lunes, 21 de enero de 2019

CAUTIVERIO




Este poema "visual" de Carolyn Kizer, cuyos versos, a modo de fotogramas, parecen sacados de una película de los años cuarenta, explica cómo una educación exigente y muy celosa hacia los hijos, les trasmite un sentimiento soterrado de temor e inseguridad. Sumidos en el silencio y la obediencia se construyen espíritus mutilados, gargantas sin voz, artistas sin manos, científicos sin oficio, personas sin nombre. Y aun pudiendo responder a las  expectativas paternas del "producto final acabado" y el resultado de los logros pudiera parecer exitoso, no lo es. La virtud se deforma y el talento empequeñece cuando se vive cautivo bajo un régimen de vida autoritario y severo, como fue el caso de esta poeta estadounidense.  




C A U T I V E R I O 




El cuarto tiene pocos muebles:
una silla, una mesa, y un padre.

Se sienta en la silla junto a la ventana
libros sobre la mesa.
El momento es siempre justo después del almuerzo.

Pasas en puntas de pie mientras come su manzana
y lee. Levanta la mirada, enojado.
Ha escuchado tu respirar asmático.

Leerá durante años sin alzar la vista
hasta que tu niñez haya terminado:

olores, desorden y preguntas aburridas;
sangre, desde las primeras rodillas raspadas

hasta los primeros muslos manchados.
Estúpidas lágrimas de amor adolescente.

Un día levanta la mirada, complacido
por el producto final.
¡ahora está listo para amarte!

Entonces te induce con voz reservada
a leer a Keats. Tu lo aceptas todo.

Disciplinada en el silencio y el deber,
no le darás causa de reproche.
Se jactará de ti ante extraños.

Cuando la tarde envejece
caen sombras en un cuarto más pequeño
sobre la cama, los libros, el padre.

Le lees en voz alta
"La Belle Dame sans Merci."
le das su medicina.
Le dices que lo amas.

Esperas a que sus ojos se cierren definitivamente,
entonces puedes escribir este poema.







Carolyn Kizer

viernes, 18 de enero de 2019

LA ILUSIÓN QUE ME DESPIERTA

Un pensamiento tóxico repetido nos lleva a una disfunción de comportamiento nada aconsejable. No solo maneja una energía densa, tiene también una gran capacidad de contagio. Se acomoda en nuestra mente, que lo justifica y alimenta, de manera rápida haciéndolo cada vez más intenso. Más pronto que tarde esa negatividad  actúa directamente sobre nuestra autoestima y nuestro estado de ánimo, hasta llegar a la depresión... Esa vía neuronal que es un surco cada vez más y más profundo nos lleva al fracaso.
Intervenir en los pensamientos recurrentes negativos y cambiar su naturaleza es lo correcto. Encontrar buenas razones que justifiquen porqué están ahí, es el principio de que se diluyan. Los pensamientos inciden directamente sobre la salud, siempre podemos elegir con cuales de ellos queremos vivir para cambiar y mejorar nuestra vida.










Elegí la vida un poema de Rudyard Kipling


No quise dormir sin sueños:
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.

No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.

No quise vivir cansado:
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.

No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.

No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.

No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.

Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, cómo vivirla.

Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.

No quise vivir muriendo:
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija…
…porque moriré viviendo.




jueves, 17 de enero de 2019

SOY UNA MUJER




SOY UNA MUJER

Nadie puede imaginar
lo que digo cuando estoy silente,
a quién veo cuando cierro mis ojos,
cómo me enajeno cuando estoy enajenada,
aquello que busco cuando estiro mis manos.
Nadie, nadie sabe
cuando estoy hambrienta, cuando hago un viaje,
cuando camino, y cuando estoy perdida.
Y nadie sabe
que mi ida es un retorno
y mi retorno es una abstención,
que mi debilidad es una máscara
y mi fuerza es una máscara,
y que lo que viene es una tempestad.

Ellos piensan que saben
así que los dejo pensar,
y yo transcurro.
Ellos me pusieron en una jaula, así que
mi libertad debe ser un regalo de ellos,
y debo agradecerles y obedecerles.

Pero yo soy libre ante ellos, después de ellos,
Con ellos, sin ellos.

Yo soy libre en mi opresión, en mi derrota.
¡Mi prisión es lo que quiero!
La llave de la prisión es su lengua,
pero su lengua está enrollada alrededor de los dedos
de mi deseo,
y mi deseo no lo pueden nunca dirigir.

Soy una mujer.
Ellos creen que poseen mi libertad.
Yo dejo que se lo crean,
y transcurro.

Joumana Haddad




El siguiente enlace contiene una entrevista de la autora libanesa y una selección de  poemas de su antologia poética


lunes, 14 de enero de 2019

COMO PAN DE HOGAZA



No es fácil quererme por mi dulzura,
por mi exquisito tacto
ni por mi voz modulada.
Tampoco aprieto fuertes los abrazos
ni ato lazos, más que los  justos,
ni me adapto servil a las formas.
No soy de las que dicen:
te quiero cariño, a modo de estribillo,
y suena sincero.
Más todo me interesa
de los afectos,
de los valientes
que no impostan la voz
que no usan máscara.
Poco se nos escapa
ni a mí ni a mi instinto de gata.
Todo está ensayado,
menos el miedo.
Los que me han probado
dicen de mí
que soy rara,
desconocen la fuente
y el grado exacto.
Pero los que más hondo llegaron
sin complejos
salvando asperezas inocuas y crestas,
como picos de montaña,
cuentan de mi
que soy como el pan de hogaza,
pura ternura.
Por esta vez estoy de acuerdo
con los que así piensan.

Elena Larruy

lunes, 7 de enero de 2019

EL ALA DELTA DE LA POESÍA




Aplaudo y disfruto de las lecturas que hablan y se refieren  a la poesía, cada vez son más. Soy una obstinada defensora de este gran género literario. Me llega hace un par de días una columna de La Vanguardia donde colabora la periodista Pilar Rahola hablando de la Poesía, en esta ocasión. Me sorprendo gratamente viniendo de quien viene y curioseo a ver que tiene que contarnos la personal voz de una mujer guerrera, apasionada política y periodista, me felicito de que una mujer con su temperamento hable de un material tan sensible como es la poesía.
He oído muchas definiciones de lo que la poesía es y representa para las personas que la leen o la escriben: hogar, viaje, bálsamo, paz, descubrimiento y mucho más. Pero hay una definición que rechazo, que me molesta cada vez que la leo y es la siguiente: La poesía no sirve para nada. Empezar a debatir esta cuestión sería necio por mi parte, entre otras cosas porque a parte de ser un reclamo para llamar la atención es una manera de decir que no nos proporciona nada material: afortunadamente, porque de ser así seguro que mataríamos por ella. La poesía no está manchada de sangre, solo nos toca el corazón sin matarnos, aunque a veces y de manera metafórica nos duelan y hasta nos maten sus versos. No, no me gusta esa definición venga de quien venga, sea pequeño o gran pensador. Hombres y mujeres importantes amantes de las letras y de su historia diciendo estupideces humanas, por que en todos los géneros humanos hay mucha estupidez, y en todas sus dimensiones. "La Poesía está llena de riquezas", bastante cenicienta es para seguir haciendo de ella más sombra. A la poesía hay que elevarla, porque encumbra al corazón a lo más alto, da alas a la cabeza, trasmite paz, es una gran biblioteca repleta de sabiduría, es refugio, vuelo sin motor, consuelo, conocimiento. No acabaría,... pero por esta vez me quedo con la frase que nos apunta La Rahola y que decía Aristóteles: Leer poesía es un ejercicio más profundo que leer historia.
En la buena poesía no hay vulgaridad y esa cualidad sí deberíamos extinguirla en los espacios humanos comunes, tanto en los más profundos como en los mas externos. La poesía es belleza, que eso nos baste.
                                                                                                          Elena


miércoles, 2 de enero de 2019

CON LOS RESTOS DE TU SOMBRA

Escultura TOBBE MALM

Un poema recordando a las madres muertas que siguen vivas en nuestros corazones. Nadie quiere como quieren las madres, ningún hijo está completo sin su madre. Lo dice el poeta Jorge Villalobos



ELEGÍA A CAROLINA PORTALÉS


A mi madre, ahí tan madre.
Ahí tan muerta.
Te quiero.



Si pudiera olvidarte,
pronunciar las cenizas de tu nombre y no arderme;
hoy, que aún esta lágrima se escribe con tu lágrima,
no me queda otro oficio que andar tropezando con tu ausencia,
y olvidar si es la piedra o el camino.

Y mírame, volviendo a la rutina,
al tedio del estudio, a esta monotonía indiferente,
y al engaño de quien busca en un verso lo mismo que en la vida:
pero entonces me faltas,
como la sangre al corazón herido, o la voz al poema.

Así se fue haciendo el niño en hombre,
conforme a la verdad en tu recuerdo:
lo único eterno es nuestra inexistencia,
la eternidad del polvo.

Un hijo sin su madre no es un hijo.


domingo, 30 de diciembre de 2018

BENDITO SILENCIO

                                 



             

                                                 A Dionisio Cañas


Bendito sea Dios, porque inventó el silencio,
y el chirrido de la chicharra,
y el lagarto de fastuoso traje verde,
y la brasa hipnotizadora
(horizontal crepúsculo pudo haberla llamado
don Pedro Calderón de la Barca en el declive del Barroco).
Bendito sea Dios que inventó el agua
el agua sobre todo.

Bendito sea Dios porque inventó el amanecer
y el balido que lo poblaba.
Ahora vuelvo a escuchar aquella melodía.
El arroyo arpegiaba sobre cantos rodados,
hacía el contrapunto.
Suena el concierto en mi memoria.
O puede que se trate
de una música diferente:
la que escuchó, primero, entre los arrayanes de Granada
Federico García Lorca,
y luego aquí, rescatada,
en Columbia University.

Bendito sea Dios que inventó los prodigios
que contaba mi padre
perfumado de espliego y de tomillo.
Eran historias de ciudades mágicas
en las que el agua circulaba
por venas de metal, agua caliente y fría
(nos lo contaba al borde del regato,
helado en el invierno, seco en estío:
«Venga, a lavarse, coño, guarros».
Y obedecíamos).

Bendito sea Dios que inventó la cabra —la cabra
que rifaba por los pueblos—
mucho antes que Pablo Picasso,
con barriga de cesto de mimbre
y tetas como guantes de bronce.
Maldito sea Dios porque inventó el estaño
parpadeante del olivo,
ramas y tronco de Laoconte,
y aquella sombra trágica de catafalco y oro:
un rayo congelado en la mano siniestra
y en la diestra un crepúsculo.
Maldito sea Dios porque inventó a mi padre
colgado de una rama del olivo
poco después de recogerse la aceituna.
No puedo perdonárselo.
Pero eso fue más tarde.
Antes fueron los niños.
Bendito sea Dios que inventó aquellos niños,
vestidos como príncipes o pájaros.
Con voces de cristal, «Papá», decían a su padre.
Bendito sea Dios por inventar una palabra
milagrosa, jamás oída,
y su padre correspondía
con vaharadas de ternura.

Maldito sea Dios, porque yo quise
arrezagarme en la ternura
pronunciando la mágica palabra
entonces descubierta. «¿Papá?» «Mariconadas,
si te la vuelvo a oír te llevas una hostia».

Bendito sea Dios porque inventó los años,
1970, 1980, 1990...,
inventó el fuego, el oro viejo
de los arces de otoño,
y estos ríos profundos como penas,
largos como el olvido o el recuerdo,
hospitalarios, generosos,
por los que la ciudad va navegando
hasta la mar, que es el morir.

Bendito sea Dios que inventó libros sabios.
Se daba nombre en ellos
a lo que antes no lo tenía.
Bendito sea Dios porque inventó licenciaturas
masters, campus con risas y con marihuana,
laboratorios y celebraciones
con cantos en latín, gaudeamus igitur, ,
todo situado en niveles distintos del tiempo.

Bendito sea Dios que inventó la memoria
y que inventó el silencio de este lugar aséptico,
y las venas metálicas ocultas
en las que el agua espera
unas manos liberadoras que les devuelvan su canción.
Ahora sé que mi padre está vengado.
Mi padre, descolgado del olivo
pronuncia con mis labios las palabras totémicas,
y se estremece este recinto sagrado.
«Coño, joder, carajo, a lavarse la cara, hostias».
Y abro los grifos, lavabos, duchas, retretes,
se desbordan las aguas que él soñaba
en la choza de adobe y paja
cantan la gloria de la recuperación,
y mi padre navega por las aguas,
le provoco, gritándole desconsolado.
«¡Papá!». «Mariconadas», me contesta.
ahogado, recuperado,
navegante por los canales de oro,
vivo ya para siempre.

José Hierro



martes, 18 de diciembre de 2018

QUIÉREME

¿Deseas que te amen? No pierdas, pues, el rumbo de tu corazón. Solo aquello que eres has de ser y aquello que no eres, no. Así, en el mundo, tu modo sutil, tu gracia, tu bellísimo ser, serán objeto de elogio sin fin, y el amor… un sencillo deber. Edgar Allan Poe 


Dedicado a todos los que cuando llegan estas fechas Navideñas tienen más frío de lo normal; lo que no es de extrañar con tanto espíritu helado cercándonos la vida. La poesía y música de Aute incinera glaciares y  calienta corazones, toda una delicia. Disfrútala



Me dices que me quieres
y es todo lo que quiero oír.

Ray Bradbury


Letra de Quiéreme

Quiéreme, aunque sea de verdad,
quiéreme, y permíteme el exceso,
quiéreme, si es posible, sin piedad,
quiéreme, antes del último beso.

Quiéreme, haz que se incinere el mar,
quiéreme, como el vendaval que pasa
por el resto de una brasa
dentro de un glaciar.

Quiéreme, sin el mínimo pudor,
quiéreme, con la insidia de la fiera,
quiéreme, hasta el último temblor,
quiéreme, como quien ya nada espera.

Quiéreme, aunque no sepas fingir,
quiéreme, que de todas mis flaquezas
sacaré la fortaleza
para revivir.

Sabes bien
que jamás te lo he pedido
ni jamás te hice un reproche
por lo que esta vez te pido,
ya que no es cosa de dos,
que tú seas quien me quiera
como nunca me has querido
esta noche del adiós...

Quiéreme, ahora que llegó el final,
quiéreme, sin mas puntos suspensivos,
quiéreme, aunque venga el bien del mal,
quiéreme, como si estuviera vivo.

Quiéreme, que no entiendo qué hago aquí,
quiéreme, si no quieres que esté muerto,
porque todo es un desierto
fuera de ti.

Quiéreme, que ya empieza a anochecer,
quiéreme, aunque sólo sea un instante,
quiéreme, hazlo como otra mujer,
quiéreme, como si fuera otro amante.

Quiéreme, que mañana ya murió,
quiéreme, como si el mundo acabara,
como si nadie te amara
tanto como yo...

Sabes bien
que jamás te lo he pedido
y jamás te hice un reproche
por lo que esta vez te pido,
ya que no es cosa de dos,
que tu seas quien me quiera
como nunca me has querido
esta noche del adiós.

Quiéreme, quiéreme...

Luis Eduardo Aute

lunes, 10 de diciembre de 2018

LA BRAN BELLEZA





LA GRAN BELLEZA

No es la continuidad
del deseo y la sangre
bajo las grandes máquinas celestes

No es la lluvia que arrastra
sin cesar patrias, nombres, cosas muertas
hacia los muladares del olvido.

No es la luna sobre el mar
de un otoño perdido y reencontrado
(largamente perdido, apenas reencontrado
en ciertos lapsus, éxtasis y ausencias)

No es la noche del sur
posada en nuestros cuerpos insensibles,
guiándonos a través del laberinto
de espejos y mentiras que una vez
se extendió hasta los límites del mundo.

No es la erosión del sueño, la aspereza
de los párpados, el sabor a ruina
y a humillación en todas esas bocas,
ni el temblor presentido tras las voces
llenas de oro, veneno y sordidez.

Ni siquiera es tu imagen en la distancia
-remota, inalcanzable, demolida-
la que hace que me vaya de la fiesta, hacia la oscuridad.

No, no es la noche espesa de ficciones
la que me hace escapar de mis recuerdos
sin avisar a nadie ni anhelar despedidas
cargadas de nostalgias espectrales
según fórmulas huecas que parecen
dictadas por el miedo a la soledad próxima
y el filo tan violento de los años
ciegos, indiferentes, que no hemos compartido.

No, no es por nada de eso:
se trata del amor
y de la corrupción.
Se trata de la magia
y del oscuro hedor de la memoria:
así puedo explicar el sentimiento
de abrazar una sombra, la belleza absoluta
que dejamos atrás, el humo del pasado
cada vez más distante en la noche del sur.

José Martinez Ros
Poema ganador 
Concurso Poesía Otoño 2018
Zenda

lunes, 3 de diciembre de 2018

MUJER DE AGUA Y ESPINAS

"A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra,  ninguna indiferencia lo cansa."



"La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón"
Pensamientos de León Tostoy



Por el mero acto de vivir adquirí habilidades y escribí poesía, quién así se expresaba era el poeta Ángel González, el mismo que había sido adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas, el que se acostumbró muy pronto a quejarse en voz baja, a maldecir para sus adentros, y a hablar ambiguamente, poco y siempre de otras cosas; es decir al uso de la ironía, de la metáfora, de la metonimia y de la reticencia. De todo ello nos da buena cuenta su antología poética Palabra sobre palabra.

Este poema está inspirado en la poesía de Ángel González. Para él mi agradecimiento, admiración y cariño. 
También para Pepa, una vieja amiga, a la que me encontré hace unos días y al hilo de la conversación me dijo ¿Tu no crees Elena que estamos muy desaprovechadas? ¿No te pasa encontrarte en situaciones que tienes respuestas rápidas, solventes y acertadas  y has de esperar que algún incompetente, en teoría más apto, no te las de, o no las tenga, o sean malas.?  MUJER DE AGUA Y ESPINAS habla de eso, de cómo la sociedad retira la palabra, la mirada y la atención a la mujer valiosa y experta por el mero hecho de ser mayor. Triste y cautiva realidad.





M U J E R  D E   A G U A  Y  E S P I N A S



Los días pasan inexorables
inconmovibles al derrumbe de tus formas.
Cabe esperar de hoy
que sea lunes todo el día,
-con sabor a almendra amarga-
sin que un alma apuntale su caída.

Al sol la promesa, su intención.

Con la mirada puesta en el vacío
ajustarás cuentas
con el dios de Sabina,
en el paro,
y un cielo en liquidación.

Panzudas y perezosas las nubes
detendrán su vuelo cansado.
Sobre tu vieja casa
derramarán su llanto.

Y lloverá. Lloverá lluvia ácida y arena.

Abatida y húmeda,
tenderás al sol la esperanza,
como cada mañana,
como cada día de la semana
en un vano intento de rescatarla.

Iras a la compra, a la farmacia
darás los buenos días: mentirás,
freirás salmonetes para tu marido,
deshojaras el calendario y los días,
completarás las tardes de vacíos
y en sus intermedios estirarás las piernas
irás por harina para hacer un hojaldre.
Algún taller que otro entretendrá
tus tardes de hastío,
tu soledad, tu apatía.

Y esperarás,
mientras te abandona el día.
Esperarás las noticias de las nueve,
a consumir tu dosis de basura,
como ordenan los que mandan en tu mente,
en tu vida,
y te opinan.

Ganas tendrás de arremeter con furia
de gritar con rabia, sin medida,
de escapar de la ponzoña
de huir por la baranda,

pero no lo harás,
te irás a la cama con tus pastillas
y a la mañana siguiente
de una en una, bajarás las escaleras
obediente y pulcra.
Te cruzarás con los otros de tu quinta,
que nacieron mucho antes,
incompletos y grises,
con su receta en la mano
y su oferta de viaje.

Devaluados: medio vivos,
o medio muertos
que para el caso que nos ocupa
es lo mismo.

Es poco probable que mañana
sea martes,
todos los indicios apuntan
que este lunes durará dos días.

Mujer de aguas difusas
más sirena que pájara,
apta, convencida
convenientemente desaprovechada,
contracorriente,
oceánica
desencantada.

Por tu piel madura,
afluentes
por donde discurre la vida,

y se te escapa.

Elena


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