lunes, 26 de agosto de 2019

LOS DOS SILENCIOS DE OLGA OROZCO

Hay dos clases de silencio: está el silencio de la pausa, es decir el silencio del vacío, que puede darse por muchas razones. Y está el silencio de la plenitud, que siempre es aparente (enseguida sientes que lo tienes que llenar con algo nuevo).

OLGA OROZCO


Yo, Olga Orozco, desde tu corazón digo a todos que muero.
Amé la soledad, la heroica perduración de toda fe,
el ocio donde crecen animales extraños y plantas fabulosas,
la sombra de un gran tiempo que pasó entre misterios y entre alucinaciones,
y también el pequeño temblor de las bujías en el anochecer.
Mi historia está en mis manos y en las manos con que otros las tatuaron.
De mi estadía quedan las magias y los ritos,
unas fechas gastadas por el soplo de un despiadado amor,
la humareda distante de la casa donde nunca estuvimos,
y unos gestos dispersos entre los gestos de otros que no me conocieron.
Lo demás aún se cumple en el olvido,
aún labra la desdicha en el rostro de aquello que se buscaba en mí igual que en un espejo de sonrientes praderas,
y a la que tú verás extrañamente ajena:
mi propia aparecida condenada a mi forma de este mundo.
Ella hubiera querido guardarme en el desdén o en el orgullo,
en un último instante fulmíneo como el rayo,
no en el túmulo incierto donde alzo todavía la voz ronca y llorada
entre los remolinos de tu corazón.
No. Esta muerte no tiene descanso ni grandeza.
No puedo estar mirándola por primera vez durante tanto tiempo.
Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte
porque soy tu testigo ante una ley más honda y más oscura que los cambiantes sueños,
allá, donde escribimos la sentencia:
“Ellos han muerto ya.
Se habían elegido por castigo y perdón, por cielo y por infierno.
Son ahora una mancha de humedad en las paredes del primer aposento”.




ENTRE PERRO Y LOBO

Me clausuran en mí.
Me dividen en dos.
Me engendran cada día en la paciencia
y en un negro organismo que ruge como el mar.
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada
lado:
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la
furia a solas,
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes
manadas.
No consigo saber quién es el amo aquí.
Cambio bajo mi piel de perro a lobo.
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas
las planicies del porvenir y del pasado;
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños
muertos entre celestes pastizales.
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera
que vaya,
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la
invasión del enemigo.
Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al
corazón,
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia
en el lomo.
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara,
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los
hombres un aterciopelado veneno de piedad que raspa
en las entrañas.
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería:
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie,
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo.
Pero ¿quién vence en mí?
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la
sábana del sueño?
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde
mis propios dientes.




CORRE SOBRE LOS MUELLES

Hace ya muchos años que corres dando tumbos por estos laberintos
y aún ahora no logro comprender si buscas a borbotones la salida
o si acudes como un manso ganado a ese último recinto
donde se fragua el crimen con las puertas abiertas.
Sólo sé que me llevas a cuestas por este mapa al rojo que anticipa el destino
y que acato las tablas de tu implacable ley
bajo el hacha de un solo mandamiento.
Hemos firmado un pacto de guardianas en esta extraña cárcel que remonta en la noche la corriente,
más abiertas que un faro,
y no importa que a veces me arrebaten las sombras de otros vuelos
o que te precipites con un grito de triunfo en el cadalso.
Porque al final de cada deserción estamos juntas,
con una llaga más, con un vacío menos,
y pagamos a medias el precio del rescate para seguir hirviendo en la misma caldera.
Pero ¿quién rige a quién en esta enajenada travesía casi a ras del planeta?
¿Quién soy, ajena a ti, en este visionario depósito de templos sobre lunas
y jardines errantes sobre arenas?
¿Dónde está mi lugar entre estas pertenencias
por las que me deslizo como la nervadura de un escalofrío?
En cada encrucijada donde escarbo mi nombre compruebo que no estoy.
¡Sangre insensata, sangre peligrosa, mi sangre de sonámbula a punto de caer!
No juegues a perderme en estas destilerías palpitantes;
no me filtres ahora con tu alquimia de animal iniciado en todos los arcanos
ni me arrojes desnuda e ignorante contra el indescifrable grimorio de los cielos,
porque tú y yo no somos dos mitades de una inútil batalla,
ni siquiera dos caras acuñadas por la misma derrota,
sino tal vez apenas una pequeña parte de algún huésped sin número
y sin rostro que aguarda en el umbral.
¡Vamos, entonces, sangre ilimitada, sangre de abrazo, sangre de colmena!
Envuélveme otra vez en esa miel caliente con que pegas los trozos de este mundo
para erigir la torre:
tu Babel de un vocablo hasta el final.
Has fundado tu reino en la tormenta,
bajo el ala inasible de una desesperada y única primavera.
Has acarreado herencias, combates y naufragios insolubles
como el cristal azul de la memoria en la sal de las lágrimas.
Has apilado bosques, insomnios y fantasmas embalsamados vivos
en estas galerías delirantes que solamente se abren para volver a entrar.
Has hurgado en la lumbre de la fiebre y el ocio
para extraer esa tinaja de oro que irremediablemente se convierte en carbón.
Has encerrado el mar en un sollozo y has guardado los ojos del abismo vistos desde lo alto del amor.
Vestida estás de reina, de bruja y de mendiga.
Y aún sigues transitando por esta red de venas y de arterias,
bajo los dos relámpagos que iluminan tu noche con el signo de la purificación,
mientras arrastras fardos y canciones lo mismo que la loca de los muelles
o igual que una inmigrante que se lleva en pedazos su país,
para depositar toda tu carga de pruebas y de errores a los pies del gran mártir o el pequeño verdugo:
ese juez prodigioso que bajó al sexto día,
que está sentado aquí, a la siniestra, en su sitial de zarzas,
y que será juzgado por vivos y por muertos.




CUENTO DE INVIERNO

Nadie me desmintió la primavera, ni el ardor de las ascuas, ni el oro de la fiesta.
Pero hace muchos años que habito en esta choza en medio del bosque,
donde las ramas hablan sin motivo, los silencios son crueles
y en los sueños más bellos se cobijan los lobos.
Tal vez sea la casa de la bruja, o quizás la posada de las ánimas.
No lo sé; lo he olvidado
como se olvida uno las luces y las sombras de costumbre,
o acaso me confunda con el rincón para las penitencias o con el apeadero de los vientos.
Aquí los días tiemblan, tormentosos, porque les temen a las noches;
nunca se asoma el sol, siempre acosado por los largos colmillos del invierno,
y todo cuanto amé se disolvió en las nubes
o me fue arrebatado por unas alas pálidas que llegan y se van
y en cuyas duras plumas se guarece tal vez la eternidad.
¿Cómo llegué a esta cueva sin calor y sin misericordia?
No he dejado guijarros ni migajas de pan como señales de luz para el regreso.
¿Y hacia dónde volver, si todos los caminos me devuelven aquí, como en los laberintos de los niños perdidos?
Aunque quizás no vuelva de nuevo a este lugar sólo porque algún vértigo me aspire,
sino porque lo llevo adherido a mis pies, a mi propia condena.
Lo anticipó la niebla girando con mi paso en el jardín;
lo anunciaba el reflejo de esta casa todavía remota en el estanque;
lo confirma el chirrido de tu llave en la puerta del oxidado amanecer,
cuando ya te aproximas, cuando ya me olfateas, cuando llegas.
Sí, tú, la enemiga invisible con corazón de perro,
sombra de cuervo, rastro de serpiente;
la voraz que consume un poco cada día esta mano que asomo a través de la jaula,
a través de mi cuento, hasta el otro final



MUJER EN SU VENTANA

Ella está sumergida en su ventana
contemplando las brasas del anochecer, posible todavía.
Todo fue consumado en su destino, definitivamente
inalterable desde ahora
como el mar en un cuadro,
y sin embargo el cielo continúa pasando con sus
angelicales procesiones.
Ningún pato salvaje interrumpió su vuelo hacia el oeste;
allá lejos seguirán floreciendo los ciruelos, blancos, como
si nada,
y alguien en cualquier parte levantará su casa
sobre el polvo y el humo de otra casa.
Inhóspito este mundo.
Aspero este lugar de nunca más.
Por una fisura del corazón sale un pájaro negro y es la
noche.
-¿O acaso será un dios que cae agonizando sobre el
mundo?
Pero nadie lo ha visto, nadie sabe,
ni el que va creyendo que los lazos rotos nacen
preciosas alas,
los instantáneos nudos del azar, la inmortal aventura,
aunque cada pisada clausure con un sello todos los
paraísos prometidos.
Ella oyó en cada paso la condena.
Y ahora ya no es más que una remota, inmóvil mujer en
su ventana,
la simple arquitectura de la sombra asilada en su piel,
como si alguna vez una frontera, un muro, un silencio,
un adiós,
hubieran sido el verdadero límite,
el abismo final entre una mujer y un hombre.


jueves, 22 de agosto de 2019

FRACASAMOS SIN HACER RUIDO



“Escribir poesía es un acto de felicidad y también un tormento. Puede llegar a ser una desesperación. Si uno está satisfecho con el resultado, puede llegar a ser un estado de exaltación, como un estado de gracia.”  Joaquin Giannuzzi




Poesia seleccionada de Joaquin Giannuzzi


Paisaje Urbano

Con mis piernas surcadas por una especie de fracaso placentero


y una perspectiva de huesos lentos,

desde la ventana del bar contemplo esta furiosa esquina

donde los átomos se han enloquecido

y se cruzan interminables ríos de motores.

He aquí el mundo

componiendo una música tan excesivamente humana

que un accidente no modificaría la situación.

Yo bebo una cerveza y me pregunto

si valía la pena, si necesitábamos este tumulto,

si este vértigo de la materia triturada es digno de nuestra fe.

Me pregunto también

si está incubando un orden distinto, una desconocida naturaleza,

donde puedan instalarse los jardines

que giran prisioneros por mi cerebro irritado.





Por Alguna Razón

Compré café, cigarrillos, fósforos.

Fumé, bebí

y fiel a mi retórica particular

puse los pies sobre la mesa.

Cincuenta años y una certeza de condenado.

Como casi todo el mundo fracasé sin hacer ruido;

Bostezando al caer la noche murmuré mis decepciones,

escupí sobre mi sombra antes de ir a la cama.

Esta fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo

que reclamaba de mí un estilo que posiblemente no me

correspondía.

O puede ser que se trate de otra cosa. Quizás

hubo un proyecto distinto para mí

en alguna probable lotería

y mi número no salió.

Quizá nadie resuelva un destino estrictamente privado.

Quizás la marea histórica lo resuelva por uno y por todos.

Me queda esto.

Una porción de vida que me cansó de antemano,

Un poema paralizado en mitad de camino

hacia una conclusión desconocida;

un resto de café en la taza

que por alguna razón

nunca me atreví a apurar hasta el fondo.





Apuntes de Época

Frecuencia de tiroteos

En las inmediaciones de nuestro cuerpo.

Las noches llegan como amenazas secretas.

Explosiones, aullidos de ambulancias y neumáticos,

pasos que se precipitan.

Espasmos de una agitación avanzada.

La vieja época

pierde el ritmo cardíaco, boquea

en el estanque seco de su propia historia.

Detrás de las puertas

cerradas a doble llave, pasador y moral sin dientes

todo el mundo conteniendo el aliento.

Timbales y música a volumen crítico.

El baile de los muchachos

del otro lado de la pared.

Desde aquí no hay mucho que explicar:

acumulo muecas, examino ideologías

pero en conjunto ignoro

si son libres o felices,

qué heroísmo reclaman, qué sueños conciben.

A veces hay un accidente en el tocadiscos

y entonces los muchachos

con puños y pies golpean las paredes

para escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.





“la poesía señala resistencia, siempre va a contrapelo de lo convencional, de ciertos códigos. Apunta siempre a la verdad, a la verdad profunda del mundo.”

domingo, 18 de agosto de 2019

EL ARTE DE LOS EXCLUIDOS

M.Teresa Leon


Suele decirse de ciertos poetas que son raros, señalando su extrema originalidad. Pero me atrevo a pensar que los auténticos raros son los que pertenecen a las mayorías mudas y silenciosas, que jamás se ajustan a la supuesta moneda corriente, es decir, a los códigos de circulación social santificados como potables, como decentes, como maduros, y duramente atrincherados para evitar cualquier fisura, para evitara movimientos que impliquen transformación, cambio. Se abre la puerta a esta rareza sólo cuando supone que va a rendir plusvalía, cuando puede convertirse en dinero. Entonces simultáneamente se la congela, se paraliza su poder disruptivo, es la tragedia de casi todas las vanguardias. Por eso creo que el arte que más habla es el que va detrás de la gente, no adelante. Todas las grandes revueltas, ásperas, tormentosas y con hondura lírica o paródica, las lleva a cabo esta mayoría silenciosa, rara, y peligrosa para los que se arrogan el poder de controlarla, expresando necesidad, rompiendo el corsé asfixiante de lo establecido.

Anotaciones del libro La pequeña voz del mundo de la poeta Diana Bellesi




NACE EL POETA CON LA MANO HERIDA
Un poema de Teresa Gracia

Nace el poeta con la mano herida
porque a ras de la palma le han cortado
el cordón en los dedos enredado
con que a su madre musa estuvo unida.

Pero se mueve en el papel caída
dejando siempre por el mismo lado
en filial obediencia a un dictado
la señal de que va perdiendo vida.

Sólo un brazo en el cuerpo la protege
y se la lleva al alma, cuna y tumba
donde entrará también cuando sucumba

el puño que en los versos entreteje
golpes contra el barrote de la pluma
que a la pena mayor, la cárcel suma.

viernes, 12 de julio de 2019

LA HUMANIDAD DE LOS ÁRBOLES

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
Martin Luther King


ÁRBOL

la lenta explosión

de una semilla

Bruno Munari







Un árbol
"Un árbol nos recuerda que para crecer hacia lo alto,
hacia lo espiritual, lo abstracto, es necesario estar bien arraigado en la tierra,
en lo concreto, en la materia.
Es al igual que el ser humano, un ser que une cielo y tierra.
Es el portador del fruto acabado, y al mismo tiempo,
está en pleno proceso de desarrollo.
Nosotros, como seres humanos,
somos la máxima expresión de la creación y al mismo tiempo
estamos aún en proceso de crecimiento".
Fiedrich Nietzsche


Los árboles son las columnas del mundo, cuando se hayan cortado los últimos árboles, el cielo caerá sobre nosotros.Proverbio Indio



A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado



Los árboles son un esfuerzo sin fin de la tierra para hablar con cielo que escucha.
Rabindranath Tagore




Si quieres pájaros, planta árboles.





Creo que nunca veré
un poema tan hermoso como un árbol.
Un poema cuya boca hambrienta esté pegada
al dulce seno fluyente de la tierra;
un árbol que mira a Dios todo el día.
Y alza sus brazos frondosos para rezar.
Un árbol que en verano podría llevar
un nido de petirrojos en sus cabellos.
en cuyo pecho se ha recostado la nieve;
quien vive íntimamente con la lluvia.
Los poemas son hechos por personas como yo.
Pero sólo Dios puede hacer un árbol.
Joyce Kilmer




No podemos engañar a la naturaleza, pero sí podemos ponernos de acuerdo con ella.

Antonio Gaudí




Todo cambia y nada permanece. Y no habría belleza, ni danza ni movimiento si las estaciones no alborotaran los colores y del follaje de los arboles no se desprendiera amarillo en el atardecer.
Gioconda Belli




Hoy me siento como un árbol
que se supiera mujer;
Ya no quebradiza rama
sino rotunda intuición,
y la sólida certeza
de saber donde es que estoy.




Las raíces de mi cuerpo 

ha bendecido el amor.
He florecido en la espuma
regada por la pasión,
por el semen generoso de la vida
y el dolor.

Aprendí que las derrotas

cicatrizan como heridas
y que se vuelve a la lucha
y se retoman las bridas.

Hoy me siento como un árbol

que se supiera mujer.
Alta, fuerte, bien vivida,
y en plena madurez.

Gioconda Belli




Los árboles siempre han sido los predicadores más persuasivos para mí. Los adoro cuando están en poblaciones y familias, en el bosque y en los bosques. Y aún más, los amo cuando están aislados. Son como hombres solitarios. No como ermitaños que huyeron por alguna debilidad, sino como grandes hombres solitarios, como Beethoven y Nietzsche.
Herman Hesse





Ante ciertos árboles de troncos perfectamente rectos, siento algo así como un vértigo moral.
Lorenzo Oliván


Veo dondequiera en la naturaleza, por ejemplo en los árboles, capacidad de expresión y, en cierto modo, un alma.
Vincent van Gogh





¿Qué nombre tengo, cuando un árbol me llama?

Fabrizio Caramagna







TODO ERA VERDAD BAJO LOS ÁRBOLES

Existían tus manos.
Un día el mundo se quedó en silencio;
los árboles, arriba, eran hondos y majestuosos,
y nosotros sentíamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.

Tus manos fueron suaves en las mías
y yo sentí la gravedad y la luz
y que vivías en mi corazón.

Todo era verdad bajo los árboles,
todo era verdad. Yo comprendía
todas las cosas como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos.


Antonio Gamoneda


Hay abedules que de noche levantan sus raíces, y tú no creerías nunca que de noche los árboles caminan o se convierten en sueños.
Alda Merini


Los únicos seres vivientes en este universo que no producen ruido ni desechos.
Mario Andrea Rigoni






También los árboles, en primavera, escriben poesías. Y los bobos piensan que son flores.
Donato Di Poce




Un árbol gastado por el viento, áspero y lleno de cicatrices un día me dijo:
“No tengo la verdad, pero puedo decirte que en este mundo, donde todos se esfuerzan por ser hermosos y originales, pocos tienen realmente el coraje de ser auténticos”.
Fabrizio Caramagna

A veces, un árbol humaniza un paisaje mejor que como lo haría un hombre.Gilbert Cesbron



El árbol es el éxito más grande de la naturaleza.




BOSQUE
Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso,de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Ángel Gonzalez

Los árboles no traicionan, no odian, emanan solo felicidad y amor. Por eso el hombre estando cerca de los árboles, advierte una corriente positiva y regeneradora.
Romano Battaglia

Encontrarás mucho más en los bosques que en los libros. Los árboles y las rocas te enseñarán lo que no pueden decirte los maestros.
San Bernardo


Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento...

Hoy he visto en tus ramas la primera
hoja verde, mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.

Y en esa verde punta
que está brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me responde.

Sí, buen árbol; ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.

Y así también un día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.

No; tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
Soñaré en otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.

Y, en cordial semejanza,
buen árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde...
Antonio Machado


Quien siembra en el espíritu planta un árbol a largo plazo.




EL CIPRÉS DE SILOS

Enhiesto surtidor de sombra y sueño

que acongojas el cielo con tu lanza.

Chorro que a las estrellas casi alcanza

devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,

flecha de fe, saeta de esperanza.

Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,

peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,

qué ansiedades sentí de diluirme

y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,

mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo Diego





La poesía es un árbol sin hojas que da sombra.
Juan Gelman



jueves, 11 de julio de 2019

SABINA Y POESÍA PARA TODOS

La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura.
Joaquín Sabina

Para los que viven sin patria ni dueño y para los que en verano prefieren el tango y morir bailando





Sabina Joaquín, CAMBIA VERSOS POR PENAS


martes, 25 de junio de 2019

CUANTO MÁS PEQUEÑO EL CORAZÓN, MÁS ODIO ALBERGA







El odio, un poema de Wisława Szymborska

Contemplad, que activo sigue siendo,
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con qué ligereza afronta los grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar.

No es como otros sentimientos.
Es más viejo y más joven que ellos al mismo tiempo.
Él mismo crea las razones,
que lo despiertan a la vida.
Si se queda dormido no es nunca el suyo un sueño eterno.
El insomnio no le quita fuerza, antes se la da.

Con religión o sin ella,
lo importante es arrodillarse en la salida.
Con patria o sin ella,
lo importante es lanzarse a correr.
Para empezar no está mal eso de la justicia.
Después ya corre solo.
¡Odio! ¡Odio!
Su rostro lo desfigura una mueca
de éxtasis amoroso.

¡Ay, estos otros sentimientos,
enclenques e indolentes!
¿Desde cuando la fraternidad 

puede contar con las multitudes?
¿Alguna vez la compasión
ha llegado la primera a la meta?
¿Cuántos admiradores arrastra tras de si la incertidumbre?
Arrastra sólo el odio, que sabe lo suyo.

Lúcido, inteligente, muy trabajador.
Hace falta decir cuantas canciones ha compuesto.
Cuántas páginas de la historia ha numerado.
Cuántas alfombras de gente ha extendido.
en cuántas plazas, en cuántos estadios.

No nos engañemos:
sabe crear belleza.
Son espléndidos sus resplandores en la oscuridad de la noche.
Estupendas las humaredas de sus explosiones de destellos rosados.
Difícil negar a unas ruinas su pathos
y el vulgar humor
de unas columnas vigorosamente erectas entre ellas.

Es  maestro del contraste
entre el estrépito y el silencio,
entre la roja sangre y la blanca nieve.
Y ante todo, jamás le aburre
el tema de un torturador impecable
sobre su victima mancillada.

Listo en todo momento, para nuevos quehaceres.
Si tiene que esperar, espera.
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene el ojo certero del francotirador
y él, sólo él, mira al futuro
confiado.

Traducción de David Carrion Sánchez



A propósito del odio



Cuanto más pequeño es el corazón más odio alberga. Victor Hugo

Cuídate de que nadie te odie con razón. Marco Poncio Catón

Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor. Jacinto Benavente

Cuando nuestro odio es demasiado profundo nos colocamos por debajo de aquellos a quienes odiamos. François de la Rochefoucauld

El odio es un borracho al fondo de una taberna que constantemente renueva su sed con la bebida. Charles Baudelaire

Basta que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera. Jean Paul Sartre

No honres con tu odio a quien no podrías odiar con tu amor. Friedrich Hebbel

Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen a alguien que está dentro de nosotros. Hermann Hesse

Yo estaba dispuesto a amar al mundo, pero nadie me entendía, así que aprendí a odiar. M. Lermontov

Si las masas pueden amar sin saber porqué, también pueden odiar sin mayor fundamento. Willian Shakespeare





El odio lleva a las tragedias, el alma necesita venganza para satisfacer sus ansias, sus deseos más bajos. El odio es la otra cara del amor, forma parte de la dualidad natural y humana de la vida. Amor y odio pertenecen a una misma naturaleza, solo que se encuentran en extremos opuestos, lo mismo que el frío y el calor: los distancia su grado. A la pregunta qué clase de amor es el de las personas que no odian: se podría pensar que pequeño, templado... Me respondo que satisfecho pero también incompleto; odia el que ama, ama el que primero ha sido amado y lo hace en el mismo grado y medida. Si el amor fuera tan perfecto y elevado estaría integrado en una única unidad, no existiría el odio. Mientras recorremos ese largo camino imaginemos un mundo perfecto, donde los extremos se tocan y unen sus polos equilibrando fuerzas y templanzas... ¡imaginemos! Vamos, vamos. 
                                                                                                    Elena



viernes, 14 de junio de 2019

CONEXIÓN GRUPAL EN EL INICIO DE UN VIAJE

...Como decía aquel poeta que escribió en su puerta: "El que entre aquí me hará un honor; el que no entre me proporcionará un placer"
El eterno retorno





Con ocasión de un viaje que realizaré próximamente a Tailandia, la guía de la organización amablemente, previa conformidad, ha creado un grupo de Whatsapp cuya finalidad práctica no es otra que conexionar al grupo y mantenerlo informado. Ocurre a menudo  que el fin con el que se crean estos grupos se desvirtúa y pasa a convertirse en un espacio personal donde la nota dominante es el parloteo insustancial.  Es verdad que hay muchas maneras de interpretar e incluso censurar "lo insustancial" "lo correcto o no" "lo que debería ser" de cuestionarse la manera de estar en un foro de estas características de la forma más adecuada. Seguramente discreparíamos por edades,  por gustos o apreciaciones y no nos pondríamos de acuerdo en muchos aspectos; donde sí coincidiríamos sería  en las diversas ventajas que para la organización y los viajeros tiene esta forma  de comunicación.
No me gusta el mal uso y abuso que a mi entender se le da a estas herramientas de información e interrelación, menos si tenemos en cuenta que las personas no se conocen, poco o  nada sabemos por lo general de los otros viajeros, ni de su procedencia, ni de su edad, ni de sus gustos, ni disgustos, ni de sus estados, ni de nada. ¿No deberíamos plantearnos pues la reflexión y la prudencia al primer impulso que nos mueve a escribir? Todos tenemos fuego interior con una llama que flamea cuando pensamos en un viaje que deseamos, todos pensamos en nuestro equipaje, en la manera de plantearlo, de no olvidar nada o de enrollar las camisetas para que no se arruguen, con muchos más etcéteras y dudas que irán saliendo y se plantearán en el encuentro previo que a tal fin los organizadores han planificado para conocernos y responder todas las dudas y cuestiones.  
Yo lo que digo es que en estos foros se ha de practicar la prudencia y el tacto, y por supuesto el respeto y el buen hacer en beneficio de todos. Si dejamos este espacio para que la información y la comunicación fluyan de manera conveniente y adecuada todos nos beneficiaremos de ella; "Los me gusta, lo compro, te felicito, te doy los buenos días, te digo que te quiero" y todo lo demás está muy bien, pero para el gato, porque todo eso pertenece a mi entender al ámbito privado. Si no estamos atentos a lo importante, lo que no lo es nos atropella, y lo absurdo nos sucede, y lo banal y las nimiedades toman protagonismo en un escenario que no es el oportuno.
En los comentarios con recomendaciones y precauciones que de manera particular hacemos, también se ha de tener especial atención, opinar sobre iniciativas que se toman a modo particular y que a uno le benefician pueden crear inseguridad, desconciertos y miedos. Con esto no quiero decir que nos inhibamos, ni que dejemos de ser espontáneos y ocurrentes, solo respetuosos y reflexivos, dejando que sean ellos, los que organizan, los  que tomen decisiones y  sugieran  lo más conveniente. 
Si algo crees que es importante por algún motivo particular háblalo con las personas responsables: hazlo para que sean ellos quienes decidan, y si tienes que felicitar a un componente por un asunto personal dirígete a esa persona privadamente, porque los que no tenemos que hacerlo, sufrimos las consecuencias de esa avalancha de whatsapp que se encadenan y le suceden y a lo mejor entre medio nos perdemos información relevante del viaje.
Y por último no creemos necesidades en cuestiones de prevención, todos somos adultos y estoy segura que lo hacemos con la mejor voluntad, sin pensar que quizás estamos molestando a otras personas que piensan de otra manera y que ya han tomado sus decisiones. La organización, que por ciento lo hace muy bien, sabe el qué, cómo, cuándo y dónde actuar y aconsejarnos.
Mover un grupo tiene sus dificultades y todos tenemos el compromiso de colaborar, respondiendo y dando lo mejor de nosotros mismos, porque de nosotros depende que el viaje sea un éxito o no.
Personalmente cuando viajo procuro estar siempre en línea abierta con mi propio cuerpo para saber en cada momento qué es lo que le conviene o me está pidiendo. El cuerpo no entiende ni habla el inglés, se orienta adecuadamente con mapas sensoriales, ha recorrido todos los territorios con su brújula interior, con su instinto, con memorias ancestrales heredadas, tiene intuición, posee toda la información que necesita  para orientarnos y protegernos, tan solo tenemos que sintonizar con su melodía y escuchar sus señales: Confiar. 
En los viajes se nos abren infinitas oportunidades para enriquecernos, nunca volvemos de vacío, y no me refiero a la maleta. Más cuando incluye un programa especial, como es este viaje, que busca el contacto con el silencio en busca de respuestas, de paz y equilibrio que tanto necesitamos.
Un viaje empieza mucho antes de llegar a destino, hagamos las cosas bien, vaciemos nuestra mente y sus personajes de parlamentos y necesidades, de banalidades, y disfrutemos de la experiencia todos a una para hacerla completa y exitosa.
Que el corazón de todos nosotros se llene, ese y no otro es mi deseo.  


Elena 


lunes, 3 de junio de 2019

SI EL CORAZÓN NO LO EMPUJA NO HAY POEMA

Diana Bellesi



¿Más bella o más plena

esta rosa de mayo
última en el bastión
previo a las heladas?
Así me veo
Rojo aduraznado,
cuajada en el aire
como una dama que celebra
el final.




Diana Bellesi, poeta, traductora y ensayista, nace en Santa Fé, Argentina en 1946. Hija de humildes emigrantes italianos trabajadores del campo. Escribe sus primeros poemas con 13 años y este descubrimiento le lleva a estudiar filosofía. Apenas terminada la carrera viaja durante seis años por todo el continente sudamericano; lo curioso del viaje es que lo hace andando y trabajando en cualquier trabajo que le diera sustento para continuar su aventura.
Está considerada en su país como maestra y gran referente para las generaciones nuevas de jóvenes poetas con los que colabora y enseña en talleres de formación. Impartió clases de redacción en distintas cárceles. Se define con un perfil claramente feminista. La docencia, los viajes y la poesía dicen ser sus tres pasiones. También cuenta que escribe solo aquello que siente y experimenta.

Ha sido galardonada con muchos premios literarios, destacando el Premio Nacional de Poesía Argentina 2011 por Tener lo que se tiene (obra reunida) y otro de la máxima distinción, el que otorga La Feria del Libro de Buenos Aires.

Ha editado más de 25 poemarios. Su obra puede ser reconocida a simple vista por su singular voz de dicción brillante. Su poesía creó un lenguaje propio sobre el paisaje, un lenguaje de afecto hacia los animales, las plantas, el agua, los habitantes del delta donde vivía en Zavalla.

En la poesía de Diana Bellesi hay ofrenda y celebración de las pequeñas revelaciones que se repiten sobre la huella de la conciencia humana. Pura emoción que llamea y se enfría para volver a encenderse. Fondo y forma en movimiento fugaz bajo el tambor del corazón. Su corazón de vanguardia le viene de ser retaguardia, vigía del fondo, atenta a lo que se deshecha, a lo inútil porqué allí se alza para ella lo que siente como una epifanía. Ella lo sostiene y lo impulsa de nuevo. A través de su voz discurre la vida como en un cedazo donde rescata las pequeñas astillas de todo aquello que se revela. Atención y artesanía. Las tareas de esta gran poeta: desatarse de lo aprendido que previamente debe aprenderse y disminuir así los ecos de las voces altas para dejar oír la pequeña voz del mundo.




Si el corazón no lo empuja no hay poema.
Diana Bellesi



EXIGIR AL CORAZÓN ESTARSE QUIETO


A punto de apresar una certeza
se vuelven ceniza
imagen e idea. La pregunta apela
en aquello que la origina
hallar respuesta
El mundo entero de las formas
expresa
un plan y gloria
aciertos en la fuente donde
chopos de la vida y
la muerte
tejen agua
Todo expresa
y es labor de la conciencia
hallar sentido
hasta que ella
se pregunta por sí
Atado a su imagen
Dios es joven
mirándose en la fuente
La creación visible
le devuelve
identidad. ¿Somos fragmentos
de su conciencia desplazados en la vacuidad?
Sujetos al tiempo
como una piedra que cae
al estanque y quiebra
continuidad de la imagen. Fragmentos
sin pies ni cabeza. A punto de apresar
una certeza
se destruyen en el agua
imagen e idea. Otra posición
inaugura el espejo. Exige al
corazón estarse quieto. Pobre timonel
que busca en el actuar
los mares de aceite donde
verse entero. El anhelo le da ser
y su ser el remolino que produce
una piedra al caer
sobre el espejo de la imagen
completa.



DÍA DEL PERDÓN


De todas las cosas que me han pasado en esta vida 
son las inocentes las que recuerdo con hondura
y más mientras los años a disparada como potros
en una estela de polvo también pasan y pasan, 
pero el vicio nunca acaba de andar así ensuciando
esa claridad solita que viene por encanto
y por gualicho bruto se va de andar pensando fiero
o pensando mal de esto o de aquello y sobre todo
de la siempre linda inocencia franca para darle
a los demás y más aún de la que tienen los otros
o ganas de tenerlas de seguro como yo, 
dar y recibir así de ida y vuelta y natural 
si miramos bien las cosas qué fácil es perderse
en belleza inocente que no calcula porque ve
solamente hondura o ese espesor de la vida único
al hacer las cuentas donde es llamado el instante
que no nos dio cosa ninguna más que el alma entera
y sabionda de saber nada se lleva y sólo fue
ganar fue seguir en la montura sutil del viento




GOLPE DE ESTADO


Un jardín proporciona mayor certidumbre
 que cualquier sistema filosófico
Ernst Jünger

Muestra el hueco, la cuenca vacía donde ahora
reposa en dorada esmeralda
el iris impreso del globo, la mirada
Muestra la mandíbula
una carcajada fósil, lejos del tumulto
risible de la vida que la desata
Muestra su quietud
a la otra mitad en movimiento: el embate
vivo de la cara. Intenta anticipar
aquello que siempre golpea por sorpresa
Se demora. Se le hace que hablará
a su otra mitad la calavera
Busca restituir
la nacarada fruta de la carne en su media cara
Recuerda un bolero un mapa de
tropical islands. Calavera no llora ni mama
Reclama una ilusión: la fiera o el pasto de las
fieras. Una retórica salvaje exige
enemigos a la vista, higos manando
la dulzura de su leche en medio del verano
El ideal rotundo de la muerte, transformación
cambio-ácaros, hongos y babosas modificando
los canteros desordenados- o una imagen que niega
en su belleza inmodificada
la existencia del jardín. Borrar
la muerte o actuarla no es nunca su anticipo:
aquél, vídeo clip sin sentido
de la ofensa. Pequeña y patética
muestra
el hueco, la cuenca vacía donde ahora el iris resalta
la belleza siempre condenada y que siempre
otra forma delata



Si todo orden
es aleatorio, me sujeto
a éste, aunque precario
eterno en mi mirada:
Belleza bárbara
del matorral salvaje
donde se asoman
las flores más pequeñas
y delicadas: capullos
espigas y florcitas
redondas como coronas
que a su centro
petalan. Belleza
disciplinada donde se abren
las rosas pálidas y moteadas
o alguna reina
aislada, alada. Fasto
perfumado de los ligustros
lo que viene a solas
o lo puesto, ahora
está despierto,
se orquesta para gloria
y una olvida, el horror
del vacío perfecto
Las cápsulas dehiscentes
de la rosa
de mayo estallan
y caen sus semillas mientras
la planta se prepara
a elaborar sus flores
acapulladas con que el
otoño se retira
Sí, estar en el concierto
y modificarlo
sin borrar la marca
del origen
“Ver los pájaros”
dijiste, “no es difícil,
requiere un gesto
de paciencia. Si metemos
la cabeza en el mato
ellos vendrán también,
son curiosos a mirarnos"
en la hondura de las islas
los búhos rasgan
la masa delicada
de la música. Llaman. "Shektani"
se repite en bantu,
las guineas
do matto en las sabanas
de Mozambique. "Shektani"
de doble cara:
el diablo. He visto
en la verja de bambú
del porche de mi casa,
una tacuarita
devorar las moscas
agonizantes que pendían
de la tela de una araña
Detalle,
y la gracia su media cara
sí, lo que alcanza mi
mirada. Me sujeto a este
orden y acepto
lo que mi alma teme:
no visto por mi ojo
aquél, vacío perfecto




ESTADO DE DERECHO


Dios no es malvado, es sutil
Albert Einstein

Si así fuera
Tránsito apariencias
y frase
perdida en un delta del
discurso y de la imagen
jamás completa
Si no hay belleza de la
forma que se yerga
como un halcón sobre el
paisaje
Si así fuera
Pequeña potestad del
anhelo sobre la tierra
¿eres tu propio fin?
¿y el poema
la mesa la madera
el cedro erguido como una
estela del verde tierno
en primavera y el bebé
bajo su sombra sostenido
en ambas piernas por primera
vez
un absurdo epistema?
que genera preguntas que no contienen
respuestas si así fuera





En su oración final el moribundo 
deja de decir ayúdame para decir gracias.
del Bardo Todol



El CORDERO NUEVO


Cargando su cruz primero
en el largo Gólgota del cuerpo
mi padre dijo “¿Por qué
hay que sufrir tanto -me has
abandonado- para morir?”

Mis brazos fueron su madero
en la camilla de hospital
donde la sangre derramaba.
Sometido a las leyes del blanco
carnicero, herr doktor, fräulein caba,
aparatos y enfermeras
y el sol de marzo cayendo dulce
tras las ventanas. Un hombre
viejo a quien se trata
como a un niño que molesta

Desobedecer su derecho
en la hora última, no dejarlo
partir desnudo y digno
bajo la sombra de su casa.
Te pido perdón, mi cordero

¡Pietà, Pilatos o Pedro he sido
sosteniéndote en mis brazos!,
dolor y miedo me hicieron
traicionarte, puesto a merced
de centuriones aguijoneando
tu cuerpo hasta la muerte.
Quise retenerte y luego quise
dejarte ir.

Hora tras hora recé en silencio,
mecí tu cuna diciendo no
tengas miedo, todo
está bien, déjate ir, menos
las horas últimas,
en exilio y solo, fría
luz de neón sobre tu rostro.

Entubado y amarrado
Tus heladas manos y los pies
inmóviles en la cruz,
el mecánico gemido
del respirador y la melena
siguiéndonos
como una estela funesta.

Solo, apenas una hora
junto a vos, inerte en las últimas
veinticuatro. El matadero
de terapia logró acallarte.
Tu demanda “quiero sentarme”,
tu demanda “¿por qué?” y el alma
dónde, rondando, buscando
la salida hacia esa luz
que deseo estuviera
para vos, llamándote,
lo que no escuché, la ausencia
que me sigue, lo que no
escuché: “gracias”

Envuelto en sangre decías
“qué vergüenza” y dejé
que te hurgaran las entrañas,
no custodié tu vida yéndose
en sangre hacia tu muerte,
no le dije no, fraulein doktor
¿para retenerte?, por acortar
la escena del dolor, y otros
se encargaran de tu muerte?

Te he negado, he negado tu deseo
de morir en casa entre los lares
conocidos. Tu cara de niño,
de cordero degollado
entre las manos de los médicos.
No fui tras de vos, no te acuné
en los instantes lúcidos del fin.
Los dejé hacer. Tu muerte
comunicada por extraños,
ajetreo en los pasillos
decírselo a mamá
cavada como sombra
en los sótanos del hospital

Ese hombre dulce y manso
con tanto miedo en su final. Tanto
dolor, tanto miedo tanto frío
alrededor. Ser el brazo
funcional que actúa. Mamá
abrazando tu cadáver dice
“me esperó, sentí su último
aliento” ¿y tu alma? El sonido
del respirador ya cesa,
ser el brazo funcional
que actúa, el viejo cura
con su sotana negra ¿bendijo
tu partida? Bendijo la cabeza
de la esposa del cordero.
Ella me dio la bolsa
con tu ropita dentro, lista
para llevarte a casa, vivo
o muerto en el ataúd de cedro.
Ponerte los pantalones,
las medias, los pies hermosos
de un hombre joven. Atender
los negocios de tu muerte,
este ataúd, no, éste, arréglelo
bien. Cara amoratada por la venda
que sostuvo el caño
respirador entre tus labios,
que no te dejara hablar no
te dejó decir aquel “¿por qué?”,
o aquel “gracias” que mis noches
inventan ¿y tu alma? Ser el brazo
ejecutor, ser el padre
que sostiene, no llorar,
la invisible viga, la promesa
de cuidar.

El acto magno de una vida:
velar. Vodevil de pueblo
y pathos de la tragedia.
Las flores que sofocan, café,
tener hambre, tener sueño,
conversaciones en las tinieblas y ser
un noble, lo sé, así lo hubieras hecho.

Los yuyitos brillan vivos
tras las ventanas, deseos
de terminar. Los otros
necesarios del afecto
necesarios en la escena
de frontera: declararte
muerto, honrarte con frases
automáticas, el vía crucis
de los deudos Padre nuestro,
los pasos tras el féretro, última
caminata con nosotros,
las campanas que repican, tan,
lento, a vacío, tan,
a corazón partido. Y el dulce
cementerio somnoliento
del domingo tardío.

Mamá que dice “enterrarlo
junto a la madre no, no quiero
devolvérselo”. No puedo
despedirme y huyo. Tanto
sol tanta belleza la semana
siguiente a tu partida. En cada
atardecer salí a buscarte.
por el campo, la oración dulcísima
del llano. Y no te hallé

Dije “gracias”, a vos, por vos
por mí. Y a la semana
de tu muerte fui al cementerio,
saludé a tu madre, a tu padre,
a tus hermanos y parientes.

Lloré en la tumba de la abuela
En la tuya, no lloré. No pude
despedirme. Te dejé,
pegadito al ataúd, semillas
de araucaria. Todo empieza. Amén

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