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domingo, 10 de febrero de 2019

LA INFIDELIDAD HUMANA

LOUISE GLÜCK



El maestro dijo Debes escribir lo que ves.
Pero lo que veo no me emociona.
El maestro contestó Cambia lo que ves




DE CONFESIONES Y FORTALEZAS, LA EXTRAORDINARIA POESÍA DE
 LOUISE GLÚCK




OFICIO DE VÍSPERAS

Creo que mi pecado es muy común:
la petición de ayuda
oculta una petición de favores
y la súplica de compasión
vela ligeramente una queja.

Tan poca paz en la tarde de primavera,
rezo pidiendo fuerza, orientación,
pero también pido
sobrevivir a mi enfermedad
(la inminente). No importa
nada del futuro.
Hago especial hincapié en esto,
en esta despreocupación por el futuro,
y también en el valor que tendré entonces
para enfrentarme sola a mi sufrimiento
pero con mucha más fortaleza.

Esta noche, en mi infelicidad,
me pregunto que cualidades me supone esto
en quien escucha.
Y mientras la brisa agita
las hojas del pequeño abedul,
construyo una presencia
totalmente escéptica y totalmente tierna,
y por lo tanto incapaz de sorprenderse.



EURÍDICE

Eurídice volvió al infierno.
Lo difícil
fue el viaje, que
al llegar se olvida.

La transición
es difícil.
Y moverse entre dos mundos
lo es especialmente;
la tensión es muy grande.

Una travesía
llena de arrepentimiento, de añoranza,
que en el mundo apenas podemos
imaginar o recordar.

Sólo durante un momento,
cuando la oscuridad del averno
la envolvió de nuevo
(suave, respetuosamente),
sólo durante un momento pudo
ver de nuevo una imagen de la belleza
de la tierra, belleza
por la que sufría.

Pero vivir con la infidelidad humana
es otra cuestión.


AMOR INMORTAL

Como una puerta,
el cuerpo se abrió y
el alma miró hacia afuera.
Tímidamente al principio, luego
no tan tímidamente,
hasta que estuvo segura
Luego, ansiosa, se atrevió.
Luego, con ansía descarada,
y luego cuando la incitaba
cualquier deseo.

Promiscua, ¿Cómo vas a hallar
a dios ahora? ¿Cómo vas a
establecer qué es lo divino?
Ya en el jardín te dijeron
que vivieras en el cuerpo, no
fuera de él, y que sufrieras en él
si era necesario.
¿Cómo va a hallarte dios
si nunca te quedas en ningún lugar
suficientemente tiempo, nunca
en el hogar que él te dió?

¿O acaso crees
que no tienes hogar, ya que dios
nunca trató de contenerte?


VITA NOVA
Louise Glück
Traducción de
Mariano Peyrou

lunes, 13 de agosto de 2018

MALAHIERBA

Cuando llegué a este poema de Louise Glück, gran poema, pensé en ellas en las mujeres maltratadas por los hombres, que se afanan y luchan por recuperar la acción que les devuelva la dignidad que merecen.
Paralelamente a este encuentro se dio la sentencia del caso de  Juana Rivas, la mujer separada de Granada que el pasado verano no devolvió los hijos a su ex-marido, alegando el maltrato recibido de él cuando estaban casados. Maltrato por el que había puesto una denuncia en el país donde  residían, Italia, y del que todavía no se había celebrado el juicio. El ex-marido, Francesco Arcuri, además de reclamar a sus dos hijos alegaba no ser maltratador de nadie, y así lo vio también el juez, dando la razón casi en su totalidad a los argumentos de la defensa, poniendo de manifiesto no haber malos tratos y sí una falsa acusación malintencionada para obtener la custodia de los hijos.
La sentencia de cinco años de cárcel y seis sin la custodia de sus hijos que se le ha impuesto a Juana, además de una multa de treinta mil euros, es una sentencia dura, como dura es la del hombre acusado falsamente de malos tratos al que se le puede arruinar la vida.
Dice el refrán que la mala hierba nunca muere, lo que yo sé también es que no tiene género. 


Algo
llega al mundo sin ser bienvenido
y llama al desorden, al desorden.





Si tanto me odias
no te molestes en buscar
un nombre para mí: ¿necesitas
acaso un desdoro más
en tu lenguaje, otra
manera de culpar
a la tribu por todo?

Ambos lo sabemos,
si adoras a un dios, necesitas
sólo un enemigo.

Yo no soy el enemigo.
Sólo soy una treta para ignorar
lo que ves que sucede
aquí mismo en esta cama,
un pequeño paradigma
del fracaso. Una de tus preciosas flores
muere aquí casi a diario
y no podrás descansar
hasta enfrentarte a la causa, es decir,
a todo lo que queda,
a todo aquello que es más fuerte
que tu pasión personal.

No estaba escrito
permanecer para siempre en este mundo.
Pero por qué admitirlo, si puedes seguir
haciendo lo de siempre,
lamentándote y culpando,
las dos cosas a la vez.

No necesito que me alabes
para sobrevivir. Llegué aquí primero,
antes que tú, antes
de que sembraras un jardín.
y estaré aquí cuando el sol y la luna
se hayan ido, y el mar, y el campo extenso.

Y yo conformaré el campo.

Un poema de Louise Glück
De "Iris salvaje"

Versión de Eduardo Chirinos








Caso Juana Rivas

Falsas denuncias


sábado, 11 de agosto de 2018

EL IRIS SALVAJE

Los poemas no perduran como objetos, sino como presencias. Cuando lees algo que merece recordarse, liberas una voz humana: devuelves al mundo un espíritu compañero.
Yo leo poemas para escuchar esa voz. Escribo para hablar a aquellos a quienes he escuchado.



EL IRIS SALVAJE


Al final de mi sufrimiento
había una puerta.

Escúchame bien: aquello que llamas muerte
recuerdo.

Sobre mí, ruidos, ramas de un pino moviéndose.
Luego nada. El débil sol
parpadeaba sobre la superficie seca.

Es terrible sobrevivir
como conciencia
enterrada en la oscura tierra.

Luego se acabó: aquello que temes, ser
un espíritu, incapaz de
hablar, terminar abruptamente, la rígida tierra
se inclina un poco. Y lo que pensé eran
aves lanzándose sobre los bajos arbustos.

Tú que no recuerdas
tu paso desde el otro mundo
podría decírtelo otra vez: lo que sea
que regrese del olvido vuelve
para encontrar una voz:

desde el centro de mi vida vino
una gran fuente, sombras de azul intenso
en celeste agua de mar.





Louise Glück
Fotografía de Gasper Tringale.


C o m p a r t e l o 


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