viernes, 12 de julio de 2019

LA HUMANIDAD DE LOS ÁRBOLES

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
Martin Luther King


ÁRBOL

la lenta explosión

de una semilla

Bruno Munari







Un árbol
"Un árbol nos recuerda que para crecer hacia lo alto,
hacia lo espiritual, lo abstracto, es necesario estar bien arraigado en la tierra,
en lo concreto, en la materia.
Es al igual que el ser humano, un ser que une cielo y tierra.
Es el portador del fruto acabado, y al mismo tiempo,
está en pleno proceso de desarrollo.
Nosotros, como seres humanos,
somos la máxima expresión de la creación y al mismo tiempo
estamos aún en proceso de crecimiento".
Fiedrich Nietzsche


Los árboles son las columnas del mundo, cuando se hayan cortado los últimos árboles, el cielo caerá sobre nosotros.Proverbio Indio



A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado



Los árboles son un esfuerzo sin fin de la tierra para hablar con cielo que escucha.
Rabindranath Tagore




Si quieres pájaros, planta árboles.





Creo que nunca veré
un poema tan hermoso como un árbol.
Un poema cuya boca hambrienta esté pegada
al dulce seno fluyente de la tierra;
un árbol que mira a Dios todo el día.
Y alza sus brazos frondosos para rezar.
Un árbol que en verano podría llevar
un nido de petirrojos en sus cabellos.
en cuyo pecho se ha recostado la nieve;
quien vive íntimamente con la lluvia.
Los poemas son hechos por personas como yo.
Pero sólo Dios puede hacer un árbol.
Joyce Kilmer




No podemos engañar a la naturaleza, pero sí podemos ponernos de acuerdo con ella.

Antonio Gaudí




Todo cambia y nada permanece. Y no habría belleza, ni danza ni movimiento si las estaciones no alborotaran los colores y del follaje de los arboles no se desprendiera amarillo en el atardecer.
Gioconda Belli




Hoy me siento como un árbol
que se supiera mujer;
Ya no quebradiza rama
sino rotunda intuición,
y la sólida certeza
de saber donde es que estoy.




Las raíces de mi cuerpo 

ha bendecido el amor.
He florecido en la espuma
regada por la pasión,
por el semen generoso de la vida
y el dolor.

Aprendí que las derrotas

cicatrizan como heridas
y que se vuelve a la lucha
y se retoman las bridas.

Hoy me siento como un árbol

que se supiera mujer.
Alta, fuerte, bien vivida,
y en plena madurez.

Gioconda Belli




Los árboles siempre han sido los predicadores más persuasivos para mí. Los adoro cuando están en poblaciones y familias, en el bosque y en los bosques. Y aún más, los amo cuando están aislados. Son como hombres solitarios. No como ermitaños que huyeron por alguna debilidad, sino como grandes hombres solitarios, como Beethoven y Nietzsche.
Herman Hesse





Ante ciertos árboles de troncos perfectamente rectos, siento algo así como un vértigo moral.
Lorenzo Oliván


Veo dondequiera en la naturaleza, por ejemplo en los árboles, capacidad de expresión y, en cierto modo, un alma.
Vincent van Gogh





¿Qué nombre tengo, cuando un árbol me llama?

Fabrizio Caramagna







TODO ERA VERDAD BAJO LOS ÁRBOLES

Existían tus manos.
Un día el mundo se quedó en silencio;
los árboles, arriba, eran hondos y majestuosos,
y nosotros sentíamos bajo nuestra piel
el movimiento de la tierra.

Tus manos fueron suaves en las mías
y yo sentí la gravedad y la luz
y que vivías en mi corazón.

Todo era verdad bajo los árboles,
todo era verdad. Yo comprendía
todas las cosas como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos.


Antonio Gamoneda


Hay abedules que de noche levantan sus raíces, y tú no creerías nunca que de noche los árboles caminan o se convierten en sueños.
Alda Merini


Los únicos seres vivientes en este universo que no producen ruido ni desechos.
Mario Andrea Rigoni






También los árboles, en primavera, escriben poesías. Y los bobos piensan que son flores.
Donato Di Poce




Un árbol gastado por el viento, áspero y lleno de cicatrices un día me dijo:
“No tengo la verdad, pero puedo decirte que en este mundo, donde todos se esfuerzan por ser hermosos y originales, pocos tienen realmente el coraje de ser auténticos”.
Fabrizio Caramagna

A veces, un árbol humaniza un paisaje mejor que como lo haría un hombre.Gilbert Cesbron



El árbol es el éxito más grande de la naturaleza.




BOSQUE
Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso,de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Ángel Gonzalez

Los árboles no traicionan, no odian, emanan solo felicidad y amor. Por eso el hombre estando cerca de los árboles, advierte una corriente positiva y regeneradora.
Romano Battaglia

Encontrarás mucho más en los bosques que en los libros. Los árboles y las rocas te enseñarán lo que no pueden decirte los maestros.
San Bernardo


Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
te erguiste en desnudez y desaliento,
sobre una gran alfombra de hojarasca
que removía indiferente el viento...

Hoy he visto en tus ramas la primera
hoja verde, mojada de rocío,
como un regalo de la primavera,
buen árbol del estío.

Y en esa verde punta
que está brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que en silencio me pregunta
o silenciosamente me responde.

Sí, buen árbol; ya he visto como truecas
el fango en flor, y sé lo que me dices;
ya sé que con tus propias hojas secas
se han nutrido de nuevo tus raíces.

Y así también un día,
este amor que murió calladamente,
renacerá de mi melancolía
en otro amor, igual y diferente.

No; tu augurio risueño,
tu instinto vegetal no se equivoca:
Soñaré en otra almohada el mismo sueño,
y daré el mismo beso en otra boca.

Y, en cordial semejanza,
buen árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando brote en mi vida una esperanza
que se parezca un poco a tu hoja verde...
Antonio Machado


Quien siembra en el espíritu planta un árbol a largo plazo.




EL CIPRÉS DE SILOS

Enhiesto surtidor de sombra y sueño

que acongojas el cielo con tu lanza.

Chorro que a las estrellas casi alcanza

devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,

flecha de fe, saeta de esperanza.

Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,

peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,

qué ansiedades sentí de diluirme

y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,

mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo Diego





La poesía es un árbol sin hojas que da sombra.
Juan Gelman



jueves, 11 de julio de 2019

SABINA Y POESÍA PARA TODOS

La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura.
Joaquín Sabina

Para los que viven sin patria ni dueño y para los que en verano prefieren el tango y morir bailando





Sabina Joaquín, CAMBIA VERSOS POR PENAS


martes, 25 de junio de 2019

CUANTO MÁS PEQUEÑO EL CORAZÓN, MÁS ODIO ALBERGA







El odio, un poema de Wisława Szymborska

Contemplad, que activo sigue siendo,
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con qué ligereza afronta los grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar.

No es como otros sentimientos.
Es más viejo y más joven que ellos al mismo tiempo.
Él mismo crea las razones,
que lo despiertan a la vida.
Si se queda dormido no es nunca el suyo un sueño eterno.
El insomnio no le quita fuerza, antes se la da.

Con religión o sin ella,
lo importante es arrodillarse en la salida.
Con patria o sin ella,
lo importante es lanzarse a correr.
Para empezar no está mal eso de la justicia.
Después ya corre solo.
¡Odio! ¡Odio!
Su rostro lo desfigura una mueca
de éxtasis amoroso.

¡Ay, estos otros sentimientos,
enclenques e indolentes!
¿Desde cuando la fraternidad 

puede contar con las multitudes?
¿Alguna vez la compasión
ha llegado la primera a la meta?
¿Cuántos admiradores arrastra tras de si la incertidumbre?
Arrastra sólo el odio, que sabe lo suyo.

Lúcido, inteligente, muy trabajador.
Hace falta decir cuantas canciones ha compuesto.
Cuántas páginas de la historia ha numerado.
Cuántas alfombras de gente ha extendido.
en cuántas plazas, en cuántos estadios.

No nos engañemos:
sabe crear belleza.
Son espléndidos sus resplandores en la oscuridad de la noche.
Estupendas las humaredas de sus explosiones de destellos rosados.
Difícil negar a unas ruinas su pathos
y el vulgar humor
de unas columnas vigorosamente erectas entre ellas.

Es  maestro del contraste
entre el estrépito y el silencio,
entre la roja sangre y la blanca nieve.
Y ante todo, jamás le aburre
el tema de un torturador impecable
sobre su victima mancillada.

Listo en todo momento, para nuevos quehaceres.
Si tiene que esperar, espera.
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene el ojo certero del francotirador
y él, sólo él, mira al futuro
confiado.

Traducción de David Carrion Sánchez



A propósito del odio



Cuanto más pequeño es el corazón más odio alberga. Victor Hugo

Cuídate de que nadie te odie con razón. Marco Poncio Catón

Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor. Jacinto Benavente

Cuando nuestro odio es demasiado profundo nos colocamos por debajo de aquellos a quienes odiamos. François de la Rochefoucauld

El odio es un borracho al fondo de una taberna que constantemente renueva su sed con la bebida. Charles Baudelaire

Basta que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera. Jean Paul Sartre

No honres con tu odio a quien no podrías odiar con tu amor. Friedrich Hebbel

Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen a alguien que está dentro de nosotros. Hermann Hesse

Yo estaba dispuesto a amar al mundo, pero nadie me entendía, así que aprendí a odiar. M. Lermontov

Si las masas pueden amar sin saber porqué, también pueden odiar sin mayor fundamento. Willian Shakespeare





El odio lleva a las tragedias, el alma necesita venganza para satisfacer sus ansias, sus deseos más bajos. El odio es la otra cara del amor, forma parte de la dualidad natural y humana de la vida. Amor y odio pertenecen a una misma naturaleza, solo que se encuentran en extremos opuestos, lo mismo que el frío y el calor: los distancia su grado. A la pregunta qué clase de amor es el de las personas que no odian: se podría pensar que pequeño, templado... Me respondo que satisfecho pero también incompleto; odia el que ama, ama el que primero ha sido amado y lo hace en el mismo grado y medida. Si el amor fuera tan perfecto y elevado estaría integrado en una única unidad, no existiría el odio. Mientras recorremos ese largo camino imaginemos un mundo perfecto, donde los extremos se tocan y unen sus polos equilibrando fuerzas y templanzas... ¡imaginemos! Vamos, vamos. 
                                                                                                    Elena



viernes, 14 de junio de 2019

CONEXIÓN GRUPAL EN EL INICIO DE UN VIAJE

...Como decía aquel poeta que escribió en su puerta: "El que entre aquí me hará un honor; el que no entre me proporcionará un placer"
El eterno retorno





Con ocasión de un viaje que realizaré próximamente a Tailandia, la guía de la organización amablemente, previa conformidad, ha creado un grupo de Whatsapp cuya finalidad práctica no es otra que conexionar al grupo y mantenerlo informado. Ocurre a menudo  que el fin con el que se crean estos grupos se desvirtúa y pasa a convertirse en un espacio personal donde la nota dominante es el parloteo insustancial.  Es verdad que hay muchas maneras de interpretar e incluso censurar "lo insustancial" "lo correcto o no" "lo que debería ser" de cuestionarse la manera de estar en un foro de estas características de la forma más adecuada. Seguramente discreparíamos por edades,  por gustos o apreciaciones y no nos pondríamos de acuerdo en muchos aspectos; donde sí coincidiríamos sería  en las diversas ventajas que para la organización y los viajeros tiene esta forma  de comunicación.
No me gusta el mal uso y abuso que a mi entender se le da a estas herramientas de información e interrelación, menos si tenemos en cuenta que las personas no se conocen, poco o  nada sabemos por lo general de los otros viajeros, ni de su procedencia, ni de su edad, ni de sus gustos, ni disgustos, ni de sus estados, ni de nada. ¿No deberíamos plantearnos pues la reflexión y la prudencia al primer impulso que nos mueve a escribir? Todos tenemos fuego interior con una llama que flamea cuando pensamos en un viaje que deseamos, todos pensamos en nuestro equipaje, en la manera de plantearlo, de no olvidar nada o de enrollar las camisetas para que no se arruguen, con muchos más etcéteras y dudas que irán saliendo y se plantearán en el encuentro previo que a tal fin los organizadores han planificado para conocernos y responder todas las dudas y cuestiones.  
Yo lo que digo es que en estos foros se ha de practicar la prudencia y el tacto, y por supuesto el respeto y el buen hacer en beneficio de todos. Si dejamos este espacio para que la información y la comunicación fluyan de manera conveniente y adecuada todos nos beneficiaremos de ella; "Los me gusta, lo compro, te felicito, te doy los buenos días, te digo que te quiero" y todo lo demás está muy bien, pero para el gato, porque todo eso pertenece a mi entender al ámbito privado. Si no estamos atentos a lo importante, lo que no lo es nos atropella, y lo absurdo nos sucede, y lo banal y las nimiedades toman protagonismo en un escenario que no es el oportuno.
En los comentarios con recomendaciones y precauciones que de manera particular hacemos, también se ha de tener especial atención, opinar sobre iniciativas que se toman a modo particular y que a uno le benefician pueden crear inseguridad, desconciertos y miedos. Con esto no quiero decir que nos inhibamos, ni que dejemos de ser espontáneos y ocurrentes, solo respetuosos y reflexivos, dejando que sean ellos, los que organizan, los  que tomen decisiones y  sugieran  lo más conveniente. 
Si algo crees que es importante por algún motivo particular háblalo con las personas responsables: hazlo para que sean ellos quienes decidan, y si tienes que felicitar a un componente por un asunto personal dirígete a esa persona privadamente, porque los que no tenemos que hacerlo, sufrimos las consecuencias de esa avalancha de whatsapp que se encadenan y le suceden y a lo mejor entre medio nos perdemos información relevante del viaje.
Y por último no creemos necesidades en cuestiones de prevención, todos somos adultos y estoy segura que lo hacemos con la mejor voluntad, sin pensar que quizás estamos molestando a otras personas que piensan de otra manera y que ya han tomado sus decisiones. La organización, que por ciento lo hace muy bien, sabe el qué, cómo, cuándo y dónde actuar y aconsejarnos.
Mover un grupo tiene sus dificultades y todos tenemos el compromiso de colaborar, respondiendo y dando lo mejor de nosotros mismos, porque de nosotros depende que el viaje sea un éxito o no.
Personalmente cuando viajo procuro estar siempre en línea abierta con mi propio cuerpo para saber en cada momento qué es lo que le conviene o me está pidiendo. El cuerpo no entiende ni habla el inglés, se orienta adecuadamente con mapas sensoriales, ha recorrido todos los territorios con su brújula interior, con su instinto, con memorias ancestrales heredadas, tiene intuición, posee toda la información que necesita  para orientarnos y protegernos, tan solo tenemos que sintonizar con su melodía y escuchar sus señales: Confiar. 
En los viajes se nos abren infinitas oportunidades para enriquecernos, nunca volvemos de vacío, y no me refiero a la maleta. Más cuando incluye un programa especial, como es este viaje, que busca el contacto con el silencio en busca de respuestas, de paz y equilibrio que tanto necesitamos.
Un viaje empieza mucho antes de llegar a destino, hagamos las cosas bien, vaciemos nuestra mente y sus personajes de parlamentos y necesidades, de banalidades, y disfrutemos de la experiencia todos a una para hacerla completa y exitosa.
Que el corazón de todos nosotros se llene, ese y no otro es mi deseo.  


Elena 


lunes, 3 de junio de 2019

SI EL CORAZÓN NO LO EMPUJA NO HAY POEMA

Diana Bellesi



¿Más bella o más plena

esta rosa de mayo
última en el bastión
previo a las heladas?
Así me veo
Rojo aduraznado,
cuajada en el aire
como una dama que celebra
el final.




Diana Bellesi, poeta, traductora y ensayista, nace en Santa Fé, Argentina en 1946. Hija de humildes emigrantes italianos trabajadores del campo. Escribe sus primeros poemas con 13 años y este descubrimiento le lleva a estudiar filosofía. Apenas terminada la carrera viaja durante seis años por todo el continente sudamericano; lo curioso del viaje es que lo hace andando y trabajando en cualquier trabajo que le diera sustento para continuar su aventura.
Está considerada en su país como maestra y gran referente para las generaciones nuevas de jóvenes poetas con los que colabora y enseña en talleres de formación. Impartió clases de redacción en distintas cárceles. Se define con un perfil claramente feminista. La docencia, los viajes y la poesía dicen ser sus tres pasiones. También cuenta que escribe solo aquello que siente y experimenta.

Ha sido galardonada con muchos premios literarios, destacando el Premio Nacional de Poesía Argentina 2011 por Tener lo que se tiene (obra reunida) y otro de la máxima distinción, el que otorga La Feria del Libro de Buenos Aires.

Ha editado más de 25 poemarios. Su obra puede ser reconocida a simple vista por su singular voz de dicción brillante. Su poesía creó un lenguaje propio sobre el paisaje, un lenguaje de afecto hacia los animales, las plantas, el agua, los habitantes del delta donde vivía en Zavalla.

En la poesía de Diana Bellesi hay ofrenda y celebración de las pequeñas revelaciones que se repiten sobre la huella de la conciencia humana. Pura emoción que llamea y se enfría para volver a encenderse. Fondo y forma en movimiento fugaz bajo el tambor del corazón. Su corazón de vanguardia le viene de ser retaguardia, vigía del fondo, atenta a lo que se deshecha, a lo inútil porqué allí se alza para ella lo que siente como una epifanía. Ella lo sostiene y lo impulsa de nuevo. A través de su voz discurre la vida como en un cedazo donde rescata las pequeñas astillas de todo aquello que se revela. Atención y artesanía. Las tareas de esta gran poeta: desatarse de lo aprendido que previamente debe aprenderse y disminuir así los ecos de las voces altas para dejar oír la pequeña voz del mundo.




Si el corazón no lo empuja no hay poema.
Diana Bellesi



EXIGIR AL CORAZÓN ESTARSE QUIETO


A punto de apresar una certeza
se vuelven ceniza
imagen e idea. La pregunta apela
en aquello que la origina
hallar respuesta
El mundo entero de las formas
expresa
un plan y gloria
aciertos en la fuente donde
chopos de la vida y
la muerte
tejen agua
Todo expresa
y es labor de la conciencia
hallar sentido
hasta que ella
se pregunta por sí
Atado a su imagen
Dios es joven
mirándose en la fuente
La creación visible
le devuelve
identidad. ¿Somos fragmentos
de su conciencia desplazados en la vacuidad?
Sujetos al tiempo
como una piedra que cae
al estanque y quiebra
continuidad de la imagen. Fragmentos
sin pies ni cabeza. A punto de apresar
una certeza
se destruyen en el agua
imagen e idea. Otra posición
inaugura el espejo. Exige al
corazón estarse quieto. Pobre timonel
que busca en el actuar
los mares de aceite donde
verse entero. El anhelo le da ser
y su ser el remolino que produce
una piedra al caer
sobre el espejo de la imagen
completa.



DÍA DEL PERDÓN


De todas las cosas que me han pasado en esta vida 
son las inocentes las que recuerdo con hondura
y más mientras los años a disparada como potros
en una estela de polvo también pasan y pasan, 
pero el vicio nunca acaba de andar así ensuciando
esa claridad solita que viene por encanto
y por gualicho bruto se va de andar pensando fiero
o pensando mal de esto o de aquello y sobre todo
de la siempre linda inocencia franca para darle
a los demás y más aún de la que tienen los otros
o ganas de tenerlas de seguro como yo, 
dar y recibir así de ida y vuelta y natural 
si miramos bien las cosas qué fácil es perderse
en belleza inocente que no calcula porque ve
solamente hondura o ese espesor de la vida único
al hacer las cuentas donde es llamado el instante
que no nos dio cosa ninguna más que el alma entera
y sabionda de saber nada se lleva y sólo fue
ganar fue seguir en la montura sutil del viento




GOLPE DE ESTADO


Un jardín proporciona mayor certidumbre
 que cualquier sistema filosófico
Ernst Jünger

Muestra el hueco, la cuenca vacía donde ahora
reposa en dorada esmeralda
el iris impreso del globo, la mirada
Muestra la mandíbula
una carcajada fósil, lejos del tumulto
risible de la vida que la desata
Muestra su quietud
a la otra mitad en movimiento: el embate
vivo de la cara. Intenta anticipar
aquello que siempre golpea por sorpresa
Se demora. Se le hace que hablará
a su otra mitad la calavera
Busca restituir
la nacarada fruta de la carne en su media cara
Recuerda un bolero un mapa de
tropical islands. Calavera no llora ni mama
Reclama una ilusión: la fiera o el pasto de las
fieras. Una retórica salvaje exige
enemigos a la vista, higos manando
la dulzura de su leche en medio del verano
El ideal rotundo de la muerte, transformación
cambio-ácaros, hongos y babosas modificando
los canteros desordenados- o una imagen que niega
en su belleza inmodificada
la existencia del jardín. Borrar
la muerte o actuarla no es nunca su anticipo:
aquél, vídeo clip sin sentido
de la ofensa. Pequeña y patética
muestra
el hueco, la cuenca vacía donde ahora el iris resalta
la belleza siempre condenada y que siempre
otra forma delata



Si todo orden
es aleatorio, me sujeto
a éste, aunque precario
eterno en mi mirada:
Belleza bárbara
del matorral salvaje
donde se asoman
las flores más pequeñas
y delicadas: capullos
espigas y florcitas
redondas como coronas
que a su centro
petalan. Belleza
disciplinada donde se abren
las rosas pálidas y moteadas
o alguna reina
aislada, alada. Fasto
perfumado de los ligustros
lo que viene a solas
o lo puesto, ahora
está despierto,
se orquesta para gloria
y una olvida, el horror
del vacío perfecto
Las cápsulas dehiscentes
de la rosa
de mayo estallan
y caen sus semillas mientras
la planta se prepara
a elaborar sus flores
acapulladas con que el
otoño se retira
Sí, estar en el concierto
y modificarlo
sin borrar la marca
del origen
“Ver los pájaros”
dijiste, “no es difícil,
requiere un gesto
de paciencia. Si metemos
la cabeza en el mato
ellos vendrán también,
son curiosos a mirarnos"
en la hondura de las islas
los búhos rasgan
la masa delicada
de la música. Llaman. "Shektani"
se repite en bantu,
las guineas
do matto en las sabanas
de Mozambique. "Shektani"
de doble cara:
el diablo. He visto
en la verja de bambú
del porche de mi casa,
una tacuarita
devorar las moscas
agonizantes que pendían
de la tela de una araña
Detalle,
y la gracia su media cara
sí, lo que alcanza mi
mirada. Me sujeto a este
orden y acepto
lo que mi alma teme:
no visto por mi ojo
aquél, vacío perfecto




ESTADO DE DERECHO


Dios no es malvado, es sutil
Albert Einstein

Si así fuera
Tránsito apariencias
y frase
perdida en un delta del
discurso y de la imagen
jamás completa
Si no hay belleza de la
forma que se yerga
como un halcón sobre el
paisaje
Si así fuera
Pequeña potestad del
anhelo sobre la tierra
¿eres tu propio fin?
¿y el poema
la mesa la madera
el cedro erguido como una
estela del verde tierno
en primavera y el bebé
bajo su sombra sostenido
en ambas piernas por primera
vez
un absurdo epistema?
que genera preguntas que no contienen
respuestas si así fuera





En su oración final el moribundo 
deja de decir ayúdame para decir gracias.
del Bardo Todol



El CORDERO NUEVO


Cargando su cruz primero
en el largo Gólgota del cuerpo
mi padre dijo “¿Por qué
hay que sufrir tanto -me has
abandonado- para morir?”

Mis brazos fueron su madero
en la camilla de hospital
donde la sangre derramaba.
Sometido a las leyes del blanco
carnicero, herr doktor, fräulein caba,
aparatos y enfermeras
y el sol de marzo cayendo dulce
tras las ventanas. Un hombre
viejo a quien se trata
como a un niño que molesta

Desobedecer su derecho
en la hora última, no dejarlo
partir desnudo y digno
bajo la sombra de su casa.
Te pido perdón, mi cordero

¡Pietà, Pilatos o Pedro he sido
sosteniéndote en mis brazos!,
dolor y miedo me hicieron
traicionarte, puesto a merced
de centuriones aguijoneando
tu cuerpo hasta la muerte.
Quise retenerte y luego quise
dejarte ir.

Hora tras hora recé en silencio,
mecí tu cuna diciendo no
tengas miedo, todo
está bien, déjate ir, menos
las horas últimas,
en exilio y solo, fría
luz de neón sobre tu rostro.

Entubado y amarrado
Tus heladas manos y los pies
inmóviles en la cruz,
el mecánico gemido
del respirador y la melena
siguiéndonos
como una estela funesta.

Solo, apenas una hora
junto a vos, inerte en las últimas
veinticuatro. El matadero
de terapia logró acallarte.
Tu demanda “quiero sentarme”,
tu demanda “¿por qué?” y el alma
dónde, rondando, buscando
la salida hacia esa luz
que deseo estuviera
para vos, llamándote,
lo que no escuché, la ausencia
que me sigue, lo que no
escuché: “gracias”

Envuelto en sangre decías
“qué vergüenza” y dejé
que te hurgaran las entrañas,
no custodié tu vida yéndose
en sangre hacia tu muerte,
no le dije no, fraulein doktor
¿para retenerte?, por acortar
la escena del dolor, y otros
se encargaran de tu muerte?

Te he negado, he negado tu deseo
de morir en casa entre los lares
conocidos. Tu cara de niño,
de cordero degollado
entre las manos de los médicos.
No fui tras de vos, no te acuné
en los instantes lúcidos del fin.
Los dejé hacer. Tu muerte
comunicada por extraños,
ajetreo en los pasillos
decírselo a mamá
cavada como sombra
en los sótanos del hospital

Ese hombre dulce y manso
con tanto miedo en su final. Tanto
dolor, tanto miedo tanto frío
alrededor. Ser el brazo
funcional que actúa. Mamá
abrazando tu cadáver dice
“me esperó, sentí su último
aliento” ¿y tu alma? El sonido
del respirador ya cesa,
ser el brazo funcional
que actúa, el viejo cura
con su sotana negra ¿bendijo
tu partida? Bendijo la cabeza
de la esposa del cordero.
Ella me dio la bolsa
con tu ropita dentro, lista
para llevarte a casa, vivo
o muerto en el ataúd de cedro.
Ponerte los pantalones,
las medias, los pies hermosos
de un hombre joven. Atender
los negocios de tu muerte,
este ataúd, no, éste, arréglelo
bien. Cara amoratada por la venda
que sostuvo el caño
respirador entre tus labios,
que no te dejara hablar no
te dejó decir aquel “¿por qué?”,
o aquel “gracias” que mis noches
inventan ¿y tu alma? Ser el brazo
ejecutor, ser el padre
que sostiene, no llorar,
la invisible viga, la promesa
de cuidar.

El acto magno de una vida:
velar. Vodevil de pueblo
y pathos de la tragedia.
Las flores que sofocan, café,
tener hambre, tener sueño,
conversaciones en las tinieblas y ser
un noble, lo sé, así lo hubieras hecho.

Los yuyitos brillan vivos
tras las ventanas, deseos
de terminar. Los otros
necesarios del afecto
necesarios en la escena
de frontera: declararte
muerto, honrarte con frases
automáticas, el vía crucis
de los deudos Padre nuestro,
los pasos tras el féretro, última
caminata con nosotros,
las campanas que repican, tan,
lento, a vacío, tan,
a corazón partido. Y el dulce
cementerio somnoliento
del domingo tardío.

Mamá que dice “enterrarlo
junto a la madre no, no quiero
devolvérselo”. No puedo
despedirme y huyo. Tanto
sol tanta belleza la semana
siguiente a tu partida. En cada
atardecer salí a buscarte.
por el campo, la oración dulcísima
del llano. Y no te hallé

Dije “gracias”, a vos, por vos
por mí. Y a la semana
de tu muerte fui al cementerio,
saludé a tu madre, a tu padre,
a tus hermanos y parientes.

Lloré en la tumba de la abuela
En la tuya, no lloré. No pude
despedirme. Te dejé,
pegadito al ataúd, semillas
de araucaria. Todo empieza. Amén

martes, 21 de mayo de 2019

LA FIESTA DEL SENTIDO

"Creo que Bach podría probar la existencia de Dios. Después de escuchar a Bach, de ciertos pasajes, me digo: esta música no pudo haber sido escrita en vano. Esta belleza inconmensurable algo está significando, algo está queriendo decir. Y en ese algo se abre una puerta a una expectativa. A una especie de sentido, a una iluminación. También cuando leo gran poesía me ocurre lo mismo. Por eso a veces yo podría definir a la poesía como una fiesta del sentido. Por supuesto, en esta dirección la poesía se convierte en un consuelo. Yo creo, incluso, que la gran poesía está postulando una eternidad que debe incluirnos a todos. Tengo el sentimiento dramático de la poesía. Y es como una estancia religiosa. Podría considerar incluso aspectos parciales para reflexionar sobre el arte de la poesía. " 

Joaquin Giannuzzi




Dicen de las composiciones de Bach que tienen estructura matemática, su técnica fascina a expertos y amantes de la música clásica. Lo que la hace admirable y hermosa es la combinación de emoción y estructura, poesía y matemáticas. Dejarse llevar por la melodía de sus arias es todo un regalo de plenitud para el espíritu, una fiesta para los sentidos.

martes, 14 de mayo de 2019

MI VIAJE POR SICILIA

Aterrizamos en el aeropuerto de Palermo con mi pareja y una amiga a media tarde de un viernes de Junio. Teníamos bien estudiada la ruta que queríamos hacer y los lugares donde íbamos a alojarnos, atendiendo sugerencias y recomendaciones de otros viajeros. Nos disponíamos a pasar doce estupendos días de vacaciones recorriendo la histórica isla de Sicilia.  




Arrancar el vehículo en el aeropuerto nos llevó su tiempo, nos proporcionó una  dosis de estrés que hubiera podido evitarse de habernos explicado que para su encendido debíamos pisar el freno, pero eso no fue nada comparado con lo que nos esperaba más tarde en Palermo: la conducción temeraria de los sicilianos,  parecían todos querer atropellarnos y un GPS que nos tuvo dando vueltas por la ciudad un rato largo, en medio de un caos que nos puso de inmediato en alerta. Nos parecieron formas poco amables de recibir a unos viajeros entusiasmados y entregados como nosotros. El estado de alerta y la necesidad nos hizo captar de inmediato su código de circulación que venía a decir:
 " Viajero, si conduces por Sicilia y eres extranjero, que sepas que nunca has de pedir permiso ni parar antes de incorporarte a una vía principal, dejas que te vean y sin ningún remilgo ni permiso te lanzas y te cuelas" esa es la norma de circulación que rige en toda la isla. A su favor diré que en los doce días que estuvimos viajando jamás presenciamos ningún accidente, ni nada que se le pareciera.
Cuando conseguimos llegar al primer alojamiento, darnos una ducha y sacudirnos los nervios, salimos a conocer la ciudad. Solo íbamos a estar una noche, y el propósito era dar una mirada de pájaro recorriendo las calles del centro histórico. Encontramos una ciudad extremadamente monumental, palacios, templos, fontanas, teatros y edificios históricos de todo tipo,  todos impresionantes, a destacar el Duomo y el gran Teatro de la Ópera Massimo, el mayor de Italia y el tercero más grande de Europa donde se celebran eventos culturales de todo tipo, principalmente de ópera.



Nos perdimos por sus barrios antiguos de calles viejas, estrechas y malolientes, el  descuido de las casas y la suciedad en las calles nos sorprendió. No hacía ni dos horas que habíamos aterrizado; teníamos la sensación de no saber en qué país estábamos. Todo el casco viejo está impregnado de numerosas huellas de antiguas civilizaciones: árabes, normandas, españolas, bizantinas que perduran después de varios siglos en las estructura arquitectónicas de sus edificios clásicos. 



Después de tres horas  recorriendo la ciudad nos sentamos en una terraza, queríamos refrescarnos, pues el calor era intenso, y también degustar los arancinis, bolas fritas típicas sicilianas muy ricas, rellenas de carne, arroz, verduras y queso,  que se pueden encontrar en todas sus formas en cualquier establecimiento de comidas.




Siguiendo el programa establecido, al día siguiente, pusimos rumbo a Castellamare del Golfo donde nos íbamos a alojar para conocer el bellísimo e inacabado templo griego de Segesta, no sin antes conocer una de las catedrales más impresionantes de obligada visita, la catedral de Monreale, de estructura árabe normanda, con unos mosaicos muy hermosos.




Por la noche salimos a conocer el bonito pueblecito costero, nos dirigimos al puerto, era sábado, sus calles y terrazas llenas de gentes, sonrientes y amigables hicieron el paseo nocturno muy agradable. La temperatura, la compañía, la charla, un paseo como digo delicioso, nos sentíamos afortunados y felices. Regresamos a la casa de hermosas paredes de piedra, toda para nosotros, muy cuidada, muebles i limpieza impecables, tenía todo cuanto necesitábamos.





Siguiendo nuestra ruta hacia el este, el tercer día nos dirigimos a Castellvetrano, una localidad con poco interés turístico, salvo el lugar donde nos alojamos, una delicia de casa con un jardín espléndido, toda ella llena de detalles de valor y buen gusto, muy cuidada y dispuesta para nuestro disfrute. Nos lamentamos de estar solo un día, así que sin perder más tiempo fuimos a visitar el templo de Selinunte, majestuoso templo griego, bastante bien conservado, para más tarde disfrutar de la casa el poco tiempo que íbamos a estar.




A la mañana siguiente Mássimo, su anfitrión, nos ofreció un desayuno espléndido con frutas, cornetos de hojaldre y crema buenísimos y los pastelitos típicos de la región, acompañados de un excelente café que tomamos en una de los rincones del jardín, rodeados de hermosas flores y acompañados por el canto de los pájaros. Nos hicimos muchas fotos, nuestra cara era toda alegría, nos sentíamos muy agradecidos por como transcurría el viaje y por la buena sintonía que se respiraba entre nosotros.








La visión de la isla en cuanto a paisaje no nos maravillaba, viajábamos entre colinas y montañas de poca altura sin perder de vista el mar y aunque íbamos dispuestos a parar y darnos un baño en cualquier momento, no era fácil, pues su costa accidentada cuenta con escasas playas de arena.













El cuarto día parada, obligada en Agrigento, otra visita imprescindible recorriendo El Valle de los Templos, un largo paseo de hora y media en llano, visitando los vestigios de la cultura griega, eso sí, protegiendo siempre la cabeza con sombreros y pañuelos porque no había sombra humana donde cobijarse. Era media tarde y el sol pegaba fuerte, se recomendaba hacer la visita de mañana y llevar siempre agua. A destacar el templo de Hera y el de la Concordia, el más espectacular. Por la mañana nos habíamos acercado a la playa a conocer “Scala dei Turchi” o “Escalera de los Turcos, una formación geológica blanca muy curiosa que desemboca en el mar.








Acabamos bastante cansados, pero de regreso al hotel nos repuso una buena ducha con su descanso y sobre todo las deliciosas pizzas que nos tomamos en una preciosa terraza de ático de un restaurante desde donde se divisaba el mar.  Está ciudad, Agrigento, nos decepcionó en parte; estábamos alojados en la parte antigua, apenas podíamos estacionar el coche para bajar el equipaje, de nuevo calles sucias, estrechas, sin apenas luz natural. Por la tarde cuando la recorrimos relajados antes de la cena la vimos con otros ojos y apreciamos aspectos más interesantes  que mejoró la impresión del recibimiento. Lo que no mejoró fue la horrible sensación de un edificio antiguo, que ofendía las miradas, de lo que parecía una "iglesia remendada" (porque aquello no tenía otro nombre para describirla) con ladrillos, como si se tratara de un almacén de guardar piensos. Todo apuntaba la falta de recursos para mantener el grueso patrimonio histórico de la isla, toda Sicilia es un museo,  repleta de cultura y de historia. Los edificios más emblemáticos están cuidados y conservados, el resto deja que desear.

Las ciudades y pueblos que visitamos por todo el recorrido tenían todos una estructura similar,  compuesta por una calle muy, muy larga, vía casi única: ruta de tráfico, paseantes, y comercios, lo que venía a ser la arteria principal donde confluían todas las otras calles, sumamente estrechas y oscuras, también sucias, que no invitaban a recorrerse.
El quinto día dejamos atrás las costas y nos dirigimos hacia el interior de la isla para visitar Enna y Piazza Armerina con su preciosa Villa romana de Casale uno de los vestigios arqueológicos Romanos con los mosaicos mejor conservados que yo he visto nunca. Interesante y agradable recorrido que permite contemplarse sin los agobios del calor, ya que en todo su recorrido hay sombras con techos volantes construidos de manera que los mosaicos quedan protegidos. A la salida, nos refrescamos con una granita, otras de las especialidades Sicilianas, que viene a ser un granizado de diferentes gustos que se puede tomar en tarrina o en una especie de bollo que aunque parezca chocante no le queda mal, aunque a mí me pareciera que no era para tanto.






Ragusa y Módica, fueron las ciudades clásicas que visitamos el sexto día de viaje, muy singulares ambas, así como sus edificios barrocos muy bonitos y con mucha historia. Nos gustó más Módica influenciados tal vez por otro bonito apartamento donde nos tocó alojarnos esa noche, no sería fácil olvidarlo;  exquisito y de muy buen gusto, lleno de pequeños detalles, y con unas vistas panorámicas preciosas de la ciudad. Aquí nos ocurrió una  anécdota muy graciosa, Alice era la propietaria, pero no fue ella quién nos abrió el apartamento, fue el que imaginamos era su pareja. Al parecer confundió a la mía  con un actor de "alguna película de Almodovar" y Alice me mandó un Whatsapp pidiéndome si podíamos hacernos fotos en su apartamento para ella colgarla en sus redes, pues decía admirar mucho a este cineasta español. Lamentamos  defraudarla al comunicarle que se confundía de persona, pues ninguno de nosotros era actor. Se rió bastante cuando se lo contamos, nos quedarnos con las ganas de saber de qué actor se trataba, aunque alguna pista teníamos. Esta anécdota dio para muchas risas durante el resto del día y de la noche mientras degustábamos  las delicias del lugar en la terraza de un restaurante.











No he contado que los lugares que elegimos para dormir, fueron todos tipo b&b y también airbnb, alojamientos que nos garantizaban el confort, la amabilidad, la sorpresa y las condiciones que nos gusta encontrar cuando viajamos. Os dejaré las direcciones más abajo por si os son de utilidad. Todos, salvo pequeños detalles fueron excepcionales y muy recomendables.














Los días séptimo y octavo conocimos la preciosa arquitectura barroca de Noto, también Siracusa con su magnífico teatro Griego con capacidad para más de 15.000 espectadores, en la que se celebran actualmente espectáculos de teatro clásico durante todo el verano. Ortigia, es como una isla separada de Siracusa por un puente donde se encuentra la parte histórica de la ciudad y todo lo más interesante que ver. Aquí nos tomamos dos días de descanso para poder relajarnos, aunque a decir verdad ni el viaje ni el trajín del equipaje nos estresó en absoluto, íbamos bien preparados y llegar a los sitios nuevos con el trato tan bueno con recibíamos de los anfitriones lo hacía fácil. Una buena ducha nos sacudía el calor acumulado del viaje y nos ponía de nuevo en marcha para seguir visitando los lugares que con tanto gusto íbamos descubriendo. Siracusa nos gustó mucho, es una ciudad muy visitada por los turistas con mucho atractivo y con unas callecitas por su centro histórico que la hacían más que agradable: pasear, sentarse en una terraza a tomar una caña y ver pasear la gente era suficiente. Ese día cenamos en un pequeño restaurante del centro histórico, que nos había dicho el anfitrión, y siguiendo sus consejos pedimos atún con pistacho, a modo de gabardina, ese fruto seco que tanto abunda por Sicilia está muy presente en todos sus platos, he de decir que la recomendación fue muy acertada.











Noveno y décimo día nos dirigimos a Catanía recorrimos los poco mas de cincuenta kilómetros que la separan de Taormina y conocer así uno de los enclaves más turísticos y ricos de la isla: restaurantes, hoteles, tiendas de ropa, joyerías, objetos artesanales... Una ciudad que parecía vivir toda ella para recibir al turista. Espectacular su teatro griego con vistas al mar, donde hicimos muchas fotos y charlamos con otros viajeros de nuestra lengua, la mayoría argentinos, como el matrimonio de Entrerios algo mayor que nosotros que nos pidió que les sacásemos una foto y con los que estuvimos charlando amigablemente un poco de todo, nos contaron que se conocían desde que tenían diecisiete años, que los dos se habían casado por separado y enviudaron hacía pocos años y que se habían vuelto a encontrar; él tenía cuatro hijos adultos y ella ahora solo dos porque la tercera junto a una nieta se las llevo un terrible accidente y ahora, nos decía, la vida la estaba recompensando al encontrarse de nuevo a este antiguo amigo o novio, no sé muy bien, por tanto dolor vivido. Esta y otras historias que vivimos con diferentes viajeros con los que nos íbamos encontrando a lo largo de todo el trayecto  y que duraban el discurrir de un tramo de calle o el tiempo de  espera de una cola en taquillas, le daban al viaje un carácter amable de cordialidad y curiosidad, también un sentido de hermandad. La verdad que agradecíamos esos momentos, así como el trato abierto y simpático de los sicilianos, en especial de ellas, también el de las personas que nos recibían cuando nos hospedábamos, se notaba un manifiesto interés por agradar y acomodarnos con gusto, la puntuación que luego debíamos hacer en las páginas de internet, a petición de casi todos, debía ser bien favorable, pero ellos se mostraban naturales y serviciales, cosa que agradecíamos en todo momento.






Taormina nos gustó mucho y Catania nos recibió muy bien, a pesar de su mercado central del que salimos huyendo de sus pestilentes olores y sus ríos de agua sucia corriendo por el suelo y  ensuciando nuestros pies. Se nos había hecho tarde, nos entretuvimos en una de las principales plazas centrales de la ciudad, de la que no recuerdo el nombre, que acogía a novios recién casados, en carruajes haciéndose fotos, queríamos comprar pez espada, lo habíamos comido hacía un par de días, a la brasa y nos pareció delicioso, y salimos con un kilo de cerezas, judías tiernas y un asco que no podíamos con él, supusimos que llegamos en mala hora, cuando los comerciantes desmontan los tendidos y con prisas recogen para cerrar.


Una de las dos comidas principales la preparábamos en casa, lo resolvíamos rápido, y la otra la hacíamos fuera. Esa tarde paseamos con mi amiga por las calles del centro mirando escaparates y disfrutando de la moda italiana, yo me había comprado un conjunto muy bonito de blusón semi trasparente estampado en rojos y un pantalón pitillo verde  de los que no acostumbro a ver en mi ciudad, estábamos contentas con el momento schopping,  mientras, mi pareja había ido a visitar una exposición de litografias de  Toulouse Lautrec a la que no nos habíamos apuntado. Vimos muy pocas exposiciones de interés o de pintura en todo el recorrido del viaje, y nada prácticamente de música, cosa que nos extrañó y nos hubiese encantado.

Catania es una ciudad grande, en cierta manera me recordaba a Francia con sus múltiples y pequeñas terrazas en las aceras de los también pequeños restaurantes, todas preparados para degustar platos sencillos bien servidos. En una de esas terrazas nos sentamos en una bocacalle que da a la Avenida  principal, Etna pudiera ser su nombre,  y justo en la mesa de al lado, de nuevo unos viajeros extranjeros que al oír nuestro español se interesaron por nosotros: alucinamos con su historia, era un matrimonio mayor de Interlaken, Suiza, habían recorrido la isla en bicicleta, ella nos confesó tener setenta y cinco años y él por ahí andaría, tenían un aspecto delgado, muy saludable, pero lo que los hacía singulares era su alegría.  Nos contaron que habían recorrido nuestras costas españolas desde Biarrizt, todo el cantábrico, antes habían pedaleado por el Tourmalec y también se habían hecho la costa mediterránea del levante. No sé lo que debieron comer  porque cuando nos sentamos ellos ya habían acabado, recuerdo que yo le dije a él que debían comer bastante, con tantas calorías como quemaban en la bicicleta y el en tono jocoso  me contesto y "beber" señalándome una jarrita de vino vacía. Fue una pena porque el camarero nos interrumpió y ellos  aprovecharon para pedir la cuenta, decían que al día siguiente ya estaban de regreso a casa y se tenían que acostar temprano. La verdad es que en los viajes, esas pequeñas anécdotas que vives con la gente que vas conociendo dan notas amables de color que nunca se olvidan.

La vida siempre sonríe si tú le sonríes, la vida siempre te daña si tú la dañas.
Con este pensamiento vivimos y viajamos por el mundo, también con el convencimiento que nada pasa por casualidad, que todo lo que deseas y esperas tarde o temprano sale a tu encuentro o permanece quieto para que lo encontremos. Todo aquello que deseamos y nos esforzamos en merecer lo obtenemos. 

Cuando viajamos queremos  tener muchos datos de lo que vamos encontrando, nos dejamos impresionar por la historia escrita y trasmitida de todo aquello que vemos, pero nos olvidamos que somos hijos y  herederos del pasado, que hay una huella impresa en nuestros genes de todo lo acontecido, que para entender y saber en una dimensión mayor, con una mirada amplia y holística se deben de eliminar filtros y barreras que nos permitan tener una comprensión mucho más completa. Para ello debemos sensibilizarnos con la percepción intuitiva, sin juicios ni barreras mentales: alejarnos de la contaminante charlatanería a la que estamos expuestos, y aislarnos en la medida que podamos para así  leer en modo percepción de entre las entrelineas de todo aquello que vemos, oímos, leemos o nos cuentan. Vestir la información con la sensación y valorar en su conjunto donde reside el valor genuino y auténtico de las cosas, qué tiene y que no importancia, que es de verdad lo que da valor y sentido a nuestras vidas. Quizás muchos dejarían de adorar deidades y abandonarían falsas creencias, mitos y leyendas mil. Lo más importante de la humanidad está en nosotros, por muchos mundos que recorramos en busca de su historia,  todas las llevamos dentro; con esa visión del mundo viajo y vivo, aprendo y disfruto. 
Otras de las característica de viajar en grupo es los escasos momentos que se tienen para recogerse a  escuchar lo que el lugar tiene que contarnos. A lo largo de este viaje, no obstante nosotros lo hicimos,  personalmente sentía que algo se me escapaba, no estaba allí solo por turismo o por casualidad.  ¿Qué tenía ese lugar, con tanta historia, que contarme que no me explicaban los guías ni los folletos? No lo escuchaba, o eso creía:  sus paisajes interiores  no me acababan de satisfacer, no sentía la suficiente conexión con la isla, sí apreciaba el interés histórico cultural del lugar, pero los mares que rodeaban la isla los percibía lejanos, apenas había playas donde poner un pie, yo irónica lo explicaba diciendo que Sicilia era una isla más dispuesta a ser asaltada que disfrutada. Pero no era cierto, ese  encantamiento que yo ansiaba llegó hacia el final del viaje.
Han pasado varios meses desde que regresé y cuando he vuelto a estas líneas que dejé abandonadas al poco de llegar las retomo con gusto y siento la conexión con el lugar y los maravillosos momentos vividos,  aprecio con otro valor la experiencia del viaje y la grandeza manifiesta y belleza del lugar, su espectacular monumentalidad arquitectónica y todo el legado cultural de su  patrimonio. Sucia, si, descuidada también, pero acogedora y excepcional isla, con sus tres mares abrazándola, digna de ser tomada, conquistada  y disfrutada sin lugar a dudas. 


Cuando acabando el recorrido pisé por primera vez Nicolosi, y respiré el olor de la ginesta a los pies del Etna, pude apreciar la majestuosidad de la montaña volcánica. Recorrí  impresionada los doce kilómetros que la separan hasta llegar al primer cráter, quedé maravillada, estaba ante un auténtico templo de la naturaleza, sentí la conexión con la tierra: nos pertenecíamos, era sin lugar a dudas el lugar más sagrado de todo lo visitado hasta el momento. Ahí estaba mi yo auténtico, esa tierra era mi casa, todo en ella era verdad.
Nos descalzamos para sentir el contacto cálido de la tierra caliente, áspera y pura. La única nota contaminante del lugar,  nosotros los turistas sacando selfis, bajando y subiendo pesadamente de los autocares en indecorosa alineación, estropeando las vistas de la naturaleza,  sin el debido y merecido respeto que la montaña volcánica merece.




Ese día y esa noche serían los últimos que pasaríamos en la isla, nos alojamos en casa de Patrizia, una mujer nerviosa, en sus gestos y manera de hablar, de mediana edad, que se deshizo por atendernos, nos alojó en el piso encima de su casa  donde vivía con su familia, una casita con su pequeño huerto y jardín en un entorno entre rural y residencial. Queríamos lavar el coche, lo traíamos lleno de polvo y sucio de todo el viaje, al día siguiente lo debíamos dejar limpio en el aeropuerto y les pedimos cubos y agua:  no consintieron, ella y su marido mano a mano con una manguera en un pestañeo nos lo dejaron completamente limpio. Este es un detalle más de los muchos que hicieron que este viaje fuera tan agradable y digno de recordar, y de otros tantos que por extensión he ahorrado.





El Etna con sus cuarenta kilómetros de diámetro nos conquistó, sí,  sus cráteres, la majestuosidad de su cuerpo montañoso, lo que íbamos sabiendo y conociendo de su dominante historia. Como en el siglo XVII,  hacia el año 1650 sus lenguas de lava alcanzaron las puertas de Catania, a 25 kilómetros de distancia. Me cuesta imaginar sepultadas en sus entrañas tanta vida  engullida y arrasada volviendo a emerger. Hoy a sus pies viven gentes en pequeños pueblos  en la más absoluta normalidad. El volcán sigue activo, en clara  actividad, los vapores emergentes que lo coronan de manera permanente y pueden apreciarse claramente. Contradictoriamente sentí que ese paisaje era también mi casa, un lugar donde vivir que trasmitía paz y fuerza, un lugar cerca del cielo donde todo estaba adecuadamente orquestado por la naturaleza a la que pertenecía y me  con la que me sentía conectada. Su silencio creativo motivaba, proporcionaba serenidad y pureza. Eso daba un sentido auténtico a la vida, al viaje, al camino.






Cuando nos despedíamos del lugar para dirigirnos ya de regreso al aeropuerto de Palermo sentí que era el momento de sentarnos a agradecer lo felices que fuimos esos doce días por todo lo que acabábamos de vivir, y así lo hicimos. Yo expresé mi agradecimiento a mi compañero de viaje y de vida: el otro cráter volcánico, como yo, al que llevo unida desde muy jovencita, el que me abre infinitos caminos y me pone piedrecitas para que supere retos, al que quiero, al que admiro por sus muchos conocimientos y su incansable curiosidad de niño, el mismo que siempre quiere salvarme aunque yo no me deje, y a ella, mi gran amiga Rosa, la mejor compañera de viaje que uno pueda llevar: destaco su generosidad en el sentido más amplio de la palabra, su buen carácter y su alegría. Rosa sabe querer, dar valor a las cosas y sobre todo a las personas, estar con ella es como estar en casa. Y como no a la vida, a los pies del Etna, agradecer el precioso viaje que nos había regalado, lo mucho que aprendimos y disfrutamos, dándole sentido y valor a todo cuanto nos rodeaba, y haciéndonos entender que formamos parte de un todo, que somos ciclo y recorrido que culmina y se repite, para iniciar de nuevo el viaje. Guerreros convulsos, como el volcán, también hechos de silencios, y es desde ese silencio que crecemos y nos construimos como templos, consistentes y hermosos sin más elocuencia que lo vivido. Vivamos todo de la mejor manera, intentando mejorar la vida, entendiéndonos, amando y sintiendo. Disfrutando con conciencia del maravilloso viaje de vivir.

Elena Larruy






La mejor manera de viajar es sentir. Sentirlo todo de todas las maneras. Fernando Pessoa



Estancias recomendadas donde estuvimos:

Palermo  Palermo Rooms

Castellmare del Golfo: Casa Vacanze Cappucini

Castellvetrato: Dimora la Grazia

Agrigento: B&B Garibaldi 61

Piazza Armerina: Giucalem La casa Negli Orti

Módica: Casa Nuvole

Siracusa: Il Borgo

Catania: Airb Casamiaincitta

Nicolasi: Airb La Terra Patrizia

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