martes, 2 de octubre de 2018

TU ABRAZO ENREDADERA

Este poema que compuse para una nieta, cuenta la alegría del reencuentro, de verla crecer desde la distancia, de nuestras confidencias en las noches de verano. Ella vive en otro país, sus papás están separados, nos visita a menudo, cuando el calendario escolar lo permite. Nunca nos hemos sentido separados, ni creo que jamás lo sintamos por muchas fronteras y kilómetros que se interpongan. 



Si tuviera una casa con porche y un jardín,
si fuera mayo
si tú fueras la flor que siempre has sido
y yo tu jardinera
adoptaría un perro de ojos negros 
atentos
un perro de orejas grandes
que supiera guardar secretos,
que le gustara el banjo y la música country
sentarse en la escalera del porche
para mirar el encendido de luces del cielo
anocheciendo la tarde,

contigo en mi regazo

y en el tuyo, el hocico del perro.

Cuando yo era primavera y tu flor de pitiminí
salíamos al fresco 

a contemplar los fuegos 
en las noches de Santa Ana

Ya entonces me pedías un perro. . .

Fuiste creciendo como cauce de río
que ensancha y riega cultivos viejos.

Muchos nombres te llamamos:
estrella, princesa, gorrión,
bombón,
compota de frambuesa,
presa de este corazón gastado de tanto uso
el que ahora se acelera y frena

sin causa ni secuencia.

Todos los nombres te merecieron:
hasta el de trucha,
        ¡nos mira sorprendido el perro!


Le contaríamos tus correrías por mi cuerpo
para alcanzar la mejilla

donde dejar tu beso
¿te acuerdas? 
Brincabas como un ladronzuelo, huyendo
entre carcajadas y prisas,
y yo tras de ti me arrancaba

tensa como flecha 
para vengar el lengüetazo

del húmedo
beso trucho. 

Ahora que te crecen las alas,
y que sólo te encaramas a mi cuello
para abrigarlo con tu abrazo,
siento que no importa el mes
ni el día
ni la estación del año,
ni que otras fronteras te habiten
ni que te cobije otro techo
ni siquiera que otras manos acaricien

tu pelo negro.

Aunque nos duela

no estar en primera fila de tu vida,
cuando el avión aterriza
y alegres salimos a tu encuentro
nos decimos para adentro:
       ¡ya está aquí la primavera!

Tus ganas de vernos,
de contarnos
de medir tu crecida
cuerpo a cuerpo en cada reencuentro,
las distancias que se acortan
de tu beso a mi beso:
ni tú te aupas
ni yo me agacho tanto.
Tu contagiosa alegría
siempre floreciendo
en los aeropuertos.
Ese  abrazo tuyo que se enrosca a mi cuello
como verde enredadera.
No hay flor que luzca tanto
ni brazos para mi cuello
que me gusten más
que tus abrazos.

¡Debieron llamarte Mayo!


Elena Larruy



domingo, 30 de septiembre de 2018

EL CANSANCIO

El esfuerzo por sobrevivir nos lleva al agotamiento, nos lo cuentan muchos poetas; nos cansamos de repetir insistentemente la palabra y los actos, nos cansamos de las personas. Nos cansamos del amor, de que nos mientan, de que nos engañen, de nuestro propio lamento, de levantarnos cada día, de ponernos la careta y salir al trabajo. Levantar la voz y revelarnos es una forma de protesta, otra es el silencio, cómplices ambas del hastío que como nube sin voluntad transita por los espacios infinitos.


Hoppe Gangloff


El cansancio. De nuevo, el
cansancio. El esfuerzo por
sobrevivir. Reiterado.

Observar las nubes.
Dentro.
Barrer.
Dentro.

Elegir quedar.

Toda nube
lleva una trayectoria. Asumir
la trayectoria. Imposible
barrer todo siempre. Está el
cansancio.

Aunque también el de
las trayectorias. De ver pasar las nubes.
También ese cansancio.

Entonces,
por un momento, ahora.
Sin voluntad. Y casi está bien.
Hasta pensar el estar bien y convertirlo
en nube. En trayectoria.

Chantal Maillard
de su poemario Hilos 2007


Una mente abierta puede ver lo extraordinario en lo aparentemente corriente y cotidiano. En estado creativo, la mente libre de pensamientos inútiles, emite lo poético, deja que se manifieste la belleza.





Cuando la cabeza se recrea en pensamientos que acostumbran a ser del pasado y la llena de ruidos hace que sollocen los espacios, inundándolos de soledad.



Recostada sobre el ladrillo desolado
y en silencio,
busco apoderarme de las sombras que danzan burlonas
sobre el patio rojizo y a la intemperie.
Las paredes cincuentonas del ayer,
crujen solitarias y al desnudo,
descarnando las cicatrices cansadas del recuerdo.
Una porción de historia autografiada,
desata a las muecas desesperadas de la furia,
mientras, sollozan lentamente los espacios
inundando soledades de costumbres apretadas por cimientos.
Un desamparo frío,
destiñe a las alas coloridas de la casa.

Todos marcharon, menos el olvido
que sobre mis huesos, se quedó mirándome.

LA CASA DESOLADA
MARY ACOSTA



Dicen los expertos que cada individuo genera al día cincuenta mil pensamientos, la gran mayoría de esos pensamientos son mecánicos, repetitivos y hasta obsesivos, no llevan a ningún lugar que no sea el agotamiento y la angustia: el cansancio de mí, de ti, de todo cuanto nos rodea. La obra del pintor noruego Edward Munch es una gran manifestación de personajes en actitudes trágicas más allá del cansancio: la desesperación y la soledad.  



Edward Munch


No es posible que todos los habitantes de este pueblo,
se levanten, desayunen tranquilamente,
salgan a trabajar, a comprar o al ambulatorio
sin reparar en esta catástrofe.

No puedo entender cómo andan tan tranquilos
y se limiten a mirarme cuando se cruzan por la acera
sin percatarse de tan desatinada mañana.

Es inconcebible que algunos se atrevan a llevar gafas de sol
- de qué sol está usted guardándose- le preguntaría,
O dejen al niño en la escuela, tomar un café con una amiga,
comentar el fin de semana entre risas.

Es absolutamente intolerable que en esta mañana,
en que todo está negro, más aún que anoche,
que sé con certeza que seguiré siendo el cuarenta y uno
(descendiendo al cuarenta y dos) de los cuarenta principales,
que tengo que callarme porque no tengo voto ni soy ninguna,
que si se me ocurre formalizar una petición soy gusano
y que no tengo fuerzas para romper el maldito lazo que me une a ti,
es absolutamente intolerable que los habitantes de este pueblo
sigan viviendo como si no ocurriese nada

LAS COSAS NO DEBERÍAN SER ASÍ
Remedios Álvarez




Otra forma de cansancio y agotamiento es la utilización de tiempos verbales condicionales: "el si yo hubiera hecho o dicho tal cosa o el si yo debería quizás hacer o decir tal otra"
Incorporar prácticas que acallen los pensamientos estériles, sería lo correcto, comprender de donde vienen, dejar pasar las nubes, generar espacios mentales fértiles.




Obra de Berndnaut Smilde


Cuando cansancios como el del gran poeta argentino Oliverio Girondo nos llevan a "la extenuación de tantos diálogos bostezables, de tantas resonancias huecas de la madre patria, al extravismo mismo de los huesos, a las recansadísimas de tantas metáforas estanca, a las sirenitas reputitas, al harto y extenso entrenamiento, al engusanamiento y al silencio" suena de esta manera.



Extraordinario poema 
 Cansancio de Oliverio Girondo
en la voz de Florencia Saravi Medina



Si has llegado hasta aquí, seguramente como yo, tienes alma y cansancio de poeta, fácilmente vivas hastiado muchos ratos de tu vida a la sombra de una higuera en invierno o en el cuarto de los desencantos, más tiempo del deseado. Pues bien querido, sufrido y amado coetáneo, te recuerdo lo que ya sabes que "todo pasa y todo queda" que lo nuestro es pasar, como nos dejó escrito el gran poeta Antonio Machado pero que nunca olvides seas o no poeta los dos últimos versos: la senda que nunca se ha de volver a pisar.


Al andar se hace camino 
y al volver la vista atrás 
se ve la senda que nunca 
se ha de volver a pisar



Por esos caminos nuevos por los que quiero transitar y espero encontrarte algún día, con un libro en tus manos que diga elijo la vida. Levantarás la cabeza y cruzaremos nuestras miradas para decirnos:
No queremos dormir sin sueños. 







Elegí la vida un poema de Rudyard Kipling

No quise dormir sin sueños:
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.

No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.

No quise vivir cansado:
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.

No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.

No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.

No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.

Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, cómo vivirla.

Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.

No quise vivir muriendo:
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija…
…porque moriré viviendo.


                                                                                                       Elena Larruy

martes, 25 de septiembre de 2018

LAS GRANDES VOLUNTADES DEL UNIVERSO


Jardines Mossén Cinto Verdaguer-Montjuic Barcelona


Cuando se abre una flor decía Alejandro Jodorosky que es primavera en todo el mundo. Me resultó curioso recordar esta frase el día que vi abrirse estos nenúfares, el 22 de Septiembre, justo el día que empieza el otoño en la parte del hemisferio donde me encuentro, Barcelona, España. Yo siempre me recuerdo, en tiempos necesarios, que en todas las estaciones hay primaveras o flores abriéndose.

La vida no deja de construirse, obra y se emplea, crece, se sostiene y decae, florece en todas y cada una de las estaciones, en todos nuestros pequeños universos y actos cotidianos. Cuando algo especial sucede en nuestras vidas como es ahora mi caso, -también cuando nada pasa-, ocurre que se nos cae el ánimo por tierra; pensamos que todo está dicho, vivido y expresado, y no, no es cierto. Todo es tan certero y pasajero como nosotros queramos que sea. No es bueno regodearse en los pensamientos que nada bueno aportan, todos de alguna manera hemos sido lastimados y heridos; lo sabe la cabeza y el  corazón lo sufre sin remedio, a veces -cierto- Cuando estamos en esos estados de desánimo es fácil que nos invada la  tristeza. ¿Qué hacer con ella? ¿Debemos dejar que se acomode? la respuesta es sí, está en su derecho, entendiendo que forma parte de la naturaleza humana, ella necesita también de atenciones y cuidados, su tiempo de descanso es necesario para coger fuerza. 






Lo explica muy bien  Maurice Maeterlinck en su libro La inteligencia de las Flores: las infinitas huellas del perspicaz e inteligente trabajo de todos los componentes de la flor y de la planta, por crecer y encontrar la luz, en una lucha ingeniosa y valiente. Pues bien, nosotros no somos menos. Crecer y elevarnos en un mundo tan contaminado y tan complejo requiere constancia y fe en la vida. No hay nada que nos sane más que admirar la naturaleza en toda su bondad y belleza.



El genio de la Tierra, que es probablemente el del mundo entero, obra, en la lucha vital, exactamente como obraría un hombre. Emplea los mismos métodos, la misma lógica. Llega al fin por los medios que nosotros pondríamos en práctica; tantea, vacila, suspende y vuelve a empezar varias veces; añade, elimina, reconoce y rectifica sus errores como lo haríamos nosotros en su lugar. Se aplica, inventa penosamente y poco a poco, como los obreros y los ingenieros de nuestros talleres. Lucha, como nosotros, contra la masa pesada, enorme y oscura de su ser. Tiene un ideal muchas veces confuso, pero en el cual se distingue sin embargo una multitud de grandes líneas que se elevan hacía una vida más ardiente, más compleja, más nerviosa, más espiritual. Materialmente, dispone de recursos infinitos, conoce el secreto de prodigiosas fuerzas que ignoramos; pero, intelectualmente parece ocupar de modo estricto nuestra esfera, sin que hasta aquí observemos que rebase sus límites; y si nada busca más allá, ¿no es porque nada hay fuera de esta esfera? ¿No es decir que los métodos del espíritu humano son los únicos posibles, que el hombre no se ha engañado, que no es ninguna excepción ni ningún monstruo, sino el ser por quien pasan, en quien se manifiestan más intensamente las grandes voluntades, los grandes deseos del universo?


domingo, 23 de septiembre de 2018

TODA BUENA RECETA GUARDA UN SECRETO



Cuando cocinar es un acto de amor y respeto el alimento que llega a la boca es bueno y saludable.




DULCE DE AVENA                             
                             
                                  a Luis Alberto Caruci

Pimienta,
Canela,
Vainitas,
Pimentones,
Azúcar oscura,
El huevo tendido y pleno
con su mirada en el fondo.

La masa redonda y sin quemar,
Vegetales bien picados
dueños de la vasija.
Pálida y dulce la avena.

Café,
tibio y de poco oscuro,

poca sal,
ramos verdes y enteros
luciendo en platos
hechos para la buena digestión.

Así te gusta a ti,
Así tu costumbre
de plenitud serena
de ofrendar alimentos,
de hacerlos limpios adentro
y en el alma.

Un poema de Vielsi Arias Peraza



Como bueno y saludable es el ayuno . Entrar



martes, 18 de septiembre de 2018

LA CEGUERA Y SUS TIEMPOS



El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados, sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo; y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido.
Milan Kundera

lunes, 10 de septiembre de 2018

TRÁNSITOS DE OTOÑO




Un poema de Elena Larruy



T R Á N S I T O S   D E   O T O Ñ O



De los árboles llueven

doradas mariposas,

tapizan el jardín de añoranzas

con manto mudo de alas secas

tiempo ocre de mudanzas

de vivir hacia adentro,

vaciado el corazón

de resentimiento y de quejas.


Hueco de razones

descansa lo que nos parece muerto,

hiberna en su ciclo,

late entre sus velos,

en el lugar eterno del instante

sin nada percibir

nuestros torpes oídos

nuestra mirada ciega.


Obedecen las partes

a un concierto orquestado

de silencios,

de mudas consignas

de una inteligencia nata

siempre activa.


Lo intuye el corazón,

la araucaria,

las montañas en oración perpetua,

afines al Dios

que las dota

de sentido y de paciencia;

también lo saben los prados,

su hierba,

la ameba y su descendencia,

el tronco del manzano,

la flor abierta del almendro,

la hoja de la parra,

los nervios de la piedra
que despierta,

las adelfas,

lo presiente la hormiga,

el colibrí lo acepta...

y se marchan,

saben que nada

en la naturaleza muere,

tan solo transita y cambia,

muda su ropaje viejo

en movimiento peregrino

de huida

persiguiendo la vida.


Emprenderán los sueños

su vuelo de cigüeñas,

gestarán en su nido

pensamientos blancos

al abrigo de un tiempo

de quietud necesario

que espera su momento.


Desovará en primavera

la abeja reina,

desperezaran las obreras su vuelo,

avanzaran a la flor primera

que amorosa las cautiva y espera

para ofrecer su néctar.


Al temblor de su arrullo,

declinando marzo,

presenciarán en su tallo,

sin extrañeza,

el audaz despertar de las crisálidas

cumpliendo el plan

que el universo les encomienda

sin preguntarse ninguna

cuál es su nombre

ni por qué le crecen las alas.










jueves, 6 de septiembre de 2018

EL ODIO


“Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas…”



Marc Chagall



Un poema de Wislawa Szymborska



EL ODIO


Contemplad que activo sigue siendo,
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con que ligereza afronta grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar.

No es como otros sentimientos.
Es más viejo y más joven que ellos al mismo tiempo.
Él mismo crea razones,
que lo despiertan a la vida.
Si se queda dormido, no es nunca el suyo un sueño eterno.
El insomnio no le quita fuerza, antes se la da.

Con religión o sin ella,
lo importante es arrodillarse en la salida.
Con patria o sin ella,
lo importante es lanzarse a correr.
Para empezar no está mal eso de la justicia.
Después ya corre solo.
¿Odio! ¡Odio!
 Su rostro lo desfigura una mueca
de éxtasis amoroso.

¡Ay estos otros sentimientos,
enclenques e indolentes!

¿Dese cuando la fraternidad
puede contar con las multitudes?
¿Alguna vez la compasión
ha llegado primera a la meta?
¿Cuantos admiradores arrastra tras de sí la incertidumbre?
Arrastra sólo el odio, que sabe lo suyo.

Lúcido, muy inteligente, muy trabajador.
¿Hace falta decir cuantas canciones ha compuesto?
Cuantas páginas de la historia ha numerado.
Cuantas alfombras de gente ha extendido
en cuantas plazas, en cuantos estadios.

No nos engañemos:
sabe crear belleza.
Son espléndidos sus resplandores en la oscuridad de la noche.
Estupendas las humaredas de sus explosiones de destellos rosados.
Difícil negar a unas ruinas su Pathos
y el vulgar humor
de unas columnas vigorosamente erectas entre ellas.

Es maestro del contraste
entre el estrépito y el silencio,
entre la roja sangre y la blanca nieve.
Y ante todo, jamás le aburre
el tema de un torturador impecable
sobre su víctima mancillada.

Listo en todo momento para nuevos quehaceres.
Si tiene que esperar, espera. 
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene el ojo certero del francotirador
y él, solo él, mira al futuro
confiado. 




"En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes"

jueves, 30 de agosto de 2018

EL BRILLO DE UNA ESTRELLA, CARILDA OLIVIER


Ayer 29 de agosto, a los 96 años de edad, falleció la prestigiosa poeta Cubana Carilda Olivier en su pueblo natal de Matanzas. Impresionante poetisa, defensora incansable  de la feminidad, la sensualidad y el erotismo. Reconocida internacionalmente por su calurosa y caudalosa obra, con más de 40 poemarios publicados. Le fueron otorgados grandes y prestigiosos premios literarios, entre los que se encuentra el Premio Nacional de Literatura. Mujer leal a sus principios, valiente y rompedora de normas y puritanismos, en la misma medida que lo fue su expresión dulce y humana. Resulta difícil separar a la mujer de la poeta.
Fue para mí un placer descubrirla, leer y releer sus poemas. Ardua la tarea de dejar una muestra, de tan rica y extensa obra, por lo que elijo el más emblemático y por el que yo la conocí:

ME DESORDENO AMOR, ME DESORDENO


“No me importa que me critiquen. Solo soy una persona que llevo la vida con franqueza y espontaneidad. He tratado de ser autocrítica, pero nunca otra mujer."


Siempre que nos abandona un artista de su talla, nos queda su obra: "Que suerte la nuestra", me digo para adentro: tenemos su voz, su rastro, su compañía eterna. Gracias Carilda por ese testimonio valioso de vida que como generosa herencia recibimos  los que amamos y nos reconocemos en la vida, con todos sus atributos,  también a los que buscamos la belleza de la verdad en la poesía. Y gracias a esa manera tuya de contárnosla: tórrida y caudalosa, brava y suave a la vez, con toda la franqueza de un alma transparente, con luz propia, noble y valiente. 




Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.




Guárdame el tiempo, guárdamelo...




Descansa; duerme el sueño eterno en paz mujer, poeta. Fuiste para mí la excelencia. Algo de tu espíritu habita para siempre en mí corazón.

Elena 




Muestra poética de Carilda Olivier 

lunes, 27 de agosto de 2018

LA NADA Y POCO MAS

Quizás haya notado que en mis cuadros hay dos características: o bien se trata de superficies expansivas que se dilatan hacia el exterior en todas direcciones, o bien de superficies que se contraen y retraen hacia el interior en todas direcciones. Entre estos dos polos encontrará todo lo que tengo que decir.


Mark Rothko




DESPUES DE TODO


Después de todo aún queda espacio
para repensar la vida y convertirla
en un ámbito mucho más silencioso,
al amparo de los inhóspitos desbarajustes
y las inevitables adversidades.
Porque el secreto es que no hay secreto
y los ritmos y las pausas son la cara
quizá oculta del tiempo no vivido
mientras hacíamos proyectos y nos jugábamos
el pasado y el futuro en inefables
minucias con ademán circunspecto.
Y ahora ¿qué nos queda además del recelo
y las carencias? ¿Qué compartiremos
con la gente que amamos y nos ama?
¿La oscura complacencia de los secretos
o la riqueza absurda del misterio?
Nada de eso y todo ello, porque el sutil
espejo discreto que nos enciende la mirada
es la nada que siempre descubrimos
sin querer, tercos y audaces,
después de todo, después de cada cosa.

Miquel Martí i Pol

lunes, 20 de agosto de 2018

A LAS QUE NACIMOS PRIMERO

"y una mañana llega el momento en que uno se despierta y descubre que se ha convertido de manera irrevocable en aquello para lo cual se había estado preparando hacia tanto tiempo" Katherine Anne Porter



MUJER EN AVANZADO ESTADO DE JUVENTUD


A mis sesenta y varios años
Soy una mujer en avanzado estado de juventud.
Aún en los días en que el cansancio me entristece las ancas
y la espalda acusa el pesado fuelle de los pulmones
la mujer que piensa dentro de mi
recién habrá cumplido los cuarenta.
El reflejo repentino en el cruel escaparate
las fotos inoportunas,
el asombro discreto del que de mi conserva
la imagen de un antiguo y fugaz encuentro
los atribuyo sin recato al pasajero mal día,
el desvelo o el maquillaje desleído.
Cuanto más fácil me resultaría esta fe
sin el nuevo aire de respeto de la recepcionista del hotel
la dificultad de los chicos para el tuteo al que los invito
O la cada vez más frecuente sensación de ser invisible
-el resto de los mortales
mirando a través de mí, como si lentamente me hubiese
despojado
de masa, sustancia,
peor aún: ¡de importancia!-

Para colmo, empiezan a inquietarme los amigos:
El guapo al que se le inclina la vecina nariz
las mejillas agotadas de aquella
el canoso, el panzón, la de innumerables pliegues
o los que me saludan y apenada no reconozco.

Y sin embargo en el aliento de sus miradas
el vapor del tiempo se deshace.
Furiosamente apegados a la vida
retozamos en la avanzada juventud
como si la muerte no existiera.

Gioconda Belli


Música para ellas



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