. 

Asumí el papel de una madre,
de quererla
de consolarla
de enseñarle todo cuanto sabía
hasta que por edad
me cogiera.

Aprendí en horas nocturnas
a improvisar remiendos
a conquistar deseos
a merecer cuanto me llegara,
Aprendí del dolor
y de las cosas feas
y empecé a soñar,
y a recoger su cosecha.

Con los desechos del vivir
construí una gran torre,
piedra a piedra,
para seguir viviendo
mejorada,
en mi fortaleza.
                                                           
Hoy la diosa Artemisa que fue
se desmiembra
como un busto griego
en un jardín de invierno.                          
Se ahoga por dentro
para que nadie la vea llorar,
para que nadie cercano
se vaya más lejos.

Siente la pérdida
y el derrumbe de sus formas.
Se dice que todo está bien,
se desmiente, se contradice
escribe para saber lo que piensa,
y se ausenta,
desaparece emboscada
en tristezas areniscas,
hacia el gran silencio.

Elena




martes, 19 de abril de 2022

TODA TÚ

Marc Chagall


Para elevar el alma,
la poesía es necesaria
Edgar A. Poe


SÓLO TÚ MISMA EN EL ACTO

Extendida, carnosa, húmeda.
Un temblor sin lapso.
Sin equívoco.
Torbellino en torno de la flor de blando terciopelo, acorazonada, que nace del clima de tus piernas como un grito nocturno. Flor que se liba.
Sombra de flor. En la sinfonía ciega de las corrientes, lozana forma de mis manos sin ojos. Cuerno remoto de los rendimientos.
Llego navegando ondulaciones desesperadas. Soy dichoso.
¿Cuál es el color de esta fruición desencadenada, cómo llamarla, qué dios nos ha entregado esta conjunción? Me iré, Venus, me iré, pero antes quiero apurar la copa. Ahogar los límites mollares, sofocar los cerrojos albeantes, vencer la sombra leda de la desnudez, sacrificar el sonrojo numerado.
No me marcharé hasta que esta vegetal confusión de ondas no se haya cumplido. En tanto mi animal lamedor no esté sosegado.
Amo los blandos linderos de inefable tinte, ondulantes en la selva enana y espléndidamente libre que sobresale de tu cuerpo como mil vocecillas frutales, el letífico aroma, el muelle calor, el ansioso tremar. Toda tú, adunada por mareas geométricas, a mi piel. Toda presión, jadeo, huida, retorno, blancor, demencia. Nadadora. Extensión que amamanta mi vicio. Sombra del láudano bajo mi pesado tiempo.
No partiré sin llevar una hora feliz en la corola, giradora, vencida y celante de los ojos que como al sol te reciben.

Rafael Cadenas





viernes, 1 de abril de 2022

LAS DOS MIRADAS



                                              Pablo Picasso

Como decía Thomas Edison, no he fracasado, he encontrado diez mil formas que no funcionan. Yo también encuentro a cada paso que doy infinitas formas que no funcionan, y no se que hacer con tanto desperdicio más que desesperarme; así es como vivo mi particular tragedia al enfrentarme a la pérdida de cada día, donde todo a mi alrededor se acelera y desmorona mientras yo me voy volviendo más lenta y pequeña. Nadie nos enseña a morir lentamente. Asistir a ese duelo propio y ajeno, llevarlo con arrojo y dignidad,  es como arrastrar una pesada maleta sin ruedas. 

Cada mañana cuando me despierto encuentro la paz en esas horas tempranas, junto a una taza de café muy calentito. Abro mi ordenador, leo o escribir lo que pienso, y siento, eso me ayuda a estar mejor. En ese momento, antes de que se enturbie el día de ruidos,  puedo ordenar mi caos interior, decir quien soy con mente clara y pensamientos limpios. Es con diferencia mi tiempo néctar, la hora y el espacio que más disfruto, nunca me decepciona. 

Cada día que pasa soy otra distinta -nunca somos los mismo que ayer- las experiencias nos cambian,  aunque el mundo que se pasea por mi ventana le de lo mismo. Yo lo miro con la misma indiferencia -con mi vista cansada-, y no pasa nada, la compasión no está bien vista: es todo cuanto pasa: nada, nunca pasa nada. Hay días que pese a toda apatía y desinterés le sonrió, pues aun llevo brasas encendidas por dentro.  Vivir me gusta muchos días, otros no,  me parece tan fascinante como cansino. Esa soy yo. Desde esas dos miradas, una de ellas empañada, vivo mi existencia adulta. En los otros coetáneos de mi edad veo lo mismo,  aunque muchos lo disimulan o no quizá no se retuerzan el corazón como yo lo hago. Los hay cuyo dolor es más de cabeza, de hígado, de rodilla, de familia, de bolsillo... no tan emocionales, pero todo al fin y al cabo son consecuencias del vivir: como lo es volverse despistado, desmemoriado, desentendido, desmotivado, desfallecido, decepcionado... Demasiados "des" -veinticuatro siete, como se dice ahora-.

Cuando la vida se ha visto del derecho y del revés, no hay viaje placentero de regreso para la persona adulta, sólo hay sentencia y resignación desde los asientos de tercera clase donde nos coloca la sociedad.  Lo vi antes en los que me precedieron, lo veo ahora en los amigos, que por edad van un poco por delante, lo veo en mi misma. Me resisto y me retuerzo en ese incómodo asiento reservista esperando pesares y achaques. Pese a todo, confío en que algo me salve o me anime la existencia, algo que me de brillo y aliento, valor: una alegría, un entusiasmo en forma de llama viva. Mis padres ya no están.

Y mientras voy y vengo, por la vida, con mi antorcha semi apagada, sin más intención que hacer la cama -sin arrugas-, poner una lavadora en la franja horaria menos cara o contestar a los  whatsapp que recibo: aguardo que el capricho del azar me sorprenda por caridad -aunque nada más sea- y me haga vibrar en ilusiones nuevas que me rescaten del ostracismo donde me encuentro.  Abro el frigorífico, cojo la confitura de naranja amarga que hice ayer y mientras la extiendo sobre la tostada con mantequilla pienso que haré de comer hoy para mi marido. Cada día la misma rutina, el mismo panorama desconchado, solo me consuela el hecho de pensar que ya no tengo que salir al trabajo ni recibir órdenes de nadie. Me asomo a la terraza buscando algún indicio de actividad en el cielo, o en mis macetas, algo que me de color, brillo, que inspire lo que escribo. Hablo con mis preciosas orquídeas, blancas y amarillas, atraída de su pureza. Me reúno con mis muertos y les pido disculpas por mis torpezas, les digo que les quiero, les pido que me protejan como cuando era niña.

Me esfuerzo en que la vida sea buena y bella, le quito hierro a los asuntos, le pongo paciencia y buenos pensamientos, me desespero con la trabas y barreras, el tiempo que me ocupan los trámites de las gestiones por internet, imposible hacer nada sin registrarte, inventarte una clave y abrir sesión.  Espero a mi marido para contarle las naderías de la mañana: me escucha a medias y no me extraña. Barro escombros, corrijo letras y vuelvo a mirar al cielo buscando alguna explicación, y solo veo nubes pasar con ligereza sin ningún atisbo de culpa que nada me cuentan. El sol calentará un día más, o no, me hará un guiño o no, y yo me enquistaré o no un día más por la encrucijada de las horas, esperando encontrar mi sitio, mi modo de estar mayor entre la gente adulta, de insistir en mi común tragedia, mientras me debato por dentro si seguir persiguiendo logros y aciertos que den un sentido de valor a mi vida, o pedir hora al Psicólogo para que me ayude a poner nombre a todo este regusto a óxido en la boca que la edad me deja. 

Elena


SOY UNA MUJER

Nadie puede imaginar
lo que digo cuando estoy silente,
a quién veo cuando cierro mis ojos,
cómo me enajeno cuando estoy enajenada,
aquello que busco cuando estiro mis manos.
Nadie, nadie sabe
cuando estoy hambrienta, cuando hago un viaje,
cuando camino, y cuando estoy perdida.
Y nadie sabe
que mi ida es un retorno
y mi retorno es una abstención,
que mi debilidad es una máscara
y mi fuerza es una máscara,
y que lo que viene es una tempestad.

Ellos piensan que saben
así que los dejo pensar,
y yo transcurro.
Ellos me pusieron en una jaula, así que
mi libertad debe ser un regalo de ellos,
y debo agradecerles y obedecerles.

Pero yo soy libre ante ellos, después de ellos,
Con ellos, sin ellos.

Yo soy libre en mi opresión, en mi derrota.
¡Mi prisión es lo que quiero!
La llave de la prisión es su lengua,
pero su lengua está enrollada alrededor de los dedos
de mi deseo,
y mi deseo no lo pueden nunca dirigir.

Soy una mujer.
Ellos creen que poseen mi libertad.
Yo dejo que se lo crean,
y transcurro.

Joumana Haddad


martes, 22 de marzo de 2022

EL SILENCIO COMO INSPIRACIÓN Y FUENTE DE FORTALEZA




    Celebro la reflexión del audio que me enviaste hace unos días cuando ibas a tu Master de los viernes querida amiga. Quise contestarte en el mismo momento y no pude; lo hago ahora así. Espero que no te importe. Te diré para empezar que aplaudo tu decisión de alejarte de aquello que no te conviene, si de verdad es así.
    Cuando yo te decía, la última vez que nos vimos, la necesidad del silencio, no me refería a mi persona, me refería en general a la necesidad que tenemos todos los seres humanos de mejorar nuestras vidas mediante el silencio; el mismo silencio del que tú me hablas ahora que decides distanciarte y cortar con determinados círculos en redes sociales, con personajes  que no te convienen ni aportan valor, nada fresco y renovador a tu inteligencia despierta, activa y reflexiva. Lo decías de alguna manera: allí donde pones tu atención, en eso te conviertes. Siempre es así, pudiendo elegir ¿por que estar con los dormidos, los lerdos, los insulsos, con  los insultantes colectivos de redes que empobrecen la conciencia y aborregan el instinto?,  a los que tampoco tenemos nada que ofrecer, porque nada quieren.
   Los grupos, adocenados, se comportan como no debieran,  no son cooperativistas ni tienden a la unión, siguen patrones de pensamiento de doctrinas y consignas impuestas, no invitan a la reflexión ni a la escucha, finalmente no nos llevan a ninguna parte. Por el contrario el trabajo personal y el compromiso para con uno mismo es el trabajo y el compromiso con el resto, esa es nuestra aportación de valor a la sociedad.  La experiencia me dice que es así, que se hace desde el aval silencioso de la observación, el estudio  y la reflexión. Un mundo más cuerdo requiere solvencia y solidez de ideas y argumentos. Me importa la alegría, me importa el bienestar de la humanidad, me importan valores a la baja que no cotizan en los mercados bursátiles.
    Nuestro esfuerzo por querer convencer a los otros es inútil, con tanto ruido y vocerío. Tanta  banalidad, tanta necedad mercantilizada de imberbes e influencers puesta en escena para no parar la máquina de hacer dinero de los que manejan la información y las riquezas,  los hilos de un capitalismo tan consentido como corrupto.  Pero cierto es que de todo podemos aprender,  aunque solo sea para saber dónde no poner la atención ni la mirada, donde no perder nuestro preciado tiempo.
    Nos equivocamos cuando corremos a contar al otro lo cierto de aquello que acabamos de descubrir, en lo errados que están sus determinados posicionamientos. Nadie convence a nadie. Influyen las conductas y los ejemplos. Convence la experiencia. Nos decantan las razones que vienen de gente con manos limpias, nos seduce la bondad, la inteligencia, los actos amorosos:  eso debería bastarnos.   
    Tenemos excesiva información, tanta que nos enturbia y embrutece, que nos provoca ansiedad, porque así se encargan algunos -los de siempre- de que sea. Lo sabemos. Sabemos cerca de quien queremos estar, quien nos dice la verdad, quien nos miente, quien no nos conviene. Sabemos cómo nos manipulan como humanidad. Todas esas razones me llevan a defender  el acierto del trabajo personal individual bien hecho. 
    Cuando la información es excesiva y atronadora, como es ahora, se distorsionan las señales de lo auténtico, de lo adecuado y conveniente y nos lleva a actuar como pollos descabezados unas veces, otras como un rebaño sumiso. Lo vemos y vivimos cada día.  
   Tu Raquel eres una privilegiada en cuanto a tus capacidades: absorbes la información con mucha avidez, eres rápida, enérgica, despierta y muy curiosa, enseguida sacas conclusiones que te cuestionas. Te gustaría que enseguida se dieran los cambios necesarios, no entiendes que no sea así, pero también sabes que hay intereses poderosos que lo impiden, que nos atan las manos, que nos ciegan la vista. No dejes que toda esa basura que nos rodea te distraiga ni te desvíe de tu camino.
   Tu sola llegas a la conclusión, aunque me lo digas con otras palabras, de la  necesidad de retirarte hacia otra luz. Esa luz que nos ilumina y nos encuentra cuando la estamos buscando, cuando nos retiramos en la quietud y la meditación. Cuando pedimos, cada uno a su Dios particular, que queremos ser tocados por su inteligencia y su bondad, que queremos su influencia, por el bien de todos nosotros. A ese silencio me refería; al silencio que pone en orden nuestras vidas, las mejora y las hace más fáciles. 
   Aunque nosotros, por fortuna, no vivamos el drama terrorífico de una invasión rusa, como el pueblo de ucrania, llevemos en nuestra alma silencio y acogida. Algo bueno crecerá seguro.  Ellos llevan girasoles en sus bolsillos. 
Mi más afectuoso abrazo Raquel 


A la mente que está quieta, el universo entero se rinde. Frases de Lao Tse



La vida es una serie de cambios naturales y espontáneos. No te resistas a ellos, eso solo crea dolor. Deja que la realidad sea realidad. Deja que las cosas fluyan naturalmente hacia adelante de la manera que quieran.

Aquel que puede conquistar a los enemigos es fuerte. Aquel que se ha conquistado a sí mismo es poderoso.

El agua es suave y dócil. Pero mina y corroe lo duro. En el vencimiento de lo duro, ella no tiene iguales. Lo suave y lo tierno vencen a lo duro y lo grosero.

La violencia, aunque bien intencionada, siempre rebota sobre uno mismo.

El que camina a grandes zancadas no irá muy lejos.

Si eres flexible, te mantendrás recto.

Quien interfiere en asuntos ajenos y encima habla demasiado se vuelve insoportable para los demás.

En el centro de tu ser tienes la respuesta; sabes quién eres y sabes lo que quieres.

El conocimiento es un tesoro, pero la práctica es la clave para ello.

Deja de pensar, y termina con tus problemas.

Cuando te des cuenta de que lo que haces a otro, te lo haces a ti, habrás entendido una gran verdad.

Toda acción provoca reacciones.

La amabilidad en palabras crea confianza. La amabilidad en el pensamiento crea profundidad. La bondad de dar crea amor.

El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil.

Que tu cuerpo y tu alma vital estén unidos en un abrazo sin separación.

Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe. El que está satisfecho con su parte es rico.

La naturaleza no se apura, sin embargo todo lo logra

La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.

Lo blando vence a lo duro; y el débil al fuerte.

Para conducir la gente, camina detrás de ellos. Y el respeto conlleva el bienestar. El bienestar contribuye al proceso creativo.

El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.

El silencio es una fuente de gran fortaleza.

Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.

Dominar a otros es fortaleza. Dominarse de sí mismo es el verdadero poder.

Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie.

Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.

No hay mayor peligro que subestimar a tu oponente.

Aquel que conoce a las personas es razonable. Aquel que se conoce a sí mismo es iluminado.

El que mucho promete rara vez cumple su palabra.

¡No busques exhibirte! La persona sabia que ha conocido su esencia superior no se entrega al narcisismo ni se enaltece.

Cuanto más lejos se va, menos se sabe.

Haz las cosas difíciles mientras son fáciles y haz las grandes cosas mientras son pequeñas. Una jornada de mil millas debe comenzar con un sólo paso.

El amor es de todas las pasiones la más fuerte, ya que ataca al mismo tiempo la cabeza, el corazón y los sentidos.

Los caminos pueden ser guías, pero no senderos trazados.

Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes.

Sólo zarpas y espinos nacen en el lugar donde acampan los ejércitos. No te quejes de sufrir, que así aprendes a socorrer.

Grandes actos se componen de pequeñas obras.

El sabio siempre gana, porque no compite.

Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.

El que sabe que suficiente es suficiente siempre tendrá suficiente. Saber que no se sabe, eso es humildad.

Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad.

El mejor luchador nunca se enfada.

Ser profundamente amado por alguien te da fortaleza, mientras que amar profundamente a alguien te da coraje.

Si no cambias la dirección, puedes terminar donde has comenzado. Una hormiga en marcha hace más que un buey durmiendo.

El hombre sabio no acumula.

Cuanto más da a los otros, más obtiene él mismo. El sabio no enseña con palabras, sino con actos.

El que sabe no habla, el que habla no sabe.

No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás. Un buen caminante no deja huellas.

Cuando dejo de ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. La manera de hacer es ser.

He aquí mis tres tesoros. Guárdalos bien. El primero es la piedad; el segundo, la frugalidad; el tercero, la negativa a ser la primera de todas las cosas bajo el cielo.

Cuando estás contento con ser simplemente tú mismo y no te comparas o compites, todo el mundo te respetará.

Alégrate con lo que tienes; regocíjate de cómo son las cosas. Cuando te des cuenta de que no falta nada, el mundo entero te pertenece.

Debido a un gran amor, uno es valiente.

Gobierna mejor quien gobierna menos.

Quien pretende el dominio del mundo y mejorar éste, se encamina al fracaso.

El mundo es tan sagrado y vasto que no puede ser dominado. Quien lo domina lo empeora, quien lo tiene lo pierde.

Si practicas la equidad, aunque mueras no perecerás.

Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.

Un hombre con coraje exterior se atreve a morir; un hombre con coraje interior se atreve a vivir.




sábado, 19 de marzo de 2022

LA VIDA DETENIDA




Alguna vez, de pronto, me despierto

Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
un dolor que está siempre, agazapado,
por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
lleno de mis imágenes,
de rostros polvorientos.

Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
la soledad es siempre el compañero
que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
que dobla y que golpea,
que rebota en las sienes y en la nuca
y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
de que ya sea demasiado tarde
para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
perdidas, sin recuerdo,
tantas palabras que no fueron dichas,
tantos gestos.

Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
fue una ardiente rebelde,
se desolló las manos y la vida
por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
era dura, malévola,
avara de ternura, con la boca
mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía…
Qué importa
lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
mientras algún dolor -un dolor, siempre-
va hincando sus agujas en mi cuerpo,
abro las manos en la sombra dulce
para atrapar mi soledad, de nuevo,
y me quedo a su lado, sin moverme,
con los ojos abiertos
la vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.

Julia Prilutzky
Poeta nacida en Ucrania


LA DESOLACIÓN
LA PÉRDIDA
LA INCERTIDUMBRE
EL DESGARRO
EL LLANTO
EL VACÍO
LA FRUSTRACIÓN
LA HUIDA
LA TRISTEZA
EL DUELO
EL DOLOR
EL DESCONCIERTO
LA INMENSA HERIDA
LA DESPEDIDA
LA INJUSTICIA
LA SOLEDAD
LA SEPARACIÓN
LA DESESPERANZA
¿QUE MÁS LE CABE ESPERAR AL PUEBLO UCRANIANO?

 



domingo, 13 de marzo de 2022

Y ME VOY


Flor de Diente de león



Y ME VOY

Como diente de león
que al aire cede
el lugar que ocupa.

Como pétalo escarlata
que abandona su flor
sin herida.

Como hojas de menta
enhebradas
en verde rama 
marchita,
desgajo mi esencia fruncida
y me voy,
abandono mi nombre
y mi casa.

Elena Larruy



La segunda versión de este poema que acabo de escribir habla de la fragilidad y la transformación. De cómo la vida se nos escapa poco a poco y dejamos de pertenecer a un cuerpo y a su identidad. En su momento lo inspiró la lectura del libro de poemas En voz baja, de Carlos Nadal Gaya. A muchos os sonará este nombre del que durante muchos años fue Redactor jefe de Internacional y de Opinión de La Vanguardia, desde el año 1976 hasta el 2010, publicó una columna dominical sobre política internacional, bajo el epígrafe Week-end político mundial. Fue también profesor de literatura Hispana y de Política Internacional. Un hombre de gran cultura y un extraordinario ser humano cuentan los que le conocieron.

En la intimidad escribía poesía. Para nadie era conocida esta faceta suya. Fue a su muerte que su familia reuniera sus poemas y dedicaran a su memoria este pequeño libro de poesía que recoge la fragilidad de las personas, la humildad del ser: del suyo.
Carlos Nadal cultivó la atención de las pequeñas cosas, poniendo de manifiesto el hondo y callado sentido que tenía de la vida. 


domingo, 6 de febrero de 2022

COSAS QUE HE APRENDIDO EN ESTE VIAJE

   



     Una, a estas alturas de partido se da cuenta que las promesas de fin de año están vencidas, que lo que ayer era verdad hoy es un fake, que todos nosotros somos falsos, falsos y torpes en alguna medida, que damos naturalidad a la mentira, que los maestros no existen si no hay voluntad de aprender, que somos esclavos de un sistema corrupto que nos domina y esclaviza sutilmente; rebaño de ignorantes, panda de inconscientes dominados por la verdad de un televisor.  

     Una, a estas alturas de carrera ha aprendido que "el dinero es el puto amo del mundo". Que la enfermedad y la pobreza son necesarias para sostener el imperio basura donde vivimos. ¡Esto es  una escuela, un instituto, una universidad... no una granja bovina!. Que las certezas son cuestionables, que la verdad se hace pequeña y líquida en nuestras manos,. Somos temporales, estamos siempre de paso; seres cambiantes, como un paisaje en marcha que se renueva en cada estación,  por eso nunca acabamos de conocernos ni estamos encantados de hacerlo, porque nunca somos los mismos que ayer, salvo aquellos que viven como muertos en los sótanos de sus vidas. Cada experiencia nos transforma.

     Una, estas alturas de programa sabe que en el presente todo es posible,  funciona, acciona una manera de vivir a voluntad, podemos cambiar memorias dolorosas,  podemos proyectar futuros, diseñar destinos, "ser nosotros los putos amos". Porque somos energía en acción, porque tenemos voluntad, amor, determinación: es cierto, lo tengo testado.

     Una, a estas alturas de viaje ha aprendido que no todo es malo: funciona la naturaleza, el gran templo humano donde ir a orar, a encontrarse con uno mismo y con Dios. Funcionan los semáforos, los horarios comerciales, el bisturí del cirujano, la radiestesia, los buenos sentimientos, el placer de la mesa y la alegría. funcionan. Siempre tenemos mil cosas que agradecer y celebrar, aunque aprender nos cueste dolor. Dice el escritor de Barbastro Manuel Vilas en Ordesa -extraordinario y laureado libro- que a la alegría se llega por el dolor. Siempre hay algo que aprender, alguien en quien confiar, muy especialmente si no lo dice la la tele. 

     Una, a estas alturas de vida y ya en mi viaje de vuelta puedo afirmar que el amor es la fuerza más poderosa que existe, el amor sin azúcares añadidos ni aditivos. Ajustarse a su forma, estar en las cosas de manera natural, no forzada, sin debates ni juicios. Sin nada que lo cuestione ni lo ensucie, solo estar en su presencia de una manera pura. Su caudal de vida es fértil, transoceánico, purificante, hace posible el despertar y el cambio evolutivo que tanto necesita la humanidad. Eso sí que ya lo sabía desde que estaba en el vientre de mi madre. 

Elena Larruy



Imagen de Mercedes Calvo Escritora Uruguaya


viernes, 28 de enero de 2022

EL DESAMPARO


Hace unos días me contó una persona amiga el caso de una niña de quince años que sufría bullying en la escuela, en este caso psicológico. Laia, así se llama la niña,  se había ausentado del colegio tres días por motivos de unas prácticas que debía realizar. Cuando volvió a la escuela se dio cuenta que sus amigas le daban la espalda. Les pidió explicaciones  y  estas le contestaron que una de ellas -la niña del grupo que ejercía de líder- les había contado que las criticaba y hablaba mal de ellas. 

Laia, una niña tranquila y educada, hacía unos días que había discutido con la líder del grupo y esta aprovechó su ausencia para malmeter y contar mentiras y patrañas a las otras niñas; para aislarla,  ponerla en contra y así llevar al grupo a su terreno. Laia se encontró de un día para otro, sola y decepcionada por el abandono injusto de sus amigas, ya que todo lo que pudo oír de ellas eran mentiras y falsedades, ella no solo era una buena amiga sino también una buena compañera de las que hasta entonces habían sido  durante más de cuatro años su grupo. Cuando se acercó a pedir explicaciones a la que hasta entonces había sido la más cercana, ésta no quiso dárselas, evidenciando el temor a la represalia por parte de la líder.  




Este es un caso entre cientos que venimos escuchando cada día de tantos niños y niñas en edad adolescente sufriendo bullying. Me horroriza que haya un solo niño sufriendo la maldad de otros, que instituciones educativas no ponga fin a este maltrato, que no los protejan como debieran, que no corten de raíz un problema tan grave como es este.

Un niño que sufre el desprecio, el insulto, golpes brutales de todo tipo de otros menores,  debería ser salvaguardado y  protegido de la misma manera y con la misma firmeza que lo hace la ley ante el desamparo, de la misma manera que los asiste con sentencias firmes e inapelables en sus derechos fundamentales, como menores que son.  

Un niño maltratado o abandonado por su grupo, mediante la burla o el desprecio, sufre graves secuelas psicológicas que condicionan y dañan su personalidad. Estos niños pierden autoestima, se hacen pequeñitos, no desarrollan sus capacidades. Desvalorizados y abandonados en la intemperie más absoluta por los suyos, por los que ellos consideran sus referentes más importantes, sus amigos más íntimos, sufren pérdidas irrecuperables.  

La crueldad, incluso la brutalidad de estos comportamientos por jóvenes que ejercen ese tipo de violencia debería erradicarse desde el minuto uno, no solo por las víctimas que lo padecen y sufren sino también por ellos mismos, pues más pronto que tarde ellos serán los receptores de esa violencia; la vida los castigará en la misma medida, de diferentes formas. Esa es a ley de la correspondencia. Toda la maldad ejercida caerá sobre sus espaldas. 

Me resulta incomprensible y doloroso que haya un niño sufriendo cualquier tipo de maldad. Protegemos al tirano, al violento, al que en apariencia parece más fuerte, por miedo a las consecuencias, a los que nos pueda caer y dejamos a las víctimas en el más absoluto desamparo. 

Eso no es la vida, por mucho que puedan decir que se trata de la cruda realidad. Así no se educa. La auténtica y primordial realidad que debemos atender en estos momentos de la vida de un menor es saber que se está formando su personalidad; a estos niños se les debe estima, acogida, no rechazo:  y no lo estamos haciendo. Cómo queremos que estos jóvenes sean gente sana, nos sirvan y sean útiles a una sociedad de la que todos formamos parte, como les vamos a exigir que den lo mejor de sí mismos  si los estamos alimentando de odio, desconfianza, de estrategias defensivas de maldad, en el mejor de los casos. Las consecuencias de estos hechos lamentablemente y en muchos casos les lleva al peor de los desenlaces.

Las familias sufren por sus hijos, sufren de impotencia, enferman, y ¿las instituciones educativas no pueden poner freno a este drama humano? 

Los niños que de alguna manera expresan maldad han de ser tratados y escuchados aparte. Esa maldad no es gratuita, ha de ser tratada como un trastorno de la personalidad, por buenos psicólogos y profesionales, que les ayuden a valorarse, que reflexionen con ellos.  El maltratador también sufre y  sufren sus familiares,  ellos también son o han sido víctimas de alguna manera en algún momento de sus vidas. Una gran mayoría provienen de familias con carencias y desórdenes de todo tipo, con escasez de medios y poca formación. Necesitan víctimas propicias para volcar sus inseguridades y temores; son también víctimas  del desamor, de la falta de atención, del abandono. Se defienden a su manera, intimidando al grupo con su conducta, ejerciendo su influencia y los reclutan para proteger su seguridad. Tenemos la obligación y el deber de escuchar a los niños y entenderlos. 

Los educadores han de actuar con determinación, de manera ejemplarizante, cuando se cometen este tipo de actos, y tomar decisiones valientes. 

Basta ya de bullying. Basta ya de sufrimiento y angustia de nuestros menores.  Basta ya de no saber protegerlos. Devolvámosles la confianza,  principalmente desde la escuela, por supuesto desde las familias -no todas tienen los medios ni las capacidades para poder hacerlo-. No todos los niños tienen padres y educadores que les enseñen valores, que les enseñen respeto y confianza, que los amparen y valoren. Por desgracia hay muchos hijos de familias rotas, desestructuradas y con falta de medios, de ahí mi insistencia en señalar a las instituciones educativas como los principales promotores y responsables de llevar a cabo esta tarea tan primordial. 

La educación es la base de todo, incluso de la salud. Se puede enseñar a un niño resistencia y lucha, trabajar la voluntad, cuando persigue logros y metas,  pero no a resistir en el dolor y la tristeza, eso siempre explota y lo hace de la peor de las maneras. 

Elena Larruy


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