Mostrando entradas con la etiqueta Ellas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ellas. Mostrar todas las entradas

martes, 13 de octubre de 2015

EL PERDÓN

Para poder sanar, antes necesitamos decir nuestra verdad, no sólo nuestro dolor, sino también los daños producidos y los sentimientos de cólera y venganza experimentados

Dice Clarisa Pinkola en Mujeres que corren con los lobos, que las mujeres que han pasado mucho tiempo superando un trauma, por crueldad, olvido, ignorancia, falta de respeto o por causas del destino, llega un  momento que han de perdonar para que la psique recupere el estado normal de paz y serenidad. 

Cuando esa rabia no se libera suele deberse a que utiliza esa cólera para fortalecerse, y esa fortaleza que en un principio puede parecer útil y en cierta manera lo es, más tarde puede convertirse en fuego que quema su energía primaria. Es como pretender vivir una existencia equilibrada pisando a fondo el acelerador. Es vivir en una actitud defensiva permanente que cuando ya no es necesaria para protegerse, cuesta mucho mantener. Cuando esa rabia no es liberada al cabo del tiempo quema, intoxica y contamina, no dejando ver otras maneras de percibir y comprender. Nos resta libertad.

De manera cíclica esas  vivencias afloran a la psique en forma de ansiedad y tormento y aun cuando intentemos purificarlas, de ese dolor siempre quedan residuos a modo de cenizas que no  pueden borrarse por completo. Por consiguiente la limpieza de esa cólera debe llevarse a cabo de manera higiénica y periódica de modo que nos libere. Llevar permanentemente esa pesada carga produce cansancio, agotamiento, ansiedad, porque no podemos vivir siempre con esa máscara de arrogancia, cinismo y victimismo, destrozando todo aquello que es tierno, esperanzador y prometedor.

Cuando sentimos miedo de perder antes de abrir la boca, cuando nos sentimos desvalidos, víctimas, cuando callamos irritadamente, y ese silencio es de carácter defensivo, cuando por dentro alcanzamos ese punto de explosión, necesitamos perdonar.

El perdón es un acto singular, que no se completa en una sesión como nos han enseñado que es. El perdón tiene muchas estaciones. Perdonar no significa olvidar, pasar por alto, disimular.


<<No sé si alguna vez podré perdonarte>>
<<O si lo haré del todo o si lo deseo>>
<<No estoy segura de querer perdonarte y todavía lo estoy pensando>>
<<O si me arrepentiré>>
<<Te perdono de momento…>>
<<O hasta entonces…>>


Hay muchos niveles para el perdón, lo más importante es empezar  y continuar, es ir enfriando ese porcentaje de enfado de más a menos. Esa tarea nos puede llevar toda una vida, contra más comprendamos más fácil nos será perdonar. Desgraciadamente la mayoría de personas necesitan mantenerse en ese estado de resentimiento hasta llegar al perdón. Hay personas que por carácter tienen más facilidad de perdonar, pero en otras se requiere un esfuerzo mayor, y controlado por medio de métodos y técnicas. No eres mala si te cuesta perdonar, como tampoco eres una santa si lo haces.
Para poder sanar, antes necesitamos decir nuestra verdad, no sólo nuestro dolor, sino también los daños producidos y los sentimientos de rabia y venganza experimentados.
Para ello la maestra Clarisa Pinkola propone cuatro fases:
APARTARSE, durante algún tiempo de aquella persona o acontecimiento.
TOLERAR, abstenerse de castigar, tener paciencia, saber canalizar la emoción.
OLVIDAR, soltar la memoria, negarse a pensar, aflojar la presa.

PERDONAR,  el perdón definitivo no es una rendición, es una decisión consciente de dejar de guardar rencor, y se llega recorriendo un camino de comprensión y entendimiento durante el tiempo necesario para evitar actitudes falsas o condescendientes. El perdón es un acto de creación. Se sabe que se ha perdonado cuando se compadece de la circunstancia en lugar de sentir cólera, cuando se compadece de  la persona o situación que la provocó, cuando al respecto de esa causa se tiende a no querer decir nada, a olvidar, cuando se comprende el sufrimiento que dio lugar a la ofensa, cuando se prefiere permanecer al margen y ya no se quiere ni espera nada. Y aunque ese perdón no acabe como el cuento <<vivieron felices y comieron perdices>>, en ese momento con toda certeza se abrirán nuevos capítulos que enriquecerán las vidas y que empezarán por esa frase que todos conocemos  <<Había una vez…>> 
https://www.youtube.com/watch?v=wI1KI3YSVn4
                                                                             
                                                                               

lunes, 8 de junio de 2015

PERDIDAS Y GANANCIAS



YO SIEMPRE ANDO POR EL CAMINO DE LA AMBIGUEDAD, PORQUE SIENTO 
   LA CONTÍNUA TRANSFORMACIÓN:  SOMOS  CAMBIO,  SOMOS  PROCESO

Buscando el tono

Tramas y personajes observan aquí y allá con una nueva mascara. Lo hacen porque no se agotaron en mí, aún los estoy narrando.
No es un libro de ensayos, porque el tono solemne y la fundamentación teórica que el término requiere no me van. Tampoco son enseñanzas, no las puedo ofrecer.
Como en muchos campos de actividad, surgen nuevos modos de trabajar o crear que necesitan nuevos nombres. Que cada uno le dé a esta narración el nombre que quiera. Para mí significan esas palabras que digo al oído del lector, que tanto me gustan y que musito en novelas o poemas: una llamada para que se ponga a pensar conmigo.
Lo que escribo nace de mi propia maduración, un trayecto con altibajos, puntos luminosos y zonas de sombra. En ese transcurso entendí que la vida no teje solamente una tela de pérdidas, sino que nos proporciona una sucesión de ganancias. El equilibrio de la balanza depende en gran medida de lo que sepamos o queramos ver.
Buscar el tono justo: el de nuestro lenguaje, el de nuestro arte -y eso vale para cualquier persona- el tono de nuestra vida. ¿En qué tono la queremos vivir? En semitonos melancólicos, en tonos más claros, con prisa y superficialidad, o alternando alegría y placer con momentos profundos y reflexivos. Corriendo sólo por la superficie o, de vez en cuando, sumergiéndonos en aguas profundas. Distraídos por el ruido de alrededor u oyendo voces en las pausas y en los silencios: nuestra voz, la del otro.
¿Nuestro tono será de sospecha y desconfianza o serán balcones que se abren al paisaje más allá de cualquier límite? En parte depende de nosotros.
En el instrumento de nuestra orquestación somos -junto con fatalidades, genética y azar- los afinadores y los artistas. Somos, ante todo, constructores de nuestro instrumento. Lo que vuelve a la lucha más difícil, pero mucho más instigadora.
Aunque sea un discurso íntimo, éste puede parecer en ciertos momentos un libro cruel: digo que somos importantes, y buenos, y capaces, pero también digo que somos muchas veces frívolos, que somos mediocres demasiadas veces. Digo que podríamos ser mucho más felices de lo que en general nos permitimos ser, pero tenemos miedo del precio que quizás haya que pagar. Somos cobardes.
Pero ha de ser un libro esperanzado: soy de los que creen que la felicidad es posible, que el amor es posible, que no existen sólo desencuentro y traición, sino ternura, amistad, compasión, ética y delicadeza.
Pienso que en el curso de nuestra existencia necesitamos aprender esa materia desacreditada que se llama “ser feliz”. (Veo cejas que se alzan irónicamente ante mi romántica afirmación).
Cada uno en su camino y con sus singularidades. En el arte, como en las relaciones humanas, que abarcan los diversos lazos amorosos, nadamos contra corriente. Intentamos lo imposible: la fusión total no existe, es inalcanzable compartirlo todo. Lo esencial no puede compartirse: es descubrimiento y susto, gloria o condenación de cada uno, solitariamente.
Pero en un diálogo o en un silencio, en una mirada en un gesto de amor como en una obra de arte, puede abrirse una rendija. Observarán juntos el artista y su espectador o su lector, como dos amantes.
Y así, hiriéndonos rodillas  manos, vamos andando.
Por eso escribo y escribiré: para instigar a mi lector imaginario - ¿sustituto de los amigos imaginarios de la infancia?- a buscar en sí mismo y a compartir conmigo muchas inquietudes sobre lo que estamos haciendo con el tiempo que se nos da.  
Pues vivir debería ser – hasta el último pensamiento y la postrera mirada- transformarse.
Lo que estoy escribiendo no son meros devaneos. Soy una mujer de mi tiempo, y quiero dar testimonio de él como mejor puedo: soltando mis fantasías o escribiendo sobre el dolor y la perplejidad, la contradicción y la grandeza; sobre la enfermedad y la muerte. Lamentando la palabra en el momento no oportuno y el silencio en el momento en el que habría sido mejor hablar.
Escribo continuamente sobre la posibilidad de que seamos responsables e inocentes en relación con lo que nos ocurre.
Somos autores de buena parte de nuestras elecciones y omisiones, de la audacia o la conciliación, de nuestra esperanza y fraternidad o de nuestra desconfianza. Sobre todo debemos resolver cómo empleamos y saboreamos nuestro tiempo, que es siempre, al fin y al cabo, nuestro tiempo presente.
Pero somos víctimas inocentes de las fatalidades y de los azares brutales que nos roban amores, personas, salud, empleo, seguridad, ideales.
De modo que mi perspectiva del ser humano, de mí misma, es contradictoria, porque somos contradictorios y en ello reside el estímulo.
Somos transición, somos proceso. Y eso nos perturba.
El flujo de los días, los años, las décadas, sirve para crecer y acumular, no sólo para perder y limitar. Con esa perspectiva nos volveremos señores, no siervos. Personas, no pequeños animales aturdidos que corren sin saber a ciencia cierta por qué.
Si mi lector y yo coincidimos en nuestro tono recíproco, este monólogo inicial será un diálogo, aunque jamás llegue yo a contemplar el rostro del otro que, al fin y al cabo, se convierte en parte de mí.
Entonces mi arte habrá cumplido algún objetivo.

 LYA LUFT

lunes, 25 de mayo de 2015

AHORA QUE ESTOY MAS DELGADA

AHORA QUE ESCUCHO A LOS CLÁSICOS Y  ESTOY MÁS DELGADA


AHORA QUE ESTOY MÁS DELGADA
QUE APRENDÍ A TENER LA BOCA CERRADA:                    HASTA PARA COMER
AHORA QUE HASTA ME CRECEN LAS PESTAÑAS Y ME SALE ACNÉ EN LA CARA
 QUE MIS TRISTEZAS FLULLEN EXITOSAS EN UN ALMA HIDRATADA          ANEGADA A VECES,           PERO SANA
AHORA  QUE DISFRUTO DOBLANDO TOALLAS AL PIE DE LA CAMA,  O PELANDO BAINAS  EN EL PORCHE DE MI CASA,                  SIN ESPERAR NADA,              NADA        
A TI MUNDO YA TE PERDONÉ,  O          QUIZÁS,  SOLO TE ENTENDÍ?     QUÉ MÁS DA YA,
DEBUSSY ME CALMA
PERO AHORA    ¿SABES?    CON BACH  ESPANTO  LAS VERGÜENZAS,   POCO O NADA ME IMPORTA LO RARA QUE SOY A OTRAS MIRADAS
AHORA  QUE SÉ QUE ESTOY CRECIENDO,          Y LEO POESIA  MIENTRAS CHOPIN ME ACOMPAÑA.                     ME GUSTA SENTIRME  ARTISTA,  ILUSIONISTA,         ILUSIONADA…
TAMBIÉN  SOY INGENIERA,   CONSTRUYO CAMINOS SIN FRONTERAS, AUTOPISTAS SIN PEAJE, VÍAS PACÍFICAS   POR DONDE TRANSITAR SERENA, VIVA, DESCALZA,  DESPIERTA, ATENTA
Y CON ESTOS OJOS VERDE ESMERALDA Y MIS GRANDES PESTAÑAS,   PUEDO FIJARME EN EL ESPEJO       Y VER A LA  BELLA,  A LA JOVEN,   A LA DELGADA,           SIN APARTAR LA MIRADA,
 Y TAMBIÉN  A LA ENBUSTERA, A LA CAUTA, A LA INVISIBLE, A LA ASTUTA,   A LA VERDADERA…                                                                         
A LA  NIÑA ATRAPADA, HERIDA, A LA MUJER VALIENTE, ALGO  DESGASTADA,  A LA QUE FUE, A LA QUE QUIERE SER,         LA QUE ES A VECES       Y OTRA ES NADA
FIRMES Y AJUNTADITAS MIS CARNES, EN MI CINTURITA AVISPADA Y EN MI  NUEVA TALLA AHORA  QUE SOY MAS JOVEN QUE AYER,     AHORA QUE ESTOY MAS DELGADA,
 NI YA  TRAGO  SAPOS NI REGATEO CON   BÁSCULAS
SOLO AHORA DIGO Y HAGO,      COPIO,         CORTO Y PEGO CUANTO  ME VIENE EN GANA.
POR ESO ¡ES  MÁS LIGERA MI CARGA!      ¡AHORA QUE TENGO 54 Y ESTOY muuuy delgada!



Si compartis esta entrada, por que os gusta, estais ayudando a que este blog esté más presente en las busquedas y pueda ser más leido. Gracias!

NO TE ENAMORES NUNCA DE UNA MUJER QUE LEE (...)


No te enamores nunca de una mujer que lee,
de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe…

No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca.

No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.

                                            Hope Gangloff
No te enamores de una mujer que ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía  (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.
No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y que tenga un inmenso horror por las injusticias. Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota y no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.

No te enamores de una mujer intensa, lúdica y lúcida e irreverente.
No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, ¡JAMÁS SE REGRESA!


 
          
   
                                                           


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...