martes, 22 de mayo de 2018

MADUREZ TARDIA





Pertenecemos a un todo difícilmente concebible, disgregados por los confines de un universo de dudoso padre. Negamos nuestra orfandad, creemos que pertenecemos a alguien porque una mano mece nuestra cuna, un tejado nos cobija, unos brazos nos protegen, en el mejor de los casos, pero otra realidad se impone al viajero adulto cuando le crece la conciencia y las alas lo alejan de su cuna, cuando eleva el vuelo y descubre que no está solo, que hay otros huérfanos recorriendo mundos. Nuestra destino es el camino: crecer como crece la hoja, la rama que la sostiene, la flor y su fruto encadenando la vida. Eso somos, eso y un pedacito del Todo con una inteligencia que nos viene dada, como instrumento de superación para un proyecto superior que va creciendo con nuestras acciones y que siempre se aleja. Obreros en la viña, que dice el poeta.




Tarde, ya en el umbral de mis noventa años

se abrió una puerta en mí y entré

en la claridad de la mañana.

Sentía cómo se alejaban de mí, como naves,

una tras otra, mis existencias anteriores con sus congojas.

Aparecían, otorgados a mi buril,

países, ciudades, jardines, bahías, para que los describiera

mejor que antaño.

No vivía separado de la gente, el pesar y la piedad

nos unieron y dije: olvidamos que todos somos

hijos del Rey.

Porque venimos de allí donde aún no hay

división entre el Sí y el No, no hay división entre el es, el será

y el ha sido.

Somos infelices porque hacemos uso de menos de

una centésima parte del don que habíamos recibido para nuestro

largo viaje.

Momentos de ayer y de hace siglos: un corte de espada,

un maquillaje de pestañas delante de un espejo de metal

bruñido, un disparo mortal de mosquete, una colisión

de una carabela con un arrecife, se mezclan en nosotros y esperan su

cumplimiento.

Siempre he sabido que seré obrero en la viña,

al igual que todos mis contemporáneos,

conscientes de ello, o inconscientes.

Czeslaw Milosz

martes, 15 de mayo de 2018

AUTORRETRATO






Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los
tres elementos.
El cuarto no tiene nombre.
Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos
tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender
a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo
captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos.
Me gusta dar largos paseos por las calles de París
y mirar a mis prójimos, animados por la envidia,
la ira o el deseo; observar la moneda de plata
que pasa de mano en mano y lentamente pierde
su forma redonda (se borra el perfil del emperador).
A mi lado crecen árboles que no expresan nada,
salvo su verde perfección indiferente.
Aves negras caminan por los campos
siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas.
Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo.
Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy,
y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas
se difuminan como nubes con el buen tiempo.
A veces me dicen algo los cuadros en los museos
y la ironía se esfuma de repente.
Me encanta contemplar el rostro de mi mujer.
Cada semana, el domingo, llamo a mi padre.
Cada dos semanas me reúno con mis amigos,
de esta forma seguimos siendo fieles.
Mi país se liberó de un mal. Quisiera
que le siguiera aún otra liberación.
¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé.
No soy hijo de la mar,
como escribió sobre sí mismo Antonio Machado,
sino del aire, la menta y el violonchelo,
y no todos los caminos del alto mundo
se cruzan con los senderos de la vida que, de momento,
a mí me pertenece.

Autorretrato
un poema de Adam Zagajewski
Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017

lunes, 14 de mayo de 2018

ESCUCHAR CON LA MIRADA Y CON EL GESTO

Ernest Hemingway
Decía un crítico de cine que escuché recientemente, la importancia que tiene para los actores saber escuchar en escena. Contaba el enfado de muchos de ellos  cuando las cámaras no les enfocaban actuando y sí lo hacían al que estaba escuchando. Y es que escuchar, escuchar bien, es muchas veces más importante que hablar, especialmente cuando el que habla no está comunicando lo que se espera. La cámara pone la atención en el actor que le ofrece lo mejor, esto era lo que venía a decir el experto crítico. Puso el ejemplo de Enrique San Francisco como uno de los actores españoles que mejor sabía escuchar en escena. Otro actor que yo he visto escuchar magníficamente, es Javier Cámara en el personaje de amigo del protagonista -Ricardo Darín- en el film Truman; una actuación excelente que le mereció un Goya. Recomiendo no perderse esta gran película, que habla de autenticidad, amistad y lealtad. Que gustazo de película y que excelente buen hacer de todo el reparto, no en vano se premió con cinco Goyas.
Saber escuchar es más que una actitud, es también una aptitud. No todo el mundo tiene esa cualidad comunicativa. No es mejor el jefe que manda y habla mucho, sino aquel que comunica de manera concisa con eficacia y el que mejor escucha a sus empleados.
Hay muchas maneras de escuchar atendiendo. Creemos que es el oído  el que ha de estar más atento y sin embargo no es así, porque no es lo mismo escuchar que oír. Cuando escuchamos con mayor atención lo hacemos con la vista y con el cuerpo, todo él interviene en la comunicación. Por qué de eso se trata exactamente la atenta escucha: comunicación. Algo de lo que andamos muy escasos.

Elena



Trailer de Truman




jueves, 10 de mayo de 2018

SIEMPRE CONMIGO





Y aprendí a quererme mucho más, para mucho más quererte, y para contarme que lo importante es ser uno mismo en cualquier parte.






miércoles, 9 de mayo de 2018

SABEN LAS FLORES


Imagen de una Gazanía Elena Larruy



Saben las flores
geometría y calculo,
secretos de fórmulas ancestrales
que solo la belleza desnuda
de una mirada
desprovista de todo juicio
evalúa la inteligencia
que les viene dada.

Se crece la flor en su rama,
solo para mí se hace bella,
y al calor de sus notas
derrama el perfume
de sus alas presas.

Justo es lo que se espera de ella.

Elena Larruy




Imagen Elena Larruy




No es solamente en la semilla o en la flor, sino en la planta entera, tallo, hojas, pétalos y raíces, donde se descubre, si quiere uno inclinarse un instante, las numerosas huellas de una inteligencia renaciendo y muriendo en las primaveras de los parterres, jardines y macetas. Pocos lenguajes tan elocuentes y bellos como el sigilo de la flor abriendo y muriendo. 




jueves, 3 de mayo de 2018

MUJERES DE GÉNERO SINGULAR






Hace pocos días escuché como una mujer de Motríl,  Kandy Garcia, de ochenta y dos años, había dado la vuelta al mundo en nueve meses. Cuando volvió a su casa, abrió su ropero y empezó a desprenderse de vestidos y camisas, de tantas cosas inútiles que el viaje le había hecho comprender que no necesitaba para ser feliz. Durante los días del largo viaje había vivido con poco más que lo puesto. Se había jubilado, colgando la toga a la edad de sesenta y seis años,  y  decidió en ese momento cumplir  su  sueño. No aparentaba otro síntoma que el de salud, vitalidad y alegría, sin ningún rasgo de incertidumbre ni temor. Decía con ironía haber superado las pruebas médicas de "ITV" un año más, y vivir cada momento presente con intensidad, sin preocuparle el futuro. A la pregunta del presentador sobre su edad, esta fue su respuesta: Tengo los años que me quedan por vivir, los que cumplí ya no los tengo, eso es lo que importa, lo verdaderamente importante para mí.
Esta misma pregunta de habérsela hecho a Isabel Allende fácilmente hubiera contestado lo mismo. Mujeres maduras, caudalosas, con identidad y luz propia, vividoras natas, en el sentido más amplio de la palabra, que cuando llegan a la edad adulta no solo siguen siendo lúcidas y tenaces, también visibles y ejemplarizantes para quien quiera aprender de ellas. Mujeres que dan pistas y dejan huellas para otras que vienen detrás. 
En una publicación reciente contaba Isabel que tenía setenta y cinco años, que se había separado de su marido Willy hacía apenas dos  y que en ese momento pensó que lo que le esperaba en el futuro era vivir sola. Pero sucedió que apareció de nuevo el amor, amor al que nunca renunció ni cerró las puertas; "porque si quieres que algo suceda, has de hacer que suceda". Dijo también que había vivido muchas cosas en su larga vida y que lo peor de todo ya le había pasado: la muerte de su hija Paula: la vida no podía presentarle peor sufrimiento.




Estas dos mujeres -espejos donde mirarse- son para mi motores de alegría. Me fascina de ellas su lucha y fortaleza, que llegada la madurez no renuncien a su juventud, que se enamoren y brillen con luz propia. Viajan ligeras de equipaje, porque han aprendido a soltar lo que lastra, todo aquello que inhabilita y dificulta el camino. Lo importante de lo vivido lo llevan en su memoria selectiva, a la orden de su corazón. Conocen el alcance de todas sus fuerzas, físicas y mentales, y viven aceptando con alegría cada momento de sus vidas. Sin duda mujeres  singulares que dejan huella.





Isabel Allende
Pensamientos, reflexiones y fragmentos recogidos de sus novelas.



Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro”. – La suma de los días

Un hombre hace lo que puede. Una mujer hace lo que el hombre no puede.

La felicidad que se vive deriva del amor que se da.

Silencio antes de nacer, silencio después de la muerta. La vida no es más que ruido entre dos silencios insondables.

El miedo es inevitable, tengo que aceptar eso, pero no puedo permitir que me paralice. 

No pertenezco a ninguna parte, soy extranjera en el mundo”.  Cintillo en la portada del libro Mi país inventado

Tenía la idea de que al poner nombre a los problemas, éstos se materializan y ya no es posible ignorarlos; en cambio, si se mantienen en el limbo de las palabras no dichas, pueden desaparecer solos, con el transcurso del tiempo. La casa de los espíritus

Es fácil juzgar a otros cuando alguien no ha sufrido esa experiencia.

La lectura es como mirar a través de varias ventanas que se abren a un paisaje infinito. Para mi la vida sin leer sería como estar en prisión, sería como si mi espíritu estuviera en una camisa de fuerza. La vida sería un lugar muy oscuro y estrecho.

Escribir es como hacer el amor. No te preocupes por el orgasmo, preocúpate del proceso.

¿Cómo no hablar de guerra, pobreza y desigualdad cuando las personas que sufren estos males no tienen voz para hablar?.

El amor nos vuelve buenos, no importa a quien amemos, tampoco importa ser correspondidos o si la relación es duradera. Basta la experiencia de amar, eso nos trasforma.

Igual que en el momento de venir al mundo, al morir tenemos miedo de lo desconocido. Pero el miedo es algo interior que no tiene nada que ver con la realidad. Morir es como nacer: solo su cambio. La casa de los espíritus

La verdadera amistad resiste el tiempo, la distancia y el silencio. Retrato en sepia

A los niños nadie les enseña algunas cosas indispensables, como arreglar una llave que gotea, sobornar a un funcionario o cortarle el pelo al perro.

No se puede encontrar a quien no quiere ser encontrado. La casa de los espíritus

La felicidad no es exuberante ni bulliciosa, como el placer o la alegría. Es silenciosa, tranquila, suave. Es un estado interno de satisfacción que empieza por amarse a sí mismo.

La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo. Eva Luna

Nuestros demonios pierden su poder cuando los sacamos de las profundidades donde se esconden  y los miramos a la cara en plena luz del día.

La vida es una tapicería que se borda cada día con hilos de muchos colores, unos pesados y oscuros, otros delgados y luminosos. Todos los  hilos sirven.

La mente es mucho más interesante que el cuerpo. 

Acepta a los hijos de la manera que aceptas a los árboles, con gratitud porque son una bendición, pero no tengas expectativas ni deseos. Uno no espera que los árboles cambien, los ama tal como son.

Las fotografías engañan al tiempo, suspendiéndolo en un trozo de cartón donde el alma queda bocabajo, decía.

Lo que se olvida es como si nunca hubiera sucedido. Hija de la fortuna

¿Que nos pasó? Tal vez estamos en el mundo para buscar el amor, encontrarlo y perderlo, una y otra vez. Con cada amor volvemos a nacer, y con cada amor que termina se nos abre una herida. Estoy llena de orgullosas cicatrices. Paula

La belleza suele ser una maldición porque despierta las peores pasiones en los hombres. Una mujer demasiado bella no puede escapar del deseo que provoca. Retrato en sepia

Hemos perdido nuestro sentido de la ética. Vivimos en un mundo de pequeñez, de gratificación sin felicidad y de acciones sin sentido.

La vida no es una foto en la que uno ordena las cosas para que se vean bien y luego se fija la imagen para la posteridad; Es un proceso sucio, desordenado, rápido, lleno de imprevistos. Lo único seguro es que todo cambia.

Enfrenta los obstáculos a medida que se presenten, no pierdas energía temiendo lo que pueda haber en el futuro. El reino del dragón de oro

Para las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras. El Punto G está en los oídos. El que busque más abajo está perdiendo el tiempo. De amor y de sombra

Lo único que uno aprende es lo que uno averigua solo. Sostenía que la experiencia es lo que se obtiene justo después que uno la necesita. La Ciudad de las bestias

El temor es bueno, es el sistema de alarma del cuerpo, nos avisa del peligro; pero a veces el peligro es inevitable y entonces hay que dominar el miedo.La Ciudad de las bestias

Los años pasan sigilosamente, de puntillas, burlándose en susurros, y de repente nos asustan en el espejo, nos golpean las rodillas o nos clavan una daga en la espalda.

¿Que hacer con esta felicidad que nos llega sin motivo especial, esta felicidad que no requiere nada para existir?

Casi todo el mundo miente, algunos por vanidad, para aparecer en una luz favorable, otros por temor y la mayoría simplemente por costumbre.

La edad por si sola no hace a nadie ni mejor ni más sabio, sólo acentúa lo que cada uno ha sido siempre.

He visto a muchas personas que hablan sin pensar, sin darse cuenta de que hablar es también ser. La palabra y el gesto son el pensamiento del hombre. No debemos hablar sin razón. 

   

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