Mostrando entradas con la etiqueta gente de paz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta gente de paz. Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de septiembre de 2017

QUE PENA QUE A LA RAZÓN NO LE QUEPA NINGUNA DUDA



No creo que la paz y la justicia que merezco, y a la que aspiro, la puedan defender y mucho menos sostener ningún argumento de los que defiende el independentismo Catalán. Tampoco los que se oponen a él con las mismas herramientas y conductas de posicionamiento y opinión: hostiles y enfrentadas. Fuerzas condenadas a no entenderse jamás. Con visiones y argumentos apoyados en memorias históricas partidistas y territoriales, justificados por ideales honorables de dudosa procedencia, tras los que se esconde, siempre, un ambicioso entramado de poder y dominio:

  "Yo merezco más que tú, porque soy diferente. Pertenezco a otra clase, tengo la cultura que a ti te falta: inteligencia, capacidad y elegancia. Víctima ya fui. No quiero ser el sirviente de nadie. Obtengo más riqueza. Tengo más arte,  y hasta puedo tener más gracia". 
Aforismos de una historia que separa y divide a la humanidad desde los tiempos de Adán y Eva.
Yo tengo identidad, procedencia y orgullo, y no tengo un Sí colgando en mi terraza, ni  una bandera de ningún color. Tampoco tengo el No, ni soy, ni pretendo ser ningún ejemplo,  y por eso me niego a estar en la oposición donde por defecto se colocan a los silenciosos. No estoy en el  sofá de mi casa "viéndolas pasar" como algunos opinan y piensan. Mi mente activa, reflexiva y pacífica, emite hondas, y le dice a la  boca: mantente cerrada. Porque esta  es la manera de pronunciarse de muchos de "los otros" aquí y ahora: el callar y esperar de los que no se oponen ni están por la causa.

¿Mi causa? ¿Mi fundamento? ¿Mis principios?,  uno de ellos: amor a la vida, la mía y la de los otros. Mi patria: mi familia. Mi bandera tiene los colores de la inquietud, la irreverencia y la desobediencia necesaria para salir a pelear con respeto y paz por un sistema político demócrata justo y punto, compuesto por hombres y mujeres íntegros y otro punto, que defiendan mi patrimonio, el de todos: la inteligencia, el amor, la riqueza y la belleza, sin franquicias ni franquiciados, punto final. ¿Hay alguna fuerza veraz y capaz de movilizarme?
                                                                                                                     Elena Larruy


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...