domingo, 6 de septiembre de 2015

HE SIDO UN SER SENSIBLE



Acaba de fallecer recientemente a la edad de 82 años en su casa de Nueva York
el prestigioso científico Ingles Oliver Sacks, conocido por sus trabajos clínicos en el campo de la neurología y la psiquiatría. Fue también un aclamado escritor que se esforzó en divulgar sus conocimientos, y en la tarea nada fácil de hacerlos entendibles. 


Un mes después del diagnostico de su enfermedad, en febrero de 2015, escribió una hermosa carta donde nos contaba su enfermedad, y nos resumía su paso por la vida. Lectura reconfortante para aquellas personas que amamos la vida y la vivimos con pasión y agradecimiento.

Hombre entregado y apasionado al conocimiento de su trabajo y a la noble tarea de sentarse a escuchar a sus pacientes y hacer que sus vidas enfermas fueran más fáciles. Y de ellas nos contaba como no se puede separar el historial clínico de la identidad del individuo. El Yo esencial del paciente es muy importante en los campos de la neurología y la psicología, nos decía. Y a ello dedicó gran parte de su vida, a salvar esos abismos,  y al estudio y divulgación de la relación entre los dos procesos, el fisiológico y el biográfico.

Él hablaba de la “sensibilidad de la experiencia” mención que hace en su despedida, incidiendo en el escaso valor que tiene vivir sin sentir. El modelo de vida de Oliver Sacks es sin duda, para mi, ejemplar. Su editora lo describia así:

 “Era totalmente él mismo, excéntrico pero en una forma maravillosa. Estaba lleno de amor por la vida, muy impío y era infantil en el mejor sentido de la palabra” 

¿A que fue uno de los grandes? A mi así me lo parece.

Deseo  que ese espíritu curioso, apasionado, único y amoroso descanse en paz.
Elena Larruy



Su carta despedida


Hace un mes me encontraba bien de salud, incluso francamente bien. A mis 81 años, seguía nadando un kilómetro y medio cada día. Pero mi suerte tenía un límite: poco después me enteré de que tengo metástasis múltiples en el hígado. Hace nueve años me descubrieron en el ojo un tumor poco frecuente, un melanoma ocular. Aunque la radiación y el tratamiento de láser a los que me sometí para eliminarlo acabaron por dejarme ciego de ese ojo, es muy raro que ese tipo de tumor se reproduzca. Pues bien, yo pertenezco al desafortunado 2%.

Doy gracias por haber disfrutado de nueve años de buena salud y productividad desde el diagnóstico inicial, pero ha llegado el momento de enfrentarme de cerca a la muerte. Las metástasis ocupan un tercio de mi hígado, y, aunque se puede retrasar su avance, son un tipo de cáncer que no puede detenerse. De modo que debo decidir cómo vivir los meses que me quedan. Tengo que vivirlos de la manera más rica, intensa y productiva que pueda. Me sirven de estímulo las palabras de uno de mis filósofos favoritos, David Hume, que, al saber que estaba mortalmente enfermo, a los 65 años, escribió una breve autobiografía, en un solo día de abril de 1776. La tituló De mi propia vida.

“Imagino un rápido deterioro”, escribió. “Mi trastorno me ha producido muy poco dolor; y, lo que es aún más raro, a pesar de mi gran empeoramiento, mi ánimo no ha decaído ni por un instante. Poseo la misma pasión de siempre por el estudio y gozo igual de la compañía de otros”.

He tenido la inmensa suerte de vivir más allá de los 80 años, y esos 15 años más que los que vivió Hume han sido tan ricos en el trabajo como en el amor. En ese tiempo he publicado cinco libros y he terminado una autobiografía (bastante más larga que las breves páginas de Hume) que se publicará esta primavera; y tengo unos cuantos libros más casi terminados.

Hume continuaba: “Soy... un hombre de temperamento dócil, de genio controlado, de carácter abierto, sociable y alegre, capaz de sentir afecto pero poco dado al odio, y de gran moderación en todas mis pasiones”.

No puedo fingir que no tengo miedo. He amado y he sido amado

En este aspecto soy distinto de Hume. Si bien he tenido relaciones amorosas y amistades, y no tengo auténticos enemigos, no puedo decir (ni podría decirlo nadie que me conozca) que soy un hombre de temperamento dócil. Al contrario, soy una persona vehemente, de violentos entusiasmos y una absoluta falta de contención en todas mis pasiones.

Sin embargo, hay una frase en el ensayo de Hume con la que estoy especialmente de acuerdo: “Es difícil”, escribió, “sentir más desapego por la vida del que siento ahora”.

En los últimos días he podido ver mi vida igual que si la observara desde una gran altura, como una especie de paisaje, y con una percepción cada vez más profunda de la relación entre todas sus partes. Ahora bien, ello no significa que la dé por terminada.

Por el contrario, me siento increíblemente vivo, y deseo y espero, en el tiempo que me queda, estrechar mis amistades, despedirme de las personas a las que quiero, escribir más, viajar si tengo fuerza suficiente, adquirir nuevos niveles de comprensión y conocimiento.

Eso quiere decir que tendré que ser audaz, claro y directo, y tratar de arreglar mis cuentas con el mundo. Pero también dispondré de tiempo para divertirme (e incluso para hacer el tonto).



De pronto me siento centrado y clarividente. No tengo tiempo para nada que sea superfluo. Debo dar prioridad a mi trabajo, a mis amigos y a mí mismo. Voy a dejar de ver el informativo de televisión todas las noches. Voy a dejar de prestar atención a la política y los debates sobre el calentamiento global.


No es indiferencia sino distanciamiento; sigo estando muy preocupado por Oriente Próximo, el calentamiento global, las desigualdades crecientes, pero ya no son asunto mío; son cosa del futuro. Me alegro cuando conozco a jóvenes de talento, incluso al que me hizo la biopsia y diagnosticó mis metástasis. Tengo la sensación de que el futuro está en buenas manos.


Soy cada vez más consciente, desde hace unos 10 años, de las muertes que se producen entre mis contemporáneos. Mi generación está ya de salida, y cada fallecimiento lo he sentido como un desprendimiento, un desgarro de parte de mí mismo. Cuando hayamos desaparecido no habrá nadie como nosotros, pero, por supuesto, nunca hay nadie igual a otros. Cuando una persona muere, es imposible reemplazarla. Deja un agujero que no se puede llenar, porque el destino de cada ser humano —el destino genético y neural— es ser un individuo único, trazar su propio camino, vivir su propia vida, morir su propia muerte.


No puedo fingir que no tengo miedo. Pero el sentimiento que predomina en mí es la gratitud. He amado y he sido amado; he recibido mucho y he dado algo a cambio; he leído, y viajado, y pensado, y escrito. He tenido relación con el mundo, la especial relación de los escritores y los lectores.


Y, sobre todo, he sido un ser sensible, un animal pensante en este hermoso planeta, y eso, por sí solo, ha sido un enorme privilegio y una aventura.

Oliver Sacks, catedrático de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, es autor de numerosos libros, entre ellos Despertares y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero.

© Oliver Sacks, 2015.

Este artículo se publicó originalmente en The New York Times.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.



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sábado, 5 de septiembre de 2015

LA SIRENA DE MARC CHAGALL




Yo casi siempre estoy afuera,
como fuera de mí.
Vivo entre nubes blancas viajeras, -a veces-
y otras,  acomodada bajo el ala de una cigüeña:
¡me gusta su olor a  vida recién estrenada!

Una vez tuve un padre,
ahora soy huérfana.
Nací de sus sueños,
de su magia,
de entre sus manos
¡me echó a volar!: con sus pinceles,
como ángel salido de un océano.

No conozco mi nombre,
no tengo alas,
ni piernas,
ni casa que habitar,
pero sí una gran cola de plumas y escamas
que en las noches vuela sobre la bahía,
¡por eso siempre estoy afuera!
¡tan afuera!

No esperes encontrar más techo protector que el ala de tu cigüeña: me dijo la luna.
Yo soy tu madre: la redonda, la llena
la que custodia tu sonrisa
la que te alumbra en la noche para que no te pierdas.
Cuando yo no estoy, te dejo a cargo de las estrellas.
¡en ningún  otro hogar se te  espera!

Oye luna fecunda… antes de irte,
¿sabes por qué mi padre me pintó sirena y no colibrí?
¿por ser hija de un sueño quizás?...
¿sabes cómo me llamo?

Y ese ramo de rosas y azucenas que puso en mis manos…
¿era para ti?  ¿o para el colibrí que no fui?

El rojo volcán de tu pelo,
lo pinto de tierra y fuego,
de aire cubrió tu vuelo desnudo,
de plata océano,  y olas de espuma te dibujó  sirena.
Te concibió para habitar en mil universos
por eso no te hizo estatua,
por eso no tienes piernas, ni casa, ni dueño.
¡Por eso vives afuera!
Porqué una eternidad antes ya viviste adentro.

Por siempre serás su amada sirena: la nuestra
Ah!
Y tú nombre… como el mío: es Bella.

Elena Larruy

lunes, 31 de agosto de 2015

RAPE EN SALSA VERDE



Frío  el rape pasado, por harina, ligeramente, (1 kl.). Hago un fumé con las espinas, restos de pescado y verduritas (en medio litro  de agua). Abro las chirlas en agua, reservando el caldo. Sofrío una cebolla (mediana) en 50 cl. de aceite con 3 hojas de laurel. Cuando está bien pochada le añado una cucharada de harina y la tuesto, después una cucharadita de pimentón, le doy una vuelta antes de incorporar los caldos obtenidos (el fume preparado y el caldo de las chirlas). Cuando brota a hervir incorporo una picada de ajos (dos dientes) y perejil y a continuación  un chorrito de coñac. Lo dejo que hierva durante 5 minutos para que se concentre  la salsa y añado el pescado dejando todo junto 3 minutos más. Esta receta si se prepara el día anterior está más rica. Al momento de la presentación le doy un toque fresco con alguna hierba, perejil, cilandro o la que tenga a mano. También se puede completar la presentación con puntas de espárragos verdes, gambas, pimiento rojo o cualquier otro alimento que añada color, sustancia y valor.

                                                                                                     Detalles

Este plato se puede hacer con cualquier otro pescado que tenga cuerpo (cazón, congrio...). Si se sustituye las chirlas por almejas queda un plato de más valor aparente, personalmente me gusta más la primera opción, el caldo de las chirlas sabe mejor. Cuando no dispongo de espinas para elaborar el fumé, lo resuelvo con una pastilla de caldo vegetal concentrado en medio litro de agua, os aseguro que el resultado es bueno. La pimienta es otro detalle que puede dar más intensidad al plato, así como otras especies, picadas o hierbas  que se añadirían hacia el final de la preparación, como puede ser las almendras, un toque de curry,  el comino etc. Todo en la medida justa sin pasarse, sin olvidar que lo que se pretende es no desvirtuar el sabor del elemento principal que es el pescado. También es importante tostar bien la harina, pues su función no solo es espesar la salsa, se obtiene un sabor mucho más rico. Cuando añadimos el fumé pondremos  la sal y vigilaremos el momento de apagar el fuego, justo cuando al evaporarse los líquidos quede el gusto y la textura adecuados. Si el plato se ha cocinado un día antes,  si fuera necesario se añadiría más líquido con tal de que la salsa quede ligerita. Añadir el perejil o cualquier hierba fresca al momento de servir. 



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sábado, 29 de agosto de 2015

UNAS PALABRAS SOBRE PORNOGRAFIA

Xi Pan

Tras la devastadora  ironía de Wislawa Szymborska  en sus poemas y relatos, se ocultael espíritu de una mujer a la que nada le pasa inadvertido. Su fortaleza, su virtud, sus pensamientos, todo su ser, trascienden más allá de lo físico. Y nos lo cuenta en un lenguaje desprovisto de toda solemnidad, enmascarado de una sencillez tras la que se esconde un personaje maravilloso, rico y disconforme con el papel que le toca vivir y que sin duda lo sobrelleva gracias a la poesía.

La invité a mi casa y se ha instalado en mi corazón para siempre.
E.L.



UNAS PALABRAS SOBRE PORNOGRAFÍA

No hay peor lujuria que pensar.
Es pura lascivia que se propaga cual hierbajo anemófilo
por los parterres reservados a las margaritas.


Nada hay sagrado para quienes piensan.

Con descaro llaman a las cosas por su nombre,
elaboran análisis disipados y síntesis concupiscentes,
se entregan a la salvaje y libertina persecución de la verdad desnuda,
al toqueteo libidinoso de temas delicados,
al roce de opiniones. Y se quedan tan anchos.


A la luz del día o al abrigo de la noche,

se juntan en parejas, triángulos y círculos.
No importan sexo ni edad de los integrantes.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo pervierte al amigo.
Hijas depravadas corrompen a sus padres.
El hermano celestinea con su hermana menor.


Les apetecen otros frutos,

los del árbol prohibido de la ciencia,
y no las nalgas rosadas de las revistas en color,
ni la pornografía al uso, ingenua en el fondo. 
Les divierten los libros sin estampas,
con único interés: ciertas frases
subrayadas a uña o lápiz rojo.


¡Qué espanto! ¡En qué posturas,

y con que escabrosa simplicidad
se deja una mente fecundar por otra!
No constan ni en el mismísimo Kamasutra.


En estas citas sólo el té está caliente.

La gente se sienta, mueve los labios.
Cruza las piernas, pero cada cual las propias.
Así, un pie descansa en el suelo,
y el otro, el libre, se columpia en el aire.
Sólo de vez en cuando alguien se levanta,
se acerca a la ventana
y por una rendija de la persiana
fisga la calle.



Wislawa Szymborska



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jueves, 27 de agosto de 2015

ESTOY A LA ESCUCHA




El cuerpo se expresa por sintomatología.  
Se acerca Septiembre. Seguramente estos días se nos deteriora el humor, cierto malestar invade nuestra cabeza. Nos ronda la preocupación de la vuelta al trabajo: ¡solo pensar en la cara almidonada del jefe, el compañero que todo lo sabe y, el cliente que cuando le preguntas ¿que tal han ido las vacaciones?: ¡¡¡nos las cuenta todas!!!, siento que me deprimo! 


Sabes muy bién que no puedes eludirlo: ni al cliente ni al trabajo, y lo afortunado que por ello eres. Así que dispón tus herramientas mentales -que ya conoces- para hacer los ajustes necesarios. La felicidad siempre es un camino que "está en obras" y tu eres el responsable de mantenimiento. 


Cuando el cuerpo avisa hay que ponerse a la escucha! antes que ir al médico:
siempre tiene las mejores razones y además "el presupuesto de la obra es gratuito" y su diágnostico certero.


Muchas veces… se nos cae la moquita, cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona”, cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde, cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade, cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda, cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime, cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja, cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece, cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran, cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta, cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube, cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan, cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta, cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen, cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata, cuando te cansas de “vivir”.

Y tus dolores callados? Cómo hablan en tu cuerpo?

Elige alguien que te pueda ayudar a entenderte, a “organizar las ideas”, a“armonizar las sensaciones” y recuperar la alegría.
Necesitamos expresar nuestro dolor, tanto físico como emocional, a alguien que quiera escucharnos y puedo ayudarnos.
Pero de nuestro esfuerzo personal depende, principalmente, que se produzcan cambios en nuestras vidas, para hacer de nosotros personas saludables y felices y que nuestro entorno también lo sea.





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BACALAO ESPIRITUAL


Receta portuguesa


Caliento agua en una cazuela, hasta el punto de ebullición. Sumerjo 1 kl. de bacalao desalado cortado  a trozos. Apago el fuego y lo de dejo por espacio de media hora.

En una sartén con tres cucharadas de aceite pocho una cebolla grande, con una par de hojas de laurel,  tres minutos antes de que esté, le incorporo un par de zanahorias ralladas (no muy finas) y un diente de ajo gordito bien picadito.

Hago una bechamel, con dos cucharadas de aceite y la misma cantidad de mantequilla, tuesto dos cucharadas de harina y  añado medio litro de leche, y hacia el final rallo un poco de nuez moscada. 

Cuelo el bacalao, quito la piel y las posibles espinas. Voy desaciendo las láminas y lo incorporo al sofrito de cebolla y zanahoria. En este momento le incorporo  50 gr. de patatas paja. Le doy unas cuantas vueltas para que se mezcle bien y por último incorporo la mitad de la bechamel. El resto para cubrir la superficie y por último añado un queso rallado semicurado, que esté gustoso y si es tipo parmesano a láminas: perfecto el resultado es muy bueno.
Lo incorporo todo al horno y lo dejo a 180º, 8-10 minutos.




Este plato de bacalao es una receta muy típica de  la cocina portuguesa. El resultado es muy bueno. La zanahoria le dá al conjunto frescura y las patatas chip, que acaban empapadas en el conjunto, le dan cuerpo. La cantidad de bechamel se puede variar, a mi personalmente me gusta menos que más, procura que salga ligerita y que el conjunto no resulte pesado. La mayoria de recetas de este plato hablan de 30 minutos de horneado, la finalidad es que se evapore el agua que suelta el bacalao. Yo procuro escurrir ese agua por un lado de la fuente, con mucho cuidado, a fin de reducir el tiempo de horneado y que el plato no se reseque. Ademas todos los productos ya están cocinados incluido el bacalao que con el tiempo de remojo en agua caliente ya se hace. 
Esta es una manera más de las muchas que hay de comer bacalao y el resultado merece la pena probarlo. Creo que hasta a los más jóvenes les pude gustar.



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martes, 25 de agosto de 2015

LOS RAROS SON ELLOS


¿Te has preguntado alguna vez cómo te las arreglaste para acabar en una familia tan rara como la tuya? Si has vivido tu existencia como una forastera, como una persona ligeramente extraña o distinta, si eres una solitaria y vives al borde de la corriente principal, tú has sufrido. Y sin embargo también llega un momento en que hay que alejarse remando de todas estas cosas, conocer otra posición estratégica, emigrar a la tierra que nos corresponde.

Susana Khabbaz

A lo largo de muchos años de profesión como psicoanalista junguiana la Doctorara Clarissa Pinkola cuenta que cuando trataba a sus pacientes, para que se sintieran mejor y quitar dramatismo a las cuestiones de pertenencia le gustaba abordar estos temas con cierta ligereza: con metáforas y cuentos donde se reconocieran y  entendieran porqué se sentían diferentes, extrañas, raras a otras miradas, como si no pertenecieran al lugar ni a la familia  que les ha “tocado”

    Aquí os dejo un fragmento del libro de  Mujeres que corren con los lobos,  con un cuento muy esclarecedor que ayuda a entender.
E.L.


Deja ya de sufrir y de intentar averiguar dónde fallaste. El misterio del porqué naciste como hija de quienquiera que sea ha terminado, se acabó. Descansa un momento en la proa y refréscate con el viento que sopla.
Durante muchos años las mujeres que llevan la mítica vida del arquetipo de la Mujer Salvaje se han preguntado llorando en silencio: “¿Por qué soy tan distinta?” “¿Por qué nací en una familia tan extraña –o insensible-?” Dondequiera que sus vidas quisieran brotar, había alguien que echaba sal en la tierra para que no pudiera crecer nada. Se sentían torturadas por todas las prohibiciones que iban en contra de sus deseos naturales. Si eran hijas de la naturaleza las mantenían bajo un techo. Si eran unas científicas les decían que tenían que ser madres. Si querían ser madres, les decían que no encajaban en absoluto con la idea. Si querían inventar algo, les decían que fueran prácticas. Si querían crear, les decían que las tareas domésticas de una mujer nunca terminan.
A veces intentaban ser buenas y adaptarse a las pautas imperantes sin darse cuenta  hasta más tarde de lo que realmente querían y de lo mucho que necesitaban vivir. Después para poder tener una vida, experimentaban las dolorosas amputaciones de dejar a sus familias, los matrimonios que habían jurado conservar hasta la muerte, los trabajos que hubieran tenido que ser los trampolines hacia algo más entontecedor pero mejor remunerado. Dejaban los sueños diseminados por todo el camino.
A menudo las mujeres eran artistas que procuraban ser razonables, dedicando el ochenta por ciento de su tiempo a actividades que mataban su vida creativa a diario. Aunque los guiones eran muy variados, todos tenían un elemento común: a muy temprana edad se las calificaba de “distintas” con connotaciones peyorativas. Pero en realidad eran apasionadas, individualistas e inquisitivas y todas estaban en su sano juicio instintivo. Por consiguiente, las respuestas a los por qué yo, por qué esta familia, por qué soy tan distinta es naturalmente la de que no hay respuestas a tales preguntas. No obstante, el ego necesita algo que llevarse a la boca antes de seguir adelante, por cuyo motivo yo propongo tres respuestas a pesar de todo.
Hemos nacido tal como somos y en las extrañas familias por medio de las cuales vinimos a este mundo: Casi todas eligen la última, pero cualquiera de ellas es suficiente
1-    Porque sí (eso casi nadie se lo cree)
2-    El Yo tiene un plan y nuestros diminutos cerebros son demasiado pequeños para comprenderlo (a muchas les parece una idea esperanzadora)
3-    Por culpa del Síndrome del Zigoto (bueno…sí, tal vez…pero ¿eso qué es?

Tu familia cree que eres un extraterrestre. Tú tienes plumas y ellos tienen escamas. La idea que tú tienes de la diversión son los bosques, los espacios agrestes, la vida interior, la majestuosa belleza de la creación. La idea que tiene tu familia de la diversión es doblar toallas. Si eso es lo que ocurre en tu familia, eres víctima del síndrome del Zigoto Equivocado.
Tu familia se mueve muy despacio a través del tiempo, tú  te mueves con la rapidez del viento; ellos son locuaces y tú eres reposada, o ellos son taciturnos y a ti te gusta cantar. Tú sabes porque sabes. Ellos quieres pruebas y una tesis de trescientas páginas. No cabe duda, se trata del Síndrome del Zigoto Equivocado.
¿Nunca has oído hablar de él?
  
... Verás:

El Hada de los Zigotos volaba una noche sobre tu ciudad   mientras todos los pequeños zigotos que llevaba en el cesto brincaban y saltaban de emoción.    
Tú estabas destinada  en realidad a unos padres que te hubieran comprendido, pero el Hada de los Zigotos tropezó con una borrasca y, zas, te caíste del cesto y fuiste a parar a una casa equivocada. Caíste de cabeza en una familia que no te estaba destinada. Tu “verdadera” familia se encontraba cinco kilómetros más allá.

Por eso tú te enamoraste de una familia que no era la tuya y que vivía cinco kilómetros más allá. Tú siempre pensabas que ojalá que el señor Fulano de tal y su esposa hubieran sido tus padres. Es muy probable que estuvieran destinados a serlo. Por eso tú bailas el claqué por los pasillos a pesar de pertenecer a una familia de adictos a la televisión. Por eso tus padres se alarman cada vez que tú regresas a casa o los visitas “¿Qué es lo que va a hacer ahora?” –se preguntan preocupados-. ¡La última vez os avergonzó y sólo Dios sabe lo que va a hacer ahora!” Se tapan los ojos cuando ven acercarte y no precisamente porque la luz que tú despides les deslumbre.
Tú solo quieres amor. Ellos sólo quieren paz.
A los miembros de tu familia, por motivos personales –por sus preferencias, por su inocencia, por las heridas sufridas, por constitución, enfermedad mental o deliberada ignorancia- no se les da muy bien la espontaneidad con el subconsciente y, como es natural, cuando tú visitas la casa evocas el arquetipo del bromista, del que arma jaleo. Por consiguiente antes de partir el pan juntos, la bromista experimenta el irreprimible deseo de arrojar un cabello al estofado de la familia.
Aunque tú no pretendas molestar a los miembros de tu familia ellos se molestan de todos modos. Cuando tú apareces, todo se vuelven locos.
Un signo inequívoco de la presencia de zigotos salvajes en la familia es el hecho de que los padres se sientan constantemente ofendidos y  los hijos tengan la sensación de no hacer nunca nada a derechas.
La familia que no es salvaje sólo quiere una cosa, pero el Zigoto Equivocado nunca consigue averiguar lo que es y, aunque lo averiguara, se le pondrían los pelos tan de punta como signos de exclamación.
Prepárate porque te voy a contar el gran secreto. Eso es lo que ellos quieren realmente de ti, eso tan misterioso y trascendental.
Los que no son salvajes quieren que seas consecuente. Quieren que hoy seas exactamente igual que ayer. Quieren que no cambies con el paso de los días sino que permanezcas siempre como al principio.
Pregúntale a la familia si desean una conducta consecuente y te contestarán afirmativamente. ¿En todo? No, dirán,  sólo en las cosas importantes. Independientemente de lo que sean las cosas importantes en su sistema de valores, con frecuencia son anatemas para la naturaleza salvaje de las mujeres. Por desgracia, “las cosas importantes” para ellos no coinciden con “las cosas importantes” para la hija salvaje (...)




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lunes, 24 de agosto de 2015

TU SOLEDAD NO ES TAN IMPORTANTE




Negativo

En un cielo pardo
una nube más parda todavía
y el negro círculo del sol.

A la izquierda, es decir a la derecha,
la blanca rama de un cerezo con sus negras flores.

En tu oscuro rostro blancas sombras.
Te sentaste a la mesa
y pusiste en ella tus agrisadas manos.

Pareces un espíritu
que intenta invocar a los vivos.
Wislawa Szymborska


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jueves, 20 de agosto de 2015

HOPE GANGLOFF


Artista Neoyorkina nacida en Born Amityville, NY 1974. Formada en Bellas Artes en una afamada escuela pública Neoyorkina, The Cooper Union. 
Es una de las pintoras de más actualidad en Nueva York. Vive y trabaja en Brooklyn. También  es ilustradora.  Recrea basicamente el retrato, en grandes formatos, sobre superficies planas con  acrílicos y tinta china. Sus colores son vivos y eléctricos.  
Ha realizado multitud de exibiciones y exposiciones tanto colectivas como individuales. Su obra también ha visitado europa: Italia y Holanda. En la actualidad expone en la galeria Susan Inglett Galery de NY. 

Gangloff es una de mis artistas contemporáneas favoritas. Me gusta su estética de la modernidad,  la fuerza de sus personajes, con su impostura correcta y meditada. Su monumentalidad: la de sus obras, la de sus manos, la de sus pies y piernas como columnas que sostienen el mundo. Seguramente sus amigos, la mayoria artistas, a los que les gusta pintar, tienen mucho que contarnos, por eso Hope los invita a su casa para que primero se lo cuenten a ella. Y  con ellos crea esos espacios de confianza y proximidad en los que la artista capta lo que se propone: cómodos y educados personajes sin ninguna rigidez, en su descanso, en su hacer cotidiano, a modo de instantánea, sin poses escénicas falsas  ni convencionalismos. 
Elena Larruy 



Pinta a sus amigos, la mayoria artistas


Le gusta rodearse de ellos, crear espacios de comodidad y amistad que traspasa a sus pinturas



Las manos y pies de sus retratos tienen monumentalidad y contundencia



Fuerza y expresividad


Azules y rojos siempre presentes


Refleja la normalidad de la vida moderna


Sus circulos personales  recogen su generación


...sus labios siempre rojos!


de libros y botellas sus fondos


Placentero y gustoso






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martes, 18 de agosto de 2015

CONVERSACION CON UNA PIEDRA


Aunque muchos planetas no hayan sido aun descubiertos y no emitan "señales" Aunque el Otro muchas veces no sea exactamente igual, o no se manifieste como queremos, aunque plantas, animales o piedras inanimadas, aunque todos ellos callen tenazmente en su melancolía y silencio cósmico, no estamos solos.
INSTANTE  Prologo de Mercedes Monmany


Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Quiero penetrar en tu interior,
echar un vistazo,
respirarte.

-Vete –dice la piedra-.
Estoy herméticamente cerrada.
Incluso hecha añicos,
sería añicos cerrados.
Incluso hecha polvo,
sería polvo cerrado.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Vengo por mera curiosidad.
Solo la vida permite satisfacerla.
Quisiera pasearme por tu palacio,
y luego visitar una hoja y una gota de agua.
No me queda mucho tiempo.
Mi mortalidad debería ablandarte.

-Soy de piedra –dice la piedra-.
Imposible perturbar mi seriedad.
Vete,
no tengo músculos risorios.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
Me han dicho que encierras salas enormes y vacías,
nunca vistas y bellas en vano,
mudas, donde nunca han retumbado los pasos de nadie.
Confiésalo: ni tú misma lo sabías.

-Salas enormes y vacías –dice la piedra-.
Pero no hay espacio disponible.
Bellas, quizá, pero no para el gusto
de tus limitados sentidos.
Puedes verme, pero nunca catarme.
Mi superficie te da la cara,
Pero mi interior te vuelve la espalda.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.
En ti no busco refugio para la eternidad.
No soy desdichado.
Ni carezco de techo.
Mi mundo merece el regreso.
Quiero entrar y salir con las manos vacías.
La prueba de haber estado en ti
Se limitará a mis palabras
en las que nadie creerá.

-No entrarás –dice la piedra-.
Te falta el sentido de la participación.
Y no existe otro sentido que pueda sustituirlo.
Incluso la vista omnividente
te resultará inútil si eres incapaz de participar.
No entrarás; ese sentido, en ti, es sólo deseo,
mero intento, vaga fantasía.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, -déjame entrar-.
No puedo esperar mil siglos
para entrar entre tus paredes.

-Si no crees en mis palabras –dice la piedra-,
acude a la hoja, que te dirá lo mismo que yo,
o a la gota de agua, que te dirá lo mismo que la hoja.
Pregunta también a un cabello de tu cabeza.
Estoy a punto de reír a carcajadas, de reír como mi naturaleza me impide reír.

Llamo a la puerta de una piedra.
-Soy yo, déjame entrar.

-No tengo puerta –dice la piedra-.


Wislawa Szymborska




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